Los títeres, un mundo en continua evolución

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EL ORIGEN DEL  TÍTERE

El Títere existe desde el principio del teatro, pues los títeres son los símbolos figurativos iniciales, las estilizaciones de los dioses o las fuerzas de la naturaleza, los primeros disfraces de los hechiceros, las primeras máscaras. Con el ser humano nace también la representación simbólica del mismo hombre.

Las primeras representaciones teatrales son las liturgias: teatro y religión van unidos en sus inicios. El primer sacerdote es el primer actor, el altar es el primer escenario. Cuando ante el misterio de la naturaleza hay que crear una figura que la represente, nace el primer ídolo. El ídolo no sólo es la representación del dios en la tierra: el ídolo es la excusa para que a su alrededor se monte un espectáculo, con luces, sus sonidos, sus declamaciones. Al nacer el primer ídolo articulado nació el teatro de muñecos. Pero hay que distinguir entre uno y otro, y no confundir ídolo con muñeco.

La marioneta, que remeda al hombre vivo, que rompe sus proporciones, que altera su dimensión, fue probablemente “el siguiente paso” de la máscara. La máscara y la marioneta pudieron ser encarnaciones simultáneas del espíritu mágico y cumplir funciones rituales distintas, sin romper por eso su parentesco. Sigue leyendo