jueves, 2 de septiembre de 2010

La importancia del ferrocarril y la industria 3-sep-2010

LA IMPORTANCIA DE LA INDUSTRIA EN EL PORFIRIATO

Para 1895, la actividad industrial había tomado fuerza en el Estado. Seguía destacando dentro de la industria, la producción de harina de trigo, la cual ya no se realizaba dentro de las instalaciones de las haciendas como había sido en un principio, sino que se habían convertido en unidades de producción completamente independientes. En 1906, la producción de harina de diferentes clases rebasó las 21 000 toneladas y se produjo en molinos que estaban ubicados en el distrito de Arizpe, en Hermosillo, Terrenate, Magdalena y Ures, con su famoso molino harinero "El Urense" en el distrito del mismo nombre.



Las llamadas bebidas espirituosas, también alcanzaron un fuerte desarrollo en la entidad. En 1900 había 70 fábricas de aguardiente. Los distritos de Álamos y Sahuaripa fueron los que más sobresalieron en esta actividad. En Hermosillo en el año de 1900 ya existía la Cervecería de Sonora, con una capacidad de producción de 150 000 cajas al año, por lo que sus ventas anuales por concepto de cerveza y hielo fueron de 500 000 pesos en el año de 1906. Existían también fábricas de conservas alimenticias, de chocolate, de dulce, pastas, panaderías , quesos y panocha.

La industria textil alrededor de los mil novecientos estaba representada por la Compañía Industrial del Sur Pacífico, S A., propiedad de G. Moller con residencia en Guaymas. Esta industria era de gran importancia ya que abastecía al mercado local de mantas, mezclillas y rallados. En el distrito de Hermosillo, la fabricación de ropa se desarrolló en cuatro empresas importantes: la fábrica de ropa "De la Francia", propiedad de M. James y Cía., fábrica "El Globo" de C. J. Merburg, "La Moda" de Gerardo May y la fábrica de Luis Inglu. Había también fábricas de monturas, tenerías y talabartería; de cigarros, puros, velas, fósforos, escobas, muebles, carruajes, ferrerías y ladrilleras. Todas estas fábricas abastecían el mercado interno y el regional con productos que se vendían

LA IMPORTANCIA DEL FERROCARRIL

En menos de 4 años, el ferrocarril central logró unir a la ciudad de México con paso del Norte, un tramo de casi dos mil kilómetros. Para la construcción de éste tramo, así como de los demás tramos principales, ramales y vías laterales (para ganar tráfico para sus líneas), se importaron materiales de los Estados Unidos en su mayoría, pero también se importó material de Inglaterra y Alemania (una vez que las relaciones diplomáticas eran favorables), éste último en menor parte. Los carros y las vías eran de buena calidad, al grado de merecer el reconocimiento de los ingleses, aunque desde mi punto de vista el reconocimiento tal vez fue por que ellos vendieron parte del material utilizado.
Los derechos de vía fueron causa de algunos problemas entre las empresas ferrocarrileras y los campesinos; algunos autores afirman que los ferrocarriles llegaron a modificar el reparto agrario en el país, pero la prioridad del gobierno en construir un ferrocarril era mayor a la de proteger la tierra de los campesinos, lo cual condujo a la expropiación de grandes extensiones de terreno.
No solo se tuvo que importar materia prima, también trabajadores calificados para construir las vías. Ingenieros eran requeridos para supervisar todos los trabajos necesarios para la construcción, pero el gobierno no quería que los puestos de responsabilidad quedasen a cargo de mexicanos, obviamente, las empresas tampoco debido a razones como preparación para los diversos cargos y protección de su capital (tanto de empresarios mexicanos como de la elite que vendía las tierras), por lo que traían ingenieros de la unión americana, lo cual tenía un costo significativo para la empresa.
La mano de obra escaseaba por diferentes factores. Primeramente, estaba la lejanía de sus casas, los trabajadores no querían recorrer tan largas distancias para cumplir con su trabajo. En segundo lugar, el ambiente era insalubre y dificultaba de sobremanera el trabajo. Y por último, había una especie de repudio a las “prácticas esclavizantes” del capitalismo, a pesar de que la paga era buena, o por lo menos superior a la que recibían dedicándose a sus actividades. Tal vez parte de ese repudio se deba a la súbita introducción del ferrocarril en el sistema, algo nuevo, grande y diferente que les hacía perder sus tierras.
Pero a pesar de todos los problemas derivados de lo anterior, los empresarios no daban malos comentarios de los trabajadores, eran buenos y sumisos y cuando realmente hacían mucha falta, importaban mano de obra. Los movimientos laborales fueron pocos y fácilmente controlables. Y así el ferrocarril empezó a funcionar.
Por fin, el juguetote estaba terminado, podía transportar personas y cargas de todo tipo a distintos y distantes lugares del país con tarifas bastante accesibles. Las tarifas eran propicias para la exportación, debido a que el costo por kilómetro en las distancias más largas era más barato; a su vez, daban precios preferenciales a las cargas mineras, sector industrial que, dicho sea de paso, experimentó un gran auge debido al factor ferrocarril..
El ferrocarril transportaba 5 tipos de rubros: productos minerales, agrícolas, forestales, animales y miscelánea. Los dos primeros fueron la principal carga del ferrocarril central, en especial los productos minerales, que a finales del porfiriato llegaron a absorber más de la mitad de la carga total. Después, está la miscelánea, la cual tuvo aumentos relativamente insignificantes, pero que son un reflejo de un aumento en la industria nacional. Por último, aparecen las cargas de tipo forestal y animal, pero éstas no fueron significativas para el ferrocarril.



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