viernes, 5 de octubre de 2012



LA MUJER SÍMBOLO DE SOLIDARIDAD EN LA CIUDADANÍA

La mujer es aquel ser hermoso que se le ha dado la capacidad de gestar vida, aquel complemento del hombre y tan indispensable para toda la sociedad, hoy en día se ha convertido en una gran representante de uno de los valores humanos por excelencia, del que se espera cuando un otro significativo requiere de nuestros buenos sentimientos para salir adelante, aquel valor que se define como la colaboración mutua en la personas, como aquel sentimiento que mantiene a las personas unidas en todo momento, sobre todo cuando se vivencia experiencias difíciles de las que no resulta fácil salir. Es la mujer quien ha ganado el título de “símbolo de solidaridad”, por esa gran acción que tiene ante las necesidades de los demás y que le permite mantener y mantenerse en su naturaleza de ser social.



En una ciudadanía invadida de problemáticas políticas, sociales, económicas la mujer siempre  se ha mantenido con su actitud solidaria y esto no solo se ha notado en este tiempo si no mucho antes de la generación del siglo XXI, somos nosotras las mujeres quienes desde épocas remotas siempre hemos tomado esa actitud de entrega ante los demás sin importar los sacrificios y mucho menos los obstáculos, sentimos el dolor del sufrimiento y la angustia de las preocupaciones ajenas. Esa capacidad de gestar vida, de dar amor sin medida, es la que permite que nos sintamos tan comprometidas con la sociedad, tan comprometidas con el bien común, porque a veces no importa la propia felicidad si no la felicidad que se le pueda brindar a los demás, esas ganas de ayudar al necesitado, al triste, al desolado, al débil y  a todos los que de algún modo necesitan de nosotras es la que nos muestra ese gran sentimiento, esa gran actitud, esa gran entrega que se convierten en un aporte para mejorar en cierto modo muchas situaciones.

Si miramos nuestro alrededor podemos encontrar sin ningún tipo de dificultad aquel ejemplo de mujer, porque la solidaridad esta en cada una de nosotras en la educadora, la estudiante, la religiosa, la madre pues por el simple y sencillo hecho de ser mujeres de pertenecer a el sexo femenino poseemos este valor, es como algo innato con lo que siempre vamos a cargar y aquello que muchas veces nos diferencia del sexo opuesto, no importa cuál sea la edad o procedencia sin duda alguna la solidaridad es un valor que lleva cada mujer en su corazón y de alguna manera lo refleja ante la sociedad lo que nos permite estar convencidas de que éste es y puede ser un motivo de unión y de fuerza; es más, es y puede ser un enfoque y una lógica de vida ya que con la solidaridad todo sería más fácil, todos pensaríamos de un mismo modo, todos nos preocuparíamos por los demás y de esta manera todos lograríamos un bien común y un mejor ambiente para vivir, no es de extrañarse entonces que la solidaridad se comporte como la base de muchos otros valores humanos o incluso, de nuestras relaciones sociales más valiosas, tal como es el caso de la amistad, pues una mujer puede llegar a mostrar y sentir una amistad tan verdadera gracias a este hermoso valor, porque la amistad no es más que eso, el hecho de ayudar a los amigos en los malos momentos eso es amistad, eso es solidaridad, compartir dolores y tristezas, ofrecer una mano de esperanza y de ayuda que alenté a muchos a seguir adelante, que mas que la amistad como un buen ejemplo de solidaridad femenina?. En este sentido, la solidaridad nos permite sentirnos unidas a otras personas en una relación que involucra sentimientos necesarios para mantener el funcionamiento social normal.

Es de recalcar que aunque las mujeres tienen mayores impedimentos que los hombres a la hora de participar activamente en la sociedad y aunque no les es tan fácil dejar trabajo, casa, ascendientes, descendientes, sus horarios y responsabilidades asignadas por unas atribuciones de género injustas, hemos sido capaces de renunciar a una parte de nuestro tiempo para dedicársela a los demás y para contribuir a un bienestar general des interesadamente  Tanto la solidaridad como la participación ciudadana por parte de las mujeres son formas espontáneas, no regladas, ni organizadas que comparten existencia y valores con el voluntariado, que es una forma organizada y altruista de que la sociedad civil pueda ejercer la solidaridad, la denuncia social y la ayuda a las personas desfavorecidas, marginadas y excluidas.

Según la periodista y psicóloga Carmen Laviña, a través de un estudio se puedo afirmar que la relación del género femenino con el voluntariado es doble: por un lado, porque el 70% de las personas que ejercen voluntariado a nivel mundial son mujeres, frente al 30% de hombres. Lo que claramente muestra las iniciativas que las mujeres tomamos para ayudar y mejorar las condiciones de vida de las personas más desfavorecidas de la sociedad.

Entonces es un hecho de orgullo poder llevar el título de “SIMBOLO DE SOLIDARIDAD” porque la solidaridad tradicional es prácticamente patrimonio de las mujeres ya que ejercemos en mayor medida que los hombres, la empatía, el hecho de ponerse en el lugar de las otras personas, el apoyo y el altruismo, además no solo orgullo es lo que podemos sentir sino una felicidad inmensa de saber que tenemos la capacidad de brindar ayuda, de dar consejos, de ofrecer felicidad atreves de un simple acto de solidaridad que refleja todo el amor y el deseo de lograr no solo un bien individual si no un bienestar y la felicidad para todos  deseamos. Quizás hemos logrado esto porque nosotras mismas nos hemos visto desprotegidas desde épocas antiguas, invisibilizadas y marginada en esta sociedad en la que el hombre ha venido siendo la medida de todas las cosas.

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