Con
sabor
A CARIBE
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Por:
Álbaro
Ávila
Cortesía: Grupo Reforma
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Mover
la cadera y los hombros a ritmo de una buena cumbia, salsa o vallenato
requiere tanta gracia y cuidado como elegir el lugar ideal para
hacerlo
Ciudad de
México (Abril 2003).- Quien no sepa nadar, que se quede
a la orilla de la alberca. Quien no aprenda a conducir, que contrate
un chofer; pero quien no sepa bailar... mejor que se retire de la
pista.
Y es que en la Ciudad de México la oferta es muy basta para
quienes de verdad saben mover la cadera y los hombros. Sin embargo,
escoger un buen lugar para rumbear o irse de juerga el fin de semana
no es una tarea fácil y requiere el mismo cuidado y dedicación
que el baile mismo.
Hay
para todos los gustos, presupuestos y edades. Mientras algunos menores
de 25 años apuestan a tomar la copa en los llamados "bares
lounge"; otros, de más de 30, insisten en que en el
Caribe se puede tomar, bailar y hasta oler en los bares y discos
de la ciudad.
Pero si en un lounge la conversación, el atuendo del día,
"echar el drink" y cerrar negocios son las apuestas, en
el antro pachanguero, si es que así se le puede llamar, prevalece
la gracia al bailar, el gusto por escuchar música y el ligue
a un ritmo más acelerado.
Y si bien el son cubano --con todo y la moda que impuso Compay Segundo
y los Buena Vista Social Club-- es el giro y género que más
se vive y escucha en varios lugares, no es el único. En el
DF hay sitios donde se puede bailar una buena salsa, recordar a
los grandes de este género como El Gran Combo de Puerto Rico,
disfrutar de un rico vallenato de Diomedes Díaz, bailar el
"pasito tum tum" o un merengue dominicano "ripiao"
apretadito y dando vueltas.
Lugares hay para escoger, pero he aquí una recomendación
de dónde ir a gozar, dónde bailar o ver bailar y dónde
degustar platillos típicos como una rica arepa (especie de
gordita típica de Colombia y Venezuela), un mojito, o una
ropa vieja, plato cubano de carne deshebrada con guiso de tomate.
Baraimas
El dibujo de
Tongolele y Tin Tan que reposa en una de las paredes es el mejor
recibidor. Aquí se puede encontrar una gran variedad de personajes:
desde el señor de 70 años que da muestra de lo que
es bailar bien un danzón o una rica salsa, ataviado con traje,
moño y zapatos de charol, hasta la pareja de enamorados que
conoce los éxitos del pasado.
Baraimas
es un salón de baile. Las escaleras que transportan al segundo
piso donde está ubicado no tienen el glamour cinematográfico
del típico salón de los 50, pero ya adentro y con
las orquestas La Nueva Familia y Nueva Nostalgia la rumba es para
gozar. El cover es de $40, pero se vale quedarse ahí sin
necesidad de consumir.
Hay quienes afirman que Baraimas es para ir a ver bailar. Otros
dicen que es un sitio para verdaderos conocedores y bailadores.
Cuando descansan las orquestas, la música que se escucha
no es la del momento y esa es una de las fortalezas del lugar: música
sí, pero sólo la buena de antaño.
La Covacha
de la Habana
Ubicado
en la Colonia Roma muy cerca de Mama Rumba y el Rincón Cubano,
en la Covacha de la Habana, además de disfrutar platillos
de la Isla como las macitas de cerdo y la ropa vieja, la fusión
de comida italiana y mexicana es otro plus.
Tiene una buena carta de licores, donde no falta el ron y varias
orquestas que interpretan son, merengue y salsa. Todos los grupos,
sin excepción, son conocedores de la buena música,
de la viejita y la nueva, quizá por eso el público
es variado, desde chavos hasta parejas grandes. Ya en la pista,
que se puede divisar desde cualquier ángulo, lo de menos
es la edad porque en este pedacito de Caribe la rumba es para todos.
El Portón
de la Candelaria
Al entrar a
este lugar no es una exageración afirmar que es un rinconcito
de Colombia. La decoración es similar a la de una tienda
guasca ¿Qué es eso? Tienda típica de los pueblos
de este país sudamericano donde se toma aguardiente, café
y se baila de vez en cuando.
En el día, El Portón de la Candelaria es para degustar
su gastronomía: refrescos, dulces y platos colombianos. Los
fines de semana, el lugar invita a la parranda con el conjunto vallenato
que es otro de sus atractivos.
De hecho, cuando el cantante Carlos Vives viene a México
visita este lugar. O sea que es el espacio ideal para aventurarse,
si es que no se sabe, a bailar un buen vallenato, ritmo de la costa
caribe colombiana, dado a conocer al mundo por el mismo Vives (aunque
en Colombia hay otros talentos de este género de la música
tropical).
La Nueva
Cuba
Los sábados
la rumba no para. Y es que si quiere ir con la familia, disfrutar
el bufete a partir de las 15:00 horas y de paso danzar los mejores
sones, entonces este es el lugar ideal. Los sábados hay orquestas
toda la tarde y noche, hasta las 2:00 de la madrugada. Abre todos
los días ofreciendo servicio de restaurante.
En la Nueva Cuba, lugar que empezó hace seis meses, uno de
los atractivos es Luis Ángel Silva "Melón",
cantante que se ha convertido en una especie de insignia del son
cubano hecho con calidad en México, además el señor
pone a gozar igual, al muerto de pereza o cansancio, que a viejos
y a jóvenes. No quedarse sentado en la mesa más de
cinco minutos parece ser la consigna de las agrupaciones que aquí
tocan.
No hay cover y la rumba fuerte empieza a partir del jueves. Recomendable
el mojito cubano que lo preparan muy bien.
Tierras Colombianas
Varios personajes
colombianos como el pintor Fernando Botero y la actriz de Café
con Aroma de Mujer, Margarita Rosa de Francisco, le darán
la bienvenida... a través de sus fotografías que,
junto a las de otros personajes de este país, hacen parte
de la decoración del lugar.
Tierras Colombianas cuenta con una buena carta de alimentos típicos
de Colombia, como la Bandeja Paisa y el Ajiaco con Pollo. En el
día, el lugar lo ocupan ejecutivos de las empresas de la
zona, que van a curiosear y/o conocer, y en la noche, especialmente
los fines de semana, la rumba se goza a lo que más da.
Hay conjunto vallenato que de vez en cuando permite que uno de los
comensales se eche un palomazo. No faltan los temas clásicos,
como "La Gota Fría" de Carlos Vives y los buenos
merengues. Recomendable el ron típico de este país
y para botanear los patacones y las arepas.
Mayo
2003
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