lunes, 22 de enero de 2007

Chocolate

Chocolate

- ¡Siéntate, infeliz!
La regla se partió en su brazo y el pedazo sobrante quedó en el suelo, estático, en un instante donde todos los niños callaron. Me sobrepuse en cuanto pude, mirando su cara cubierta de lágrimas y volví a ser el maestro en el salón de clases, recuperé el control. Su extremidad mostraba una franja roja de dolor que evidenció aún más la delicadeza de su piel.
- ¿No te dije que no anduvieras parado?
El mantuvo su mirada, limpia, como la de todos los niños, sin rencor, como la de aquel que todo lo perdona, y contuvo el llanto, no sé cómo.
- ¿Qué quieres?
Acercó entonces su pequeña mano, me dio un chocolate y me pidió perdón. Fue a su lugar y se quedó sentado. Yo busqué un nuevo trabajo.

Merino Flores, Carlos Luis. Te quiero y otras mentiras.

5 comentarios:

Erikita dijo...

Esta bien

Erikita dijo...

Está feo

Osbaldo Quiroz dijo...

Está feo

Leonardo Sanchez Coello - Conocer Ciencia dijo...

Oigan ¿por qué no continuan posteando en este blog?

Unknown dijo...

Este libro forma parte de mis libros favoritos... Lo conservo desde hace casi 20 años