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Romero y Azahar, el restaurante que crea y construye comunidad

Por Animal Gourmet

Crear y construir son los verbos que más escuché ese día. Todos son hombres, todos compiten entre sí, todos han puesto en alto en nombre de Monterrey y su cocina, y todos son amigos, muy amigos. Ese sentido de camaradería no es común en otros sectores. Los cocineros que están rompiendo esquemas en este país y que han destacado por fantásticas propuestas son, además, camaradas. Para muestra un botón.

Escuché por primera vez a Alfredo Villanueva en Mesamérica. Su historia es honesta, la de un hombre que poco a poco fue encontrando su quehacer y fue hasta que migró a Monterrey, y comenzó a dedicarse a cocinar, que encontró su destino.

Aquella ponencia en donde por primera vez lo ví la presentó el grande de los grandes en Nuevo León, maestro y amigo de muchos de ellos, Guillermo González Beristáin, quien dijo que fue pocos días después de haber abierto Pangea (hace 15 años) que conoció a Alfredo, y lo describió como uno de los cocineros autodidactas que más reconoce. Esa sí que es una flor.

Meses después, con enorme gusto, volaba a Monterrey para vivir de cerquita lo que intuía iba a ser un festejo de amigos. Tan pronto pisé tierras regias y me reuní con ellos supe que se trataba de un momento especial que no sólo celebraba la apertura de un muy esperado proyecto, sino la muestra de apoyo de muchos grandes cocineros que estuvieron ahí no solo para probar, sino en un acto solidario de apoyo y de inyección de energía.

En distintas ciudades y con propuestas gastronómicas muy variadas, todos los cocineros que estuvieron esa noche ahí han iniciado un restaurante, todos han crecido mucho, poco a poco, y todos abrazaron el proyecto de Alfredo Villanueva. Porque eso es crear comunidad, como lo he escuchado de varias voces regias quienes, como logia, discuten, comen, piensan, idean y crean un movimiento importante.

La cocina y platillos del nuevo restaurante de Alfredo Villanueva están pensados para consentir al comensal. // Foto: @alfredovu

La cocina y platillos del nuevo restaurante de Alfredo Villanueva están pensados para consentir al comensal. // Foto: @alfredovu

Y esta vez le tocaba a Alfredo Villanueva. En la apertura de su muy esperado restaurante Romero y Azahar no se vieron mas que muestras de cariño. Entusiasmados, cocinero y socio mostraban la cocina, el equipo, las ideas y los sueños.

“Desde aquí voy a controlar la música –me contaba Alfredo-, quiero ir siguiendo al cliente en su experiencia de una cocina cálida, también con música. Queremos ofrecer platos para compartir, platos que te llenan el alma con referencias de tradición pero en un espacio novedoso”, continuaba mientras me mostraba sus nuevos juguetes de cocinero.

X-box, el restaurante que exitosamente ya comanda Alfredo en Monterrey, es cocina que consiente. En un local que con un enorme horno y aún más grande corazón consiente a los comensales con “confort food. De la misma forma cuentan que también lo hacían San Luisito, el Botanero Santa Lucía, La Cañita y el Botanero Cumbres, locales con los que inició en la capital regia.

Romero y Azahar es otro concepto, es un espacio pensado para acoger al comensal que va a recibir un trato cercano. La cocina está diseñada con estación para el chef y una barra en donde él mismo servirá, un ejercicio poco común en México que yo celebro y que estoy segura el comensal regio va a apreciar enormemente. Nuevamente, cercanía y cariño con el cliente que hoy ya tiene favoritos como las albóndigas de cordero y menta en salsa de comino.

En Romero y Azahar vi el antes y el después de un arroz meloso con lechón al romero y de un betabel curtido; los vi al ser preparados en la cocina, y al producir sonrisas en los alrededor de veinte comensales que ocupábamos esa riquísima mesa. Pero más importante, en Romero y Azahar vi el antes y el después del cocinero, al que le auguramos muchísimo éxito porque conoce bien a su comensal y ha sabido diseñar una propuesta congruente con lo que le gusta a él y le gusta a su cliente.

Alfredo Villanueva ha creado, construido y es, como los presentes esa noche, comunidad. Enhorabuena.

Romero y Azahar

Dirección: Avenida de la Industria #300,  local 12, San Pedro Garza García, Monterrey, Nuevo León.

Teléfono: 01 818 335 2090