Testimonio de una familiar

Mi nombre es Ángeles y vivo en un pueblo de Jaén.

Vengo a la Asociación par apoder curar a mi marido de ludopatía.

Llevo casada 40 años, mi marido lleva muchos años enganchado al juego de las máquinas tragaperras. El carácter de mi marido, desde el principio ha sido bastante fuerte y humillante; por nuestras convicciones religiosas tuvimos familia numerosa. Yo pensando en mis hijos he ido aguantando todo, en muchas ocasiones se pasaron ideas por mi cabeza de hacer cualquier disparate, pero ¿como abandonarlo todo si ellos me necesitaban?.

Como toda familia que vive con esta enfermedad hemos pasado por una serie de problemas económicos bastante fuertes. Mis suegros y mis hijos mayores en muchas ocasiones nos han ido sacando de situaciones bastante fuertes, hasta que llegado el DIA que ya no se podía aguantar más, gracias a Dios se ha convencido de que realmente estaba enfermo y ha dado el paso de querer ponerse en manos de este centro de rehabilitación.

En muchas ocasiones mis hijos han hablado con su padre de problema que tenía, pero como todo jugador, nunca quería darse cuenta de lo que le pasaba. Hasta que llegó el día que el mismo se vió metido en un pozo sin fondo y aceptó que se le prestase ayuda.

Mis hijos estuvieron buscando en internet centros de ayuda para este gran problema y encontraron AGRAJER, con el cual nos pusimos en contacto.

LLevamos cuatro meses asistiendo a las reuniones de terapia que ofrecen en este centro, siento que estamos recibiendo bastante ayuda.

Aquí cada persona viene con su problema, intenta explicarlo para que los demás se den cuenta de que estan en igualdad de dichos problemas. Los psicólogos y monitores nos etsán dando diferentes clases de terapia para que poco a poco se vaya rehabilitando.

Uno de los primeros consejos que nos han dado es que el enfermo no lleve dinero par ano caer en la tentación de volver a jugar. Los familiares tenemos que estar siempre en guardia para poder ayudarles, no dejándolos sólos, acompañandoles en todo momento.