jueves, 10 de junio de 2010

Y se fue Mayo

Mañana estaré cumpliendo justo un mes de mi primer día en Coppel. Justamente mañana estaré en mi habitación despierto desde antes de las 7 de la mañana preparándome para ver el inicio del mundial de Sudáfrica 2010 para posteriormente poder ver el partido de México contra la selección anfitriona.
Aprovecharé que mañana casi tengo el día libre para poder disfrutar de mi vicio del futbol, pero en la tarde continuaré con la fastidiosa tarea que me han asignado esta semana: encuestar a clientes de la competencia.
En este mi primer mes han sucedido cosas muy chidas, me he ido acostumbrando a esta nueva forma de vida y aunque hay muchas cosas que extraño también hay muchas cosas que me están gustando y que puedo acostumbrarme muy fácilmente. Es más, ya lo estoy haciendo.
El balance general de mi primer mes es bueno, se fue mayo y puedo decir que en menos de 30 días aprendí mucho sobre mi nueva empresa. Aprendí de memoria sus valores, misión y visión, pero también comprendí sus políticas, reglas, decisiones y procedimientos. Conocí los distintos manuales que guían a las tiendas y me he estado capacitando en cada uno de los aspectos que como gerente deberé conocer para realizar mejor mi tarea.
En este mes me ha tocado ir a cursos tanto en Lagos de Moreno como en León, acompañado de los demás gerentes en entrenamiento. En León, por ejemplo, estuve durante tres largos días aprendiendo los pormenores del Programa de Gerenciamiento de Coppel, un sistema que ayuda a la mejora continua de los colaboradores y gerentes, y por lo tanto, estimula a incrementar las ventas diaria, semanal y anualmente.
Durante estos tres días me divertí mucho y aprovechamos los conocimientos gastronómicos de nuestro compañero Gerardo Favila para aprovechar y gastar los viáticos que nos habían otorgado. Visitar el Sirloin Stockade fue una grata experiencia, en donde pudimos disfrutar de muchos, pero muchos, en verdad muchos platillos diferentes. Sé que puede sonar a gula, pero en verdad lo disfrutamos.
Para el último día lo pusimos en sorteo y la comida árabe fue nuestra elección. Los sabores fuertes no son lo mío, pero probar algo nuevo me hizo recordar los sabrosos platillos en mi casa. La carne cruda, el puré de garbanzo, el jocoque y la salsa de soya no son de mis preferidos, pero aún así comí un poco de todo lo que nos sirvieron, sin preguntar que era o de donde provenía.
Dentro de las experiencias que he ido teniendo también están las convivencias con los compañeros. Para empezar fui recibido por Víctor Ramos, gerente de ropa quien también irá a Coppel Teocaltiche y quien es mi vecino. Coincidió que tenemos un amigo en común, el Chiquis, quien yo conocí gracias al futbol al igual que Víctor.
De hecho, Víctor junto con Esaúl, fueron los primeros en llevarme a conocer las noches en Lagos. Empezamos en el carro de Víctor, seguimos en el Exxeso, continuamos en La Parranda y la verdad no sé ni donde terminamos. Eran las 4 de la mañana cuando llegué a dormir, pero eso sí, al día siguiente todos estábamos listos a las 9 en punto en nuestra tienda.
Con mi primera quincena yo les había prometido a mis compañeros un cartón para celebrar, y todos accedieron.
Además, había aprovechado para adquirir un refrigerador y una pequeña sala para ir armando mi departamento, y pues era necesario ponerle una estrenada.
Nos juntamos varios de los compañeros de muebles, ropa y bancos. Conectamos el refri y lo llenamos hasta el tope de cervezas. Fueron por un microcomponente para hacerles ruido a los vecinos. Las chavas prepararon unas tostadas con salsas y cueritos. La fiesta se puso buena, desde las 4 de la tarde hasta la 1 de la mañana. Alguien se cayó al estar bailando, alguien le aventó una botella a otro, alguien se le declaró a otra, alguien se quiso suicidar de la ventana, alguien no sabía ni donde estaba, alguien fue buscada por su mamá, alguien fue sacado del departamento por su esposa, alguien se quiso pelear, y yo solo me quería dormir porque la mañana siguiente tendría que ir a León al curso.
Y sí, mañana empieza el mundial, mañana empieza mi segundo mes, tendré que seguir haciendo encuestas, pero creo que así como se fue mayo se irá junio, si no es que más rápido, gracias al balón en el continente negro.

lunes, 7 de junio de 2010

Sobre cómo me regreso a Teocal.

En Coppel se trabaja todos los días, de lunes a sábado de 10:00 am a 8:30 pm. Los domingos de 10:00 a 3:00 pm.
Todos los trabajadores tenemos derecho a un día entre semana de descanso, además de un domingo cada quince días, es decir, que al mes, se descansas 6 días.
Yo le propuse a mi gerente de zona que me apoyara dándome los lunes de descanso, para así, cuando me tocara descansar los domingo tuviera la oportunidad de tener dos días para visitar a mi familia.
Pero ese no es el problema. En lo que estoy teniendo más dificultades es en el camino de Lagos a Teocaltiche ya que no hay un camión directo, entonces lo único que puedo hacer es tomar un camión de Lagos a Aguascalientes y luego de Aguascalientes a Teocaltiche.
Y aquí se presentan dos situaciones muy apretadas.

La primera es cuando no descanso los domingos.

En esta situación salgo de trabajar a las 3 de la tarde, tomo el camión de Lagos a las 4:00 pm para llegar a la Aguascalientes a las 6:00 (son dos horas de camino por que el camión va subiendo gente en todo el trayecto y para colmo hace parada en la Central de La Chona).
En Aguascalientes tomo el camión a las 6:15 para venir llegando los domingos a las 7:15 a la Plaza de mi Teocal. Lo malo de estos días, a parte del largo viaje de tres horas, es que llego muy noche, cansado, y en un día donde mi familia tiene mucho trabajo. Yo llego y les ayudo en la Nevería, pero también me gusta ir un ratito a la plaza con mis amigos.
Tengo todo el lunes para desayunar, comer y cenar con los míos. Para platicar, ver la televisión, salir con mis amigos, y desestresarme un poco. Duermo temprano para el martes tomar el primer camión que sale a San Juan de los Lagos a las 6:50am, y después transbordar de San Juan a Lagos y llegar a Coppel a las 10 am, justo a tiempo para abrir la tienda.

La otra situación es cuando me toca descansar el domingo y el lunes.

En estas ocasiones lo que haré es trabajar el sábado un horario corrido, es decir, no salir a comer en la tarde para salir a las 6:30 pm y poder tomar el camión en Lagos a las 7:00 pm.
De esta manera llegaré a Aguascalientes justo 5 minutos antes de las 9:00 para tomar el último camión de la ciudad hidrocálida a mi Teocal. El día que por algún motivo el camión de Lagos a Aguascalientes haga más de dos horas, me tendré que quedar a dormir en la casa de Aguas, para el domingo tomar el primer camión y llegar a mí querido pueblito.
La forma y horario de regreso es igual. Tomo el camión de las 6:50 am el martes con rumbo a San Juan, de allí transbordo a las 9 en el camión que va a Lagos para llegar a las puras 10 a la tienda.
Cabe señalar que la Plaza Capuchinas, en Lagos de Moreno, en donde está la tienda Coppel donde trabajo, está a menos de 500 metros de la central camionera, es decir, menos de 5 minutos caminando.

miércoles, 2 de junio de 2010

Batallando los primeros días

El martes 11 de mayo llegué a Coppel de plaza Capuchinas en la ciudad de Lagos de Moreno. Me había subido al camión que todos los días me llevaría a este centro comercial, y los nervios de pronto me comenzaron a invadir.
Me presenté con mis papeles, cumplí los requisitos y me entregaron un itinerario, un programa paso a paso de todas las acciones, actividades, cursos y tareas que debo realizar durante mi entrenamiento, un entrenamiento que durará mucho tiempo, y que ese día me abrumó por los plazos y tiempos.
Me llevaron al centro de muebles, me presentaron con Esaúl, el gerente, quien me dio la bienvenida y me presentó a cada uno de los colaboradores, a Gerardo y a César de Bodeguita, a Lolis, Marisol y Ana de facturas, y a los vendedores, Deysi, Armando, Lupita, Mayra, Mary, Humberto e Irma.
La neta los primeros 3 días estuvieron bien aburridos.

No estaba acostumbrado a cumplir un horario de todo el día, de pronto me sentía que estaba flotando, como si estuviera estorbando, no sabía ahora que tenía que hacer. Salía dos horas a la comida pero perdía 45 minutos entre la ida y la vuelta en el camión. Llegaba a una fonda de comida corrida que la verdad si hace muy rico de comer y que adopté como el lugar oficial para ir a echar taco.
Llegaba cansado a mi casa durante la primera semana. Mi departamento no tenía más que un foco, mi tele solo sintonizaba el canal de las estrellas y para colmo, por el horario, solo podría disfrutar de la súper novela de La Dueña. No MAM….S.
Además no tenía refri, no tenía estufa, no había boiler y por lo tanto, todos los días me bañaba con agua tibia para colmo. Por lo menos no estaba fría, y no estaba fría gracias a que el departamento está hasta arriba del hotel, y el hotel si tiene que tener agua caliente todos los días.
No conocía a nadie, no sabía a dónde ir, me sentía abrumado en la tienda pero poco a poco fue cambiando. El fin de semana fue el parte aguas. Tuve mi primera plática con mi gerente de zona, el cual me dijo que era lo que debía hacer, me dio instrucciones pero también me dijo que me veía temeroso. La verdad si tenía un poco de miedo, porque no sabía que pex, no sabía si lo estaba haciendo bien. Le tenía miedo al fracaso.
El domingo por fin me pude ir a mi pueblo por primera vez. Tenía tanto que contarles a mis amigos y familiares, pero las horas estaban en mi contra. Ese domingo trabajé y me dejaron salir a las 3. Tomé el primer camión de Lagos a Aguascalientes a las 4 de la tarde. Hice dos horas y a las 6:15 tomé el camión a Teocal.
Allí me recibieron como siempre. Era domingo, el día se estaba acabando y para colmo, es el día más laborioso para la familia. Me reuní con mis amigos, les dije como estaba batallando, de mi experiencia, de lo bueno y de lo malo, pero como siempre, me subieron el ánimo, me cargaron las pilas.
Al día siguiente, lunes (mi día oficial de descanso) mi familia organizó un paseo a las albercas a La Chona. Allí nos quedamos todo el día, platicamos como siempre y listo, de regreso a mi nueva ciudad.

Consiguiendo casa en Lagos

El contrato estaba hecho. La fecha pactada para comenzar la mudanza a la ciudad de Lagos de Moreno Jalisco se fijó para el lunes 10 de Mayo.

Este iba a ser un Día de las Madres muy especial

pues mi mamá había hecho el festejo un día antes sabiendo que no podría acompañarme a mi nuevo departamento.
Y tempranito salí de la casa en Teocaltiche. Sólo pude subir a la camioneta una mesa y una silla, la tele, mi computadora y mi ropa. La siguiente parada sería en la casa de Aguascalientes, de donde sacaría mi cama. Sólo con estos muebles llegué a Lagos, aún sin saber si habría un departamento desocupado.
Por parte de Coppel me habían dado referencia de una persona que podría rentarme el departamento. Me presenté con él y en menos de 15 minutos me dio la llave para el departamento numero 11.
Junto con mi papá y mi hermano la mitad del día había transcurrido. Llegamos al domicilio y comenzamos a subir las cosas. El departamento estaba listo, amplio, sólo. En pocos minutos acomodé mis cosas, me despedí de mi hermano y mi papá y me quedé en casa listo para ir a trabajar el día siguiente.
Fue un 10 de mayo.