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MIS HERRAMIENTAS CASERAS

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CUNA PARA PERFORAR CUADERNILLOS:

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Cuando no se tiene prisa, es preferible y más fácil perforar los cuadernillos con un punzón que usar la sierra, para ello conviene utilizar una cuna. En Internet pueden encontrarse plantillas para la construcción de cunas de cartón, pero yo preferí hacerla con materiales más consistentes, por lo que fabriqué una con cuatro trozos de perfil de aluminio, unidos con remaches, y un poco de DM. Con esta cuna, que puede verse en las fotografías, perforé los cuadernillos del primer libro que encuaderné.

La segunda fotografía es una vista inferior de la cuna, que está colocada sobre la caja que se utiliza para guardarla. En ella se aprecia la sencillez de su construcción.

El ángulo que está puesto sobre la cuna, en la tercera foto, tiene taladros cada centímetro, lo que es suficiente para el cosido con cuerdas. Pueden verse también dos reglas metálicas unidas por una tira de loneta que pueden utilizarse cuando el cosido se realiza con cintas, o cuando la distancia entre perforaciones no es un múltiplo de un centímetro. El ángulo de aluminio que se ve en la parte superior de la imagen tiene agujeritos cada 1,5 cm y lo utilizo para el cosido con cintas.

TELAR RUDIMENTARIO PARA COSER LOS CUADERNILLOS:

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Como se deduce de la simple observación del despiece de este telar, su gran ventaja es el poco espacio que ocupa.

En la siguiente foto, el telar está ya montado en la mesa de trabajo. Las cuerdas o cintas se introducen por el espacio que queda entre el listón y la cara inferior de la mesa, para atarlas a la varilla que ahora está sobre la plancha de cortar. Para la sujeción de las cintas es mucho más práctico utilizar pinzas de las que se usan para colgar cortinas, del tipo de las doradas que pueden verse en la foto del despiece.

Este telar, que hice para coser mi primer libro como algo provisional, he venido utilizándolo hasta la fecha con buenos resultados. Algún día haré algo parecido pero mejor terminado.

En la caja azul, que se ve detrás del telar, caben perfectamente: las “chillas” colocadas sobre ella, el telar, hilos, cuerdas, cintas… etc.

Las “chillas”, construidas también provisionalmente para trabajar sobre la mesa, las colocaba con el libro ya sujeto, entre las dos tablas en un pequeño banco de bricolaje en el que, bien amordazado, sacaba los cajos.

PRENSAS VERTICALES:

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La prensa de la primera fotografía está construida con un pedazo de “U” de 80 mm, un husillo viejo de banco de carpintero, varilla roscada M16 y tubo de acero soldado de 18mm de diámetro. Los tableros son de DM de los siguientes espesores: 30 mm el superior y 19 mm el inferior (dos tableros encolados).

La segunda prensa es igual que la anterior, con la diferencia de que el husillo es más corto y robusto, y aún está sin barnizar.

ENTENALLA:

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Con unos alicates vulgares, un pedazo de chapa, y cuatro tornillos puede fabricarse uno mismo una entenalla. Además, por lo menos la que yo hice, que puede verse en la fotografía correspondiente, funciona perfectamente.

ESQUINERAS:

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En la primera fotografía, pueden verse tres plantillas para cartones de 2, 3 y 5mm, y una escuadra, aún en precario, cuyos lados perpendiculares miden 11cm. Las plantillas acabas no utilizándolas, porque nunca las tienes a mano, y para cuatro esquinas.....

La escuadra es de utilidad para otros menesteres y una regla metálica la tienes siempre a mano. Una vez situada la escuadra en la posición correspondiente al espesor del cartón, se coloca la regla (ver segunda fotografía), se retira la escuadra y ya se puede cortar la esquina con un cúter.

ESTUCHES:

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Muy aconsejables para poner un poco de orden en las herramientas de mano.

Para hacer el más estrecho, como puede verse en la primera de las fotografías ampliada, se aprovechó un estuche de lapiceros viejo. El otro, de piel, está realizado íntegramente a mano, para poder guardar martillos y otras herramientas más voluminosas.

TABLAS Y GATOS:

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Para la mayoría de los trabajos a realizar en el libro, es suficiente con dos tableros de madera sujetos con gatos o mordazas. Los de la fotografía son de DM de 16mm. Los gatos abrazan también otras dos piezas de DM de 19mm, para darle más estabilidad al conjunto.

PESAS:

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Para prensar, pueden utilizarse: discos de mancuernas, pesas viejas, discos de alteras etc.

PLANCHA:

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Una plancha vieja, atornillada a la tapa de una caja, puede ser útil para calentar los hierros de dorar, como puede verse en la tercera fotografía.

CHAPAS PARA RISCLAR:

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Con cualquier chapa metálica fina pueden hacerse estas plaquitas para proteger los cartones cuando se risclan las cuerdas.

PINZAS

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SUJECIÓN DE LOS HIERROS DE DORAR PARA CALENTARLOS EN UN HORNILLO.%C*

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Siempre que he tenido que calentar diferentes hierros para dorar, me he encontrado con problemas para sujetarlos de manera que no puedan caerse con facilidad, y que asienten correctamente en la superficie caliente del hornillo.

En la fotografía SD1 pueden verse una serie de soportes y pinzas con los que creo que se solucionan satisfactoriamente dichos problemas.

En la imagen SD2 se muestra el primer hornillo que tuve y que aún lo utilizo, aunque tiene el inconveniente de que tarda excesivo tiempo en adquirir la temperatura adecuada. Está construido con una vieja plancha unida a la tapa de una caja de madera. Puede verse en algunas de las fotos anteriores.

A la caja se le ha unido, mediante mordazas, uno de los listones de madera con taladros que permiten el paso de los soportes de alambre galvanizado. La altura de los soportes se regula con unas pinzas de plástico, denominadas tancas, que hacen de tope.

A la caja se le ha unido, mediante mordazas, uno de los listones de madera con taladros que permiten el paso de los soportes de alambre galvanizado. La altura de los soportes se regula con unas pinzas de plástico, denominadas tancas, que hacen de tope.

Otro sistema de calentamiento mucho más rápido es el alcohol metílico. Este sistema tiene la desventaja del olor y de que al calentar los hierros en exceso hay que utilizar una esponja mojada para enfriarlos hasta la temperatura adecuada.

A continuación, las fotografías muestran un antiguo hornillo de alcohol utilizado para este menester, sobre el que se coloca un trozo de tela metálica para mosquitera que distribuye uniformemente el calor.

Otro sistema de calentamiento mucho más rápido es el alcohol metílico. Este sistema tiene la desventaja del olor y de que al calentar los hierros en exceso hay que utilizar una esponja mojada para enfriarlos hasta la temperatura adecuada.

Las fotografías SD3, SD4 y SD5 muestran un antiguo hornillo de alcohol utilizado para este menester, sobre el que se coloca un trozo de tela metálica para mosquitera que distribuye uniformemente el calor.

El componedor se sujeta mediante el procedimiento ya descrito, y la rueda, de mango largo, mediante otro parecido. En este otro sistema, el soporte va colgado de una especie de pórtico formado por dos listones y un pedazo de espiga de madera. El soporte de alambre cuelga de una argolla (en las fotos SD1 y SD2 pueden verse estas argollas doradas) y la regulación en altura se consigue, lo mismo que en el anterior procedimiento mediante una tanca.

La fotografía SD6 muestra otro hornillo de más potencia con su caja.

En la fotografía SD7 puede verse un detalle de la regulación en altura de los soportes.

En la Asociación Tejuelo de Zaragoza, fotografía SD8, se ha adoptado también un procedimiento análogo.

OTRO SISTEMA DE SUJECIÓN DE LOS HIERROS PARA DORAR:

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En la fotografía SD9 puede verse un soporte formado por dos alambres galvanizados de 3mm de diámetro unidos por un tubito de 30mm de longitud roscado interiormente, al que se le han realizado dos taladros para introducir por ellos los citados alambres. Estos tubos, que pueden encontrarse en cualquier ferretería, se utilizan para la unión de armarios de cocina, y es conveniente adquirirlos con rosca métrica para poder encontrar fácilmente tornillos que permitan apretarlos y aflojarlos sin utilizar ninguna herramienta.

La gran ventaja de estos soportes es que al poderse regular vertical y horizontalmente permiten sujetar convenientemente cualquier hierro.

En la imagen SD10 pueden verse cinco soportes idénticos soportando distintos tipos de hierros. En ocasiones, cuando hay que calentar ruedas, es aconsejable impedir el giro del mango de madera para que la rueda asiente debidamente en la superficie plana del hornillo. Esto puede hacerse con un anillo elástico como puede verse en el mango de la rueda más próxima y con más detalle en la siguiente fotografía (SD11). Los anillos tóricos que pueden verse en la imagen SD11 se utilizan para juntas en fontanería y pueden encontrarse de diferentes tamaños en ferreterías.

Sustituyendo la varilla de alambre acodada por otra recta pueden sujetarse con el mango vertical los florones y viñetas que queramos calentar en esta posición. Obsérvese como se impide el giro sobre el eje vertical del soporte para evitar una caída accidental del hierro de dorar. La ilustración SD13 permite ver con mayor detalle la forma de impedir el giro del soporte.

Don Luis (imagen SD14) después de cambiarse las gafas mira con suspicacia los soportes. Pues si don Luis, funcionan y son de utilidad, aunque seguro que en vez de utilizarlos seguirá apoyando sus hierros en cualquier lata de sardinas u otro objeto que tenga a mano, incluido el bolso de alguna de sus alumnas.

PEQUEÑO HORNILLO ELÉCTRICO:

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El hornillo eléctrico que se presenta es muy práctico por su tamaño (placa de tan solo 5cm de diámetro) y potencia (450 W.) y es más que suficiente cuando no se quieren calentar más de dos hierros simultáneamente.

En la primera de las fotografías, puede verse como se le han añadido dos pretinas para evitar el volcado del hornillo cuando se calienta una rueda u otro hierro de mango largo. También pueden verse una serie de pletinas, alambres galvanizados, tornillos y tuercas que permiten sujetar los hierros a calentar evitando su accidental caída.

En el resto de las fotografías se presentan algunas de las maneras de sujetar diferentes tipos de hierros.

LAS CHIFLAS DE DON LUIS:

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Aunque algún academicista encuadernador novel lo pondrá en duda, mucho antes de que yo hubiera encuadernado un libro, Don Luis García Irigoy había rebajado muchos kilómetros de piel con las chiflas de la fotografía. Las chiflas, que aún utiliza de vez en cuando, son unas espátulas de pintor debidamente afiladas. Quizá sean necesarias unas manos como las de D. Luis para manejarlas correctamente.