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Casos de anorexia y bulimia en adolescentes*

Published by sara under on 19:42



1. Caso de Jessica:
Jessica es una de las estudiantes más inteligentes del sexto grado. Cuando no está estudiando, está jugando en el campo de básquetbol o generando ideas interesantes en las reuniones del consejo estudiantil. Se siente muy confundida si saca menos de una A en una prueba, y todos sus amigos están convencidos que será la primera mujer presidente.
Un día en una reunión familiar, una de las tías de Jessica le agarra una de las mejillas y dice algo acerca de «gordura de bebé». Jessica sabe que su tía está bromeando pero el comentario le queda sonando. Decide ponerse a dieta. Al principio disminuye los dulces y empieza a usar después de la escuela el aparato de andar de su papá. Comienza a perder peso y la gente lo nota. Le preguntan si está a dieta y a veces le dicen que ¡se ve muy bien! Muy pronto, Jessica se pesa todas las mañanas y todas las noches. Come menos y menos, apunta cada caloría y gramo de grasa en su diario de dieta y hasta cuelga fotos de modelos en la pared como inspiración.
Jessica empieza a sentirse molesta y gruñona todo el tiempo. No acepta invitaciones a fiestas porque no quiere tener la tentación de pasabocas grasosos. Les contesta bruscamente a sus compañeros cuando le preguntan qué está mal. Se siente mareada y fría y no puede concentrarse en nada que no sea su dieta y ejercicio. A pesar de que los números le dicen que ha perdido peso, Jessica no lo ve cuando se mira en el espejo. Lo único que puede ver es la gordura de bebé.
Jessica tiene anorexia nerviosa, llamada comúnmente «anorexia». Las personas con anorexia se mueren de hambre. Al igual que en el caso de Magali, el desorden alimentario de Jessica no es en realidad acerca del alimento. En el centro de estas enfermedades hay muchos otros sentimientos y comportamientos. Jessica se esfuerza en ser la primera en todo. No sabe cómo manejar las críticas o las bromas. Su tía probablemente no tuvo ni idea que su comentario hizo sentir a Jessica como un enorme fracaso. En cambio de afrontar a su tía o de hablar con sus padres acerca de la situación, Jessica lo enfrenta todo sola. Piensa que una dieta es la manera de tomar el control de la situación, pero en poco tiempo la situación ha tomado el control de Jessica.



2. Caso de Magali Amadei:
Magali Amadei ha aparecido en la cubierta de revistas de moda. ¡Ha aparecido en comerciales de la televisión, en carteleras y hasta en películas! Con todo ese éxito pensarías que ella es muy segura de sí misma. Pero por muchos años, Magali sufrió de un desorden alimentario llamado bulimia.
Cuando estaba en la escuela secundaria, el hermano mayor de Magali sufrió un serio accidente de motocicleta. Sus padres estaban en el hospital todo el tiempo y Magali tenía miedo. Ésta fue la primera vez que recurrió a la comida. Se hartaba con grandes cantidades de comida en cambio de hablar con alguien acerca de lo estaba pasando. Trataba de ahogar sus sentimientos con pan, galletas, helado; cualquier cosa que estuviera a su alcance. Después, los evacuaba, librándose de la comida vomitando a la fuerza o tomando laxantes.
Unos años más tarde Magali se convirtió en modelo. Participaba en la farándula alrededor del mundo adelantando trabajos de modelado, pero aún así era la misma joven atemorizada con un desorden alimentario. Deprimida, sola y abrumada por la presión de la industria del modelado, usaba el alimento como una manera de afrontar el problema. A pesar de que la vida de Magali parecía fascinante en la superficie, internamente estaba física y emocionalmente confundida. El vómito y el abuso de laxantes enfermaron seriamente a Magali. La garganta le dolía constantemente, estaba ojerosa todo el tiempo y un día finalmente su desorden alimentario se apoderó de ella.
Estaba en una sesión fotográfica cuando empezó a sentirse mareada. El corazón le latía a mil por minuto. Se desmayó en el piso del baño convencida de que iba a morir. Afortunadamente, Magali sobrevivió y logró pedir la ayuda que necesitaba. Después de varios años de tratar de resolver el problema por sí misma, se dio cuenta que no podía hacerlo por su cuenta.
Hoy, Magali está saludabley dedica su tiempo a visitar escuelas para hablaracerca de su experiencia.




3. Caso de Deysi Cedeño:
Una niña de 14 años, procedente de Neiva y con sueños de ser modelo de pasarela, se recupera satisfactoriamente en el hospital de San Blas tras ser internada, hace 13 días, como paciente de anorexia nerviosa. El caso prende las alarmas entre los médicos y sociólogos, al reportarse en el mismo hospital otros seis casos de tendencia suicida entre adolescentes. El médico Gélver Sánchez, director de urgencias del hospital San Blas, al sur de Bogotá, dijo que la menor llegó pesando solo 29 kilos, cuando lo normal para las niñas de su edad y de su estatura, es en promedio de 42 kilos. Según el médico, se diagnosticó que la niña sufre de anorexia nerviosa, originada en la no ingestión de alimentos por razones de depresión, pero que tras el tratamiento ha recuperado 5 kilos de peso. indicó que el peso ideal para una menor de esa edad, de su talla, es de unos 42 kilos. Sin embargo en las últimas dos semanas ha recuperado 5 kilos. La madre de la paciente, Deysy Cedeño, relató a Caracol Radio que la niña ha sido influenciada sicológicamente por sus compañeras de colegio, quienes le expresaban que si quería ser modelo debía cuidarse porque estaba muy gordita. Dijo que al notar que su hija comenzaba a perder peso y a dejar de comer, le reclamó para que tomara los alimentos, pero que ella siempre respondía que estaba deprimida, que no quería comer y que le entendieran que ella no quería vivir. En el hospital San Blas la joven, además del tratamiento contra la anorexia nerviosa, recibe un tratamiento psicológico riguroso para ayudarla a superar las ideas suicidas, explicó el médico Sánchez. Agregó que el centro hospitalario San Blas tiene una sala especial de emergencias sicológicas, donde en la actualidad son atendidos otros seis menores de edad que han manifestado tendencias suicidas.




4. Caso de Alejandra:
Alejandra llevaba dos semanas internada en el hospital Adolfo López Mateos del ISSSTE cuando sólo faltaban dos días para su examen de ingreso al bachillerato, así que pidió permiso para presentarlo. "Salí el sábado y regresé el domingo al hospital, y como me he portado bien y me comí y tomé todo lo que me daban, pude salir a presentarlo. Además tuve muchos días para repasar en el hospital lo que vi en mi curso de preparación".
Tiene 15 años y ha bajado 20 kilos en seis meses. Llegó con 34 kilos al hospital y en dos semanas ha ganado dos más. Alejandra sabía desde que la llevaron a revisión que se quedaría internada; nunca tuvo mareos ni molestias pero se veía cada vez más pálida y desnutrida. "Estoy consciente de que no puedo bajar más de peso. Lo que quiero hacer saliendo de aquí es terminar mi tratamiento y recuperarme".
Antonio, el papá de Alejandra, confiesa que nunca se dieron cuenta de que no comía hasta que se les hizo rara su baja de peso.

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