domingo, 22 de junio de 2008

El niño de las pinturas



Pasear por el centro histórico de Granada es recibir un bombardeo de garabatos que algún frustrado graffitero dejó en algún momento de aburrimiento, da igual si sobre la fachada del cutre edificio donde vivo o sobre una iglesia del siglo XVI. Más allá del debate sobre si el graffiti es arte o más bien algo distinto, lo cierto es que al pasear por las estrechas calles de esta ciudad uno también puede encontrarse en el momento más inesperado con los regalos que nos deja el niño de las pinturas.
Sus graffitis no se limitan a ocupar un muro cualquiera de la ciudad, sino que hacen emerger del olvido un rincón olvidado, un edificio al borde del derrumbe, un barrio demacrado. Si visitan Granada, no olviden ver la Alhambra y tapear en las Bodegas La Mancha, pero tampoco dejen de callejear: sin necesidad de planos es posible que al volver la esquina en la oscuridad se encuentren con los trazos dejados por el niño de las pinturas.
Una entrevista y galerías de sus graffitis podéis encontrarlos en el interesante reportaje que nos ofrece Cecilia Bogaard en Tertulia Andaluza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias! Me alegro que te haya gustado el artículo. La verdad es que nos han encantado las pinturas del Niño de las Pinturas.

Hemos publicado una reseña de este blog bonobeando: http://www.tertuliaandaluza.com/sociedad/internet/resena-bonobeando/

Un abrazo, Cecilia