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Por lo general, las crisis
son el resultado de cambios importantes o eventos traumáticos
que implican un desafío y una reorganización para
enfrentar las situaciones que las desencadenan.
Algunas crisis tienen que ver con los ciclos vitales normales de
la familia, son las llamadas crisis esperadas. Otras, denominadas
crisis inesperadas surgen como consecuencia de eventos traumáticos
que rompen abruptamente la cotidianeidad de personas, instituciones
y comunidades.
Estas crisis tienen un enorme impacto en la vida de las personas
que experimentan eventos tales como enfermedades catastróficas
o invalidantes, la muerte de personas significativas, la cesantía,
el exilio, el divorcio, los accidentes. Como consecuencia, este
impacto produce sintomatología ansiosa y depresiva e impacta
en el sistema inmunológico de los sujetos resultando en una
mayor vulnerabilidad a todo tipo de enfermedades.
Tambien las crisis pueden afectar a grupos e instituciones cuando
ocurren eventos tales como situaciones de violencia y abuso, el
descubrimiento de actos de corrupción, acosos sexuales o
tragedias que afectan a miembros de una institución. Como
resultado, provocan desorganización y confusión que
altera la funcionalidad de las mismas, provocando sufrimiento a
sus miembros y baja en la productividad.
Por último, las crisis también pueden afectar a comunidades
completas en situaciones como son las catástrofes por fenómenos
naturales y aquellas producidas por el hombre, como los conflictos
bélicos, el terrorismo y la violencia institucionalizada.
En estos casos, la crisis provoca una desarticulación de
las redes de apoyo de las distintas instituciones y organizaciones
comunitarias, lo que produce una merma en su funcionalidad y dificultad
para brindar apoyo y servicios a sus miembros cuando más
lo necesitan.
En situaciones de crisis, un apoyo adecuado y oportuno,
puede amortiguar los impactos del evento vital o traumático
que la provoca. Este apoyo puede ser entregado por operadores
sociales primarios y redes sociales naturales que tengan los
recursos y las destrezas instrumentales para hacerlo y tengan la
oportunidad para brindar un primer apoyo y eventualmente la derivación
a redes especializadas. Cuando esto ocurre, estos operadores se
constituyen en un recurso comunitario de resiliencia y contribuyen
a que la crisis se resuelva, resultando en la recuperación
del equilibrio o en el crecimiento y logro de una nueva etapa de
organización, ya sea del individuo, de la institución
o de la comunidad.
Por el contrario, cuando no hay una intervención oportuna,
un porcentaje de la población es capaz de sobreponerse a
la crisis y recuperarse satisfactoriamente, pero otro gran porcentaje
presentará secuelas post-traumáticas con los
consiguientes costos de sufrimiento personal y familiar, un aumento
de la vulnerabilidad de las población a enfermedades que
sobrecargarán los servicios de atención primaria,
urgencias, y salud mental. En los casos de personas en edad de escolarización,
se elevarán la deserción, repitencia y problemas de
adaptación. En cuanto a los sistemas de justicia, una no
intervención adecuada significará un aumento del estrés
que provoca violencia por desequilibrio de los sistemas, estrategias
inadecuadas de resolución de conflictos que llegan a juicios,
y en los casos más graves, un incremento en los crímenes
violentos. Por lo que respecta al sistema productivo, se incrementará
la pérdida de horas laborales, el ausentismo, las enfermedades
laborales, la rotación en puestos de trabajo, y por tanto,
una disminución de la productividad. Por ultimo, se produce
como secuela una disminución de la capacidad de cuidar a
otros, lo que afecta las competencias parentales y la eficiencia
profesional en las profesiones de ayuda.
En toda comunidad existen instituciones, grupos, organizaciones
y distintos operadores sociales cuya función es, o debería
ser, entregar el primer apoyo en estas situaciones de crisis: las
redes sociales naturales de cada persona, el sistema escolar, la
policía, las instituciones de salud, las organizaciones religiosas,
las instituciones ligadas al sector judicial, las oficinas de emergencia,
los bomberos, las organizaciones de voluntariado.
La intervención en crisis se refiere a las acciones
que personas cercanas y operadores sociales pueden hacer para dar
un primer apoyo a las personas que están sufriendo una crisis.
El apoyo social parece ser un factor clave en el enfrentamiento
y la superación de las crisis a través de los mecanismos
que se activan cuando una persona que apoya a otra le ayuda a superar
la crisis Caplan (1993):
Fortalecimiento de quien presenta la crisis.
En situaciones de crisis la persona olvida que en otros momentos
de su vida sí fue competente y tiende a pensar que siempre
ha sido tan inútil e ineficiente como se siente en este momento
(erosión de la propia autoeficacia). Una intervención
que valide la propia identidad intensifica el sentimiento de competencia
y autoeficacia del individuo problematizado.
Mantener la esperanza y transmitir confianza.
En situaciones de crisis, el operador social puede transmitir confianza
en los recursos que tiene quien pide ayuda para salir adelante y
mantener la esperanza de que será capaz de enfrentar y resolver
su situación.
Transmitir tranquilidad y focalizar en tareas concretas.
En momentos de crisis, la ayuda instrumental es fundamental para
que la persona que la enfrenta pueda tener la tranquilidad y focalizar
su energía en salir adelante. Ayudar en el cuidado de los
niños, en las tareas domésticas u otras, es un apoyo
social importante para poder superar la crisis.
Ofrecer un continente para las emociones. Habitualmente
uno de los efectos de recibir apoyo social es disminuir la intensidad
de las emociones como angustia y depresión. Es importante
que esto se realice a través del fortalecimiento de los propios
recursos, más que a través de la tranquilización.
Preocuparse de la fatiga. Es característico
de las personas que enfrentan una crisis el que se cansen excesivamente
o que tengan dificultad para irse a descansar. Esto los extenúa
y es probable que los haga más ineficaces para enfrentar
la situación. Un apoyo social importante es preocuparse de
que descansen y sustituirlos temporalmente en algunas de sus labores.
Aquellas acciones que se realizan en el momento en que ocurre una
desorganización grave como resultado de una crisis, pueden
ser de dos tipos:
La intervención en crisis de primer orden corresponde
a la ayuda inmediata, generalmente otorgada por personas que se
encuentran disponibles cuando la crisis ocurre, que pueden ser profesionales
o personas de la red social primaria.
Los objetivos de esta intervención son el restablecimiento
inmediato de la capacidad de enfrentamiento, la evaluación
de riesgo de vida, el vincular a los recursos de ayuda.
La intervención en crisis de segundo orden se refiere
a la intervención una vez que la crisis inmediata ha pasado,
que no hay riesgo de vida y que la persona se encuentra en condiciones
de comenzar una resolución de la crisis.
Al intervenir en una crisis, los operadores sociales y las organizaciones
necesitan, a fin de entregar un primer apoyo oportuno y eficiente:
Conocer los diversos modelos teóricos que les
permitan conceptualizar las distintas situaciones de crisis y orientar
las acciones pertinentes
Poseer destrezas instrumentales relacionados con
el primer apoyo:
contención,
activación de recursos,
articulación a redes de apoyo,
capacidad para abrir espacios de descompresión
Ser capaces de articulación con las redes
de derivación
Recibir apoyo permanente para el enfrentamiento de
situaciones críticas
Protección para la prevención de desgaste
profesional (burnout) |
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Nuestro equipo, inicialmente a través del Consultorio Externo de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica de Chile y en la actualidad a través del Proyecto Fondef D03 I 1038 Intervención en Crisis ha participado en múltiples experiencias en el tema, entre las cuales destacan:
Programa de intervención en crisis para la Empresa Metro: integrantes de nuestro equipo investigador formaron parte de la formulación y ejecución, hasta la fecha, del Programa de Intervención en crisis para conductores de metro que viven eventos críticos (intentos de suicidio de usuarios, bombas y amenaza de bombas, emergencias en la vía y otras) que se realiza en el Consultorio de la Escuela de Psicología UC. Este programa implicó la atención individual en eventos críticos para conductores y personal de estaciones así como talleres grupales de prevención de reacciones post-traumáticas frente a eventos críticos. Estos talleres se han incorporado como para de la capacitación inicial del personal que ingresa a la Empresa. La estrategia institucional incluyó además la validación del contexto laboral como red que realiza el primer apoyo a los conductores afectados.
Proyecto de intervención comunitaria en crisis frente a la ocurrencia del aluvión de Antofagasta el año 1991. miembros de nuestro equipo investigador participaron en la activación de operadores sociales y agentes sociales y comunitarios, principalmente de las áreas de educación y salud, para el primer apoyo a la población de Antofagasta afectada por la ocurrencia del fenómeno natural. Esta intervención se realizó desde el Ministerio de Salud, y consistió en capacitación a los equipos de salud, a los equipos centrales de educación y una capacitación a los docentes de todas las escuelas municipalizadas de Antofagasta.
Intervención comunitaria en crisis en el terremoto de la IV región el año 1997., nuestro equipo investigador en alianza con áreas de educación y salud realizaron asesoría y seguimiento a las acciones implementadas por los operadores primarios, para la intervención en crisis a la población afectada. Algunas de las acciones realizadas fueron: Capacitación a los equipos de salud de Ovalle, y a los equipos de Educación de la Dirección regional de la misma zona. Se realizó además un trabajo de desarrollo de estrategias de autocuidado y cuidado de los equipos con todos los equipos de salud de la IV Región.
Intervención a víctimas de asalto a banco y posterior baleo de un bus de la locomoción colectiva, ocurrido en Santiago (Apoquindo con Manquehue). En convenio con la Intendencia Metropolitana, institución que se hizo cargo de los daños humanos ocasionados en ese incidente, el equipo investigador, asumió la realización de intervenciones en crisis en el contexto clínico, para las víctimas y para las familias de los fallecidos. Esto se realizó en el marco de la atención clínica del Consultorio de la Escuela de Psicología UC
Intervención clínica en crisis para un grupo de jóvenes baleados en el Barrio Bellavista y sus familias. En convenio con la I. Municipalidad de San Joaquín, el equipo investigador asumió la intervención en crisis para los sobrevivientes y las familias de los fallecidos, en incidente ocasionado por un carabinero de civil, en el que murieron dos jóvenes y otros dos resultaron heridos. Esto se realizó en el marco de la atención clínica del Consultorio de la Escuela de Psicología UC.
Así, con una experiencia acumulada a lo largo de 20 años en intervenciones en crisis (casos de violencia, abuso y maltrato; intervención en crisis a comunidades luego de catástrofes naturales, intervención en crisis en instituciones luego de sucesos traumáticos), estamos preparados para constituirnos en un importante recurso para las personas, instituciones y comunidades impactadas por eventos críticos de diversa naturaleza. |