miércoles, abril 12, 2006

CARTA A LA QUE VUELA (fragmento)



"...Ahora ya lo sé. Ana ya te he querido antes y tu a mí. He cruzado océanos de tiempo para llegar hasta ti, para encontrarme contigo. Sólo contigo puedo ser auténticamente yo, al parecer así lo habíamos previsto. Ahora, gracias a ti entiendo muchas cosas. Pero no te preocupes, si no es ahora será dentro de unos años. Diez, veinte, cincuenta, cien o doscientos, pero volveré a encontrarme contigo y entonces espero tener más suerte y que tú la tengas también. Que te toque alguien más guapo, yo ya la he tenido encontrándote a ti. Y mientras tanto seguiré esperándote. Imaginándome cómo sería vivir contigo. Imaginándome cómo te gusta el café con leche, si con una o dos cucharadas de azúcar. Imaginándome cómo sería comprar contigo en el Carrefour, y discutir porque yo me paso comprando chocolate y tú galletas de fibra. Imaginándome cómo debería ser aburrirme contigo, no dormir contigo, ducharme contigo. Imaginándome poniendo lavadoras con tu ropa, esperándote, recogiéndote a la salida del trabajo, tomando el sol contigo. Imaginándome cómo debes sonreír. Imaginándome qué cara pones cuando lloras y cual cuando eres feliz. Imaginándome cuáles son tus tristezas y cuáles tus alegrías. Me gustaría tanto hacerte reír. Me gustaría ir al cine contigo, escuchar música contigo, charlar contigo, ver la tele contigo, emborracharme contigo. Pero, te repito, no te preocupes, si no es ahora será dentro de unos años. Mientras tanto me entretendré en imaginarte, en ponerte de ejemplo, en soñarte. Mientras tanto, cuando nadie me vea me repetiré lo que dice Oliverio en El Lado Oscuro del Corazón, una película... ”¿Ana por qué te vas tú tan pobre dejándome a mi tan rico? Ana, tú que iluminaste el lado oscuro de mi corazón, tú que me enseñaste a volar...”.
Mientras tanto me limitaré a esperarte. Un beso, amor mío..."

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y una mierda. Y una mierda, de eso nada. Saltas por encima del control en el aeropuerto, derribas a los policías, pegas la cara de imbécil en el cristal, y no consientes que se vaya sin decirle que se quede. Que se quede. Que no va a haber ningún después. Que hay tanto tantísimo por ver, juntos.
Y si no se queda te dará lo mismo, porque esa es una película, y en el aire de fuera se hace imposible respirar.

Mr. Varjak dijo...

Si, pero mi Ana no es la de la película, que utilizo como referencia por la coincidencia de los nombres y la magnifica metáfora del verbo “volar”…nada más, y lamentar que en la vida real me separa de Ana algo más que mamparas

Humbert dijo...

¿sabes que este mismo texto lo podría haber escrito yo? también tengo mi ana particular, con los mismos sentimientos, el mismo abandono, la misma historia. los detalles que hay detrás no importan. me he sentido como si fuera yo el protagonista del mismo, como si me hubieras espiado para escribirlo, o que hubieras arrancado el texto de las páginas de mi cuaderno de notas, siendo yo el autor del mismo, cosa que me habría encantado porque es un texto maravilloso. espero y deseo que tenga continuación.

un verdadero placer.

Anónimo dijo...

ah!... pues yo tambien... bueno... sigue siendo delicioso acordarme de Ana... bien por todos nosotros y nuestras Anas que nos enriquecen...