domingo, 30 de enero de 2011

APUNTES SOBRE ZELA EN EL PROCESO DE EMANCIPACÍON


A pocos meses de conmemorarse el bicentenario de la gesta libertaria de Francisco Antonio de Zela y Arizaga o Francisco Solano como corrige Rómulo Cúneo Vidal (20 de junio de 1811), es necesario reflexionar sobre algunos asuntos históricos respecto a las características del proceso de emancipación desarrolladas en la parte sur de América, las cuales fueron diferentes a las conocidas en América sajona y en Europa, ya que las realidades geográfica, económicas, políticas y sociales fueron marcadamente diferentes.
Es necesario señalar que a la gesta de Zela no podemos darle la categoría de movimientos revolucionario, ya que en esta primera etapa del movimiento criollo de liberación nacional (MCLN) no se intentaba cambiar un sistema por otro, sino simplemente controlar el poder político. La gesta puede ser denominada como rebelión contra los abusos de la autoridad española. Una denominación precisa es la de pre-revolucionaria, por esta razón en la historia universal es reconocida como movimiento precursor de la independencia americana. Mucho se ha especulado sobre los motivos y tiempos de duración del proceso de emancipación, y los motivos por los cuales jamás llegaría la ayuda esperada por Zela; en este punto es necesario señalar el aspecto geográfico donde se desarrollaron los hechos, comparándolos con otros espacios. Para Norteamérica[1] y Europa, el medio geográfico resulta de fácil acceso a los ejércitos y las milicias, haciendo, en este caso, victorioso al poseedor de estrategia militar y tecnología bélica. En el caso de Sudamérica el proceso de emancipación se hace doblemente arduo, por la difícil geografía generada por la cordillera de los Andes, que actualmente hace difícil la interconexión de los pueblos en el interior del país y de otro otra parte nos hace poseedores de una diversidad climática envidiable en el mundo; aquella cordillera que otrora representó para el  ejército y las montoneras, obstáculo constantes que supieron salvar con éxito, jugaron un rol importante en el tiempo de duración del proceso de independencia. En el caso de la gesta de Zela no permitieron una comunicación eficaz y el retraso de la ayuda prometida. En síntesis la resistencia al medio geográfico hostil y las estrategias de sobrevivencia y comunicación fueron aspectos importantes para el triunfo de la guerra de la independencia.
En referencia al tipo de pensamiento o mentalidades que motivaron los levantamientos por la independencia, se ha señalado marcadamente que el pensamiento liberal estaba presente en Zela como parte de su filosofía, sin embargo es necesario hacer notar algunas diferencias. En Europa y América sajona la revolución fue inspirada en ideales liberales, primero del liberalismo político – filosófico que criticaba duramente al sistema feudal, y posteriormente del liberalismo económico que fue originado por la revolución industrial (1750) y sustentado por Adam Smith en 1776, que defendía un sistema de libre comercio frente al monopolismo del sistema feudal, lo que finalmente llevaría a un cambio del sistema feudal por un sistema republicano democrático. En Sudamérica el proceso de emancipación no pretendía echarse abajo el sistema feudal, sino, buscaba una administración eficiente dentro del sistema imperante, es decir, el sistema feudal. Este aspecto puede observarse a lo largo del movimiento de liberación criollo que se diferencia sustancialmente del movimiento de liberación indígena, porque ésta, pretendía la reestructuración del sistema inca en beneficio de las grandes mayorías oprimidas por el sistema colonial. En el caso de Zela se ajusta a la primera idea ya que en el “bando” de guerra, que se dio a conocer el 21 de junio, se puede señalar que el levantamiento es contra las invasiones napoleónicas y la fidelidad de los nobles peninsulares a los franceses; y el hecho de quebrantar, por parte de Goyeneche, el armisticio firmado con Castelli en Guaqui. En otras palabras Zela no buscaba eliminar el sistema feudal, sino luchaba por otros motivos.
Otro aspecto que se debe reflexionar es sobre el liderazgo de los levantamientos, es decir que clase social fue realmente la que lideró el proceso de emancipación. En América sajona la revolución fue conducida por la burguesía comercial progresista que intentaba romper con el monopolio comercial impuesto por la corona Inglesa y en Europa la burguesía insurgió decretando la caída del “viejo régimen”, reclamando sus derechos políticos al gobierno monárquico. En América no fue conducida por la burguesía comercial. Esto se explica porque en Sudamérica el sistema económico toma un carácter especial, para el historiador Agustín Barcelli las colonias tomaron una carácter de “formación feudal – esclavista - colonial”[2] en sus primeros momentos, que corresponde a la etapa virreynal o colonial entre los años de 1542 hasta los inicios del proceso de emancipación en 1780; posteriormente avanzará a un “proceso de transición hacia el capitalismo embrionario dependiente de la metrópoli” como lo señala Luís Vitale[3], esta etapa correspondería al período de la emancipación entre los años de 1780 hasta la independencia en 1824. La complicada composición social de las colonias hispanoamericanas tenía, inicialmente, como clase dominante a la nobleza peninsular que paulatinamente terminará en un descrédito, por los malos manejos administrativos y la venta de títulos nobiliarios al mejor postor. Esta clase será reemplazada por otra clase “interesada exclusivamente en la producción y exportación de metales preciosos y productos agropecuarios para el mercado mundial”[4]. En este caso la clase criolla dominante adopta ideas diferentes a los liberales europeos y norteamericanos, con la finalidad de luchar contra la opresión española y no para destruir un sistema que atentaba contra sus intereses de clase.
La ideología liberal fue utilizada por los criollos de acuerdo a sus necesidades, una ideología que no se entendía del todo y que se mezclaba con nacionalismos y etnicismos, haciendo de este pensamiento un “liberalismo hibrido” en Sudamérica.
La ideología liberal fue adoptada de manera formal y parcial y no de manera real y total, puesto que lograda la independencia no se realizaron los cambios programáticos fundamentales, como la reforma agraria, la industrialización y la creación de un mercado interno, por ello Pablo Macera afirmará que “una reducida élite de criollos juraron la república sin abjurar de la conquista[5].
Por esta razón las estructuras económicas, políticas y sociales permanecen intactas, después de la independencia. Las gestas libertarias iniciadas en 1810 por la clase criolla dominante, y dentro de las cuales se encuentra la gesta de Zela no se encontraban preparadas para realizar los cambios de una verdadera revolución liberal, los intereses inmediatos y particulares fueron los motivos adoptados. Con esto, solo se lograba romper la dependencia de la metrópoli para controlar el aparto del Estado y pasar el control a manos de exportadores de materias primas hasta la actualidad.
Finalmente podemos reflexionar sobre los motivos por los cuales la incipiente burguesía colonial no logró visionar, de manera concreta, una revolución social, sino simplemente una reforma monárquica autonomista. Este hecho se debe a que cronológicamente nos encontramos en una época histórica de transición, entre la etapa final del antiguo sistema y el surgimiento del nuevo sistema, determinada por una doble atracción: permanecer con un sistema que funciona para la clase dirigente o cambiarlo todo por un sistema novedoso con enorme potencial y que además era inédito en España. Fue esta la disyuntiva que se vivía tanto en Europa como en Sudamérica. La desorientación embarga en general a todos.
Nos queda como corolario reflexionar sobre el motivo por el cual la gesta de Zela no fue exitosa y hemos encontrado algunas respuestas tentativas: Vitale nos señala la traición por parte de los seguidores de Zela; Cúneo nos señala la falta de apoyo del ejército argentino; y nosotros consideramos que esas no son las causas, sino las consecuencias de una causa que hasta hoy se encuentran en el interior del hombre peruano.
La búsqueda ideológica de un Estado eficiente sumado al desarrollo material como país progresista se vio seriamente afectado por la falta de un elemento espiritual: la necesidad de un ideal.
La falta de un ideal concreto, de las grandes mayorías, es la razón que ha llevado (y nos lleva) a que se produzcan las traiciones, las huidas y las rendiciones a lo largo de toda la historia peruana. El compromiso con un ideal concreto (no diseñado hasta la actualidad) debe partir de las clases dirigentes integrado en un proyecto único y empezar a trabajar para “vender” a las grandes mayorías “la promesa de una vida futura”, que se vea concretado trabajando proyectos de corto plazo, articulados con proyectos de mediano plazo, hasta lograr el gran proyecto nacional de una sociedad democrática en toda la extensión de la palabra.
Para terminar, es necesario entender que el quehacer histórico tiene que sustentarse en un análisis interdisciplinario que permita conocer la verdad histórica, permitiendo desarrollar una autentica reflexión histórica en la búsqueda de un presente promisorio y un futuro de bienestar, por esta razón hemos intentado esbozar algunas ideas que deberán ser tomadas como punto de inicio para investigaciones futuras.

Tacna, abril de 2010
Lic. Florentino Arpa Calachua


[1] Jorge Basadre señala la diferencia  geográfica  que  intervino  en  la independencia  de América (del norte  y  del sur) de la siguiente  manera: “Las colonias inglesas más  pequeñas y  geográficamente más unidas no tuvieron las  altas cordilleras. Los  esparcidos  desiertos y la  inmensa  selva como barrera y  obstáculo”.  Yepes del Castillo. “Memoria  y  Destino del Perú”. Jorge Basadre. Textos Esenciales. Fondo Editorial del Congreso  de  la República del Perú. Lima 2003. p. 201.
[2].Barcelli, Agustín, Breve Historia Económica-Social del Perú. Parte II. De la economía autónoma a la dependencia colonial Española. Editorial Jatun Runa Lima, 1982
[3] Vitale, Luís, Historia Social Comparada de los pueblos de América Latina, Tomo I: Pueblos Originarios y Colonia. Editado por Instituto de Investigación de Movimientos Sociales "Pedro Vuskovic" y por Talleres de Impresos Atalí Chile, 1997.
[4] Vitale, Luís, Historia Social Comparada de los pueblos de América Latina, Tomo II: Independencia y formación social republicana. Siglo XIX. Editado por Instituto de Investigación de Movimientos Sociales "Pedro Vuskovic" y por Talleres de Impresos Atalí Chile, 1997. p. 48
[5]Panty Neyra, Oscar. Nueva Historia General de Tacna. Tomo I. Del Arcaico a los inicios de la República. Instituto de Estudios Sociales del Perú. Gobierno Regional de Tacna. Tacna 2007. p. 157

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