martes, 23 de diciembre de 2014

Sin corbata

Se escribe una nueva página en la vida de Fernando Alonso y en la de toda la formación McLaren. Uno de los protagonistas de esta historia ya suma 33 años y "ha regresado a su pasado" para tratar de mejorar lo vivido hace ya siete temporadas.

Oscar Wilde escribió que una corbata bien anudada es el primer paso serio de la vida. En la sede diseñada por Norman Foster no hubo corbatas acompañando a la elegancia del pabellón semicircular con vistas al lago de Woking. No se vio la estricta distinción de otras ocasiones. Los únicos presentes en la foto de familia con corbata al cuello fueron Ron Dennis y Yasuhisa Arai. Los jefes. El resto, los tres pilotos, lo que podríamos llamar mordazmente la clase trabajadora no vestían corbata y mostraron una imagen mucho más desenfadada que poco o nada tiene que ver con esa impresión de régimen militar que para más de uno transmite el equipo inglés. Quizás todo forme parte del nuevo proyecto. Pura imagen. Algunos opinan que para el señor Dennis las emociones humanas y los sentimientos básicamente no existen. Sin embargo quienes han trabajado junto a él aseguran todo lo contrario a pesar de algunos errores que se hayan podido cometer años atrás. 


Jenson se queda para intentar aprovechar este nuevo y quizás último sprint de su carrera. Fernando vuelve para mejorar y aprobar asignaturas pendientes. Como al ejecutivo británico le gusta tener todo bajo un control exhaustivo es posible que sea conocedor de que la primera mujer se casa contigo para lo bueno y para lo malo pero en una segunda ocasión, en especial si el ahora de nuevo novio alcanza ya la edad de 67 años y "ellas" son aún bomboncitos de treinta y pocos con ganas de guerra... estas vuelven contigo sólo para lo bueno. Es decir, lo que Ron haya podido prometer a estos dos ases, deportivamente hablando y sin que se me malinterprete, debe de ser muy sugerente. Los dos pilotos han crecido y ya ni siquiera puedes exigirles que vistan a tu manera. No hay excusas. Ambas partes saben el por qué de formar parte de una idea que tiene como objetivo ser campeona del mundo. Ya no hay tiempo para discusiones infantiles, ni para lucha de egos enfermizos intoxicados algunos por exceso de competitividad y otros por un más que posible exceso de juventud. No existe lugar alguno para que se vuelva a reproducir lo sucedido hace siete años cuando se tiró por la borda la oportunidad de ganar el mundial de pilotos y el de constructores. Casi nada. También cabe destacar que el presidente ejecutivo sigue manteniendo su idea de no tener a uno de los dos pilotos como favorito porque entiende que actuando así desmotivas por completo a la otra mitad del equipo y para él la Fórmula 1 se basa en eso: motivación. Sin motivación no existe compromiso y sin compromiso no hay posibilidad de victoria.

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