Los obstáculos de la Democracia Directa I

Cuando se habla de democracia directa, enseguida surge alguien para recordar por qué una democracia directa nunca, nunca, será posible.

Puede que las críticas más recurrentes sean estas:

  1. La gente es demasiado estúpida o ignorante para gobernarse a sí misma.
  2. Un sistema de democracia directa digital no sería fiable porque internet, y la tecnología en general, facilitarían el fraude.
  3. Utilizar nuevas tecnologías en los procesos democráticos sería discriminatorio contra todas aquellas personas que no saben o no pueden utilizarlas.

Entiendo estas críticas y creo que pueden tener algún fundamento, pero no creo que sean escollos insalvables. La situación me recuerda a lo que ocurrió con la Wikipedia. ¿Quién se puede creer que unos usuarios anónimos trabajando altruistamente puedan crear una enciclopedia que rivalice e incluso supere a la mismísima Enciclopedia Britannica? Es una idea tan loca, que de no estar ahí la Wikipedia, vivita y coleando al alcance de dos clicks, sería increíble. Desde su nacimiento muchos agoreros predijeron que la Wikipedia fallaría miserablemente en unos pocos años.

Sin duda, una empresa como la Wikipedia ha tenido que superar muchos obstáculos. Si cualquiera puede editar una entrada, ¿qué impedirá que algún vándalo introduzca información falsa o manipule la que ya existe con algún oscuro interés, o simplemente por puro cachondeo?. Ese es un problema que aún tiene la Wikipedia, pero aún así, los problemas son las excepciones, no la norma, y el contenido correcto de la Enciclopedia Libre es infinitamente mayor, y compensa con creces errores puntuales.

Además, la Wikipedia ha ido desarrollando con el tiempo mecanismos de control para paliar sus debilidades. A pesar de problemas y agorereos, la Wikipedia se mueve.

Los problemas a los que se enfrenta una democracia directa también parecen bastante serios, así que tendremos que analizar si son escollos insalvables, o meras dificultades a las que habrá que buscar una solución.

La primera cuestión -el pueblo es demasiado estúpido e ignorante para gobernarse a sí mismo- no es una crítica a la democracia directa en particular, sino a la misma esencia de la Democracia. Democracia no significa el derecho a meter una papeleta en una urna cada cuatro años; la democracia es el Gobierno del Pueblo.

Esta idea no es nada nueva sino que, más bien, es tan antigua como la misma democracia. Los propios filósofos griegos, en general, no eran demasiado partidarios de la democracia. Platón, en su libro La República desdeña la democracia, que considera demasiado propensa a caer en la demagogia y postula, en cambio, un sistema en el que gobiernen los mejores -la aristocracia- asombrosamente parecido a los regímenes totalitarios que hemos visto en el siglo XX y que sólo han traído miseria y esclavitud a la humanidad.

Aritóteles, por su parte, dejó escrito:

Cuanto más democrática se vuelve una democracia, más tiende a ser gobernada por la plebe, degenerando en tiranía.

A pesar de todo, la democracia continúa moviéndose, expandiéndose cada vez por más sitios, como una pandemia de leve dolor de cabeza. Han pasado muchos siglos desde la antigua Grecia y han ido apareciendo y desapareciendo en la faz de la tierra formas de gobierno de toda índole. Y una cosa parece clara: ninguna forma de gobierno garantiza mayor prosperidad y libertad que un Estado democrático y de derecho. La democracia puede tener muchos inconvenientes, pero aún así, es el sistema que mejor funciona. Como dijo Churchill,

Muchas formas de Gobierno se han probado en este mundo de pecado y congoja. Nadie pretende que la democracia es perfecta u omnisapiente. De hecho, se dice que la democracia es la peor forma de gobierno, exceptuando todas esas otras formas que se han probado alguna vez.

Quizá sus detractores tengan razón y la democracia real -un gobierno del pueblo- sea algo peligroso, y por lo tanto nos tengamos que contentar con una variante light, en la que el Pueblo manda una vez cada cuatro años, y el resto del tiempo deja hacer a los políticos. Pero, entonces, tendremos que plantearnos cual es la esencia de nuestro sistema político y buscarle un buen nombre, porque, desde luego, eso no es en rigor una Democracia.

Como es tarde y este post ya se alarga bastante, dejo la discusión de los demás problemas para futuras entradas.

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