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Don de Dios
(
Don de Dios)
STIC, 2003
92 minutos

Dirigida y escrita por Fermín Gómez

Mauricio Islas .... José Luis
Luis Felipe Tovar .... Jorge Ortiz
Tomás Goros .... Reyes
Jenny Lores .... Chapis

Imagen © 2003 STIC

¿Cómo hablar mal de una película con buenas intenciones? Corto y conciso, supongo.

"Don de Dios" trata de los conflictos internos del famoso barrio de Tepito, en la Ciudad de México, donde, como dice un personaje: "Todo se vende, menos la dignidad". Buena línea. Lástima que la película no logre respaldarla.

Los protagonistas son José Luis (Mauricio Islas) y Jorge (Luis Felipe Tovar), dos jóvenes amigos criminales que trabajan bajo las órdenes de Reyes (Tomás Goros), un "capo" de mediano nivel. Un día, en un robo fallido, Jorge termina en la cárcel, y José Luis jura alejarse de la vida criminal y dedicarse a su puesto en el mercado de Tepito. Pero Jorge es liberado por un político corrupto, quien le ordena que derroque a Reyes, para apoderarse de su pequeño imperio. Esto pondrá en conflicto a los dos amigos y, como puede esperarse, las agresiones escalarán hasta el enfrentamiento definitivo.

Primero, sin tapujos, lo malo: "Don de Dios" se realizó con un bajísimo presupuesto, y se nota bastante. La ambientación es terrible, a pesar de haberse filmado en el auténtico barrio de Tepito. El estilo visual es inexistente y para empeorar las cosas, el director Fermín Gómez toma muy extrañas decisiones de edición, que enfatizan las limitaciones y fallas de la cinta. Como ejemplo puedo señalar algunas escenas de violencia, pésimamente orquestadas y muy poco creíbles. Las actuaciones son irregulares, aunque hay que admirar el entusiasmo del elenco. Nadie los acusará de sutiles. El uso de "gangsta rap" mexicano es excesivo, y aunque logra añadir un cierto factor "cool" a algunas escenas, se abusa tanto de ella que termina hastiando. Y, a pesar de su corta duración, el ritmo es lento, lo cual sólo se acentúa con escenas repetitivas y exageradas.

Pero, habiendo dicho eso, hay que admirar la convicción de la película. A pesar de que las ambientaciones se sientan falsas, el hecho de haber rodado en Tepito le aporta a la cinta una inusual energía, que la convierte en un cuasi-documental accidental, mostrándonos en segundo plano a los genuinos habitantes del barrio observando la filmación. Y si a eso añadimos el sonado "pirateo" de esta película por parte de esos mismos habitantes, tenemos una reacción en cadena post-modernista, donde la realidad imita y supera a la fantasía que pretendía inspirar.

¿Cómo?

No importa. Baste decir que, en los aspectos técnicos y creativos, "Don de Dios" no puede ocultar sus limitaciones. Pero como documento de una exótica comunidad es fascinante por su mera existencia. Habiendo tantos trucos técnicos y estilísticos para disimular los bajos recursos con los que se filmó, es una pena que "Don de Dios" no prestara más atención al aspecto visual e histriónico. Pero, después de todo, quizás esa no fue su intención y a fin de cuentas representa una experiencia única y casi hipnótica. Es difícil recomendarla, pero me inclino a hacerlo, pues no es fácil encontrar cine tan "naive", a la vez ingenuo y pretencioso, pero definitivamente representativo de una cultura.

Calificación: 6

Pablo del Moral

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