El primero de junio del 2009 falleció el maestro José Benítez Sánchez, artista huichol de renombre internacional.
El gran pintor de estambre e innovador del arte huichol era de orígenes humildes. Nació en 1938., en San Pablito, un rancho serrano del municipio de Nayarit. Sus padres lo llamaron Yucauye Cucame “El caminante silenciosos”. A los 8 o 9 años comenzó a practicar la cacería de venado con trampa y, así, comenzó a iniciarse en el chamanismo huichol. Sin embargo de adolescente miró a la costa de Nayarit para ganarse la vida como trabajador de campo. Más tarde consiguió empleo en el centro del INI (Instituto Nacional Indigenista) de Tepic, primero como barrendero, pero muy pronto empezó a trabajar como intérprete. En el marco del plan “Huicholes, Coras, Tepehuanes” un mega proyecto de desarrollo que el gobierno lleva a cabo durante el periodo de Luis Echeverría. Benítez Sánchez se dedicaba a proyectos de fomento y comercialización de artesanía. Impulsado por funcionarios indigenistas y comenzó a la producción de tablas de estambre.
Se trataba de un género aun relativamente reciente. La producción comercial de estas pinturas multicolores elaboradas con estambre pegado sobre tablas de madera o triplay con un tipo de cera de preparación rústica, llamada “cera de Campeche”, comenzó a mediados del siglo XX. Al principio se trataba de trabajos artesanales sencillos que semejaban a las tablitas Nierika usadas en los rituales huicholes pero, hacia finales de la década de los sesenta, este género experimento un gran auge y se elaboraron cuadros cada vez más grandes y complejos. El estilo psicodélico de las tablas, inspirado en visiones del peyote, tuvo n enorme éxito internacional, sobre todo entre los jóvenes de los movimientos culturales de la época.
Se convirtió en uno de los protagonistas del boom de las tablas de estambre. Entre 1973 y 1980 tuvo una fase de creatividad extraordinaria y presento su obra en numerosos museos y galerías de estados Unidos y Europa. Durante estos años se convirtió, además, en líder político de los huicholes de la capital del estado de Nayarit. Durante el gobierno de Celso Delgado logró la fundación de Sitakua, una colonia propia de los huicholes en la periferia de Tepic, donde construyeron un centro ceremonial muy similar a los que existieron en las comunidades de la sierra. Fue electo el primer tatuwani o gobernador tradicional.
Como artista triunfó primero en el extranjero pero, en años recientes, comenzó a tener grandes reconocimientos e importantes encargos públicos de parte de diversas instituciones mexicanas. En el 2001 se le encargó un mural de 20 metros cuadrados en la estación Juárez del tren ligero de Guadalajara. La obra titulada la semilla del mundo, logra una síntesis muy lograda e interesante de la mitología cosmogónica de los huicholes: Al igual que muchas de sus obras enfatiza los contrastes entre el mundo primordial de abajo ( Watet+apa), el mundo de en medio (la sierra Huichola) y el mundo solar de arriba (Taheima).
En 2003, le fue otorgado el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la categoría de Artes y Tradiciones Populares.