Estoy completamente de acuerdo en que toda verdad para ser realmente verdadera debe ser como una moneda, con dos caras que se complementan y para apreciar su autenticidad, hay que fijarse detalladamente en las dos. Si no lo hacemos corremos el riesgo de ver o escuchar una sola versión y eso solo nos puede llevar a crearnos un juicio totalmente falso fundamentado con verdades a medias.

Imprescindible, buscar siempre la verdad completa antes de fraguarnos alguna idea errónea en la cabeza provocada por seres que, por intereses propios, pululan por las verdades a medias, o sea, entre mentiras.

Pasa muy a menudo y aún sabiéndolo, nos gustan los grandes titulares que enmascaran la verdad, aquellos que distorsionan la realidad y confunden ¡nos encantan darle credibilidad a cualquier comentario por erróneo y dañino que sea! y por desgracia esto solo puede llevarnos al desconocimiento manipulado.

Anatola France, escritor francés, dijo en una ocasión: “Sin mentiras la humanidad moriría de desesperación y aburrimiento”. Me niego a aceptarlo, por muy certera que sea la frase. Tenemos que ser más coherente y no juzgar a los demás basándonos en lo que nos han vendido manipulando la verdad. No olvidemos jamás que una verdad a medias no es más que una “cobarde” forma de mentir.

El ser humano de hoy practica mucho la mentira, la manipulación de la verdad, sobre todo los que quieren cubrir objetivos y que, por méritos propios, saben que no los conseguirán jamás. Estas personas son las que juegan continuamente con las verdades a medias y la desinformación. Y la mentira no es otra cosa que faltar a la verdad, tergiversarla y conseguir algo que jamás tenía que suceder, causar daño.

Es nuestro deber, como persona adulta, y se supone responsable, practicar siempre la verdad y educar a nuestros hijos en ella para intentar cambiar esta sociedad actual tan embardunada con tanta mentira o verdades a medias, que en definitiva significan lo mismo.
Yo, en mis largos años vividos y además, casi siempre cara al público, me he cruzado con muchos mentirosos, personas que sonríen cínicamente mientras lanzan mentiras contra todo el que no piensa como ellos y lo realmente doloroso y vergonzoso  es que lo harán siempre, a pesar de saber que lo que cuentan no tiene ni pies ni cabeza, porque lamentablemente decir la verdad o reconocer méritos en el semejante no entra en sus planes. En su escala de valores no existe la honestidad.

Yo os invito a todos a meditar, comprobar y valorar cualquier crítica, sobre todo las que lanzan esos que siempre dicen verdades a medias y que se esconden en sí mismo intentando que nadie se interese por saber la otra mitad que falta para llegar a la verdad completa. No olvidemos nunca lo que dijo Georges Braque: “La verdad existe. Solo se inventa la mentira”.