Esta combinación, la más rápida y de menos cartas de todas las que se explicarán en este curso de Tarot, es muy útil cuando el consultante desea obtener una respuesta afirmativa o negativa. Por ejemplo, dar una respuesta a una pregunta como: ‘‘¿me quiere fulanito?’’ o ‘‘¿me conviene hacer tal negocio?’’, etc.

Después de haber barajado y cortado, el consultante pasa el mazo al ‘‘tarotista’’ y, siempre con las cartas hacia abajo, le pide al primero que elija entre todas siete cartas. Una vez escogidas, las ha de dejar sobre la mesa para ser recogidas por el lector.

La primera carta es la clave de la cuestión y quedará en el centro flanqueada por otras tres a cada lado. A esta clave le daremos un valor de dos puntos en la suma final que haremos después. Luego, se irán poniendo las restantes en el orden que ponemos en el gráfico, y tendrán el valor de un punto .

Cuando ya están todas sobre la mesa, veremos cuántas cartas están al derecho y cuántas al revés, teniendo en cuenta el valor de cada una y recordando que la clave, o carta central vale por dos. Si la suma de las cartas que ha quedado al derecho es superior a las que están al revés, la respuesta es sí, y si las que han quedado al revés es superior, la respuesta será no.

Supongamos, por ejemplo, que la carta central o clave está invertida, así como la 2, la 4 y la 7, quedando al derecho las restantes. Entonces tendremos 2+1+1+1=5, como suma de las cartas que han quedado al revés, y 1+1+1=3, correspondientes a las cartas que quedaron al derecho. Como la suma de cartas invertidas es superior a las que quedaron en su posición derecha, la respuesta obtenida es no .

Para dar más profundidad a la tirada, así como para ampliar información, interpretaremos las cartas de la siguiente forma:

–La carta central o clave será la base del asunto.

–Las tres cartas de la izquierda serán el pasado, o las fuerzas negativas.

–Las tres cartas de la derecha serán el futuro, o las fuerzas que actúan a nuestro favor.

Hay que tener mucho cuidado de no dejar las cartas en cualquier sitio, ni a merced de manos ajenas que las manipulen; éstas deben permanecer, cuando no las usamos, bien guardadas en el lugar favorito de nuestra casa.