Vistas de página la semana pasada

viernes, 14 de septiembre de 2012

ALEGRIA, VALOR HUMANO


El valor de la Alegría es sinónimo de dicha, contentura o júbilo. La alegría produce sensaciones de agrado, esperanza y estima. La fuente más común, más profunda y más grande de la alegría es el amor, por cuanto implica también una relación con los demás. Es una emoción que tiende a compartirse, a ser expresada, a ser vivida con los otros. Y es bastante claro, porque la alegría contagia a los demás. Hagamos las cosas con alegría. No es en vano que la gente del campo subía una plena cuando realizaba un trabajo. La carga es más liviana cuando hay alegría.
Irradie de alegría toda su casa. El trabajo y todo el espacio donde se desenvuelva. Es pesado estar en un ambiente aburrido. El trabajo es tan fuerte que hasta hay que pagarlo para realizarlo. Pero qué alivio cuando lo realizamos en un ambiento de alegría. Esto no significa que debemos estar con payasadas permanentemente. No. Pero es muy saludable y acogedor crear un espacio de alegría, de camaradería donde estamos. Hagámoslo bien, pero hagámoslo con alegría.
La alegría, como valor que es, surge de nuestro interior. Desde el centro de nuestro ser, de nuestra alma. Se expresa por sensaciones de bienestar, una paz que se refleja en todo nuestro cuerpo: sonreímos, andamos cantando,… es un cambio totalmente espectacular, tanto que puede llegar a contagiar a quienes están alrededor de nosotros. Cultivar la alegría es una hermosa cualidad en todo ser humano.
Que viva el valor de la alegría. Hay personas que se dejan afectar negativamente por las cosas malas y eligen cada día ser ogros, asumen el sufrimiento. La alegría, como todos los valores, requiere una disposición de voluntad: Es alegre quien se lo propone, nadie lo será si está deseando permanentemente lo contrario, si quiere llamar la atención de los demás a partir de sus desdichas. De sus sufrimientos, sus molestias. A nadie lo pueden obligar a ser alegre.
El valor de la alegría se fundamenta en la fuente más común, más profunda y más grande que es el amor, ya que el amor rejuvenece y es una fuente espontánea y profunda de alegría. Es el principal combustible para estar siempre alegres. Quien no ama, no ríe. Por eso mismo el egoísta sufre, y es muy raro que manifieste alegría. Los grandes líderes que han emprendido grandes obras, han sido siempre alegres, felices. Porque la mayor fuente de felicidad y alegría debe ser trabajar por la felicidad de los demás, especialmente la de aquellos que se le impide hasta sonreír.

12 comentarios: