domingo, 27 de septiembre de 2009

Los herederos, documental del cineasta mexicano Polgovsky, se estrenó ayer en salas comerciales

Los niños son el presente, no el futuro de un país: Polgovsky


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Durante el rodaje de Trópico de Cáncer (2004), acerca de quienes sobreviven con lo poco que da el semidesierto potosino, Eugenio Polgovsky se quedó impresionado con el papel fundamental que juegan los niños en la subsistencia familiar: con sus resorteras mataban ratas que servían de alimento, hacían jaulas para los animales que muchas veces ellos mismos vendían al lado de la carretera.
Este fue el germen de su segundo documental, Los herederos (2008), que retrata niños de diversas regiones rurales, dedicados a trabajar: jornaleros agrícolas, pastores, leñadores, tejedoras, artesanos, hacedores de ladrillos... La cinta, que este año ganó dos premios Ariel, se estrenó este viernes en salas comerciales.
Polgovsky buscó poner la cámara a la altura del niño y no incluyó diálogos: La palabra iba a reducir la complejidad, la dignidad, explicó el director luego de una función durante el encuentro Escenarios, organizado por el Centro de Capacitación Cinematográfica hace un par de meses.
Legado de pesares y carencias
Son los rostros, los gestos y las manos los que hablan. Polgovsky, en entrevista realizada hace unos días, destacó el rostro de una jornalera agrícola: levantó su mirada y miró fijamente la cámara: ahí estaban sus pesares, las carencias, suyas y de generaciones atrás, ahí estaba su madre, su abuela, era un retrato del tiempo.
Y siguió: Los niños son el principal indicador de la situación de un país. Son el presente, no el futuro.
Los pequeños son herederos de la pobreza económica, pero también de una riqueza cultural y conocimiento de oficios. Es por eso que el filme muestra tanto la destreza para tallar la madera para un alebrije, como la habilidad con que sus pequeños dedos pizcan, como los peligros de trabajar en el campo y las duras condiciones de vida, sobre todo en las extensiones de la gran agroindustria, en el norte del país. Ser campesino es ser pobre, dijo Polgovsky.
Algunos de los niños trabajan jugando, como los hermanos pastores en la sierra mixe de Oaxaca, que mantienen cierta luminosidad propia de su edad. Pero finalmente, opinó el cineasta, a todos los retratados les están quitando una época de la vida: la necesidad de trabajar impide el desarrollo del niño y lo aleja de la infancia.
El director quiso realizar un homenaje a los niños, a la cultura. Admiro su humanidad. Busco hacer una sinfonía en que sus capacidades se vean expresadas.
Conceptos como civilización, desarrollo, democracia se evaporan frente a la situación de entre 1.1 y 1.2 millones de niños menores de 14 años que trabajan en nuestro país, denunció.
La esposa del presidente Felipe Calderón, Margarita Zavala, estuvo en una proyección de la cinta en el Festival Internacional de Cine en Morelia, en 2008. Al parecer le gustó mucho. Poco después, la Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (que apoya la posproducción y la difusión) impulsó una reunión en Los Pinos, a la que asistieron funcionarios, entre ellos del Programa de Jornaleros, y se exhibió la cinta. No se llegó a ningún compromiso.

Polgovsky trabajó en ocho estados, entre ellos Puebla, Guerrero, Nayarit y Veracruz, y también realizó una exhaustiva investigación en documentos de la Organización Internacional del Trabajo y otras instituciones.
Comenzó el proyecto solo y terminó con otros dos, Camille Tauss y Cristian Manzutto (sonido). Lo hizo sobre todo para intervenir lo menos posible en el lugar, tratar de no perturbarlo. Y es que la cámara distrae, asusta, invade. Está filmado en video digital, lo cual le permitió trabajar con un equipo ligero y que no fuera costoso.
Se nota que a Polgovsky le gusta platicar sobre teoría de cine, sobre el proceso de realizar un documental, sobre el papel de la cámara. Por ejemplo, contó que “la edición no empieza en ‘la edición’: trato de empezar a editar desde la filmación”. Polgovsky (1977) comenzó como fotógrafo. A los 16 años ganó un concurso organizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura con una imagen de gitanos migrantes tomada en Cracovia. Ha hecho cinefotografía (Matapájaros y Déficit) y dirección. Con Trópico de Cáncer, su primer documental, ganó un Ariel y tuvo una proyección especial en la Semana de la Crítica, en Cannes.
Rusia, próximo encuentro
Los herederos se estrenó en la 65 Mostra de cine de Venecia. El pasado 12 de junio se presentó en Tuxtla Gutiérrez ante jóvenes indígenas del país, en un acto del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. En octubre participará en el noveno Festival Internacional de Documental Flahertiana, en Perm, Rusia.
Sin contar los recursos de Tecolote Films (www.tecolotefilms.com), la productora de Polgovsky, todos los fondos son europeos, del Hubert Bals Fund del festival Internacional de Cine de Rotterdam y de Visions Sud Est, Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación.
Curiosamente, para el documental, que ganó dos premios Ariel, pidió una beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y fue rechazado. Recientemente ganó el premio Rovirosa, el galardón de artes visuales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). También recibió el Gran Premio Coral en el 30 Festival de Nuevo Cine Latinoamericano, entre otros galardones.


1 comentario:

  1. Un magnífico manifiesto de la infancia truncada de niños de ciertos sectores!!!

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