¿Cuáles son los nombres de Dios? ¿Qué significan los nombres de Dios?

La Biblia contiene literalmente cientos de diferentes nombres y títulos de Dios el Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo. A los efectos de este artículo, vamos a ver los nombres de Dios el Padre, muchos de los cuales se encuentran en el Antiguo Testamento y están anotados en hebreo e inglés. Cada uno de los nombres y títulos de Dios describe un aspecto diferente de su naturaleza y carácter.

ABBA: “Papá” (Marcos 14:36;, Romanos 8:15; Gálatas 4:6) – Dicho primero por Jesús en el Huerto de Getsemaní la noche antes de su crucifixión, "Abba" indica una intimidad con Dios como la de un niño con su padre. Cuando venimos a Cristo en fe, recibimos el “espíritu de adopción” y luego podemos acercarnos a Dios como nuestro amoroso Padre perdonador.

ADONAI: “Señor” (Génesis 15:2; Jueces 6:15) – se utiliza en lugar de YHWH, el cual fue considerado por los judíos ser demasiado sagrado para ser pronunciado por los hombres pecadores. “Adonai” es de una raíz hebrea que significa gobernar. Se refiere a un controlador soberano, señor, amo, dueño.

DIOS TODOPODEROSO (EL SHADDAI): “El Poderoso de Jacob” (Génesis 49:24; Salmo 132:2, 5) – se refiere al poder máximo y soberano de Dios sobre todo. Otros nombres similares son “Señor Todopoderoso” (2 Corintios 6:18), “Señor Dios Todopoderoso” (Apocalipsis 15:3), “Señor Dios Omnipotente” (Apocalipsis 19:6), y “Fuerte de Israel” (Isaías 1:24).

ANCIANO DE DIAS: (Daniel 7:9, 13, 22) – Se encuentra sólo en estos tres versos en la visión de Daniel de los últimos tiempos, en referencia a Dios como el “Anciano de Días” denota su eternidad. A diferencia de los cuatro imperios mundiales de Daniel 7, que se desmoronan y caen, el Anciano de Días, siempre ha existido y siempre existirá. Daniel ve el Anciano de Días, con pelo y ropa blanca como la nieve y con un torrente de fuego que brotaba de su presencia (Daniel 7:9-10).

CREADOR: (Isaías 40:28; 43:15) – Dios, el Creador del mundo lo ha hecho, lo sostiene, lo gobierna y juzga con justicia en ella. Aquel que creó todas las cosas existe desde la eternidad y hasta la eternidad, inmutablemente el mismo. Como Aquel que creó todas las cosas, Él es el Ser existente por sí mismo que comprende todo, el hacedor y formador y sustentor de todas las cosas. Como Isaías recordó al pueblo de Israel, sólo el Dios Creador es digno de nuestra adoración.

LIBERTADOR: (2 Samuel 22:2; Salmo 18:2; 40:17; 70:5) – Un nombre preferido para Dios usada por David, probablemente debido a la cantidad de veces que Dios fielmente salvó a David de sus enemigos, entre ellos el Rey Saúl quien trató a menudo de matarlo. Quizás Dios puede elegir no librarnos de todos los peligros de la vida, pero sí ha provisto la liberación final en Su Hijo, el Señor Jesucristo, por cuyo sacrificio en la cruz somos liberados del último peligro—la eternidad en el infierno debido al pecado.

ELOHIM: (Génesis 1:1) – la forma plural de El o Eloah, que muestra la naturaleza trina de Dios. Desde la primera frase de la Biblia, el poder de Dios es evidente como Él (Elohim) crea el mundo con el poder de su palabra. Génesis 1:26 describe la comunicación inter-trinitaria: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza...” (énfasis añadido)

EL ROI: “Dios que ve” (Génesis 16:13) – la sierva de Sara, Agar, invocó a Dios por este nombre cuando el ángel del Señor se le apareció en el desierto. Sola y desesperada después de haber sido expulsada por Sara (Génesis 16:1-14), el Señor le aseguró que él estaba consciente de su situación y que haría de su hijo que iba a nacer, Ismael, una gran nación. El Roi no es un Dios lejano y distante, sino uno que ve las necesidades de su pueblo, escucha nuestras oraciones y viene a socorrernos en momentos de dificultad.

DIOS ETERNO (EL-OLAM): (Génesis 21:33; Salmo 90:1-3) – La naturaleza de Dios es sin principio y sin fin, el que nunca dejará de ser. Él está fuera del tiempo y, de hecho, creó y controla el tiempo sin ser limitado por ello de modo alguno. “Desde los tiempos antiguos y hasta los tiempos postreros, tú eres Dios.” (Salmo 90:2)

PADRE: (Isaías 64:8) – La gente en el Antiguo Testamento no pensaba a menudo de Dios en términos paternales. Hacía falta Jesús para mostrarnos las misericordias amorosas de nuestro Padre celestial, que tanto amó al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él pueda tener vida eterna (Juan 3:16). En el Nuevo Testamento, Dios se refiere a menudo como el Padre. Él es el “Padre Glorioso” (Efesios 1:17), “Padre de las luces” (Santiago 1:17 RV60), “Padre de misericordias” (2 Corintios 1:3), “Padre de los espíritus” (Hebreos 12:9 ), y el “Padre de nuestro Señor Jesucristo” (Colosenses 1:3).

EL SANTO: (Isaías 43:15) – También llamado el “Santo de Israel” (Isaías 1:04; 12:6; 60:9) y el “Santo de Jacob” (Isaías 29:23), el atributo primordial de Dios, la santidad, está resaltado en estos nombres. La santidad de Dios es más que su perfección y pureza sin pecado; es la esencia de su trascendencia, la cualidad de ser separada—fuera y por encima de toda la creación. La santidad de Dios incorpora su misteriosa grandeza y, a causa de su santidad trascendente, lo contemplamos a Él con asombro. La pureza del Santo hace que sea imposible que tolere el pecado, y para satisfacer su propia santidad, Él proporcionó una forma para que la humanidad pecadora se acercara a Él—a través del sacrificio de Cristo, el Hijo de Dios sin pecado.

YO SOY: (Éxodo 3:14) – Este nombre de Dios, dado por Él a Moisés, es una forma del hebreo "ser". Expresa su auto-existencia y la inmutabilidad de su naturaleza. Él es el “eterno presente”, porque Él siempre ha sido y siempre será. Porque Él existe fuera del tiempo, Él está siempre en el presente. Él no cambia ni cambia de parecer. Él es inmutable.

JEHOVÁ / YHWH / YAHWEH: “SEÑOR” (Deuteronomio 6:4; Daniel 9:14) – técnicamente, el único nombre propio de Dios. Traducido en la Biblias en español “SEÑOR” (todo en mayúsculas) para diferenciarlo de Adonai, “Señor”. “Jehová” se deriva de la YHWH, el ‘tetragrámaton’, que es todo lo que queda de el nombre del hebreo original. Los judíos por un sentimiento de reverencia evitaban pronunciar este nombre sagrado, excepto en las ocasiones más solemnes. Este nombre especifica la inmanencia, una presencia. Yahweh está presente, accesible, cerca de aquellos que lo invocan por su liberación (Salmos 107:13), el perdón (Salmo 25:11), y la guía (Salmo 31:3).

JEHOVAH-JIREH: “El Señor proveerá” (Génesis 22:14) – Abraham llamó a Dios por este nombre después de que Dios detuvo su mano de sacrificar a Isaac y en su lugar proveyó un carnero para el sacrificio. Dios todavía provee por las necesidades de su pueblo, desde nuestro pan diario hasta el Pan de Vida que es Cristo, y la comida de su Palabra.

JEHOVÁ-RAFA: “El Señor que sana” (Éxodo 15:26) – “Yo soy Jehová tu sanador” en cuerpo y alma. Aunque a menudo Dios sana nuestras enfermedades físicas en muchos sentidos, el aspecto más destacado de la sanación del Señor es la provisión de Jesucristo, por cuyas heridas fuimos nosotros sanados de la enfermedad del pecado (Isaías 53:5). Perdonar el pecado es una cura de esta enfermedad y esto está disponible sólo a través de la sangre y el sacrificio en la cruz del Hijo de Dios.

JEHOVAH-NISSI: “El Señor nuestro estandarte” (Éxodo 17:15) – Moisés dio este nombre a un altar que construyó en el desierto, para conmemorar la victoria sobre los amalecitas en Éxodo 17. En la antigüedad, los ejércitos luchaban bajo una bandera que identificaba su tribu o nación. El pueblo de Dios pelea la “buena batalla de la fe” (1 Timoteo 6:12) bajo la bandera del Señor de los Ejércitos.

JEHOVÁ-M'KADDESH: “El Señor que santifica, hace santo” (Levítico 20:8; Ezequiel 37:28) – Sólo Dios, no la ley, ni cualquier obra humana, puede limpiar a su pueblo y hacerlo santo. Sólo a través de la provisión del Señor Jesucristo, cuya justicia se intercambió por nuestro pecado en la cruz (2 Corintios 5:21), podemos ser santos.

JEHOVÁ-SHALOM: “El Señor es nuestra paz” (Jueces 6:24) – Este es el nombre dado por Gedeón al altar que construyó después de que el Ángel del Señor le había asegurado que no iba a morir como pensó que haría después de ver a Dios quemar la ofrenda sacrificial. Jehová sigue siendo el Señor de la Paz, como David declara en el Salmo 29:11 (NVI) – “El SEÑOR fortalece a su pueblo; el SEÑOR bendice a su pueblo con la paz”.

JEHOVÁ-ELOHIM: “Jehová Dios” (Génesis 2:04; Salmo 59:5) – Se trata de una combinación de nombre único de Dios YHWH y el genérico “Señor”, que lo identificaba como el Señor de Señores. Hay muchos de los llamados “señores y dioses”, sólo hay un Señor Dios “de quien todo procede y para el cual vivimos” (1 Corintios 8:5-6).

JEHOVÁ-TSIDKENU: “Jehová, nuestra justicia” (Jeremías 33:16) – Sólo Dios provee justicia para el hombre, en última instancia en Jesucristo, quien se hizo pecado por nosotros “para que en él recibiéramos la justicia de Dios.” (2 Corintios 5:21). No hay rectitud fuera de la de Dios. La única manera que podemos ser justos es aceptar el don de su Hijo.

JUEZ: (Salmo 75:7) – También conocido como el “Juez de toda la tierra” (Génesis 18:25) y “Juez de Israel” (Miqueas 5:1 RV60) y "Juez de todos" (Hebreos 12:23 ), el concepto de Dios como el juez final se encuentra en toda la Escritura. Dios es al final el que administra de la justicia, porque Él es el único digno de hacerlo. Sólo Él puede separar el trigo de la cizaña, recompensar a los merecedores y castigar a los pretendientes. Sin duda, el Juez de toda la tierra hace lo correcto. Ningún juez terrenal puede hacer tal afirmación.

REY: (Salmo 10:16; 47:2; 98:6; 149:2) – Para las personas del mundo antiguo, la palabra “rey” tuvo una importancia mucho mayor que tiene para nosotros hoy. Los antiguos reyes fueron gobernantes absolutos con autoridad completa y total. No rendían cuentas a nadie, su palabra era la ley de la tierra. Pero por encima de todos los reyes terrenales y los gobernantes se encuentra el Rey supremo quien es el único digno de adoración y obediencia. Él es el “Rey de la gloria” (Salmo 24:7-10) y “el Rey eterno, inmortal, invisible” (1 Timoteo 1:17).

LEGISLADOR: (Isaías 33:22) – Dios le dio los Diez Mandamientos para proporcionar un código moral para su pueblo. Sus leyes son la clave para la felicidad y la alegría en esta vida y al dárnosla nos muestra su amor y cuidado por nosotros. “¡Cuánto amo yo tu ley!”, clamó David en el Salmo 119:97. La incapacidad de la humanidad para obedecer las leyes de Dios sólo demuestra nuestra necesidad de un Salvador que cumplió perfectamente la Ley, para que podamos experimentar la alegría de vivir en Él. El Legislador dio la Ley, y luego dio el perfecto cumplimiento de la misma en Jesús.

LUZ: (Salmo 27:1) – La gloria y la presencia de Dios se simboliza con la luz de la columna de fuego para guiar a los israelitas que se escaparon de Egipto. Siendo nuestra Luz, Dios todavía nos guía hoy, dándonos perspicacia y sabiduría a través de Su Palabra, la cual es una “lámpara a nuestros pies” y una “luz en nuestro sendero” (Salmo 119:105). Él también nos ha dado a su Hijo, Jesús, quien es la “Luz del mundo” (Juan 8:12). En el cielo no habrá necesidad de la luna o el sol, porque Dios será la única Luz (Apocalipsis 22:5).

JEHOVÁ DE LOS EJÉRCITOS (JEHOVÁ-SABAOTH): (Isaías 1:24; Salmo 46:7) – Ejércitos significa “huestes” de los ángeles y/o de los hombres. Apareciendo 250 veces en la Biblia (18 veces en el capítulo 18 de Zacarías), el “Señor de los Ejércitos” es uno de los nombres más comunes para Dios. El que gobierna el universo ejerce el control sobre todas las huestes del cielo y el control final sobre los ejércitos de la tierra, ya sea que lo reconozcamos o no.

ALTÍSIMO (EL-ELYON): (2 Samuel 22:14; Salmos 9:2; 73:11; 107:11) – Este nombre se deriva de la raíz hebrea para “subir” o “ascender”, así que la implicación es de lo que es lo más alto. El Elyon denota la exaltación y habla del derecho absoluto de señorío. Nada en toda la creación es superior a Dios. Como descubrió Nabucodonosor, “el Altísimo es el soberano de todos los reinos del mundo” (Daniel 4:31-37).

ROCA: (1 Samuel 2:2) – También llamada la “Roca de Israel” (2 Samuel 23:3), “la roca en que me refugio” (Salmo 94:22), “Roca de mi salvación” (2 Samuel 22:47 ), y “la roca de mi fortaleza” (Salmo 62:7). La palabra hebrea traducida como “roca” cuando se refiere a Dios es un afloramiento masivo o una formación de roca enorme. Retrata a Dios como Aquel inamovible que no está sujeto a los estragos del tiempo y que está firme como una poderosa fortaleza, fuerte y confiable para su pueblo.

REDENTOR: (Isaías 54:8) – También se conoce como el “Redentor de Israel” (Isaías 49:7), Dios es el que al final rescata a su pueblo. “Redimir” es rescatar por pagar un precio o algo de valor. Se utiliza en el Antiguo Testamento de cautivos tomados en la guerra o para redimir una propiedad ya vendida devolviendo el dinero. El poder y los planes redentores de Dios encuentran su culminación en Jesucristo, a quien el Redentor de Israel envió a rescatar a su novia a través de Su sacrificio en la cruz.

PASTOR: (Salmo 23:1) – También llamado Jehová-Rohi - el “Pastor de Israel” (Salmo 80:1). Como un pastor que guía a sus ovejas a buenos pastos y los protege de los depredadores, el Señor es nuestro Pastor, supliendo nuestras necesidades, dándonos la victoria sobre el enemigo de nuestras almas (Satanás), y conduciéndonos por la vida al final al “valle de sombra de muerte”.



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