viernes, 5 de diciembre de 2008

Los Años Maravillosos


El lector habitual -hipotético- de este blog, a estas alturas ya habrá podido darse cuenta de que lo que se escribe en el mismo carece de la más mínima coherencia interna. En otras ocasiones se ha prometido textos sobre diversos temas que no ha llegado a tratarse, pues antes de que ello ocurra irrumpe en la mente de su creador alguna inquietud novedosa o apremiante, que necesita ser atendida. El romántico llamaría inspiración al fenómeno; el cínico lo llamaría falta de orden, disciplina e idea. Hasta el momento no sé cuál de las dos explicaciones es la que se adecua al devenir que ha estado presentando el blog.

Llámese, pues, como se quiera. El caso es que hoy, a casi un mes de mi último post (que no contiene un texto mío), aun teniendo muchas cosas sobre las cuales escribir, nada me impelía de manera determinante a hacerlo. Pero las circunstancias son impredecibles y el mundo pequeño, tanto que hicieron que me encontrara con una pregunta sin respuesta, una historia sin final, una realidad sin explicación, un conflicto sin resolver: Laura.

Caminando por la calle, hablando por el celular. Ahí estaba esa mujer de tez clara, cabello oscuro, figura esbelta. Yo me encontraba dentro de mi carro, estacionado, cuando la vi pasar. Estaba idéntica a como la recordaba, como si los años no hubieran pasado por ella. Cruzó la calle. Fue todo.

A algunos amigos cercanos les anticipé la idea de la creación de una sección o serie dentro de este blog, a la que llamaría "Los Años Maravillosos", en honor a la serie televisiva estadounidense The Wonder Years, y donde narraría acontecimientos de mi adolescencia y niñez, con especial énfasis en la experiencia que significó para mí la etapa de la secundaria. Así, para empezar, sería yo una especie de Kevin Arnold de petatiux, y durante la serie se irían revelando los distintos personajes que me acompañaron en esas vivencias y su posible equivalencia con los del aclamado programa de televisión.

Y es en este punto donde las dispersas ideas que he tratado en este post convergen: Debido a las circunstancia de haber vuelto a encontrarme con esa persona, retomé la idea de establecer la sección de Los Años Maravillosos, pues justamente ella protagoniza algunas de las historias que habrá de contarse. Espero que no, pero tal vez gran parte de lo que se escriba tendrá relación con esa mujer, que finalmente motivó el inicio de esta sección. En textos siguientes, cuando se hable a fondo de ella -no por nostalgia ni cursilería, sino por la más instintiva reacción-, se entenderá por qué.

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