LOS ESCRITOS ORIGINaLES

A) PARA EL ANTIGUO TESTAMENTO

Llamamos "Antiguo Testamento" al conjunto de Libros Sagrados que los judíos denominan tenakh. Torah, Nebi'im, Ketubim, que significa Ley, Profetas y Escritos, y que constituyen, para judíos y cristianos, la más antigua fuente de revelación divina escrita.

Lamentablemente los escritos originales de la Biblia no sobreviven hoy en día, probablemente se desintegraron a través del tiempo.

Los escritores de la Biblia no grabaron sus palabras en piedras o metales; si no que utilizaron materiales perecederos, los más antiguos se escribieron sobre papiro y mucho más tarde los pergaminos, estos dos materiales de escritura estaban amenazados por la humedad, el moho y varios tipos de gusanos, teniendo a desaparecer con mayor facilidad el papiro.

Cuando los escritos originales dejaron de existir, estas copias se convirtieron en la base de los futuros manuscritos y así sucesivamente fueron haciéndose copias de otras copias durante siglos.

LOS SOFERINES

El término hebreo que traduce la palabra "copista" es So - Fér, que alude a la acción de contar y registrar cada palabra. En el antiguo Israel ser copista o escriba llegó a ser una profesión (Esd. 7: 6; Sal. 45: 1). Los copistas o soferines eran gentes profesionales que vivían entregados a su labor. Sentían profunda reverencia por las palabras que copiaban. Poco después de haberse escrito los originales, se tuvo la necesidad de realizarse copias, de hecho que en esos tiempos no existía la fotocopiadora, sino que las copias se hacían a mano.

Se puede considerar a los “soferim” como los predecesores de los “masoretas”. A su vez los soferines son los herederos de los “Escribas” que copiaron los rollos bíblicos en la época del exilio y el postexilio. Durante quinientos años los soferines fueron colocando las bases para la futura vocalización y el establecimiento de una “interpretación autorizada” rabínica.

Hillel (60 a.C. - 20 d.C.), era un sóferim, establecido en Jerusalén a finales del siglo I a.C. Correspondió a la escuela de Hillel iniciar el proceso para “oficializar”, en el seno del judaísmo, un grupo de textos de la Biblia hebrea empleados en su nativa Babilonia. Ellos seleccionaron una sola tradición textual, que puede ser llamada “Proto-Masorética” (anterior a los textos masoréticos); un texto que ya llevaba existiendo homogéneamente algún tiempo

A partir de aquel momento existió una fuerte tendencia entre los rabinos y escribas para no permitir que se reprodujesen otras líneas de tradición textual (de las Escrituras Hebreas), salvo los “Proto-Masoréticos los otros fueron borradas a finales del siglo I d.C. y comienzos del siglo siguiente, tan sólo quedaron reflejos de estos textos, conservados en la versión de los “LXX”, el “Pentateuco Samaritano” y en citas de escritos apócrifos o del NT.

El personaje representativo del período posterior a la destrucción del Templo de Jerusalén fue el rabino Akiba. Su mayor esfuerzo estuvo orientado a “fijar” el texto consonántico de la Biblia hebrea. Akiba fue heredero del proceso iniciado en la época de Hillel. Akiba, al igual que sus antecesores, mantuvo la preocupación por la pureza textual, concretamente la conservación del texto heredado de las escuelas rabínicas (el texto “Proto-Masorético”) y la “lista” difundida por círculos fariseos. Para asegurar el predominio exclusivo de los Proto Masoréticos se dictaron Leyes estrictísimas para su copiado.

El movimiento orientado hacia la “pureza” del texto floreció en la segunda parte del siglo II d.C. bajo el liderazgo de Akiba.

El biblista José Salguero sostienen que en el “segundo período de la historia del texto hebreo del AT (siglo I d.C. al siglo V d.C.) se caracteriza por la fijación definitiva del texto (consonántico). Se elige una recensión y se eliminan las variantes, quedando así fijado un texto uniforme que prevalece sobre los demás y se propaga rápidamente. Ello fue obra de los ‘sóferim’ o escribas, y será perfeccionado por los masoretas”.

LOS MASORETAS

El término “masorah” deriva de la raíz hebrea “atar”. Otros consideran que viene del verbo “transmitir”. El término “masorah” significa “tradición”. La “masorah” comienza a desarrollarse alrededor del año 500 de la era cristiana y tiene vigencia hasta el año 1000 D. de C.

A partir del siglo VI los “masoretas” toman el lugar de los “sóferim”, los antiguos Escribas, a cuyo cargo estuvo el cuidado y transmisión del texto bíblico. Además de la labor de copiado, los masoretas introdujeron un aparato textual a cuya luz se interpretó la Sagrada Escritura. Los eruditos hebreos se dedicaron a incorporar y unificar las tradiciones de puntuación, vocalización, acentuación y división de los textos en hebreo, hasta ese momento de estructura consonántica. Sus copias manuscritas se llamaban "textos masoréticos".

La masorah cumple una doble función: Conservar la integridad del texto.

Interpretar el texto. Existieron tres “tradiciones” o “escuelas” de masoretas: una en Babilonia, otra en Palestina y otra en Tiberiades (Galilea). Con el pasar de los siglos fue imponiéndose la “tradición tiberiense”. En Tiberiades convivieron a su vez dos “corrientes”, la de la familia de los Ben Aser, y la de los Ben Neftalí. Cada una representaba ciertos rasgos propios. Entre ambas prevaleció la de Ben Aser. El más famoso de los Ben Aser fue el último expositor de la escuela, Aaron Ben Moisés Ben Aser. A esta familia se atribuyen los Códices de Alepo y de San Petersburgo (los textos masoréticos de mayor antigüedad disponibles).

Los masoretas asumieron la responsabilidad de realizar las copias de las Escrituras del AT. A fin de comprobar su trabajo, los masoretas utilizaron diversos sistemas. Para no omitir ni una sola letra del texto bíblico, iban al extremo de contar tanto las palabras como las letras de cada libro, y después de copiar un libro, contaban las palabras de la copia, para estar seguros de que no habían omitido ni añadido palabra alguna a la copia.

Para darnos una idea de lo que hacían los masoretas para preservar las escrituras, enlisto una serie de condiciones que seguían a la hora de realizar su trabajo de copiar un manuscrito de las Escrituras del AT a otro. Estas características, a ti y a mi nos deben dar un alto nivel de confianza en las traducciones fieles que tenemos de la Biblia hoy en día lo que viene a corroborar el origen sobrenatural de la Palabra puesto que ningún otro libro de la historia, es ni ha sido transmitido como la Biblia.

Las pieles de los animales que se utilizaban para un manuscrito debían ser de animales limpios.

Las pieles debían ser preparadas por un judío.

Las piezas de pieles se debían unir por hilo hecho con pelo de animales limpios.

Cada pergamino debía tener la misma cantidad de columnas y ellas del mismo tamaño.

Las columnas debían tener un ancho de 30 letras y no menos de 48 o más de 60 renglones.

La columna debía iniciar con una letra completa y terminar con no menos de 4 palabras.

La tinta debía ser negra preparada de una forma especial.

El copista estaba obligado a escribir todo copiando sin hacer nada de memoria.

El espacio entre consonantes debía medirse con el ancho de un hilo o de un cabello

El espacio entre secciones debía ser igual a nueve consonantes.Entre cada libro debían dejarse tres renglones de espacio.

El quinto libro de Moisés debía terminarse con una línea completa.

El nombre de Dios no debía escribirse con una pluma recién empapada y.

El escriba al copiar el manuscrito debía estar vestido con un atuendo judío completo.

Como vez ¿Es o no confiable las copias del AT del texto masorético?

Se dice de los masoretas, calcularon que letra se encontraba a mitad del Pentateuco, que frase se encontraba a mitad de cada libro y cuántas veces aparecía en las Escrituras hebreas cada letra del alfabeto; pues se afirma que contaban las 815,140 letras de las Escrituras hebreas. Tal minuciosidad garantiza un alto grado de fidelidad en la preservación y pureza del texto original del AT. de la Palabra de Dios.

B) PARA EL NUEVO TESTAMENTEO

En los orígenes de la Iglesia, la regla de fe se encontraba en la enseñanza oral de los apóstoles. Pasado el tiempo, se sintió la urgente necesidad de poner por escrito las enseñanzas del Señor Jesús y los rasgos más sobresalientes de su vida. Este fue el origen de los evangelios.

Por otra parte los apóstoles alimentaban espiritualmente a los fieles mediante cartas, según los problemas que iban surgiendo. Este fue el origen de las Epístolas.

A mitad del siglo I comenzaron a copiar y coleccionar los escritos divinamente inspirados de los apóstoles y profetas novo testamentarios. Donde, primero quizá Roma conocía el Evangelio de Marcos (que, como acompañante y expositor de Pedro, escribió allí) y Siria tenía el Evangelio de Mateo, mientras que un grupo de creyentes de diversos pueblos poseía el de Lucas, y Éfeso el de Juan, allí parecen ser ensamblados estos 4 evangelios, a fines del siglo I, en un sólo volumen que fue llamado “El Evangelio”. Por aquella época, las cartas que Pablo había escrito a varias iglesias y personas ya estaban coleccionadas, y una colección circuló por las iglesias bajo el titulo de “El Apóstol”. En esta colección, el libro Los Hechos de los Apóstoles era muy interesante como ilustración; era un escrito de Lucas, que con su Evangelio debe haber formado un solo libro. Junto a estos volúmenes, las cartas de otros apóstoles y de “hombres apostólicos" así como Apocalipsis de Juan, fueron reconocidas como de origen divino y admitidas en el canon del NT Ya en el siglo II d.C. la Biblia no sólo estaba completamente escrita, sino que también comenzó a circular en volúmenes completos. Esta Biblia contenía el AT en la versión griega Septuaginta, y el NT griego en el que había sido escrito. Cuando en el siglo III, surgió el códex (Códice), por primera vez fue posible compendiar la Biblia en un solo volumen. De tales Biblias no ha quedado conservada ni una sola completa, en parte porque el material usado era casi siempre el perecedero papiro, y en parte porque algunos césares (en concreto Diocleciano, finales del siglo III) dieron batidas contra la Biblia y destruyeron grandes cantidades de ellas.