Eso es lo que todos se preguntan: ¿QUIÉN ES LA NEGRA YANINA? Una siesta trabajábamos en el caso de las Conchudas, que parece no tener fondo, cuando de golpe nos despertó una voz desesperada:
–¡Ayúdenme, por favor! ¡Atiéndanme!
Era un profesor mexicano, de patillas y
bigote, ya entrado en años, cuyos datos no revelaremos. Había estado tocando el
timbre, golpeando la puerta y gritando, pero no lo habíamos oído. Lo hicimos
pasar a la espléndida oficina del Trío Fantástico. Le explicamos que don Isidro
no estaría presente. El caballero comenzó:
–Yo soy un hombre respetable… Me he ganado una reputación inmaculada…
Tengo esposa, hijos, profesión… Les ruego que ningún detalle de nuestro diálogo
cruce más allá de estas cuatro paredes…
En síntesis, el profesor de Guadalajara nos
contó que tenía dos cuentas en Facebook: una profesional y familiar, que rara
vez utilizaba, y otra secreta, calurosa y ajetreada, en la que se presentaba
con el ingenioso nombre de “Vergudo Mamacitero”. En esta última, la lista de
amistades era numerosa –mil setecientas cuarenta y dos señoritas–, pero una y sólo una perturbaba el sueño y la
vigilia de nuestro profesor de Derecho: la Negra Yanina. Y él repetía:
–¿Quién es la Negra Yanina?
Por este medio le contestamos: si bien el encuentro anterior tuvo lugar hace nueve meses, no nos hemos olvidado de usted, profesor Vargas. Estamos prontos a investigar el caso.
Por este medio le contestamos: si bien el encuentro anterior tuvo lugar hace nueve meses, no nos hemos olvidado de usted, profesor Vargas. Estamos prontos a investigar el caso.
