Estructura del Cuento

lunes, 3 de diciembre de 2007


El cuento, es un objeto completo. Atentos a eso diríamos que el cuento debería comenzar y acabar en sí mismo. Debería pues funcionar como una pequeña máquina perfecta.
Aristóteles en el S. III a.C., describió en su Poética los elementos esenciales de toda obra literaria:
S Unidad: Toda obra debe tener un tema central o eje, sobre el cual fundamentarse.
S Belleza: Esto en el sentido de proporción y equilibrio, lo que actualmente llamaríamos cohesión y coherencia.
S Multiplicidad: Varias situaciones que giren en torno a un tema central.
S Magnitud: una extensión determinada, que variará de acuerdo a las necesidades, que permita las transformaciones o el desarrollo de situaciones.
S Trama: La trama es la manera en que se distribuyen las acciones dentro de una obra y esta deberá estar organizada en tres partes que no podrán faltar: a) Principio, b) Medio y c) Final.
Ahora bien tomemos este último punto que yo no llamaría el más importante, ya que todos en su conjunto hacen a la obra literaria, pero sí diría que en esos tres pasos fundamentales se resume la estructura del cuento. Además, a lo largo del tiempo fue sí tal vez el punto que más se ha modificado. Para su mejor análisis, tomaremos al cuento en sus distintas etapas: Tradicional, Moderno y Contemporáneo.

Cuento Tradicional:
El cuento Tradicional incluye obras como las 1.001 y una Noches, el Decamerón, las fábulas y leyendas de Esopo, los cuentos de Chaucer, etc. Para el Cuento Tradicional que se organiza en el plano anecdótico y se basa en el simple encadenamiento de hechos, la estructura poética tal y como la concibió Aristóteles es ideal.

Trabajo Práctico Nº 1: Marcar el Principio Medio y Fin del Cuento “El Lobo”

Cuento Moderno:
Más cerca nuestro en el tiempo, los autores del cuento Moderno, entre cuyos pioneros se encuentra Edgard Allan Poe, comienzan a preocuparse más por “cómo se cuenta” que por “qué se cuenta”. Así, la anécdota que fuera la vedette del Cuento Tradicional cede terreno ante la ambigüedad y ante la exploración psicológica. Casi todos los cuentos Tradicionales comenzaban con una larga descripción anticipatoria del tema y a partir del Cuento Moderno esta ha sido reemplazada por una “frase gancho” que se deslizará lentamente hacia un final el cual estará estrechamente ligado con esa frase inicial. Todo lo que suceda en el cuento tendrá que ver con ese final. Hay por otro lado una economía total de recursos y todo lo que no tenga que ver con el tema principal quedará descartado.
Horacio Quiroga en el punto 5º de su decálogo del buen cuentista lo resumía de la siguiente manera: “No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adonde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen la importancia de las tres últimas”.

Trabajo Práctico Nº 2: Marcar el Principio, Medio y Fin del Cuento de Thomas Carlyle

Cuento Contemporáneo:
En el Cuento Contemporáneo, lo aparentemente mínimo o intrascendente adquiere fuerza y se transforma en el nudo del cuento. El narrador desplaza esa estructura rígida de Principio, Medio y Fin. El cuento puede, por ejemplo, comenzar por el desenlace y contar hacia atrás para luego retomar ese desenlace. Aún sigue utilizando las reglas de Aristóteles sólo que estas cambian de lugar. Así, el Cuento no se ordena en base a un encadenamiento de hechos sino en torno a situaciones que crean incertidumbre. Lo más importante ya no es respetar el orden de las tres partes ordenadas cronológicamente. Se usan pero de otra manera. El Principio no siempre es la exposición del problema, el Medio un nudo y el Fin un desenlace. Podríamos decir que en el Cuento Contemporáneo lo más importante es la trama o sea la organización del argumento más que el argumento en sí.
“La noche boca arriba” de Cortázar, y “El sur” de Borges, son dos cuentos donde alguien sueña a otro y al mismo tiempo no sabe si ese otro lo está soñando, dicho de esta manera, el argumento parecería no ser demasiado interesante, sin embargo la forma en que están organizadas las distintas situaciones las transforman en verdaderas obras maestras. Dentro de este argumento está el conocido minicuento chino de hace veintitrés siglos: “ Hace muchas noche fui una mariposa que revoloteaba contenta de su suerte. Después me desperté, y era Chuang-Tzu. Pero ¿soy en verdad el filósofo Chuang-Tzu que recuerda haber soñado que fue una mariposa o soy una mariposa que sueña ahora que es el filósofo Chuang-Tzu?”.

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