Monday, June 24, 2013

Industria tecnológica irresponsable

Fetishism of digital commodities and hidden exploitation: the cases of Amazon and Apple



Cuando surge un problema, el ser humano usa su intelecto y todo el conocimiento a su disposición para entenderlo, conocer cuáles son las causas que ocasionan el problema, revisar antecedentes del mismo problema y jugar con los conocimientos (llámese ciencia) para buscarle una solución. Básicamente la historia de la humanidad es la historia de cómo el ser humano ha podido superar problemas y cómo ha generado conocimiento a partir de lo aprendido en el proceso de resolución de los mismos; además también está el fruto de la resolución de esos problemas: tecnología. Pero, ¿qué sucede cuando el fin de la generación de tecnología no es la superación del ser humano sino simplemente el negocio?









Empresas como Apple y Samsung ofrecen una amplia variedad de servicios y productos tecnológicos, todos relacionados con ordenadores y telefonía móvil, además que en ésto último ambas compañías se pelean constantemente el dominio del mercado mundial[1]. Por este motivo, ambas están siempre bajo el escrutinio público y se llegan a saber datos muy importantes sobre la forma en que manejan sus negocios: hace algún tiempo, se evidenció que estas compañías contrataban los servicios de empresas de electrónica en China para el ensamblaje de sus productos, empresas cuyos empleados sufrían explotación laboral[2][3].

Estas empresas de ensamblaje, atractivas por su mano de obra barata, no respetaban los derechos laborales de los trabajadores, les pagaban menos que el salario mínimo, excesivas horas de trabajo y muchas de estas empresas contrataban temporalmente a sus empleados, lo que privaba a los trabajadores de la opción de mejorar su estatus laboral. Incluso, como consecuencia del trato inhumano y la presión a la que éstas personas estaban expuestas, se llegó a reportar casos de suicidio, lo que provocó gran revuelo a nivel internacional sobre todo por las “soluciones” que algunas de estas empresas dieron al problema, una de ellas,Foxconn, instaló mallas anti-suicidios y otras más insólitas como obligar a los trabajadores un acuerdo de “no-suicido”.[4][5]

¿Es lo único preocupante? No. La explotación laboral es sólo uno de los problemas que genera la industria tecnológica irresponsable. Hay algo más que no se ha considerado, y es que se está creando una especie de zombies consumidores de tecnología; cada vez más se ve la obsesión de las personas por obtener lo último en tecnología, muchas veces sin ni siquiera necesitarlo, simplemente porque la moda así lo establece o por el temor de quedar rezagados.

Relato a continuación un experimento psicológico realizado por el presentador Jimmy Kimmel en septiembre del año pasado[6]: “El nuevo iPhone 5 acaba de salir al mercado y deseo que lo compares con el iPhone anterior”-decía Kimmel a cualquiera que se encontraba por la calle en un día cualquiera. Muchos de los que formaron parte del experimento manifestaban que les parecía más liviano y definitivamente más rápido que el anterior. Lo que ellos no sabían era que en realidad el iPhone 5 aún no había salido al mercado, y lo que en realidad sostenían era un iPhone 4s (un teléfono disponible en el mercado hace mucho tiempo).

Esto es un ejemplo de cómo las personas se han acostumbrado a renovar sus aparatos electrónicos, aunque los que poseen todavía funcionen, por las últimas versiones, todo gracias al efectivo aparato publicitario que acompaña el lanzamiento de estos dispositivos, en este caso de Apple. Estas compañías han logrado convencer a su clientela de que si no poseen lo más reciente, no tienen lo mejor y por lo tanto van a quedar rezagados. Han creado una suerte de dependencia en sus productos y han logrado la tan temida mitificación de la tecnología de la que hablaba Neil Postman en su quinta advertencia[7].

Sobre la mitificación de los marca(ni siquiera de la tecnología, sino de la marca), se puede dar algunos ejemplos, uno de los más representativos (y curiosos) son los Apple evangelists, o el Cult of Mac, que según Russell Belk, investigador del comportamiento del consumidor de la Universidad de Utah, denotan una especie de distorsión de la realidad en la que se considera a la marca Apple, sobre todo a la marca Mac de computadoras personales y a su fundador Steve Jobs, como una religión y dios respectivamente, que les permite entender el mundo de la tecnología como una suerte de Apple contra fuerzas “satánicas”[8], dejando fuera todo tipo de razonamiento lógico y provocando una especie de cultura obsesiva consumista e incluso patológica (¿¿tener de religión a una marca de electrónica??) .

¿Es tan grave el asunto? Pues como se lo ha planteado en el presente escrito, sí. Desde mi punto de vista, hay dos problemas muy graves aquí: la falta de interés por parte de los representantes de las compañías tecnológicas sobre la situación laboral de sus empleados y el surgimiento de un nuevo tipo de consumismo, afianzado en la falsa necesidad de estar al día con lo último en tecnología y hasta algo de fanatismo extremo y patológico por parte de algunos consumidores, pero todo tiene origen en la forma en que está orientado el desarrollo tecnológico estos últimos años: el dinero sobre el ser humano.



Enlaces de interés
[8] Más información sobre el tema se puede encontrar en el libro de Cult of Mac de  Leander Kahney


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