Monday, October 24, 2011

SABIDURIA, TOMANDO LO BUENO, DESECHANDO LO MALO

No envidies al hombre violento, y no escojas ninguno de sus caminos;
Proverbios 3:31 (LBLA)

Dentro de nuestro ser Dios estableció la capacidad de pensamiento, discernimiento, intuición, y la conciencia; todas estas obran singular y colectivamente para mantenernos sanos, salvos y en el camino correcto. Todos estos deben de ser renovados por la presencia del Espíritu Santo, para que puedan comenzar a ser el plomo que nos mantiene en el lugar que nos corresponde.

Uno de los más increíbles regalos que Dios ha impartido a la humanidad es el de “decisión”; juntamente con el don viene la responsabilidad de cómo lo utilizamos. En todo momento del día, cada uno tienen la increíble responsabilidad de escoger y determinar que es lo que tomará y desechará en su vida, aprendiendo a determinar que es lo que adoptara y aprenderá de las personas que están a su derredor.  No todo lo que las personas hacen es lo correcto o digno para nosotros, debemos de revestirnos de la sabiduría de Dios, para que discirnamos lo correcto, el justo y lo que nos conviene.

Que bueno sería vivir en un mundo perfecto, en donde podríamos creer todo lo que otros nos dicen, aceptar lo que nos enseñan, o hacer lo que ellos hacen.  La realidad es muy diferente, vivimos en un mundo caído y desviado, en el cual todos hacen lo que su corazón le dice, determinan lo que es correcto por ellos mismos y no les importa lo que Dios ha plasmado para nuestro propio bien. Es necesario que cada uno de nosotros logre madurar y aumentar su nivel de sabiduría para que no sea llevado por las palabras suaves o convencedoras, y rechazar esas cosas que parecen atractivas, más llevan a la destrucción, división y caos.

Si hay algo que debemos de tomar para nosotros mismos debe de ser lo justo, lo bueno, lo agradable, lo que edifica y lo que ayuda a otros. Aprendamos a ensalzar y engrandecer las cosas que son dignas de admirar, porque nosotros nos volveremos lo que nosotros admiramos e imitamos; al final será lo que otros miraran en nosotros y verán si somos dignos de imitación.  Dios nos está llamando a ser hombres y mujeres de influencia; ¿Qué carácter hay en nosotros, con la cual podemos influenciar positivamente a otros?

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