A favor y en contra

A.A.C.
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La contaminación del agua y del aire, el impacto sobre el entorno y la posible especulación son algunos de los argumentos que enarbolan los colectivos contrarios a estos proyectos

El debate sobre el fracking está sobre la mesa. En algunos lugares se ha avivado, al calor de las experiencias que se han vivido en las explotaciones de Estados Unidos, donde en Vermont, por ejemplo, se ha aprobado una moratoria de tres años para «preservar la integridad medioambiental del estado». Sin embargo, según explica Marcelo de Manuel, jefe del Servicio Territorial de Industria en Palencia, «hace años que se realizan extracciones» y, cuando ha habido problemas en otros lugares, «es porque no se han hecho correctamente o con todas las garantías». De hecho, «si se llegara a instalar algún pozo aquí, el Servicio de Medio Ambiente de la Junta velaría por que se garantizara el respeto al entorno y la no contaminación».

BNK Petroleum, empresa matriz de Trofagás Hidrocarburos SL, recuerda que la estimulación hidráulica (evitan en sus documentos utilizar los términos fractura o fracking) «se lleva empleando desde hace 50 años de manera segura y responsable». De hecho, «más ede 35.000 pozos se estimulan hidráulicamente cada año».

Sea como fuere, son muchos los argumentos a favor y en contra de la extracción de gas no convencional mediante fractura hidráulica. Críticas que se extienden a los proyectos de investigación previa que pueden iniciarse en Palencia.

OPACIDAD

Para empezar, colectivos como el Movimiento 15M Palencia -el primero que se ha movilizado en la provincia- o Ecologistas en Acción Palencia llaman la atención sobre la supuesta «opacidad» de la Administración en lo que se refiere a las solicitudes. «Ni siquiera los Ayuntamientos de las áreas afectadas saben de estos trámites, porque en el Boletín Oficial no se detallan los municipios, sino las coordenadas», afirman desde  Ecologistas en Acción, para añadir que en esos grandes cuadrantes de unas 95.000 hectáreas cada uno se incluyen espacios naturales protegidos, cuencas fluviales, núcleos urbanos, etcétera.

El jefe del Servicio Territorial de Industria recuerda que «son áreas muy extensas», e insiste en que se trata de fases muy iniciales, que se concretarán a medida que avance la tramitación.

AGUA

«¿De dónde sacarán el agua para los pozos? ¿De la que utilizamos para regar las explotaciones agrarias?», se pregunta el coordinador de Ecologistas en Acción Palencia, Javier Escudero. Según la información facilitada por BNK Petroleum, «calculamos que se consumirán unos 1.000 m3 por cada etapa de estimulación hidráulica (un pozo vertical necesita entre 1 y 2 etapas y uno horizontal, entre 5 y 19 etapas)». La compañía norteamericana afirma que, en el proceso de estimulación hidráulica, se inyecta un 99,9% de agua y arena y un 0,1% de aditivos no tóxicos, como el butildiglicol, el cloruro de colina o el polietilenglicol. Los ecologistas, basándose en informaciones recabadas en Estados Unidos, indican que «entre los aditivos químicos utilizados se encuentran benzenos, xilenos y cianuros, hasta llegar a unas 500 sustancias químicas, entre las que hay elementos cancerígenos y mutagénicos».

Así lo afirman en fracturahidraulicano.info, donde apuntan, además, que «el fluido de retorno también trae a la superficie otras sustancias que pueden contener las capas de pizarra, como metales pesados (mercurio o plomo) y radón, radio o uranio, elementos radiactivos que llegan a la superficie cuando previamente no estaban allí».

«Técnicamente, es imposible que exista una comunicación entre la formación rocosa y los acuíferos debido a la distancia de hasta 4.500 metros que los separa», subraya BNK, que insiste en los medios técnicos que aplica para «garantizar que no haya incidente alguno».

AIRE

Según los colectivos ecologistas, el agua que se extrae junto con el gas, la arena y los aditivos, se almacena en balsas estancas y termina evaporándose, con lo que «los aditivos tóxicos pasan al aire», apunta Escudero, que se pregunta además quién se encargará del tratamiento de residuos de la explotación. «¿Seremos nosotros, con nuestros impuestos, otra vez?».

La información de BNK Petroleum asegura, por su parte, que el proceso de extracción de shale gas es similar al del gas natural, «que se ha utilizado durante décadas de forma segura y responsable».

RENTABILIDAD

Javier Escudero cuestiona la rentabilidad de las explotaciones de gas no convencional y comparte el temor de otros colectivos de que tras estas operaciones se esconda un mero interés por captar subvenciones. «El precio del gas es bajo en la actualidad y el coste de los pozos de fractura hidráulica muy elevado. El primer pozo se agota rápido y, entonces, hacen otro, y otro más... En Álava se habla, incluso, de hasta mil perforaciones».

Por su parte, BNK asegura que  trabaja desde una localización única, «que ocupa menos de dos hectáreas», en la que perfora varios pozos.