Exploración preoperatoria

Exploración física

El diagnóstico en medicina está basado en la exploración física del paciente. Esta exploración física se compone de cuatro partes: inspección, palpación, auscultación y percusión. Por medio de ella, los médicos han diagnosticado las enfermedades durante más de 20 siglos. De ese modo, por ejemplo, a través de la inspección de la cara o de los dedos del paciente, el médico puede sospechar de la existencia de una enfermedad pulmonar y por medio de la auscultación, una patología cardíaca o una neumonía. De la misma manera, a través de la palpación del abdomen se puede sospechar una enfermedad del hígado o del bazo, detectando un aumento de su tamaño; y la percusión ayudará al médico a diagnosticar, por ejemplo, una inflamación de la pleura que envuelve al pulmón.

De las cuatro partes que componen la exploración física, la auscultación y la percusión no suelen utilizarse en la consulta de Cirugía Estética. En cambio, el cirujano plástico sí utilizará las otras dos en la consulta para la valoración del paciente: la palpación y, sobre todo, la inspección. La palpación será útil, por ejemplo, para determinar el tamaño de los huesos propios de la nariz, dato fundamental para indicar la necesidad de colocar injertos que eviten la aparición de una dificultad respiratoria después de una rinoplastia estética, o para valorar el espesor de la piel de la nariz, lo cuál nos condicionará la actitud a seguir durante la intervención. La palpación también servirá en Cirugía Estética para diagnosticar una falta grave de elasticidad en los tejidos de una paciente que desea someterse a una liposucción, en cuyo caso debería ser informada de sus posibles consecuencias desfavorables si se sometiera a ésta. También a través de la palpación el cirujano plástico detectará una separación de los músculos del abdomen antes de una abdominoplastia, así como una posible hernia umbilical que deberá ser reparada durante la intervención.

Es fácil entender que la piedra angular de la exploración física en Cirugía Estética es la inspección. A través de una cuidadosa inspección el cirujano detectará un surco submamario demasiado elevado o demasiado bajo antes de una mamoplastia de aumento o de una mastopexia, que nos obligue a realizar ciertas maniobras quirúrgicas en el quirófano, o una excesiva proyección de la punta nasal antes de una rinoplastia.

Sin embargo, el tiempo que podemos dedicarle a la inspección en la consulta es, necesariamente, limitado. Por eso, desde hace décadas, los cirujanos plásticos recurrimos a las fotografías como método de inspección. Gracias a las fotografías el cirujano puede explorar detenidamente, por ejemplo, una cara o un tórax en todas sus proyecciones. Además, en las fotografías se observan detalles anatómicos y defectos que a veces se escapan en la observación directa, y eso lo sabemos todos los cirujanos que trabajamos a diario con fotografías en nuestras consultas, y también las pacientes que ven sus fotografías en el ordenador después de haber sido tomadas en el estudio fotográfico de la consulta.

Fotografías

Por tanto, para que el cirujano plástico pueda desempeñar bien su trabajo en la consulta debe disponer de fotografías de calidad en todas las proyecciones útiles para cada caso con el tiempo suficiente antes de la intervención. Y no vale cualquier fotografía tomada, por ejemplo, con el paciente delante de una puerta o de una librería, con el flash iluminando un lado del cuerpo y provocando sombras en el otro, y posiblemente mal encuadrada o desenfocada. La fotografía debe ser de calidad. Debe tomarse con una cámara réflex que permita fotografiar lo que realmente se ve a través del visor; la iluminación debe ser la adecuada, por medio de paraguas o de cajas de luz, para evitar la presencia de sombras en alguna parte del cuerpo del paciente; el fondo ante el que se sitúa al paciente debe ser y de un color uniforme (por lo general, azul, negro o blanco, dependiendo de la preferencia personal de cada cirujano); y la técnica fotográfica debe conseguir un encuadre y un enfoque perfectos, y siempre con la misma exposición (velocidad de obturación y apertura de diafragma) para evitar distorsionar el aspecto de la región anatómica fotografiada. Por último, deben hacerse el número suficiente de fotografías, en diferentes posiciones, que permitan estudiar perfectamente la forma y volumen de la zona a intervenir.

La fotografía de calidad en Cirugía Estética cumple una triple función:

  • En primer lugar, le sirve al cirujano para la inspección pormenorizada de la región anatómica del paciente antes de la intervención, y durante todo el tiempo que sea necesario. La duración de la consulta es limitada y unas fotografías bien hechas tienen un valor incalificable para ayudar al cirujano plástico a tomar las decisiones adecuadas.
  • Por otro lado, para realizar en el ordenador el retoque digital de esas fotografías y mostrar de ese modo al paciente una simulación digital del resultado que se puede esperar de la intervención. Esta simulación resulta especialmente útil antes de una liposucción y, sobre todo, de una rinoplastia.
  • Por último, las fotografías preperatorias sirven para compararlas con las que se realicen después de la intervención y poder valorar de una forma objetiva el resultado conseguido.

Las fotografías son un arma fundamental en el diagnóstico en Cirugía Estética y resultan imprescindibles para el estudio del paciente con el suficiente tiempo antes de la intervención. Por eso, desconfíe de quien no le haga estas fotografías o las haga ya en el quirófano, justamente antes de la intervención, y no en la primera consulta.

Aparte de lo anterior, y no menos importante, las fotografías servirán al paciente para conocer los resultados que suele obtener su cirujano en casos como al suyo. Por ejemplo, para tratar una caída de la mama los cirujanos disponemos de diferentes técnicas quirúrgicas. Unas dejarán menos cicatrices que otras, pero puede que las primeras no sólo no resuelvan su problema sino que, además, provoquen una deformidad residual y, por lo tanto, no sea recomendable utilizarlas en su caso. Su cirujano le explicará en primer lugar todas las técnicas disponibles para resolver su problema y le recomendará una u otra en función de su conocimiento y experiencia. A continuación le mostrará fotografías de casos similares al suyo, informándole de la técnica que utilizó en cada uno de ellos. De ese modo usted podrá hacerse una idea del resultado que puede esperarse después de su intervención y conseguirá el objetivo real de la intervención: sentirse satisfecho con ese resultado.

Por eso, si no sale de él, pídale a su cirujano durante la primera consulta que le muestre fotografías de casos parecidos al suyo. Así podrá conocer y valorar los resultados que obtiene su cirujano en pacientes que tenían el mismo problema que usted y podrá decidir, con conocimiento de causa, si desea ponerse en sus manos o buscar otro cirujano plástico cuyos resultados le satisfagan más.

Exploraciones complementarias

Durante el siglo XX, y fruto de la investigación proveniente de otras ramas de la ciencia, fundamentalmente de la física, fueron apareciendo otro tipo de exploraciones complementarias, claves para ayudar al médico en el diagnóstico de certeza de una enfermedad. Algunas de estas técnicas de exploración son conocidas por casi todos, en gran medida debido a películas o series de TV: las radiografías, la ecografía, la Tomografía Axial Computarizada (TAC), la Resonancia Magnética Nuclear (RMN), etc. El médico se sirve de todas estas exploraciones para alcanzar un diagnóstico de certeza, primer paso y requisito imprescindible para instaurar el tratamiento adecuado de una determinada enfermedad. En función del órgano que se desee estudiar se empleará una u otra. Así, por ejemplo, para el diagnóstico de una fractura ósea resulta más útil una radiografía simple o un TAC que una ecografía y para descartar una enfermedad del hígado o de otro órgano abdominal el médico solicitará una ecografía o un TAC antes que una radiografía simple.

Las exploraciones complementarias más utilizadas en Cirugía Estética son la mamografía y la ecografía de mama, eficaces para descartar la presencia de enfermedad en una mama que va a ser intervenida. En Cirugía Reparadora son de gran utilidad, por ejemplo, el TAC para el diagnóstico de una fractura facial, la gammagrafía para conocer la extensión de un melanoma, el doppler para el estudio de la vascularización de determinadas partes del cuerpo que van a ser transferidas para la reconstrucción de defectos originados por algún accidente o después de una resección por cáncer en otras partes del cuerpo, etc.

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