sábado, 9 de enero de 2010

CIENCIA Y EVOLUCIÓN


La evolución es el proceso por el cual todos los seres vivos han estado transformándose desde una simple estructura molecular hasta los seres vivos más complejos y grandes de la actualidad, incluyendo al hombre, como el más complejo de todos por poseer inteligencia, lenguaje, sociedad y cultura. El reto de la ciencia es poder explicar este proceso. A pesar de todo lo que se ha escrito y de todo lo que se cree habitualmente, con más o menos información y cultura, la ciencia no ha podido responder aun, de manera cabal y convincente, cómo se ha dado este proceso evolutivo.

Sabemos, sin embargo, que este proceso se ha dado y sigue dándose. Al interior de la ciencia hay amplios e intensos debates acerca de diversos aspectos de este proceso y, desde luego, existen diversas teorías. Lamentablemente, lo que llega al público de todo ese rumoroso debate científico son una serie de conceptos vagos que el cientificismo popular consagra como dogmas. Además, las congregaciones religiosas juegan un papel muy importante en la difusión de ideas erradas, grotescamente simplificadas o maliciosamente interpretadas para desprestigiar a la ciencia. Toda esa amalgama de conceptos pseudocientíficos errados acerca de la evolución, se leen muy a menudo en revistas y sitios web que pretenden ser páginas de ciencia, incrementando todavía más la confusión. Tal vez en este lugar podamos desmitificar algunas ideas y aclarar algunos conceptos acerca de la evolución, poniendo siempre por delante la advertencia de que aun no tenemos las explicaciones totales de este fantástico proceso.

No he visto un estudio acerca de los estudios evolutivos, tal que, mediante una visión histórica, nos permita apreciar los diversos avances y percibir una especie de clasificación de las ideas. En algunos libros se apela a descripciones históricas muy interesantes pero sólo respecto de algún concepto o estudio concreto. Por ejemplo los libros de John Gribbin. De todos modos sería bueno intentar, por lo menos una visión en perspectiva de esos estudios. La primera clasificación mayor que podemos hacer es a) Estudios naturalistas, b) Estudios biológicos, c) Estudios fósiles, y d) Estudios genéticos.

Para explicar rápidamente cada uno de estos campos diremos que los estudios naturalistas son los iniciados por Darwin, quien con la sola observación de la naturaleza y una reflexión de más de 20 años llegó a conclusiones científicas notables. En principio, llegó a la conclusión de que la evolución existía. Además, esta era una conclusión que se caía ya por su propio peso a la luz de los hallazgos científicos en diversas ramas, como la geología y la biología. Pero Darwin supo darle una explicación totalizadora muy elegante y clara.

Los estudios biológicos se realizan en organismos, ya sean plantas o animales. El primero de ellos fue Mendel, quien utilizó guisantes para sus experimentos acerca del mecanismo de la herencia. En este campo suelen emplearse muestras de vida simple, que permitan ver rápidamente su descendencia y sus variaciones. El caso más raro tal vez haya sido el de Bárbara McClintock, quien hizo sus estudios en maiz, una planta que tarda un año, por lo que sus estudios fueron muy prolongados. Otros emplean bacterias, como el E. Coli, y muchos prefirieron estudiar al mosquito de la fruta, llamado Drosophila, que se reproduce en una semana.

Los estudios fósiles son hechos por paleontólogos. Tal vez el más famoso de trodos sea Louis Leakey (y toda su familia) quien hizo sus estudios en Kenia y Tanzania. Entre los más famosos restos homínidos hallados se encuentra el esqueleto de Lucy, llamada así en memoria de una famosa canción de Los Beatles (Lucy, en el cielo con diamantes). Este esqueleto fue hallado por el antropólogo Donald Johanson y tiene una antiguedad de 3 millones de años.

Los estudios genéticos se hacen obviamente en genes. Esta rama tuvo un gran impulso desde principios del siglo XX y se vio muy favorecida por los avances de la química cuántica, en especial por los estudios de Linus Pauling, quien dio luces acerca de la naturaleza de los enlaces químicos y ayudó a comprender la estructura de las moléculas de la vida. Posteriormente fueron James Watson y Francis Crick (y otros) quienes descubrieron la compleja molécula del ADN en 1953. Si bien fue un hito importante, sólo significó el inicio de un largo camino de investigaciones para llegar a entender sus mecanismos. Pese a toda la fiebre cientificista desatada en torno a la genética, todavía tenemos muy poca información que nos lleve a sacar conclusiones definitivas acerca de la evolución.

Además de todas estas ramas bien definidas en las que se ha venido estudiando el proceso evolutivo, hay otras menores como los estudios biológicos hechos en la sangre y en el seguimiento de determinadas proteinas. Probablemente haya sido la genética la que más revuelo causó porque se acerca más a la imagen popular de la ciencia: laboratorio, microscopio, experimentos, etc. Además, constantemente nos inundan con supuestos "hallazgos" sobre genes (el gen de la obesidad, el gen de la calvicie, el gen del amor, etc.), y tal vez la noticia más impactante haya sido el de la culminación del mapa del genoma humano. Pero a pesar de todo esto, debemos decir que toda esta información, si bien resulta interesante (y en no pocos casos falsa), no ha aportado demasiado en la comprensión del proceso de la evolución, ni de la evolución humana ni de la evolución en general.

La información científica debe ser científicamente interpretada en el amplio panorama de la realidad, que va mucho más allá de los estrechos dominios de un hallazgo concreto. Es lo que Darwin hizo con todo lo que halló en su viaje a bordo del Beagle. Lamentablemente durante el siglo XX la ciencia se particionó en sub especialidades muy concretas, y todos pretendieron resolver el problema desde su propia parcela del saber. Lo que ha ocurrido es que hay mucha información concreta desplegada y muy poco esfuerzo integrador e interpretativo general. Muchos artículos abordan la evolución desde una sola perspectiva y a veces nos ofrecen explicaciones simplistas. Una de las explicaciones más comunes y burdas sobre la evolución es que todo este proceso se habría dado tan solo por mutaciones genéticas, tontas y locas, que luego habrían sido "seleccionadas" por la famosa selección natural. Esta interpretación, además de simplista, es falsa. Es imposible explicar la evolución fundados solamente en mutaciones al azar y confiados en la acción de la selección natural. Eso es simplemente absurdo. Los organismos vivos tienen también un papel, en tanto organismos, en este proceso.

Por desgracia, ya es imposible retroceder varios millones de años atrás para comprobar cómo ocurrieron los hechos realmente, pero las cosas no fueron simples. Aun estamos muy lejos de poder comprenderlo a cabalidad. Nos falta información y no debemos caer en el error de abrazar con esa fe clásica del cientificismo, alguna explicación facilista y simplista. Trataremos de revisar algunas de las visiones más cercanas con que contamos hoy acerca de la evolución.