martes, 22 de noviembre de 2011

Entrevista tipo creacion



         Entre la Roja y el Principito

En una tarde nublada de primavera nos ponemos melancólicos y apasionados, rara sensación. En unas horas más la Selección de fútbol enfrentará en un partido clave a la escuadra del Perú. Rivalidad clásica: guerras de por medio y un fuerte sentimiento nacionalista  se engendró, el cual no perdona y lo vivimos día a día en ambas culturas hermanas. La gente no pierde la fe, se respira un ambiente de optimismo, a pesar que los últimos resultados no han sido de los más prometedores para Chile. Mientras tanto volvemos a lo nuestro: me encuentro con Juan Ignacio, un viejo colega del colegio, quien leyó el Principito hace ya muchos años, pero sostiene que puede ser útil para un interrogatorio acerca del libro.

¿Qué simboliza la figura del Principito?

-            Creo que el Principito tiene un especie de aura, es como la figura que todos tuvimos cuando éramos niños. La misma que te impulsaba a hacer cualquier tipo de preguntas acordes al entorno, a la tierra que estabas pisando. Simboliza algo que perdimos: la capacidad de ver las cosas simples sin mayores distracciones, y saber que estas eran esenciales para nuestro funcionamiento como seres racionales.

¿Lo esencial es invisible a los ojos?

-            Claro, a eso me refería. La frase célebre del libro sin duda. Creo que resume muchas cosas, a pesar del gran número de metáforas que presenta la novela. Esa es la más importante, la que dejó un legado filosófico.

Hablando de metáforas, ¿cuál rescatarías del texto?

-            Toda la novela es una metáfora, los personajes y los paisajes están muy bien elaborados. Si me dieras a elegir una, creo que elegiría las características que presentan aquellos individuos que habitaban en los planetas que el Principito visitó. Cada uno representaba a los adultos y las actividades que estos suelen realizar en su cotidianidad. Tal vez para ellos sea muy normal ser un vanidoso o un señor que cuente y se crea rey o dueño de las estrellas, por darte un ejemplo, pero para un niño inocente aquellas características pueden ser un poco crudas y algo violentas en un comienzo. Lo peor de todo es que los niños son puros, no están contaminados ni condicionados como los adultos, y en un futuro es probable que los menores sigan nuestro ejemplo y se conviertan en seres obsesivos sin darse cuenta. Hay que cuidar su riqueza y su creatividad. No permitir que el egoísmo del hombre les pase la cuenta, pronto tendrán una máscara que los imposibilitará de ser humildes, el ego los consumirá. Creo que me fui en “la volada”, y eso que no he fumado nada (risas de fondo). En fin, el hombre es parte de una sociedad, por lo tanto no comprendo a esa gente que se aparta de la emotividad y se dispone a vivir en burbujas o en planetas centrándose en ellos mismos como eje del universo. Tal como ocurría en el Principito.

Lo paradójico es que finalmente el Principito, al terminar su viaje, llega a la Tierra. Donde hay miles de vanidosos, numerosos reyes, geógrafos, hombres de negocios, etc.

-            Sí, creó que cavó su propia tumba al conocer la Tierra, pobre niño. Un ser de otro planeta sin duda quedaría muy impresionado al averiguar nuestras costumbres, creo que es por eso que aún no llegan los marcianos, nos deben tener mucho miedo. Si nos espían desde sus platillos voladores y no bajan a establecer relaciones, es por algo…

Nos enteramos de las últimas novedades: Colombia le gana a Bolivia por la cuenta mínima, hubo barricadas en la USACH y el nuevo presupuesto fermenta duras críticas. Fútbol, violencia verbal y morbosidad. Los adultos y sus editoriales alimentan la curiosidad de los leprosos ciudadanos.

¿Por qué crees que la novela ha persistido como lectura obligatoria, a pesar de tener más de 60 años desde su primera publicación?

-            Demuestra valores universales y mensajes que pueden traducirse en muchas culturas dentro del mundo occidental. Piensa en un piloto que cayó a un desierto, que estuvo perdido y de un segundo a otro se encuentra con este ser. Quizás sea su conciencia o una alucinación, es muy loco el texto. En resumen, creo que la obra no dejará de pasar desapercibido por un buen rato. El Principito llegó para quedarse.

¿Crees que el Principito estaría marchando hoy en día por una educación de calidad e igualitaria para todos los chilenos?

-            Por supuesto, el que todo niño tenga una educación garantizada desde la cuna es vital en su desarrollo cultural como ser humano, sin importar su color, raza o condición social. A mi juicio, el Principito debería ser un ejemplo de los buenos valores que anhelamos para un mundo mejor. Valores que entregan adultos con vocación en la pedagogía, en querer un mundo mejor para sus pupilos, esas cosas no tienen precio, no deberían tenerlo, uno no debería pagar o endeudarse en millones para garantizar su futuro. Lo encuentro terrible. Al Principito le hubiese gustado estudiar y nutrirse de conocimiento, de que le respondan todas las dudas que tenía, y seguramente si es que hubiese salido a manifestarse habría sido un pacifista, le habría entregado una rosa a un carabinero. Estoy seguro de aquello.

Mientras tanto, todo es fútbol. Nos olvidamos de todo lo demás. Nada importa, sólo fútbol. La Roja nos une, quizás nos hipnotiza. Me despido de mi amigo, Juan Ignacio parte rumbo al estadio Monumental para presenciar el partido. Y Yo muy feliz me despido de él y doy gracias por la entrevista y el buen rato juntos.

José Miguel Moreno Trincado  

No hay comentarios:

Publicar un comentario