Los aportes de la familia Curie

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Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Acotaciones de los Viernes

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es



Como ocurre a menudo en cuentos y otros escritos, la idea inicial de un autor puede tomar un rumbo diferente al previsto por él. Entonces las acciones lo conducen a terrenos que, muchas veces, resultan también interesantes.

Es el caso de este artículo, concebido para destacar el aniversario de la muerte de Pierre Curie, quien falleció el 19 de abril de 1906 al ser arrollado por un carruaje tirado por caballos. Este hecho, lamentable para la ciencia, es menos importante que los aportes legados a la humanidad por Pierre Curie, su esposa Marie y su hija Irène. Por ello, descartado el propósito inicial, hablaremos de esta familia de científicos.

Pierre Curie nació el 15 de mayo de 1859. Cursó estudios de ciencias en la Sorbona. Con su hermano descubrió que se produce un potencial eléctrico cuando se ejerce una presión en un cristal de cuarzo. Lo llamaron piezoelectricidad.

En otros estudios sobre magnetismo descubrió que las sustancias magnéticas, a cierta temperatura conocida como punto de Curie, pierden su magnetismo. En 1895 Pierre Curie trabajó como profesor en la Escuela de Física y Química de París. Ese año se casó con Marie. Dejó su trabajo sobre el magnetismo para trabajar con su esposa. En 1898 anunciaron el descubrimiento de dos nuevos elementos: el polonio y el radio.

El primero de ellos bautizado así en honor a la patria de Marie, Polonia. Los esposos Curie compartieron en 1903 el Premio Nobel con el francés Henri Becquerel, por el descubrimiento de los elementos radiactivos. En 1904 Pierre fue nombrado profesor de física en la Universidad de París. En 1905 fue aceptado como miembro de la Academia Francesa.

La vida de Marie Curie no es menos destacada. Sus dos premios Nobel marcaron un hito en la historia de estos galardones. En efecto, Manya Sklodowska, nacida el 7 de noviembre de 1867 en Varsovia (Polonia) en el seno de una familia dedicada a la docencia, padeció estrecheces económicas en su infancia.

Trabajó como institutriz y asistió a una "universidad volante" creada en Varsovia. En sus ratos libres se dedicaba al estudio de la física y las matemáticas. En 1891, por fin, se instaló en París. Los estudiantes de la Universidad de la Sorbona se preguntaban: "¿Quién es esa muchacha de aspecto tímido y de expresión obstinada que viste tan pobremente?". Todos la miraban con desdén. Los estudiantes la llamaban 'la extranjera de apellido imposible' o 'la estudiante silenciosa'. No podían ellos imaginar que esa joven se convertiría más tarde, bajo el nombre de madame Curie, en una mujer ilustre y una gloria para la ciencia universal.

Manya se licenció en ciencias físicas en 1893 y el año siguiente, mediante una beca, se licenció en matemáticas. Cuando en 1894 se conoció con Pierre, ya se hacía llamar Marie. Durante la Primera Guerra Mundial Marie Curie recorrió hospitales de campaña para ayudar a los cirujanos con las nuevas técnicas radiológicas.

Por esa entrega desinteresada en busca del bienestar de sus congéneres, fue llamada "Suprema bienhechora de la humanidad". No sobra agregar aquí una opinión de Einstein: "Madame Curie es, de todos los personajes célebres, el único al que la gloria no ha corrompido". Finalmente, Marie falleció en 1934, víctima de leucemia causada por la radiación. Irène Curie algo heredó de sus padres: ella y su esposo, el francés Fréderick Joliot, descubrieron la radiactividad artificial en 1934. Por ello recibieron el Premio Nobel de Química de 1934.