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miércoles, 18 de marzo de 2015

¿Ayudar en las tareas?



¿Debemos intervenir cuando los más pequeños realizan sus labores escolares? ¿Es mejor que se desenvuelvan ellos mismos? Y lo que es más importante, ¿cómo podemos ser un refuerzo positivo en sus actividades diarias?

La respuesta a las dos primeras preguntas varía según el tipo de niño, los hay que requieren una  mayor supervisión por parte de un adulto, ya sea porque encuentren dificultades en los problemas que se le plantean o porque su capacidad de atención sea reducida. Cada situación es un mundo y depende de un millar de factores y circunstancias. Para dar respuesta  a la tercera pregunta, vamos a dar una serie de recomendaciones que nos podrán orientar a la hora de optimizar el tiempo que los niños emplean en sus tareas. 

La primera regla, y la más importante dicho sea de paso, es que en ningún momento debemos asumir la responsabilidad sobre las actividades que los niños vayan a realizar, hay que inculcarles que deben asumir el compromiso con su trabajo. De esta manera estaremos asentando unos valores que llevarán por bandera un su futuro laboral y será extensible a todos los ámbitos de su vida. 

La segunda es que los adultos no debemos desvincularnos de su actividad, somos un pilar básico que mantiene a flote su autoestima y la perseverancia que van demostrar desarrollando cualquier proyecto. Eso tampoco quiere decir que estemos completamente encima de ellos, hay que dejarlos actuar y dejar que desarrollen su propio criterio.

Es fundamental señalar sus victorias así como sus errores. Apuntar únicamente hacia las cosas que hacen mal acabará por minar su moral, un caldo de cultivo perfecto para que terminen por aborrecer una parte esencial de su formación. Tampoco debemos premiar la buena labor con regalos o caprichos materiales, han de entender que el esfuerzo tiene recompensa a largo plazo y que las tareas son una obligación.

Después de un largo día en el colegio es recomendable que tengan un periodo de asueto que les permita desconectar de la rutina escolar. Después, cuando llegue el momento de ponerse manos a la obra, es aconsejable repasar con el niño las actividades previstas, averiguar si puede desempeñarlas en solitario y establecer un plan de acción. Hecho esto, es crucial que lo dejemos solo para favorecer su concentración. Tampoco hay que desaparecer, ya que en algún momento puede requerir alguna indicación que pueda orientar sus quehaceres o simplemente unas palabras que aumenten su moral. 

Establecer rutinas de estudio también puede resultar muy beneficioso y hacen que se acostumbren a priorizar sus obligaciones sobre el ocio. Estos hábitos harán mella en su autodisciplina y responsabilidad, aspectos que nunca hay que perder de vista.

Alterne su jornada de estudio con periodos de descanso cortos para no fatigar, está demostrado que el rendimiento de cualquier persona, pequeña o grande, disminuye pasados 50 minutos. Permítale desvincularse de las tareas durante 10 minutos para que pueda comer algo o simplemente estirar las piernas, verá que favorece a su concentración.

Busque un lugar en el que puedan pensar sin distracciones, bien iluminado y lejos del ajetreo que puede darse en cualquier hogar. Cuantos  menos estímulos reciba del exterior en esos momentos, mucho mejor. Hacer los deberes en un lugar de paso o en el que está la televisión encendida distrae a cualquiera.

No permita que se dejen las cosas a mitad, el trabajo ha de terminarse sin excusas. De esta manera trabajaremos su compromiso con el estudio y los demás aspectos que rodeen su entorno.
Recuerden que lo que enseñamos a los más pequeños será la base de las personas que se convertirán el día de mañana. 

miércoles, 11 de marzo de 2015

EDUCAR EL TIEMPO LIBRE

EDUCAR EL TIEMPO LIBRE



Normalmente prestamos poca atención al tiempo libre de los más pequeños creyendo que todo vale mientras estén distraídos, esto es un enorme error. Las horas de ocio tienen cada vez más importancia en su desarrollo y es indispensable saber educar sus momentos de esparcimiento ante el creciente espectro de actividades disponibles.  A continuación se exponen una serie de consejos que nos ayudarán a educar el tiempo libre.

No hay ninguna duda de que los padres quieren lo mejor para sus hijos y no titubean a la hora de ofrecerles un abanico casi infinito de actividades con las que puedan entretenerse. De esta manera les estamos haciendo un flaco favor, ya que podemos sobrecargar su tiempo de ocio y que acaben por perder el interés de muchas actividades que podrían haber sido muy positivas para su formación.

Es importante que en nuestra labor como padres sepamos orientar hacia una gama de actividades que no sea muy extensa, así conseguiremos despertar un interés real y descubrir sus propias inclinaciones hacia una determinada labor. Hay que ser consciente de que el niño posee predilección por ciertas formas de entretenimiento, pero no son aficiones en el sentido estricto de la palabra, y hay que saber guiarlos hacia una parcela en la que se sientan cómodos y les ayude en la definición de sus gustos. En ningún momento se trata de dirigir, más bien en observar qué es con lo que más disfrutan y qué puede ser más beneficioso para ellos.

Otra parte esencial en la educación del tiempo libre es enseñar que la responsabilidad de cara a sus tareas y su buen comportamiento se antepone a su tiempo de ocio. Esta es una buena forma de educar su compromiso con el estudio y formar en valores al mismo tiempo.

No podemos perder de vista la finalidad principal del entretenimiento de un niño, que es la desconexión de sus hábitos escolares y sus tareas. Convertir formas de ocio en obligaciones puede repercutir negativamente en su progreso y debemos evitarlo a toda costa.

Las formas de entretenimiento más adecuadas irán orientadas hacia el deporte o actividades al aire libre. Es importante que los niños se familiaricen con la tecnología y los dispositivos móviles, pero no debemos dejar que eclipsen otras ocupaciones más provechosas, y por supuesto desechar en la medida de lo posible todas las labores que promuevan su aislamiento. Practicar deporte con ellos es una muy buena manera de motivar y de enseñar valores como compañerismo, competitividad sana y superación personal.

También debemos dejar que los niños decidan sus propias aficiones y no pretender que hagan lo que queremos los padres. Tenemos que ser los guías que orienten hacia las buenas prácticas, no unos ogros que impongan su criterio por encima de lo que les guste hacer. Es importante respetar sus decisiones, pero también hay que hacerles entender que la vida no es un juego y que hay que tomar decisiones determinantes. Si un niño decide abandonar un deporte por ejemplo, debemos saber que no se trata de un capricho y entender sus motivaciones sin dejarnos llevar por la frustración.

El entretenimiento es una forma más de educación, es algo que debe controlarse y que enseñará valores que esgrimirán en el futuro como adultos. Ya lo dijo Herbert Marcuse: “El entretenimiento y el aprendizaje no se oponen; El entretenimiento puede ser el modo más efectivo de aprender”.

miércoles, 4 de marzo de 2015




¿CÓMO ESTUDIAR?


Estudiar no es una tarea fácil.  Como dijo Catón: “Las raíces del estudio son amargas, pero sus frutos son dulces”.  En el artículo de hoy queremos mostraros una serie de pautas que faciliten la labor de estudio y que os ayuden tanto en la concentración como en la asimilación de contenidos. 
Estudiar de memoria no suele ser muy efectivo, es aburrido y hace que la distracción aparezca con más facilidad. Hoy en día existen numerosas técnicas de estudio que pueden optimizar nuestro rendimiento y conseguir que una labor tediosa se convierta algo más llevadero.

El primera técnica, y es posible que la más importante, es organizar el estudio. Elaborar un calendario con objetivos en base al tiempo que disponemos es el primer paso hacia el éxito. Además nos ayudará a evitar los nervios y a afrontar la prueba con mayor determinación.

Subrayar es quizá la técnica más sencilla y extendida entre los estudiantes, lo que no es tan sencillo es aprender a subrayar de manera eficaz. Es importante utilizar varios colores que nos ayuden a identificar las partes más significativas del texto y no subrayar todo lo que haya en la página. Lo adecuado es realizar una lectura comprensiva en primer lugar, para luego tener una idea más clara de qué es lo más importante.

Los mapas conceptuales son otra de las técnicas que más pueden ayudarnos a la hora de afrontar una jornada de estudio, podemos ahorrar muchas horas y aunar conceptos básicos de un determinado tema para tener una visión global antes de un examen. Consisten en desglosar cada punto del temario en una o dos palabras básicas que nos ayuden a desarrollar lo que hemos estudiado.

Realizar los apuntes con nuestras propias palabras nos ayudará a interiorizar mejor cada tema y recordarlo más fácilmente. Hay que tener especial cuidado en no dejar fuera ningún dato que sea relevante y que pueda desbaratar todo el trabajo. Es imprescindible no copiar todo lo que diga el tema, la idea es poder explicarlo con nuestro criterio para luego poder aplicarlo en el examen. Podemos realizarlos de manera tradicional, con lápiz y papel, o con cualquiera de las herramientas digitales dedicadas a este menester.

La realización de casos prácticos, a la vez que estudiamos la teoría, pueden ser un complemento perfecto para determinados conceptos que nos cueste asimilar. Nos ayudarán a entender cualquier problema que se nos plantee a la hora de estudiar. Suelen ser apropiados para materias como matemáticas o química, en las que la elaboración de un ejercicio suele ser más útil que estudiar el proceso de cómo realizarlo.

Para las personas que posean una buena memoria visual, hacer dibujos que se asocien a conceptos puede resultar muy útil y divertido. Cualquier imagen puede ayudarnos a desarrollar cualquier idea, o puede evocar en nosotros la situación de un determinado párrafo para acordarnos de qué ponía en él.

Las reglas mnemotécnicas son la herramienta idónea para memorizar listas, conjuntos o fechas. Funcionan asociando determinados conceptos a otros que nos resulten más familiares para nosotros. Existen muchas maneras de hacerlo, depende de la persona. Una fórmula útil es crear acrónimos que nos ayuden a recordar una lista de características por ejemplo.

Estudiar en grupo también puede resultar una tarea muy productiva para aclarar conceptos y repasar ideas. Es importante centrarse en el tema en cuestión y no dispersarse en conversaciones de otra índole, ya que puede resultar contraproducente.

Las técnicas de estudio dependerán de cada persona, lo importante es encontrar el método con el que nos sintamos más cómodos. La tarea es dura, sí, pero los beneficios son inabarcables. Ya lo dijo Albert Einstein: “El estudio y, en general, la búsqueda de la verdad y la belleza conforman un área donde podemos seguir siendo niños toda la vida”.