HUELLAS DE SOLEDAD

El 31 de Octubre se cumplieron dos años de tu partida, el tiempo pasa inexorable, con paso firme y sin vuelta de hoja, nada cambió en mi desde tu partida, la tristeza anida en el corazón, y si aún sigo adelante es por la misión encomendada, guiar a nuestro hijo, darle la protección que no pudiste seguir dandole, y esperar los frutos.

Hoy quiero dejar estas palabras para vos, y volver decirte que te amo igual que siempre, que te extraño a diario, y que hoy como nunca puedo apreciar lo hermoso que fue haber compartido ese luminoso camino tomada de tu mano.

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No estás, es todo lo que sé y siento.
Desde tu partida la tristeza
como mala hierba anida en mi alma,
mis ganas de vivir casi nulas,
mis sueños…ah…mis sueños
pájaros enjaulados…ciegos…mudos…
mi pasión cautiva en esta horrible
soledad que me acompaña desde que no estás
¿y que digo de mi piel?...mi piel añorando
la dulzura de tus manos…la tibieza de tu aliento…
tu cuerpo pegado al mío cada noche.

Extraño tu voz nombrándome…
tu mirada cansada de tantos paisajes
acuñados en largos viajes descansando en la mía.
Sin vos…sin tu ternura…sin tu boca en mis labios,
sin tu canto a cualquier hora del día
la vida pasa sin emociones…sin deseos…
frágil cometa que el viento arrastra a su gusto y placer.

Tu recuerdo espiga en mi corazón,
cada palabra justa dicha con seguridad,
tu templanza en los peores momentos,
tu ternura borrando mis penas,
tu pecho, mi nido perdido.

Vos…siempre vos en cada minuto de mi vida,
nada tienta mis apetitos dormidos…
nada seduce mi pasión acribillada por la tristeza…

El tiempo pasa como un fantasma oscuro
dejando huellas de soledad a mí alrededor.

Por siempre tuya

Ángela