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MANTIS RELIGIOSA
Nombre científico:
MANTIDAE
Categoría:
INSECTO
Dieta:
CARNÍVORO
Reproducción:
OVÍPARO
Tamaño:
12 - 15 cm
Masa:

500 g

Longevidad media:
12 MESES
Hábitat:
TERRESTRE
EL MUNDO DE LA MANTIS

Introducción


Mantis religiosa, santateresa en algunos países de América del Sur, es una especie de insecto mantodeo de la familia Mantidae.

Fue introducida en Norteamérica en 1899 en un barco con plantones y, a pesar de ser una especie introducida, es el insecto oficial del estado norteamericano de Connecticut.

La mantis religiosa debe su nombre a sus prominentes patas delanteras, que están dobladas y juntas en un ángulo que recuerda a la posición de oración. Mantis hace referencia al género mantis, al que solo pertenecen ciertas especies de mantis religiosa.

A pesar de su nombre, estos fascinantes insectos son unos fantásticos

depredadores. Su cabeza triangular se alza en lo alto de un estirado cuello, que de hecho es un tórax alargado. Los mántidos pueden girar la cabeza 180 grados para escudriar los alrededores con sus dos grandes ojos compuestos y tres simples situados entre ellos.

La mantis, que suele ser verde o parda y se camufla muy bien entre las plantas de su hábitat, embosca o acecha pacientemente a sus presas. Usan sus patas delanteras para atrapar a su víctima con unos reflejos tan vertiginosos que resulta difícil verlo a simple vista. Además, las patas presentan pas con las que atrapan e inmovilizan a la presa.

Muy a su pesar, polillas, grillos, saltamontes, moscas y otros
 

insectos suelen despertar el nada deseado interés de la mantis. Por otra parte, estos animales también se comen a los de su propia especie. El ejemplo más famoso de ello es la infame conducta amatoria de la hembra adulta, que en ocasiones se come a su pareja justo después del apareamiento, e incluso durante. A pesar de ello, los machos no rehuyen la oportunidad de reproducirse.

Periódicamente, las hembras ponen cientos de huevos en una pequeña
bolsa, de la que las larvas emergerán con un aspecto muy similar al de sus progenitores a escala diminuta.

Alcanzan un año de vida, durante el cual mudan seis veces antes de convertirse en adulto. Para mudar se suspenden de una rama, se desprenden de la vieja muda y salen por la parte anterior de la última cutícula .

Este insecto no es venenoso. Utiliza sus fuertes patas delanteras para atrapar a sus presas y devorarlas vivas.
 



Anatomía


Es un insecto de tamaño mediano de aproximadamente 4 a 6 cm, con un tórax largo y unas antenas delgadas. Tiene dos grandes ojos compuestos y tres ojos sencillos entre ellos. La cabeza puede girar hasta 180º. Sus patas delanteras, que mantiene recogidas ante la cabeza, están provistas de espinas para sujetar a sus presas.

Son animales solitarios excepto en la época de reproducción, cuando macho y hembra se buscan para aparearse. Cuando hay más de un macho cerca de una hembra, éstos se pelean y sólo uno se reproduce. Las hembras son mayores que los machos. En raras ocasiones, durante y tras el apareamiento la hembra se come al macho.

Puede ser de color verde o pardo con distintos matices. El color del adulto lo determina el medio en el que habita durante su última muda (por ejemplo, amarillo, si se trata de paja seca, o verde, si es hierba fresca).

Es el único animal conocido que cuenta con un único oído, localizado en el tórax.

 



Alimentación


Caza al acecho, permanece inmóvil con las patas delanteras juntas (por lo que parece que está rezando), a la espera de que una presa se acerque. Cuando otro insecto se posa junto a ella, lo observa girando la cabeza (las mantis gozan de muy buena vista) y lanzándose al ataque de inmediato. Hay un tipo de arte marcial inspirado en su forma de atacar. Sus patas delanteras sujetan a la víctima y la mantis comienza a alimentarse de ella inmediatamente, incluso si su presa sigue luchando para escapar. La rapidez de sus patas delanteras es tal que puede atrapar moscas en vuelo.

Las presas pueden ser devoradas en parte o en su totalidad, y dejan únicamente como restos del festín patas, alas o élitros, que la mantis escrupulosamente deja caer al suelo. Para alimentarse, es

 
capaz de cazar: ranas, lagartijas, pequeños ratones, polillas y colibríes.

Si bien tienen preferencias por animales vivos para su alimentación, en cautiverio también pueden llegar a alimentarse de insectos muertos, siempre que alguien se los acerque a sus patas raptoras o boca, aunque su actividad predadora se ve disminuida.



Reproducción
(Vídeo de apareamiento entre dos mantis religiosas)


En la época de apareamiento la hembra segrega feromonas, con lo que atrae al macho, y es el único momento en el que los machos y hembras se reúnen. Durante este período las hembras se vuelven muy agresivas y, en ocasiones, acaban por comerse a su compañero durante o después del apareamiento, empezando por la cabeza, y evitando dañar las zonas del sistema nervioso encargadas de la reproducción. Este comportamiento está bastante mitificado, ya que, si bien se da con frecuencia en cautiverio, es raro en libertad. La cópula dura unas dos horas.
 
En el apareamiento, en primer lugar el macho rodea a la hembra hasta saltar a su dorso y poner en contacto sus antenas con las de la hembra. A continuación, el macho pone en contacto sus estructuras genitales con las de la hembra y deposita el espermatóforo en el interior de la hembra.

La puesta de los huevos se hace en otoño y los huevos eclosionan en primavera. Pone sus huevos en montoncitos espumosos (ootecas), que ata a las ramitas. La espuma se endurece pronto y protege los huevos hasta que se abren. Cada saco puede albergar entre 200 y 300 huevos, pero sólo unos pocos sobreviven ya que entre ellos impera el canibalismo juvenil, perecen los que tardan en escapar de sus hermanos, disminuyendo la tasa de supervivenca.



Relación con el hombre


La relación entre la mantis religiosa y el hombre ha sido un tanto contradictoria ya que, por un lado, ha despertado la curiosidad y la admiración, y por otro suscita la desconfianza y el miedo. En general en España la cultura popular, equivocadamente, presenta a la mantis religiosa como un animal peligroso y venenoso a pesar de ser totalmente inofensivo y beneficioso para el hombre, pues devora gran cantidad de otros insectos. En algunos municipios, la mantis religiosa recibe nombres vernáculos como "muerte" o "caballito del diablo", que revelan esa concepción negativa. Contrastan estas denominaciones con las de "religiosa", del nombre científico y común, y la de "santateresa", que hacen alusión a esa posición en la que parece que se encuentra rezando cuando acecha a sus presas.

El hecho de ser un gran predador de otros invertebrados como saltamontes hace que se la considere como especie muy beneficiosa. Igualmente, su belleza y su agresividad parecen generar una especial atracción en muchas personas.

Encontrar sus puestas se considera un buen augurio en algunas zonas.

Además de Mantis religiosa, pueden criarse en cautividad otros géneros de la familia de los mántidos como Sphodromantis viridis (gran mantis africana).

 



Fotografías













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