Al inicio de toda organización, las operaciones se conocen y controlan a la perfección, pues son el corazón de la empresa. Además debido a que los mismo dueños suelen supervisarlas detalle a detalle, pues muchas veces ellos poseen el conocimiento y la experiencia. Sin embargo, conforme el volumen de operación se incrementa, los procesos, roles y responsabilidades empiezan a complicarse y cuestionarse. Los dueños empiezan a preguntarse: