El Metropolitano Digital
El escenario en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) se complicó más este jueves cuando apenas inicia el escrutinio final de las elecciones de Concejos Municipales y diputados de la Asamblea Legislativa y Parlamento Centroamericano (PARLACEN), efectuadas el pasado 1 de marzo.
Julio Olivo, presidente del TSE, acudió a la Fiscalía General de la República (FGR) para declarar sobre un aparente sabotaje en la transmisión de resultados. Al salir del interrogatorio Olivo aseguró que las pruebas que presentará ante el ministerio público serán documentales y testimoniales.
Agregó que la empresa Soluciones Aplicativas, contratada inicialmente para divulgar los resultados, fue señalada durante su interrogatorio como «sospechoso». Sin embargo, los fiscales aseguraron que el magistrado no presentó ninguna prueba sobre el presunto sabotaje.
Es más, los fiscales agregaron que la declaración de Olivo no aportó indicios que determinen un hecho delictivo.
Por si fuera poco, los digitadores y personal de los partidos políticos que trabajan en las mesas de escrutinio, denunciaron que la alimentación que proporciona el TSE les ha ocasionado daños estomacales.
Una treintena de personas habría sufrido algún tipo de malestar tras consumir los alimentos que proporciona la empresa contratada por el TSE para dar la alimentación.
