Los endulzantes artificiales podrían hacerte engordar alterando tu microbioma intestinal

A veces uno se encuentra con información que le hace dudar de algo que cree y defiende firmemente. La semana pasada (el 17 de septiembre) se publicó un artículo en la prestigiosa revista Nature que ha puesto a pensar a mucha gente y que está sonando alarmas en muchos sitios. Al parecer, los edulcorantes no calóricos o endulzantes artificiales, esos que usamos para reemplazar al azúcar y que pensamos que nos ayudan a cortar un poco las calorías, podrían estar empeorando la ganancia de peso y la resistencia a la insulina -un factor de riesgo para desarrollo de diabetes-. Oh cielos.

Yo confieso que he sido firme defensor de los edulcorantes (particularmente de la sucralosa) porque estoy convencido del daño que hace el exceso de azúcar al metabolismo, pero esta nueva información me ha hecho reconsiderar. Por favor sigue leyendo para que sepas de qué se trata.

azucar no caloricos

Este estudio fue realizado en Israel y consistió en inicialmente en administrar a ratones glucosa, sacarina (aún comercializada en muchos países), aspartame (Canderel, Nutra sweet) y sucralosa (Splenda). Sorpresa, los ratones que ingirieron los edulcorantes durante 11 semanas desarrollaron datos de resistencia a la insulina, un dato de que su metabolismo se alteró gravemente. Ellos sospecharon que esto era causado por alteraciones en el microbioma intestinal -las bacterias que viven en el intestino- por estudios previos (como expliqué en otro post) que ya han encontrado una relación entre esta, el estado metabólico y la ganancia de peso.

Los investigadores comprobaron esta relación de dos formas. A algunos ratones que recibieron edulcorantes les administraron antibióticos durante el tiempo en que estuvieron expuestos y los protegieron de los efectos metabólicos nocivos. Y las heces fecales de los ratones que sí desarrollaron alteraciones se las inocularon (como en un trasplante fecal) a ratones sin flora y ¡Bum! también desarrollaron alteraciones metabólicas.

Descripción del estudio

 

Después hicieron un breve ensayo con siete voluntarios (humanos, evidentemente) que normalmente no toman edulcorantes y les dieron sacarina. Después de una semana, cuatro de ellos se encontraron con el metabolismo de la glucosa alterado. Una semana.

Qué decepción

Vaya decepción. Soy entusiasta de cuidar el microbioma y procuro dejar a mis bacterias en paz, darles de comer siempre que puedo y no matarlas con antibióticos. Pero este estudio tiene sentido, los edulcorantes pasan el tracto digestivo sin alteraciones y la mayor parte llega hasta el intestino grueso donde pueden interactuar con las bacterias y alterar su equilibrio. Y aunque los autores mencionan que aún hace falta saber mucho más al respecto, la verdad es que a los sobrecitos de edulcorantes ya los empiezo a ver con cierta desconfianza.

Pero si existen los edulcorantes es porque el azúcar tampoco es muy sana que digamos, ¿no? La sacarosa (azúcar de mesa) pero sobre todo su primo perverso, el jarabe de alta fructosa (con lo que se endulzan los refrescos y muchos otros productos industrializados) también se ha demostrado que alteran la resistencia a la insulina.

¿Qué hacer entonces?

El problema parece ser que estamos demasiado acostumbrados al gusto dulce. A mi me gusta el café con crema pero sin azúcar -por lo cual ya me ven raro-. Pero cuando intento sacar un café así de una máquina de café de alguna tienda de conveniencia es imposible: todos los cafés excepto el americano ya vienen endulzados. Intenté conseguir yogurt griego para utilizar como sustituto de la crema en una receta: No hay, todos ya vienen endulzados. Y así otros ejemplos. Creo que tenemos un grave problema.

azucar 3

Esta imagen sobre la cantidad de azúcar que contienen los alimentos que consumimos de forma cotidiana (cada cubo es una cucharadita) pone en perspectiva todas las cosas dulces que consumimos. Tal vez es tiempo de empezar a reeducarnos y hacernos menos afectos al dulzor.

Alimentos procesados con más azúcar

Si consideramos que la OMS recomienda no rebasar las 12 cucharaditas de azúcar al día, con una lata de refresco ya rebasamos más de la mitad de eso. ¿Y si contamos el azúcar que consumimos al día? ¿Y los edulcorantes? A la gente que le reducen la sal porque es hipertensa al principio la comida no le sabe a nada, pero después descubre que le sabe diferente cuando reeduca su gusto a menor cantidad de sal. Tenemos que hacer algo semejante con lo dulce.

Por lo pronto, yo sigo tomando agua sola, pero pensaré dos veces antes de abrir un sobre de edulcorante o tomar cualquier refresco ya sea light o normal.

Dr. Miguel Ángel Guagnelli

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Gráfica de los ratones adaptada de The Washington Post

5 comentarios sobre “Los endulzantes artificiales podrían hacerte engordar alterando tu microbioma intestinal

  1. Muy interesante Mike, también es cierto que si te acostumbras a comer dulce, se va formando un tipo de «adicción», según me lo explicó la nutrióloga, y que al disminuir los azúcares en la dieta, disminuye esa ansiedad por buscar comer lo dulce, así lo experimenté!
    Saludos!

  2. Hola, soy Cecilia Robles, nutrióloga, considero que este estudio es en efecto muy interesante, pero se debe tomar en cuenta que se presentan algunas inconsistencias, en un principio se habla de edulcorantes no calóricos (sacarina, sucralosa y aspartame), y después el estudio se enfoca sólo en la sacarina (¿qué pasa con la sucralosa y el aspartame?), además, como lo indica Yolanda Sanz, de la agencia europea EFSA, se requiere de más investigación, ya que las enfermedades metabólicas tienen diferentes causas y fueron pocas las personas participantes en la segunda parte del estudio (personas sanas, con un peso adecuado).

    También es importante tomar en cuenta que los resultados del estudio no concuerdan con la vasta evidencia científica que confirma que estos endulzantes son seguros. Por ejemplo, la sucralosa, ha demostrado específicamente que no tiene efectos en la glucosa sanguínea o en los niveles de insulina, además de que no existe evidencia de algún efecto en la flora intestinal de los humanos.

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