Un oportuno acuerdo legislativo de último momento puso a resguardo la ilusión aliancista de sectores de la Unión CÃvica Radical y del Frente CÃvico que pretenden que el acuerdo opositor encuentre juntos a Ramón Mestre y a Luis Juez.
El peronismo esperaba que estallara la relación de ambos bloques opositores en el recinto cuando la UCR le arrebatara al Frente CÃvico la condición de primera minorÃa, y probablemente lo mismo aguardaban los propios Mestre y Juez, quienes dicen y hacen todo lo posible por llegar separados a las elecciones de este año.
El acuerdo consistió en un pacto de no agresión sellado por los presidentes de los bloques, Rodrigo de Loredo y Liliana Montero, por el cual el Frente CÃvico aceptarÃa sin demasiadas protestas su derrota y la UCR mantendrÃa algunas posiciones ganadas por los juecistas, como presidencias de comisiones, por ejemplo.
De Loredo es el yerno de Oscar Aguad, y como se sabe el diputado nacional alienta sumar a Juez al acuerdo entre la UCR y el PRO. No podÃa, entonces, De Loredo, boicotear en el recinto la relación con el juecismo.
Montero, por su parte, es una ex radical que desembocó en el Frente CÃvico, pero nunca fue verticalista y no se define como juecista. Junto a intendentes del Frente CÃvico en el interior de la provincia, tiene juego propio en el partido que lidera el senador nacional.
La UCR habÃa pedido una sesión especial en diciembre pasado porque después de la preparatoria el Frente CÃvico perdió una legisladora, Marta Juárez, quien se mudó al Frente para la Victoria. AsÃ, el Frente CÃvico quedó con diez integrantes, contra once del radicalismo.
El bloque oficialista, Unión por Córdoba (peronismo), mantuvo su posición de que la cuestión de la primera minorÃa se resuelva, como es lógico, por la cantidad de miembros de cada uno. De manera que está claro que ahora la UCR tiene esa condición.
El triunfo radical es más simbólico que real, porque no dice demasiado en la práctica legislativa cordobesa que ahora tenga el bloque que preside De Loredo la Vicepresidencia 1° de la Cámara, relegando al juecismo a la segunda.
Tampoco, que haya más legisladores radicales que juecistas en las comisiones, donde la mayorÃa es siempre del peronismo.
Lo más trascendente deberÃa ser que la primera minorÃa legislativa tiene en Córdoba derecho a ocupar determinados espacios en los organismos de control, pero la realidad es que desde hace años el juecismo los reclama y el peronismo no se los concede.
El acuerdo entre De Loredo y Montero permitió eludir los discursos fuertes que se preparaban en el recinto, y de alguna deja en pie los sueños aliancistas de los sectores del radicalismo y del Frente CÃvico que ellos integran.
Subsidiariamente, el gran perdedor de la jornada fue el Frente para la Victoria, la tercera minorÃa, porque si el juecismo cumplÃa su intención de dejar vacante la Vicepresidencia 2°, le podrÃa haber correspondido a un kirchnerista.
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