INGRESO DE MÉXICO A LA SOCIEDAD DE NACIONES


v  “¿podríamos permanecer impasibles ante el sufrimiento de las víctimas que cada día caen por millares en los campos y ciudades de china?”

 

Al finalizar la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles creó la Sociedad de Naciones el 28 de junio de 1919, con el propósito de establecer las bases para la paz. Se fundamentó en los principios de la cooperación internacional, arbitraje de los conflictos y la seguridad colectiva, concepto que, en el tiempo que duró el organismo, fue inoperante. Fue disuelta el 18 de abril de 1946.

Estaba integrada por: 1.- La Asamblea. Compuesta por Estados miembros, se reunía el mes de septiembre en Ginebra, Suiza. 2.- El Consejo. Conformado originalmente por cinco miembros permanentes, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos[1]. 3.- El Secretariado. El que preparaba las sesiones de Asamblea y Consejo, documentos e informes.

Originalmente, México no fue invitado a participar aduciéndose condiciones internas del país, lo que contradecía los principios constitutivos, que establecían que éstas no eran competencia de la Sociedad de Naciones, sino sólo del Estado miembro. Determinación  corregida después, cuando en 1931, representantes de Alemania, España, Francia Italia, Japón y Reino Unido, presentaron un proyecto de resolución, que en su parte medular expresaba:

“…que es de toda justicia que la Sociedad de las Naciones repare esta omisión tan contraria al espíritu mismo de la Sociedad;

Propone a la Asamblea que México sea invitado a adherirse al Pacto y aportar a la Sociedad su preciosa colaboración, como si hubiese sido invitado desde su origen”[2]

Así, el 9 de septiembre de 1931 México ingresó a la Sociedad de Naciones siendo el ex-Presidente Emilio Portes Gil su representante ante el organismo.

Durante la existencia de la Sociedad de Naciones, surgieron conflictos que al no poderse solucionar de manera que se respetaran los principios establecidos en la creación del organismo, fueron mermando su autoridad. Entre los más notables estuvieron:

·         La agresión japonesa a China;

·         La invasión italiana de Etiopía en 1935;

·         La intervención alemana e italiana en la guerra civil española de 1936, tomando partido contra el gobierno Republicano y en la que la Luftwaffe efectuó bombardeos aéreos;

·         La anexión en 1938 de Austria por Alemania, formalmente mediante el Anschluss, plebiscito con resultados abrumadoramente en favor de dicha unión por parte de los austriacos, pero donde  las manifestaciones en contra fueron reprimidas  y encarcelados sus integrantes por el ejército nazi; y

·         La invasión de la región de los Sudetes, Checoslovaquia, zona rica en insumos minerales para la industria militar, y la sufrida por Polonia, ambas acciones perpetradas por Alemania.

  

Ante los anteriores sucesos, fue notable la posición mexicana en defensa de los países agredidos, visiones, en algunos casos,  contrastantes con las de la mayoría de los demás Estados miembros de la Sociedad de Naciones, pero sin llegar a confrontarse con ésta.

Es admirable, el discurso de Isidro Fabela emitido, el 20 de septiembre de 1937 en Sesión Plenaria, con respecto a la agresión japonesa a China y la italo-alemana sufrida por España donde indicaba “…permítome manifestar, con la muy alta consideración que siempre me han merecido los cultos Gobiernos europeos, que algunos de sus actos no parecen armonizar con las obligaciones que impone el Pacto”; así como el comunicado dirigido al Secretario General, referente a la anexión de Austria el 13 de marzo de 1938  por parte de Alemania. Ambos son sólo una muestra de respuestas de nuestros gobiernos ante situaciones internacionales, posturas que fueron abonando en la construcción del prestigio de la política internacional de que goza México.

LEGISPOL, Consultores.

 

Palabras clave: Alemania, Anschluss, Asamblea, Austria, Consejo, China, Emilio Portes Gil, España, Etiopía, Isidro Fabela, Italia, Japón, Legispol, Polonia, Secretariado, Sociedad de Naciones, Sudetes, Tratado de Versalles.



[1] Estados Unidos nunca formó parte de la Sociedad de Naciones, sólo se reservó este espacio para su eventual incorporación, supuesto que no ocurrió; así, Alemania al ingresar en 1926 a la Sociedad, ocupó su lugar.
[2] Societé des Nations, Journal Officiel, Suplément Spécial, número 93. Genéve,1931.