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Bueno Hermanos cruza ‘el charco’ para acercarse a los clientes

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Óscar Mendizábal, director gerente de la empresa, subraya que ‘el acercamiento al distribuidor detallista es muy importante cuando se manejan productos que deben ser conocidos y suministrados con rapidez’. Frente a la competencia de los fabricantes asiáticos o del Este de Europa, beneficiados por salarios muy inferiores, la empresa riojana ha venido apostando por la innovación tecnológica y la calidad. Estas opciones vienen acreditadas, en el primer caso, por una inversión de tres millones de euros en investigación, y, en el segundo, por una rigurosa selección de los mejores aceros.

Mendizábal señala que ‘hemos debido hacer un gran esfuerzo para hacer frente a la llegada masiva de artículos manufacturados, fabricados en Extremo Oriente. Sin embargo, creo que los clientes que hemos conseguido en más de 60 países saben diferenciar claramente nuestros productos. Aunque se trate de herramientas pequeñas y aparentemente sencillas, detrás de ellas hay muchas horas y también mucho dinero dedicado a hacerlas más efectivas, ergonómicas y resistentes’.
La empresa, que factura 10 millones de euros, cuenta con más de 11.000 clientes repartidos por todo el mundo. La fábrica, ubicada en las afueras de Logroño, ocupa a 110 trabajadores.
Los siete hermanos Bueno, originarios de la villa guipuzcoana de Eibar, abrieron un pequeño taller en esta localidad, el año 1930, que se especializó en la fabricación artesanal de tijeras, que se comercializan con la marca Tres Claveles. Veinte años después, la empresa cambia el taller inicial por un edificio de tres plantas, que ocupa a 40 trabajadores y donde se inicia la ampliación de la gama productiva, basada en herramientas de corte.
En 1963, la familia Bueno decide trasladar la fábrica a Logroño. Se instalan inicialmente en el polígono industrial de San Lázaro. El salto cualitativo se producirá con la apertura de un complejo fabril en el Polígono Cantabria, en las afueras de la capital riojana. En este emplazamiento, los Bueno levantan su última fábrica, sobre una superficie de 20.000 metros cuadrados y con una inversión superior a los 5 millones de euros.

authorArturo Cenzano

Fuente: Cinco Días