En muchas ocasiones cuando escuchamos la
palabra "privatización" nos parece algo sin precedente alguno en la
historia de nuestro país, sin embargo, eso es totalmente falso, la historia de
las privatizaciones en México data casi desde la década de los 80 en el siglo
XX, y desde entonces, poco a poco se han ido enajenando los bienes de la
nación, esto, casi siempre auspiciado por la apatía de los mexicanos.
A lo largo de más de
treinta años, los gobiernos priístas de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas,
Ernesto Zedillo y Enrique Peña, así como los gobiernos de la
"alternancia" panista de Vicente Fox y Felipe Calderón; han ido
desmantelando la infraestructura de servicios paraestatales y han puesto en venta
los principales bienes nacionales, al punto que, me atrevoa decir con mucha
tristeza, ya casi no queda nada en Mèxico por ser vendido.
Pero antes de empezar
quiero destacarle a usted, mi querido lector, que las empresas paraestatales
que han sido privatizadas fueron alguna vez organismos estatales constituidos y
amparados por las leyes mexicanas, financiadas por el propio pueblo mexicano y
que fueron instituidas con la finalidad de otorgar los servicios y satisfacer
las demandas que el mismo pueblo requiere. Durante largo años dichas empresas
lograron implementar una infraestructura de bienes y servicios a lo largo y
ancho del país y que a la postre, simple y sencillamente fueron rematadas al
mejor postor sin que el monto de la compra reingresara al gasto público para
satisfacer otras demandas del pueblo mexicano; dicho dinero sólo ha servido
para engrosar las cuentas de políticos corruptos y empresarios inescrupulosos.
Aunado a esto, la
carga hacendaria que se cobra a los contribuyentes no ha disminuido en lo más
mínimo en los últimos años, por el contrario, los gravámenes hacendarios se han
ido incrementando con los años, inversamente, cada día tenemos menos servicios
públicos, programas sociales más limitados, menores prestaciones sociales, y
prácticamente, nula seguridad social. La intención primordial de nuestros
impuestos es la de subsanar las deudas por conceptos de rescates financieros a
empresas cuyos directivos han defraudado o desfalcado, en vez de sostener las
finanzas públicas de organismos gubernamentales de educación, seguridad, salud,
previsión social y miles de otros servicios que han ido desapareciendo.
El ejemplo más claro
de lo que le digo es el caso TELMEX; durante más de medio siglo, el gobierno
federal destinó importantísimos recursos públicos a la creación de una robusta
empresa gubernamental que proporcionara servicio de telecomunicaciones,
fundamentalmente telefonía y telegrafía; hubo que hacer un esfuerzo titánico
para la colocación de postes, tendido de líneas, interconexión de las
comunidades más inhóspitas y remotas, inversión en infraestructura, personal,
equipos, oficinas, vehículos, herramientas, servicios y un universo entero de
insumos, materiales, instalaciones y gestiones que ninguna empresa privada
hubiera estado dispuesta a dispensar porque simple y sencillamente todo ese
afán no era económicamente redituable. Sin embargo, el contar con una infraestructura
telefónica tan colosal con el único afán de administrarla era el sueño dorado
de cualquier empresario del mundo. Dicho sueño se cumplió para Carlos Slim,
cuando en 1992 pudo adquirir TELMEX con todo y personal por una módica cantidad
que no representaba siquiera el tres porciento de su valor real en el mercado
mundial.
En fin, ahora sí,
comencemos a enlistar la historia de las privatizaciones de nuestra nación, y
ya verá usted que cuando terminemos, caerá en pánico al percatarse de que
prácticamente ya todo ha sido vendido en México. Para ello echaré mano de un
artículo de Emilio Sacristán Roy intitulado Las
privatizaciones de México[i].
Las primeras empresas
en ser vendidas a partir del año 1984 fueron Nacional Financiera (Nafinsa) y
Sociedad Mexicana de Crédito Industrial (Somex), organismos financieros
respaldados por el estado y fundados con la intención de otorgar créditos
empresariales a mexicanos, al ser privatizadas estas paraestatales con ellas
fueron puestas en venta todas sus filiales: Dirona, Dicona, Forjamex, Sosa
Texcoco. En estos tiempos también se privatizó Telégrafos Mexicanos junto con
otras 155 empresas de inversión paraestatal.
En la rama siderúrgica
se puso en venta SiderMex que operaba las tres más grandes siderurgias del
país: Altos Hornos, S.A., Fundidora Monterrey, S.A. y Siderúrgica Lázaro
Cárdenas-Las Truchas, S.A. de C.V., estas transacciones se llevaron a cabo
entre los años 1976 a 1982.
1982 se decreta la
nacionalización de la Banca con el fin de respaldar a las instituciones
financieras de los embates devaluatorios del mercado internacional, dicha
disposición duró a penas 8 años cuando en 1990 se declara la privatización de
los bancos mexicanos. Es así como instituciones bancarias como Banamex,
Bancomer, Serfín y Banorte son adquiridas por firmas internacionales,
principalmente estadounidenses. El resultado de esta medida se padeció a penas
cuatro años después cuando el gobierno implementa un programa de rescate
financiero de las instituciones bancarias en crisis por malos manejos,
malversación de fondos, y corrupción. Es entonces cuando aparece el fatídico
FOBAPROA y es emulado años después por el IPAB.
La industria
azucarera fue otra rama de operación gubernamental que fue vendida a las
operadoras de azúcar extranjeras. La culminación de esta enajenación se da
durante la gestión de Vicente Fox.
Fertilizantes
Mexicanos (Fertimex S.A. de C.V., filial de PEMEX fue vendida a la iniciativa
privada extranjera muy por debajo de su valor real tras ser abandonada por varios
años por las autoridades mexicanas por motivos inexplicables, ya que esta
productora de fertilizante era altamente rentable y ofrecía grandes ganancias
durante su funcionamiento.
TELMEX, El caso de
Teléfonos de México es tremendamente drástico ya que por la magnitud de su
infraestructura, se ha convertido en un monopolio imposible de derrocar. Difícilmente
ninguna empresa nacional o trasnacional podrá competir limpiamente contra
TELMEX pues para ello, sería necesario instalar una infraestructura de al menos
la mitad del tamaño de la empresa de Slim, me atrevo a decir que ninguna
empresa del mundo tiene tanto capital como para instalar un tendido telefónico
de tales vuelos.
Ferrocarriles
Nacionales (Ferronales) desapareció tras una ardua estrategia de presión y
desmantelamiento gubernamental que se consolida hacia el año 1994, el
transporte ferroviario hoy en día está en el abandono total y se pretende
retomar por la "administración" de Peña Nieto, aunque claro está, por
empresas privadas que le den uso a las vías de ferrocarril que cuentan con una
cobertura territorial que envidiaría incluso la Unión Americana. Con esta
privatización se llevó a la quiebra a la Constructora Nacional de Carros de
Ferrocarril, que era una empresa de participación gubernamental encargada de la
fabricación de locomotoras cien por ciento mexicanas que cumplían con los más
altos estándares de calidad a nivel mundial. En dicha empresa se fabricaban de
igual forma los convoyes del Metro de la Ciudad de México que ante la
desaparición de la CNCF tienen que ser adquiridos o reparados en Canadá,
España, Estados Unidos y Alemania a costos muy superiores de lo que tomaba construirlos
aquí.
Aeropuertos y
Servicios Auxiliares (ASA) era otra empresa paraestatal que terminó siendo
mutilada y rematada en partes a empresas extranjeras, del mismo modo,
aerolíneas como Compañía Mexicana de Aviación, y Aeronaves de México
(Aeroméxico) eran empresas públicas encargadas del servicio de aero-transportación
y que hoy en día están bajo el control de grupos extranjeros y lo único
mexicano que conservan es su denominación; no hay que olvidar que Mexicana esta
en vías de desaparecer ante la falta de interés del gobierno mexicano por
rescatarla, interés que contrasta tremendamente con la inminente compra de una
nueva aeronave presidencial que vale más del triple de lo que cuesta la
aerolínea entera con todo y salarios caídos.
La televisión
mexicana y las comunicaciones satelitales también han sido puestas en venta, en
1993 el Instituto Mexicano de la Televisión (IMEVISIÓN), empresa gubernamental
de televisión pública, propietaria de los canales 7, 13 y 22 es vendida al
empresario Ricardo Salinas Pliego para instaurar su televisora con razón social
T.V. Azteca, quedando sólo en manos de la operación gubernamental el canal 22
que fue cedido a CONACULTA; con el paso del tiempo TV Azteca absorbe el canal
40 y así se instaura como el único competidor de Televisa. Ambas empresas
operan dentro del espectro radioeléctrico de la televisión abierta (televisión
pública) y ninguna de ellas paga al gobierno mexicano los permisos por el uso
de los espectros análogo y digital, en clara infracción a lo que dicta la
legislación mexicana en dicho tenor[ii].
La electricidad también
ha quedado bajo el manejo de la iniciativa privada; tras la ilegal disolución
de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, la Comisión Federal de Electricidad
ha asumido el control de todas las instalaciones de energía eléctrica del país,
y no es un secreto a voces que CFE emplea empresas subcontratistas de origen
privado para prestar los servicios de suministro eléctrico e instalación de líneas
de poder.
Diésel Nacional
(DINA) también fue una empresa ampliamente exitosa con una gran participación
financiera por parte del Gobierno Federal,
DINA fue durante más de tres décadas la principal constructora de
autobuses y camiones a diésel del país; durante todo este tiempo, el gobierno
federal nunca tuvo la necesidad de adquirir unidades de autotransporte público
ni del Servicio Público Federal a ninguna empresa extranjera, lo que abatía
importantemente los costos de inversión en transportes públicos. Ante la apabullante
presión comercial ejercida por empresas armadoras estadounidenses como
Chrysler, Ford y General Motors, y aunado al sospechoso abandono financiero
gubernamental, DINA se va a la quiebra y es rematada con un precio muy por
debajo de su costo real siendo diversas armadoras extranjeras las beneficiadas
por la compra.
La desaparición de la
Ruta 100 hacia el año 1995 promovió la privatización de los permisionarios del
transporte público, lo que ha degenerado en un servicio ineficiente, riesgoso,
de mala calidad, altamente contaminante, con constantes aumentos sin mencionar
el caos vial.
Los servicios de
Salud Públicos también están en vías de privatización y consecuente desaparición,
a raíz de la aparición del Seguro Popular, se ha concedido la participación de
empresas privadas en el ramo de la Salud Pública ya sea a través de surtimiento
de equipos, insumos, medicamentos y materiales de curación a costos
injustificadamente elevados; del mismo modo a cada día es más común encontrar
personal subcontratado por empresas de outsorcing trabajando en los hospitales
públicos, el fenómeno de la subrogación de servicios prioritarios hospitalarios
es un fenómeno creciente.
Durante muchos años
nuestros gobernantes se han empeñado en ocultarnos la maquinaria privatizadora
que prácticamente lo ha consumido todo en México, nos han querido mostrar que
el fantasma de la Privatización es una entidad que no existe aún en nuestro
país, aunado a esto, se nos ha tratado de engañar con el paradigma de que la
inversión privada no es algo adverso, y que por el contrario, la participación
de empresas no gubernamentales, sobre todo extranjeras, generará
"movilidad económica" y sobre todo un incremento en la calidad de los
servicios que nos proporciona el estado; está totalmente claro que esto es una
falacia, pues durante estos treinta años, las empresas paraestatales que han
quedado en manos de la inversión privada no registran un incremento en el nivel
de satisfacción de los usuarios, y por el contrario, degeneran más descontento
social, pues la privatización implica que los mexicanos paguemos dos veces por
un mismo servicio, si no es así, entonces, ¿A dónde se van nuestros impuestos
si no es a fortalecer la infraestructura de servicios públicos? ¿Quién se queda
con nuestro dinero?
Ptolomeo.
[i]
http://www.google.com.mx/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&ved=0CC8QFjAA&url=http%3A%2F%2Fwww.economia.unam.mx%2Fpublicaciones%2Feconunam%2Fpdfs%2F09%2F04EmilioSacristan.pdf&ei=Cw1KUc-iL8PuiQK-y4GABg&usg=AFQjCNGY7nOIBXTaWkIeW-O4pwn1ZTUieg&bvm=bv.44158598,d.cGE
[ii]
http://economia.terra.com.mx/noticias/noticia.aspx?idNoticia=201112131508_REF_80601247
Según la ideología monetarista-neoliberal, promulgada por Friedman, Von Hayek y Popper (en lo económico, político y social), las privatizaciones de las paraestatales en México conocidas cómo desincorporaciones o descentralizaciones, marcan un estatismo exacervado en cuánto a carga fiscal, esto es, una deuda pública externa generada por los gobiernos del Estado del Benestar-Social y Estructuralista en México de 1934 hasta 1982, creando una inflación de salarios altos por parte de la clase trabajadora, devaluación del peso, la caida del petróleo en la deuda generada en su auge, pleno empleo promulgada por Keynes, esto es, el apoyo social irrestricto por el Estado llamado populismo. Cuando México suscribió la Carta de Intenciones, firmo su sentencia al subdesarrollo del capitalismo, al atrazo y a la dependencia. la función de los tres partidos políticos es llevar un neoliberalismo distinto pero aceptable, esto es, un PRI a la cabeza del impuso, un PAN defendiendo el modelo y un PRD al rechazo del modelo, que, para la Globalización estas tres posturas es aceptar las cartas del juego neoliberal en el mundo. Las privatizaciones de las empresas del Estado que, según en 1983, eran 1500 empresas (entre ellas Organismos Descentralizados/Desconcentrados, Empresas de Participación Mayoritaria y MInoritaria, Aseguradoras, Bancos de Desarrollo y Fideicomisos), según la ideología neoliberal se convirtió en un Estado Leviathán, algo semejante cómo un país socialista, para el pensamiento neoclásico de la economía, se convertía en un Estado Absolutista de Europa de los siglos XVI, XVII y XVIII del mundo capitalista. La ideología es vender para sanear las Finanzas Públicas del Estado-Nación, pero en realidad, es un jugoso negocio para la burguesía mexicana y su despunte mundial al insertarse cómo una de las 20 economías globales en la partición del mundo,
ResponderEliminarvaia vaia
ResponderEliminarNo son mas que operaciones de venta maquinadas para robar brutalmente al pueblo mexicano y los ladrones sin misericordia han sido los salinas de gortari
ResponderEliminarNo son mas que operaciones de venta maquinadas para robar brutalmente al pueblo mexicano y los ladrones sin misericordia han sido los salinas de gortari
ResponderEliminarjajajajaja
ResponderEliminaryo trabajo desde hace mucho tiempo en una de esas empresas privatizadas, y no tienes ni la mas remota idea de las ineficiencias y costos injustificados que sucedían en ellas, tu argumento es meramente político y resentido.
al realizar las privatizaciones se conservaron los empleos que de otra forma hubieran sido insostenibles por los altos niveles de corrupción en los funcionarios que administraban dichas paraestatales, además de los altos costos de la mano de obra derivados de un sindicalismo podrido y corrupto que impedía el progreso.
los subsidios a las mencionadas empresas de gobierno o con participación de este, son un lastre para el desarrollo del país ya que no permite un desarrollo de la economía global que por cierto no es de corte izquierda, y no se puede navegar en contraflujo económico mundial, eso solo conlleva al fracaso político, social y económico.
espero continúen las privatizaciones, desde PEMEX hasta los servicios de salud y pensiones.
ninguna empresa del estado reporta beneficios para el pueblo mexicano.
el argumento de que PEMEX es de los mexicanos es una bonita idea pero totalmente falsa, ya que solo provee de beneficios a una cúpula de poder, generando costos excesivos, falta de desarrollo tecnológico, y fomenta la corrupción.
yo tengo mi origen en una clase social baja que gracias al esfuerzo de mis padres y posteriormente al propio, he salido adelante formando parte del 3% de la población con ingresos superiores a la media nacional.
salir adelante es un esfuerzo personal que se debe contagiar a los demás, permitiendo la libre empresa y evitando en la medida de lo posible el depender de un gobierno para salir adelante.
eso es una decisión personal que deberíamos tener todos
Respuesta para ti, que inicias tu comentario con una carcajada:
EliminarObvio que no podemos culpar a nadie de como nos va a cada quién. afortunadamente tu, pudiste salir adelante como sarcásticamente lo mencionas, te felicito; aqui el asunto político es que, PEMEX por ejemplo, aportaba un poco mas del 33% al gasto nacional, para poyos a los municipios, a la vivienda, a la educación, a la salúd, a la infraestructura, etc., ahora ya no encuentras medicamentos en las clínicas, no hay infraestructura no hay empleo, le educación con problemas. Ahora quien pone el dinero que aportaba PEMEX? TU? o los impuestos? quien??
Saludos!
ANONIMO NO PUEDES SER AMS IGNORANTE DIME DE EAS PRIVATIZACIONES CUALES BENEFICIARON AL PUEBLO D E MEXICO Y ¿COMO ES QUE TELMEX ESTABA SUPUESTAMENTE EN QUIEBR? Y TERMINO EN UN MONOPOLIO. EL CAPITALISMO NO RESUELVE NIGUNA MAL
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