- Reproducción -
El encuentro


   Como ya he mencionado antes, no se pueden tener juntos macho y hembra en la misma jaula. Ello únicamente es posible en el hámster enano y en algunas variedades de color del hámster dorado (crema y siamés). Por eso, la pareja sólo se debe reunirse por breve tiempo y bajo vigilancia, a efectos del apareamiento, pudiendo seguirse diversos métodos. (Joer, no hay intimidad ni pa ....).

   En primer lugar se puede reunir la pareja en la denominada "jaula de apareamiento" o a la hembra en la jaula del macho cuando la hembra está en celo. Se puede decir cuando una hembra está en celo por los signos externos. Cada cuatro o cinco días, aparece en la abertura de su vagina un líquido blanco, opaco y mucoso que expulsa totalmente al final del ciclo. El período receptivo es al principio del ciclo, o sea cuando no hay este flujo. La secreción señala la mañana del segundo día de ciclo. La receptividad sexual comienza la tarde del primer día y termina en la mañana del segundo, aunque la procreación está limitada al período vital del óvulo, de modo que el tiempo de fertilización es inferior al de receptividad. En este tiempo, las hembras se muestran mucho más activas y duplican las revoluciones normales que ejecutan en la rueda.

   Si se utiliza la jaula de apareamiento, hay que meter al chico en ella unas horas antes, bien a primeras horas de la tarde o bien por la mañana. De esta manera tiene tiempo de familiarizarse con la jaula, con lo que estará más seguro de sí mismo que si se mete en ella al mismo tiempo que a la chica. Por el contrario, a ésta no le perjudica si no se siente tan familiarizada con su entorno. Si no está en celo, cosa que habrá que comprobar, siempre estará dispuesta a atacar y echar al chico.

   Ya que la mayor parte de nuestras actividades y costumbres naturales tienen lugar en la oscuridad, debes colocar a la hembra en la jaula del macho al atardecer. No metas a un macho en la jaula de una hembra, porque ésta es demasiado posesiva respecto a su territorio y puede hacerle daño, incluso estando en condiciones receptivas. No la toques al cambiarla de jaula, porque el olor humano puede causar problemas a la parejita. Trasládala con ayuda de un recipiente como una jarra o una caja.

   Si la hembra no es receptiva, lo morderá y entonces debes separarlos inmediatamente, devolviendo a cada uno a su propia jaula. Volviéndolos a reunir repetidas veces a lo largo de los siguientes días puede conseguirse el apareamiento, pues la hembra está en celo cada 4 a 7 días durante un día y aceptará el cortejo del macho. Una vez consumado el apareamiento, tienes que separarlos inmediatamente, ya que la hembra puede volverse enseguida otra vez agresiva y, por lo tanto, peligrosa para el macho. Esto rige sobre todo para los hámsters manchados o píos, los de color original o silvestre, así como para otros animales ariscos, que se dan en casi todas las variedades cromáticas.

   En el caso variedades de color menos agresivos puedes meter a la hembra sin más en la jaula del macho. Si bien también se tiene que sacar cuando no está dispuesta a aparearse, no reacciona con tanta agresividad al fuerte olor de su pareja. Sin embargo, incluso en este caso es recomendable reunirlos sólo bajo vigilancia.

   Cuando se trata de animales sumamente pacíficos, puedes hacer como he dicho antes. Si una hembra se ha mostrado receptiva y continúa teniendo buen talante respecto al macho, se pueden dejar juntos hasta que veas, por el perímetro abdominal (tripita) y el comportamiento de la hembra, que está preñada. En tal caso a veces no soporta al macho cerca de sí cuando empieza a construir el nido para su futuros bebés. (Aissssss, mujeres, como se ponen de histéricas a la mínima, en cuanto uno descoloca un par de cosas ...).

   Sin embargo, también puede ser como en el caso de los hámsters de tipo "siamés" y los de color beige o crema, incluso si los miembros de la pareja no han sido criados juntos desde cachorros, que se puedan acostumbrar posteriormente el uno al otro. Para ello, puedes aprovechar, al igual que en las demás variedades cromáticas, el período de celo, durante el cual la hembra será más bonachona. Después los puedes dejar juntos sin más, siempre que la jaula sea suficientemente grande. Es preferible que metas en la misma dos cajas-nido, pues en ocasiones o por cierto tiempo también les gusta dormir separados (compréndelo, hasta que cojan confianza, necesitan algo de intimidad).

   Las razas pacíficas de hámster dorado están indicadas asimismo para su cría en clanes o familias. Para ello se puede empezar con un grupo de hermanos, a ser posible con más hembras que machos. Se les pueden dejar siempre juntos, dando por descontado que dispongan de un recinto suficientemente grande y de un número adecuado de casitas-dormitorio.

   Si lo que quieres es criar específicamente determinadas variedades de color o experimentar con la cría cromática, no podrás emplear este método de cría en grupo, ya que casi no le sería posible controlar quién se aparea con quién. Por eso deberás llevar a cabo uno de los métodos descritos para la cría por parejas. únicamente de esta manera tendrías la posibilidad de llevar un registro de cría exacto, cosa que es imprescindible si deseas criar determinadas características o colores. Sin este registro no tardarías en no poder abarcar el proceso hereditario de cada uno de los hamstercillos.