Ir al contenido principal

Entradas populares de este blog

LOS GEMELOS DE SIAM

La joven madre está tendida en su cama. Acaba de dar a luz a unos gemelos. Está cansada pero feliz. La mujer que le ayuda grita de repente. “¿Qué pasa?” le pregunta preocupada la madre. Levanta la cabeza para mirar a sus bebés y se suelta llorar. Los bebés están unidos por el pecho y ella no puede separarlos. Esto sucedió en Siam –nombre con el que se conocía antes a Tailandia- por el año de 1811. La madre nombró a sus bebés Chang y Eng, que crecieron y llegaron a ser los más famosos gemelos siameses. Muchas personas venían de todo Siam para mirar curiosamente a los gemelos. Un día, cuando cumplieron 18 años, un estadounidense los vio. "Puedo ganar dinero con estos gemelos", pensó el hombre y les preguntó a Chang y a Eng:"¿qué dicen?, ¿se vienen conmigo a los Estados Unidos?” Sin más, se fueron con el hombre. Nunca regresaron a Siam, ni volvieron a ver a su familia. Viajaron con el estadounidense durante diez largos años. Después viajaron ellos solos. Las personas pagab

LEER... ¿PARA QUÉ?

c

 

FÉMINAS: “SERES QUE CARECEN DE FE”

Visiones masculinas acerca del mundo de las brujas

Salvador Saulés, 2012

Odiseo ve interrumpido su camino de regreso a Ítaca. Sus hombres están sedientos, el hambre también hace estragos en toda la tripulación. Algunos de ellos, al llegar a una isla se aventuran en búsqueda de provisiones. Su tardanza inquieta a Odiseo, y éste sale en su búsqueda. El mensajero de los dioses, Mercurio, le advierte de los peligros que va a enfrentar. Le ofrece unas yerbas para evitar los encantamientos de una especial mujer que, así como hermosa es sumamente peligrosa, es una hechicera, es Circe. Cuando llega a su encuentro, esta bruja intenta con todos sus artilugios hacer caer al héroe en su encantamiento. Odiseo tiene de su parte a los dioses. Al no poder convencerlo con filtros, artificios obligatorios en sus magias, Circe utiliza un último recurso: sus encantos femeninos. Y el héroe tiene que ceder ante tales ofrecimientos. Tal vez por ayudar a sus compañeros que previamente habían sido transformados en cerdos, o tal vez porque es bien sabido que un mortal no puede nega