martes, junio 25

"Apreciemos sin vertigo"


Hablamos de libertad sin saber amarla.
Jugamos a ser libres, y mientras tanto, abrimos los ojos en el mismo lugar.
El viaje no es el viaje, y la libertad tampoco es lo que tenemos en mente. 
Las imágenes me preexisten.
Nacieron, se simbolizaron, como vos... y lamentablemente como yo.
No quiero ser libre, quiero olvidarme de las palabras, quiero olvidarme de la ropa, dejar de sentir.
Dejar de sentir

Sé que lo que escribo, lo que hablo, lo que pienso, siempre está dirigido a alguién. 
No podemos ser libres, no nacimos para eso.
La libertad tampoco está en la muerte; si la provocamos, definitivamente dejamos de ser libres.
Miro lo azul de sus ojos y me ponen incómoda, me limitan, desvarían.
No puedo imaginarme sin estar atrapada en el mundo.
Siempre tuvo ojos de universo.

Si me voy, estoy yendo. Me estaría escapando de algún lugar, y no es eso lo que quiero.
Me gustaría ser un sueño, de esos que alguién cree controlar, pero en realidad son la manifestación pura de todo aquello que intentamos cambiar. ¡Y si !, y sigue siendo una elección que nos supera. 
El vino en mi boca delata que el surrealismo nació con Rimbaud. El sí sabía lo que es la libertad.

Yo no soy de esta época. No quiero vivir en el mundo donde mis palabras no suenan de la misma forma que en mi mente. No quiero viajar sin despedirme. No quiero mostrarle al mundo lo que pienso.
Quiero estar así. Con el vino en mi boca, e imaginando, que en algún lugar...
Existo


Atenas
-Más que nunca-

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