Estos nuevos dispositivos estáticos de control de velocidad se sumarán a los controles móviles que lleva a cabo la Policía Local "prácticamente a diario" y tienen como objetivos prioritarios el incremento de la seguridad de peatones y conductores, la prevención de posibles accidentes de circulación y la mejora del tráfico urbano, según informaron a Europa Press fuentes municipales.

Los límites de velocidad en vías urbanas y travesías se encuentran regulados en el artículo 50 del Reglamento General de Circulación, en el que se establece, con carácter general, la velocidad máxima de 50 kilómetros por hora que no deberán rebasar los vehículos en vías urbanas y travesías, salvo para los vehículos que transporten mercancías peligrosas, que circularán como máximo a 40 kilómetros por hora.