El gigante egoísta y otros cuentos
By Oscar Wilde
5/5
()
About this ebook
El gigante egoísta
El pescador y su alma
El cumpleaños de la infanta
El ruiseñor y la rosa
Oscar Wilde
Oscar Wilde (1854-1900) was an Irish poet and playwright who rose to global fame in the 1880s as a larger-than-life public persona with plays such as The Importance of Being Earnest, An Ideal Husband, and Lady Windermere's Fan. The author of countless brilliant epigrams that form part of our popular lexicon, he was sentenced to two years of hard labor in prison for having relations with men, which ruined his reputation and career. Upon his release he exiled himself in France, where he died penniless. Today Wilde is celebrated as a courageous crusader for free expression, gay love, and anyone oppressed by hypocritical conventions.
Related to El gigante egoísta y otros cuentos
Related ebooks
El Ruiseñor y la rosa y otros cuentos Rating: 3 out of 5 stars3/5El príncipe feliz Rating: 4 out of 5 stars4/5CUENTOS PARA NIÑOS de 2 - 6 años Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl príncipe feliz y otros cuentos Rating: 4 out of 5 stars4/5Alicia en el País de las Maravillas Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLos viajes de Gulliver: Clásicos de la literatura Rating: 4 out of 5 stars4/5La vuelta al mundo en 80 días Rating: 5 out of 5 stars5/5Alicia en el País de las Maravillas: Biblioteca de Grandes Escritores Rating: 5 out of 5 stars5/5Las aventuras de Tom Sawyer Rating: 5 out of 5 stars5/5La isla misteriosa Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsColección de Hans Christian Andersen: Clásicos de la literatura Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl Principito Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLAS AVENTURAS DE TOM SAWYER: Biblioteca de Grandes Escritores Rating: 4 out of 5 stars4/5Historia de dos ciudades Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsViaje al centro de la Tierra (TOC activo) (Clásicos de la A a la Z) Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl maravilloso mago de Oz: Clásicos de la literatura Rating: 5 out of 5 stars5/5El pescador y su alma Rating: 3 out of 5 stars3/5El príncipe y el mendigo Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl retrato de Dorian Gray: Biblioteca de Grandes Escritores Rating: 4 out of 5 stars4/5Obras - Coleccion de Oscar Wilde Rating: 5 out of 5 stars5/5Cumbres Borrascosas Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa isla del tesoro Rating: 4 out of 5 stars4/5Una mujer sin importancia: Biblioteca de Grandes Escritores Rating: 4 out of 5 stars4/5Cuentos de Andersen Rating: 4 out of 5 stars4/5El jardín secreto Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLas Obras de Oscar Wilde: Biblioteca de Grandes Escritores Rating: 5 out of 5 stars5/5Orgullo y Prejuicio Rating: 4 out of 5 stars4/5Grandes Esperanzas Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLos cuentos de Andersen: Biblioteca de Grandes Escritores Rating: 3 out of 5 stars3/5Oliver Twist: Clásicos de la literatura Rating: 5 out of 5 stars5/5
Action & Adventure Fiction For You
Más allá del bien y del mal Rating: 5 out of 5 stars5/5Nocturna Rating: 4 out of 5 stars4/5El retrato de Dorian Gray Rating: 5 out of 5 stars5/5Las mil y una noches Rating: 4 out of 5 stars4/5La máquina del tiempo Rating: 5 out of 5 stars5/5Así habló Zaratustra Rating: 4 out of 5 stars4/5La Única Verdad: Trilogía de la única verdad, #1 Rating: 4 out of 5 stars4/5El extranjero de Albert Camus (Guía de lectura): Resumen y análisis completo Rating: 4 out of 5 stars4/5El Gen Lilith Crónicas del Agharti Rating: 3 out of 5 stars3/5Don Quijote de la Mancha Rating: 5 out of 5 stars5/5Humano demasiado humano Un libro para espíritus libres Rating: 4 out of 5 stars4/5El Conde de Montecristo Rating: 4 out of 5 stars4/5El libro egipcio de los muertos Rating: 3 out of 5 stars3/5El jardín secreto - Ilustrado Rating: 4 out of 5 stars4/5El corazon de las tinieblas Rating: 5 out of 5 stars5/5Arsène Lupin. Caballero y ladrón Rating: 5 out of 5 stars5/5Soplado Lejos Rating: 5 out of 5 stars5/5El sueño de una noche de verano Rating: 4 out of 5 stars4/5Frankenstein -Espanol Rating: 5 out of 5 stars5/5Moby Dick - Espanol Rating: 4 out of 5 stars4/5El señor de las moscas de William Golding (Guía de lectura): Resumen y análisis completo Rating: 5 out of 5 stars5/5El mago de Oz - Iustrado Rating: 4 out of 5 stars4/5Memorias del subsuelo Rating: 5 out of 5 stars5/5El Sello de Salomón Rating: 5 out of 5 stars5/5Romeo y Julieta Rating: 4 out of 5 stars4/5Canto a mí mismo Rating: 5 out of 5 stars5/5El Secreto Oculto De Los Sumerios Rating: 4 out of 5 stars4/5Los Miserables - Edicion completa e ilustrada - Espanol Rating: 5 out of 5 stars5/5La Logia de San Juan Rating: 4 out of 5 stars4/5Relatos de un peregrino ruso Rating: 5 out of 5 stars5/5
Related categories
Reviews for El gigante egoísta y otros cuentos
3 ratings0 reviews
Book preview
El gigante egoísta y otros cuentos - Oscar Wilde
Annotation
Este libro reúne los cuentos mas hermosos y conmovedores de Oscar Wilde, sus relatos mas preñados de valores morales. Los protagonistas de estos cuentos alcanzan la felicidad y el amor cuando, renunciando al egoísmo, se muestran amables y generosos y se preocupan por el bien de los demás.
El gigante egoísta
El pescador y su alma
El cumpleaños de la infanta
El ruiseñor y la rosa
Oscar Wilde
EL GIGANTE EGOÍSTA
Y OTROS CUENTOS
FB2 Enhancer
El gigante egoísta
Todas las tardes, a la salida de la escuela, los niños se iban a jugar al jardín del gigante. Era un jardín amplio y hermoso, con arbustos de flores y cubierto de césped verde y suave. Por aquí y por allá, entre la hierba, se abrían flores luminosas como estrellas, y había doce albaricoqueros que durante la primavera se cubrían con delicadas flores color rosa y nácar, y al llegar El otoño se cargaban de ricos frutos aterciopelados. Los pájaros se demoraban en el ramaje de los árboles, y cantaban con tanta dulzura, que los niños dejaban de jugar para escuchar sus trinos.
—¡Qué felices somos aquí! —se decían unos a otros.
Pero un día el gigante regresó. Había ido a visitar a su amigo el Ogro de Cornish, y se había quedado con él durante los últimos siete años. Durante ese tiempo ya se habían dicho todo lo que se tenían que decir, pues su conversación era limitada, y el gigante sintió el deseo de volver a su mansión. Al llegar, lo primero que vio fue a los niños jugando en el jardín.
—¿Qué hacen aquí? —surgió con su voz retumbante.
Los niños escaparon corriendo en desbandada.
—Este jardín es mío. Es mi jardín propio —dijo el gigante—; todo el mundo debe entender eso y no dejaré que nadie se meta a jugar aquí.
Enseguida, puso un cartel que decía:
ENTRADA ESTRICTAMENTE PROHIBIDA BAJO LAS PENAS CONSIGUIENTES
.
Era un gigante egoísta...
Los pobres niños se quedaron sin tener donde jugar. Hicieron la prueba de ir a jugar en la carretera, pero estaba llena de polvo, estaba plagada de pedruscos, y no les gustó. A menudo rondaban alrededor del muro que ocultaba el jardín del gigante y recordaban nostálgicamente cómo habían sido felices allí
Cuando la primavera volvió, toda la comarca se pobló de pájaros y flores. Sin embargo, en el jardín del gigante Egoísta permanecía el invierno todavía. Como no había niños, los pájaros no cantaban, y los árboles se olvidaron de florecer. Sólo una vez una lindísima flor se asomó entre la hierba, pero apenas vio el cartel, se sintió tan triste por los niños, que volvió a meterse bajo tierra y volvió a quedarse dormida.
Los únicos que ahí se sentían a gusto eran la nieve y la escarcha que, observando que la primavera se había olvidado de aquel jardín, estaban dispuestas a quedarse allí el resto del año...
La nieve cubrió la tierra con su gran manto blanco y la escarcha cubrió de plata los árboles. Y en seguida invitaron a su triste amigo el viento del norte para que pasara con ellos el resto de la temporada. Y llegó el viento del norte. Venía envuelto en pieles y anduvo rugiendo por el jardín durante todo el día, desganchando las plantas y derribando las chimeneas.
—¡Qué lugar más agradable! —dijo—. Tenemos que decirle al granizo que venga a estar con nosotros también.
Y también llegó el granizo. Todos los días se pasaba tres horas tamborileando en los tejados de la mansión, hasta que rompió la mayor parte de las tejas. Después se ponía a dar vueltas alrededor, corriendo lo más rápido que podía. Se vestía de gris y su aliento era como el hielo.
Mientras tanto, el gigante egoísta, al asomarse a la ventana de su casa, vio que su jardín todavía estaba cubierto de gris y blanco. Y pensó:
—No entiendo por qué la primavera se demora tanto en llegar aquí. Espero que pronto cambie el tiempo.
Pero la primavera no llegó nunca, ni tampoco el verano. El otoño dio frutos dorados en todos los jardines, pero al jardín del gigante no le dio ninguno.
—Es un gigante demasiado egoísta —decían los frutales.
De esta manera, el jardín del gigante quedó para siempre sumido en el invierno, y el viento del norte y el granizo y la escarcha y la nieve bailoteaban lúgubremente entre los árboles.
Una mañana, el gigante estaba en la cama todavía cuando oyó que una música muy hermosa llegaba desde afuera. Sonaba tan dulce en sus oídos, que pensó que tenía que ser el rey de los elfos que pasaba por allí. En realidad, era sólo un jilguero que estaba cantando frente a su ventana, pero hacía tanto tiempo que el gigante no escuchaba cantar ni un pájaro en su jardín, que le pareció escuchar la música más bella del mundo. Entonces el granizo detuvo su danza, y el viento del norte dejó de rugir y un perfume delicioso penetró por entre las persianas abiertas.
—¡Qué bueno! Parece que al fin llegó la primavera —dijo el gigante y saltó de la cama para correr a la ventana.
¿Y qué es lo que vio?
Ante sus ojos había un espectáculo maravilloso. A través de una brecha del muro habían entrado los niños, y se habían trepado a los árboles. En cada árbol había un niño, y los árboles estaban tan felices de tenerlos nuevamente con ellos, que se habían cubierto de flores y balanceaban suavemente sus ramas sobre sus cabecitas infantiles. Los pájaros revoloteaban cantando alrededor de ellos, y los pequeños reían. Era realmente un espectáculo muy bello. Sólo en un rincón el invierno reinaba. Era el rincón más apartado del jardín y en él se encontraba un niñito. Pero era tan pequeñín que no lograba alcanzar a las ramas del árbol, y el niño daba vueltas alrededor del viejo tronco llorando amargamente. El pobre árbol estaba todavía completamente cubierto de escarcha y nieve, y el viento del norte soplaba y rugía sobre él, sacudiéndole las ramas que parecían a punto de quebrarse.
—¡Sube a mí, niñito! —decía el árbol, inclinando sus ramas todo lo que podía. Pero el niño era demasiado pequeño.
El gigante sintió que el corazón se le derretía.
—¡Cuán egoísta he sido! —exclamó—. Ahora sé por qué la primavera no quería venir hasta aquí. Subiré a ese pobre niñito al árbol y después voy a botar el muro. Desde