CERCADOS POR LA FURIA


“Si la poesía quiere ser escuchada, que diga lo que a la gente le importa.
Si la poesía quiere ser de vanguardia, que hable de lo que hoy sucede.
Si la poesía quiere ser leída, que salga a la calle con su palabra.
Si la poesía quiere ser humana,que camine junto a nosotros”
Beatriz Cecilia (México DF)

ALDO LUIS NOVELLI
(Neuquén-Neuquén-Argentina)

el preguntón descolocado .
/a Leonidas Lamborghini in memorian

el tipo preguntó por los
pájaros desposeídos
por las patas de esos pájaros
que se lavan en la fuente.

preguntó por los pájaros
hambrientos
por el pico de esos pájaros
gritando 'no pasarán' en esta
tierra piquetera.

por los pájaros poéticos
por las manos de esos
pájaros
escribiendo papeles sin fe ni sudor.

el tipo preguntó por los pájaros
por el vuelo de esos pájaros
pichones que se embolsan la cara
para escuchar la voz de Dios.

preguntó por los pájaros
por los ojos de esos pájaros
al ver la íntima luz de una niña
vejada por el patrón.

por los pájaros
por las alas de esos pájaros
cuando sangra el ano de un niño
violado por la respetuosa santidad.

el tipo preguntó por los pájaros
y se fue volando.
ALEJANDRO FAUS AVELLA
(Vilanova i la Geltrú-Catalunya-España)

ADOPCIÓ

El Josep Maria
i la Montserrat

van fer una adopció
d’una noia molt petita

Avui van arribar
d’Equador
amb aquesta nena:
Claudia Marcela

Avui el seu nom
li van canviar
ara és diu:
Vinyet

Te la pell i els ulls
de la foscor del meu cor!

ADOPCIÓN

Josep María y Montserrat
hicieron una adopción
de una chica muy pequeña

Hoy llegaron de Ecuador
con esta niña:
Claudia Marcela

Hoy su nombre 
le cambiaron
ahora se llama
Vinyet
Tiene la piel y los ojos
de la oscuridad de mi corazón.
ALEX PIMENTEL 
(Huancaspata-Perú)

Poeta peruano asesinado a golpes por funcionarios de la Municipalidad de Huancaspata, el 16 de octubre de 2010

Los muertos vivientes,
Una oreja, un hígado, un brazo,
Regresan a reclamar tanto dolor ascendido al fondo de presencias ajenas e ingratas,
abrieron puertas, quemaron casas,
desnudaron al más noble, el corazón.
Se abrió el infierno
en la tierra, los dientes
comienzan crujir, nuestra piel
se expone a la brasa, armas químicas, granadas, egoísmo.
Donde la hierba y la flor trepidando de susto
Conviven con el enemigo de clase
Una vez más la clase dominante
pone en manifiesto su perfil ególatra que sin robar
al pobre no puede vivir
Agarro el lápiz, viendo este amanecer eclipsado
La sangre de mis hermanos de Irak
Ha llegado hasta el Perú, me están llamando,
Lágrimas empozadas se están derramando,
El papa se lava con estas lágrimas…
La avalancha acumulada, invade el mundo,
Tantas pupilas colgadas y arrasadas,
Tantos gemidos callados, tantas súplicas,
¡ no me corte mis manos! ¡mis hijos!
¡ mi esposa!, pero desgraciadamente la sombra
De la muerte ha invadido el mundo
Como lograr callar el dolor que siento
En el alma por todos los eneros de recogimientos
Por el terror que causa el sistema que nos
Corta los pies y las manos, lo peor nos tiene sumidos
En la ignorancia.
Quiero gritarle al mundo que ya saldrá un nuevo sol,
Brillará a todos por igual, donde tenga que dormir en casa
Sin esconderme, donde los niños no sean convertidos en
Átomos por un misil, donde mis hermanos enfermos
No mueran con enfermedades curables,
Donde mis hermanos del mundo no tengan que
Esconderse de los fusiles, de las fieras salvajes,
Quienes vestidos de cordero(cura, pastor) entran en nuestros países,
Cometiendo los más atroces actos de terrorismo
Las puertas del amor y paz no están muy lejos
Todos los días los estoy llamando,
Para que el hombre deje de ser el lobo del hombre
¡ Oh ! ¡ Oh !¡ hermanos de Irak y del mundo uníos!
Hay que romper la espina colgada en el pecho,
Feroz y apocalíptica, parece una cruz callada pero
Es la más mortal parricida,
Hay que vestirnos de rojo
de lo contrario el sistema
hará del mundo gusanos, piedras,
Humo y cenizas.
Ya no habrán más los árboles que nos
Den frutos de amor…
¡ Como permitir que festejen con el cuerpo
Que Dios moldeo a través de millones de años !
Tenemos que apagar las óperas negras
De la muerte o seguir escuchando hasta
Que los próximos seamos nosotros,
Músculos atados y el cirujano el doctor
“el soldado” haciendo experimentos,
Rostros sin ojos, sin orejas y sin lengua.
Ya no se escucha ni el más leve gemido,
Que lo sepan todos a mis hermanos los están
Matando solo porque no quieren seguir
Ayunando, andar sin zapatos, sin ropa,
Los cómplices son los presidentes que dicen:
Te apoyo papá Bush no sueltes tu ira sobre mi clan.
El mundo se ahoga con la sangre de mis hermanos de Irak,
Otros nadan en ella, otros la toman en el cáliz,
Y otros como vampiros siguen chupando más sangre,
Desafiando existencias consagradas, robando el trigo,
El horno, poniendo frío el cuerpo si aún esta tibio.
Ya no se como sacudir este dolor que se
Fulmina con los días, como limpiar tanta sangre
Vertida a los ríos, sobre sus rostros,
piedras , nieve, sobre el mundo.
Vivimos en el mundo, cerca del sol,
las estrellas y la luna,
luchamos contra el relámpago,
sabemos vivir con la naturaleza ,
comíamos de ella, pero ahora comen otros lo
que nos pertenece y a nosotros nos usan como esclavos.
Ya no podemos sembrar un árbol, para apoyar nuestras manos
y adorrillarse a orar, acostumbrado a ayunos estoy.
Puertas y calles vacías, no veo a la vecina,
Al ambulante, no escucho un te quiero,
Solo escucho disparos y luego silencios.
Ya no podemos cosechar ternuras, sólo hay ojos vacíos.
Antes dueño de su vida, de sus hijos, de su casa,
Ahora dueño de un arma, dueño de la muerte,
Dueño de nada…
A mis hermanos los están matando para robarles mejor,
Para apagar sus voces de protesta,
se llevan la última esperanza de su miseria, para que se
Conviertan en los esclavos del siglo XXI, como lo es Perú.
Haciendo puños de aire reventando en la ausencia de justicia,
El lobo disfrazado de oveja a creado a la ONU Y OEA,
Son su carnada para devorárselas a las ovejas de todo el mundo,
Organismos fraudulentos que ponen al presidente que más les conviene,
Pero son la misma basura, ONU, OEA, PRESIDENTE,
No somos concientes que nos están taladrando a todos,
Sembrando desgracias.
Hermanos de Irak el mundo se pone de pie, protestamos
Rompemos decretos alegres que nos pretende imponer
El sistema para tapar su podredumbre y sus actos de terrorismo
manipulan a los mercenarios de la comunicación,
ya no mas esperar otra primavera, ni a la flor,
ni la mirada que daba vida a la carne,
se sepultaron nuestros sueños, caminos a cada paso de llanto
la poesía se arranca del papel y la alegría abraza a la tristeza
y ésta por último la muerte.
El amor se desgarra del corazón, porque ha llegado la hora,
han llegado los terroristas, para despeñarnos,
para hacer experimentos, para descuartizar al pueblo
Del estado salen por doquier terroristas
con corbata promulgando leyes para que el juez bese el puñal,
y el cura eche su agua vendita a sus huestes para asesinar sin piedad
a los indefensos, desnutridos “ciudadanos” del pueblo.
El dolor a la orden del día, las lágrimas es igual que una sonrisa
Espontánea empozada en los huesos y en el alma,
mis hermanos se desmayan una y otra vez por el dolor intenso
luego de varias repeticiones de un sólo grito de clamor se deja de sentir,
se fueron sus corazones saturados de amor,
sólo quisieron vivir para amar y defender su patria,
¡ tener tanto petróleo! Muchos recursos naturales igual que el Perú,
Y ser tan pobre tan desgraciado.
En sus parques ya no esta la flor,
Sino hay cartuchos y pólvora haciendo ensalada de cuerpos,
sembrando el dolor salvaje.
Tenemos de nuevo que ponernos el atuendo rojo
Para ponerse el alma y luchar como fieros y ganar…
Nuevamente podremos comenzar amar y vivir en paz.
Volverán los días en que el frío
Sea el calor, el dolor una caricia, el odio, amor,
Los niños dejen de ser una bomba y vayan a la escuela
Regresará la alegría en sus hogares y en las calles, así será…
El dolor ha prendido su llama roja
Su sangre recorre por todo el mundo despertando conciencias,
Levantando las mentes dormidas vistiendo de rojo para
Callar tantos gritos para recoger la lágrima despeñada, las cenizas de los músculos.
Mis hermanos en el mundo mueren y el sistema con la religión y la prensa
Hilvanan blasfemias, escupen chinches para no dejar avanzar al pueblo.
A nuestros hermanos de Irak los están paleando, descuartizando, sacándoles el corazón, destruyendo su piel y sus órganos internos, con napalm arma química, creada con el consenso de la ONU y en complicidad con la religión robando la inocencia, la vida, quedando solo huesos carbonizados, y la prensa alineada dice:
Es una guerra santa, libraremos al pueblo de Irak, será un país democrático.
Si los están librando de comer un pan, y la prensa continua entreteniendo,
paralizando a todas las rocas paradas,
El Papa echa agua bendita a los soldados norteamericanos,
Le ofrecieron darle un pedazo de la torta, entonces continua controlando ideológicamente a la gente.
Hoy es con ellos, mañana será con nosotros
El sistema nos mete a la olla a todos,
Nadie a de entender, decir mátenme antes de vivir sin dignidad,
refugiarse en su desesperación, llorar sin lágrimas el pueblo de Jehová sangra,
el pueblo es reducido a cenizas con napalm , arma química de la ONU y bendecida por el papa.
Se apoderan del agua, petróleo, de nuestro cielo y de nuestras vidas,
La tierra sangra a puñaladas la guerra esta declarada las clases dominantes
Han entrado en su desliz y para su salvación matan de hambre al pobre.
La tierra esta vomitando sangre y con ella brazos,
Piernas, huesos, corazones, cenizas…
Cada átomo maldice a los parásitos del mundo que no pueden vivir sin robar al pobre.
Abu Ghraib – Faluya tu nombre tu nombre lo he tomado del viento,
Tantas velas te están llorando cerillas, las campanas de la iglesia llorando,
Los curas lo apagan porque atentan contra sus intereses.
Los santos levantan las manos y se proclaman seguidores de Cristo,
Ya no tienen las manos limpias se han lavado con la sangre de los inocentes,
De los hijos de Dios, callan a la prensa con una moneda.
Una bala por la espalda del gobierno lacayo
y de sus aliados acaba el último aliento del pueblo,
El corazón escupe latidos de odio,
El cuerpo vivir así no quiere, sin dignidad
Pero el cuerpo ahora sólo es un cuerpo
Inerte que solo tuvo un sueño inesperado
Dormir para que otros saqueen la casa,
Las clases dominantes están preocupados porque saben que se acerca su fin…
AMELIA ARELLANO.
(San Luis-San Luis-Argentina)

LAS PUTAS SE PINTAN DE ROJO

El bramido regresa. Alga marina y fango.
Detrás, una cara. Hombre de tinta.
Lo acompañan otros, muchos…
De dos en dos, a veces tres.
Llegan por una rúa insomne.
Pasan por un frágil puente de madera.
Madrera de saudades.
No entiendo sus palabras.
Sus confusos silencios que me nombran.
Y que  gritan. Que dicen tiza. Azafrán. Zozobra
Campanario. Infancia que no vuelve.
Siento el olor a sándalo.
A velas y antorchas incendiadas.
Rojo sangre pasión.
No, niña, solo las putas se pintan de rojo.
Hay un acre sabor dulce que hostiga, sin parar.
También un niño ciego.
En  mi pecho dos girasoles negros.
Una caja. Un ataúd. Un féretro.
No, no. Estoy viva. No.
Me golpean en la boca del hambre.
Un  hombre pregunta porque calla Dios.
Y no se que decirle.
Y callo. Una y otra vez. Callo.
Baja la frente .Alarga la pollera.
Ponte zapatos de arpillera.
Y me muerde una marea de alas  de cigüeñas.

El bramido es una zarza ardiendo.
No se va con los hombres.
Vienen de dos en dos, a veces tres.

 MUJERES EN GRAVIDEZ DE PALOMA

“Ni a irse ni a ser. A resistir.  Aunque es seguro que habrá mas penas y olvidos.” Juan Gelman

Cargo sobre mi pecho toda  la sequía del mundo.
Ingrávidos cardales violentados
Violentamente violeta, el ayer regresa.
Espada fálica tajea la inocencia.
Una cruz engarzada con vidrios de colores.
Gravidez de paloma.
Parir. Morir.
Ha regresado Tomás de Torquemada.

Hijos del oscurantismo.
Del Opus Dei, del Papa o Lucifer

¿La manta de mi niño, poncho harapiento de soles?
¿La sombra de su amparo, catedrales góticas, de piedra?
¿La panza de mi niño  bombo de ausencia?

Eran tres perritos uno murió de tos ahora  quedan dos.
Eran dos perritos uno murió solito ahora queda unito.
Era un perrito  que murió de ayuno ahora no queda ninguno.

Amarillo/blanco. Blanco/celeste.
Una bandera. Flores de brea.
Mi hijo no nato  partió en primavera.
Pantanos errantes, fuegos fatuos globalizados.
Ignus fatuus, cobra-de-fogo, luz loca alemana,
Ronde des lutins, farol de los Andes.
Yo, llorando y  mi niño rondando.
Huevos hueros del esturión gigante.
Ya no habrá caviar para la bestia.
Santa Tejerina es la mujer de Lot.
Ha mirado hacia atrás.
¿Quién arrojará la primera piedra?
“Piden pan no les dan, piden queso,
Les dan yeso y les cortan el pescuezo”

“Fallamos que debemos condenar y condenamos”
Indeclinables, fallamos que debemos resistir y resistimos.

CARTONERA

Mi sangre es un milagro que, desde mis venas cruza el aire de mi corazón al tuya. Frida Kahlo

Mi sangre es de papel, cartonera.
Cruza los derrames cloacales
Y los jardines sacros.
Yo también cartonera, yo también.
He dejado en soledad mis niños.
Si apenas llegaban a la mesa.
Y han quedado sin pan, y sin el nombre del padre.
Con aguas bautismales han calmado su sed.

Yo también cartonera, he mojado mis pies en escarcha.
En orines tibios, en vómitos de borrachos alegres.
También yo me he inyectado – absolutamente fatalista-
La impiedad, la apostasía y el repudio.
Yo también,  he ocultado en un tetra, años albos.

Yo también cartonera he llorado en azul y en morado.
Como vos, cartonera, como vos

DOÑA JUANA,PÁJARO Y PRADERA.
“No hay que tener miedo ni de la pobreza, ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener miedo es del propio miedo” E DE FRIGIA


Doña Juana es pájaro y pradera.
Carga sus ochenta rosas penitentes.
Levemente.
Cual si fueran pétalos de seda.
De cristal. De vuelo de palomas.
Ha evadido el valle de las amarguras.
Y ama, apasionadamente.
Esta arena, esta tierra arcillosa que es su boca.

No le teme a la pobreza.
Es solo un monstruo ponzoñoso, dormido.
La ha escuchado llegar como el retumbe de mil potros salvajes.
Y le ha abierto la puerta, de par, en par.
La puerta de entrada y la puerta de salida.
-Solo es cuestión de tiempo-

Conoce la pobreza, como el río natal.
La ha visto trepar sobre la roca niña.
En los jazmines, en los sauces, en los palos santos.
En las madre - selvas varicosas.
En su luz. En las alas del sol.
En los techos espejados de escarcha.
En el agua oculta bajo la hiedra seca.
En su sed y en sus vides.
En su hambre y su saliva amarga.
En dulcísima pulpa de duraznos tempranos.
En sus benditas manos rocallosas.
En su oficio de ayeres.
En su canto de salvaje alegría.

En su canto... y su perenne eco.
Un eco, y otro eco, y miles ecos más.

HAY QUE MATAR EL MENSAJERO
“Si hay victoria en vencer al enemigo, la hay mayor, cuando el Hombre se vence a sí mismo” José de San Martín (25 de febrero de 1778- Fecha probable de nacimiento)


Había que matar al mensajero, amor.
Calcinar el mensaje. Lapidarlo.
Vaciar la memoria y las ideas.
Momificar la carne.
Apagar los relojes. Detener el tiempo.
Hoy es hoy. No hay ayer.
Hay que borrar las huellas.
“No hay muertos, solo desaparecidos”
Cerrar los ojos, los oídos, la boca.
No mires, no escuches, no hables.
Hay que talar árboles, raíces, frutos, brotes.
Matar al enemigo, amor.
Dejar vivo al Flautista de Hamelín.
Alimentar hocicos y cuidar el queso.
Apagar el sol. Tapar la luna con las manos.
Detener el río. El mar y las mareas.

Yo te visto, tristeza, de rodillas.
Abatida entre huertos de angustia.
También te he visto, levantarte.
Elevarte entre tristísimas naranjas.
Acariciar la desnudez de los duraznos.
Vencer al enemigo que hay en ti.
La luz, inmensa gira.
Entre molinos, vientos y revoluciones.
Gira, gira.
ANNA AMAYA AGUILAR
(San Salvador-El Salvador)

ODA A KATYA-MÁRTIR

Cuando llegaste a este planeta
Había pétalos perfumados en tu cuna
canciones que te arrullaban y…
tu madre, hilaba sueños de luz para su niña
sueños quebrados la noche de tu martirio
y a borbollones han brotado lágrimas tibias de sus ojos
en el tiempo marcado por la espera

2

En silencio he seguido las páginas de tu historia,
Desde aquella noche
De Whisky, tabaco, humo…
Y el golpeteo de las olas en penumbra.
Noche virgen que se rompió con llantos,
Entre voces, risas, indiferencias y
Disimulos calculados,
Mientras
Lobos inyectados de lujuria
Espiaban sigilosos y escondían su cieno

3

¿Quién mutiló tu vida?
¿En qué momento  irrumpieron en tus sueños angelicales?
¿Quién trasladó tu frágil cuerpo hacia la playa?.
SOLA, tremendamente sola,
enfrentaste la fiebre del dolor , angustia y desesperación.
¡El rumor del mar!
Y las crestas de las olas
presenciaron tu martirio
el verdugo y la arena ahogaron tu grito auxiliooooo

4

Katya,
Niña de mirada dulce
Y carita esculpida con cincel de plata
¿Quién pudo dañarte hasta la muerte?
Niña – belleza,
Niña-colegio,
Niña-mar,
Niña-amor
Niña- soledad y angustia
Niña- mártir
Que soñaste el sueño de tu martirio,
Rodeada de buitres que graznaban  la noche
Y escondían sus ecos

5

La sociedad sangra y llora
Y en la sinfonía eterna se cuela le voz de  JUSTICIA
Los pretorianos callan y el leviatán dormita
Las leyes se enroscan en la gaveta cerrada

6

Tu fiebre de miedo, la angustia de aquella noche
Y tu martirio
Se han quedado en los archivos del tiempo
¿¿Justicia? o
 ¿impunidad?

7

Las madres salvadoreñas,
La madre tierra
Y el mundo globalizado
Lloran tu voz callada y
El grito de justicia
Se prolonga, se prolonga, se prolonga…
Mientras los hilos de luz hilvanan  los corazones
Y se funden en una sola voz estridente y reiterante:
¿Quién violó a Katya Miranda?
¿Quién mató a Katya Miranda?

8

No obstante
Los principios universales
Se cumplen inexorablemente
Y el péndulo, en su ritmo
Regresará cargado de justicia
A las manos manchadas con tu sangre,
Mientras
Katya- ángel
seguirá vibrando muy alto,
Integrada a la sinfonía del universo
y a los coros angelicales

EL DERECHO A LA VIDA

Desde este laberinto
pensativo de palabras
hemos vivido, entre  bambalinas
proyectando a otros
 en el gran circo del mundo,
donde las violaciones
nos han cercenado los años.

Hemos soñado
con un paraíso que no llega,
hemos sufrido violencia
Y sobre todo
se ha irrespetado
el sublime derecho
del ser humano
el derecho a la vida

2

Mujer,
lucha porque tu amor
Y tus derechos
sean como el sol.
brillantes, soberanos, transparentes
sobre el planeta
fluyendo en solidaridad

INVIERNO EN  EL MOZOTE

¡Otra vez el invierno en El Mozote!
¡Otra vez!
Otra vez!
en el vientre de llanos y laderas
con sus voces mojadas,
cantando odas a los niños y niñas calcinados

2

Otra vez
las cigarras
en la canículas de ayer.
Mientras, los niños
-ángeles que levitan
en las noches amplias-
cruzan distancias , paredes y muros
y…
el estrepitoso alarido del verdugo
sigue sin rumbo
maldecido por la historia
venenoso
y …
eternamente en agonía

MUJER-MADRE

Ayer vi una mujer
madre- ternura
vertiendo fortaleza por sus hijos,
escondida
Invisible
solitaria, entre lágrima y sol
sacudiéndose el cansancio de los días

2

Ayer vi una mujer vacía de ilusiones,
con marcas en los labios y los ojos
Ayer supe del color  de sus pesares,
del mínimo de vida  pisoteado
Y la canasta básica vacía.

3

Ayer supe mujer
que llevas torbellinos de amor;
sola , desnuda y reprimida
envuelta en los vahos del sueño y el cansancio;
mientras, el patriarca de sus sueños
se malgasta la vida

4

Ayer supe de tus hijos púberes,
dibujando sueños  de amor,
romances e ilusiones.
Ayer supe , mujer del mundo
que la reivindicación se asoma
a tu ventana
llevándose, tu lágrima
Y enarbolando flores
con pétalos de plenitud
ARABELLA SALAVERRY
(San José-Costa Rica)

CANCIÓN DE NIÑA AFRICANA

Yo tuve una corola
tuve una flor espléndida
yo tuve una anémona
que también fue fruta de la pasión

Tuve una flor de suculentos pétalos
yo tuve una sencilla mariposa
durmiendo entre los muslos

Tuve una golondrina
Yo tuve un grillo cantando
un abejorro
tuve una tórtola
soñando entre los muslos

Pero un día
Me latió un pájaro
de desconsolado vuelo

La tradición fue navaja
de un turbulento trazo
enmudeció mi grillo
la mariposa abortó su vuelo
desapareció la fruta
la corola se anegó en mi sangre

Ahora tengo un poco de nada
muriendo entre mis muslos

MI VOZ

Te presto mi voz
hermana

Te presto la escasa lucidez
...de este siglo vestido de torturas

Te presto mareas
por si se te ocurre deshacer las rocas

Te presto lo visceral del grito
de algunos animales
los que habitan el destierro
los que doblan el recodo
del olvido

Te presto también mi voz
para que hablés por ejemplo
de los espejos
donde no se refleja tu impotencia

Para que denunciés
la presencia invisible de tus sueños

Para que nombrés
el pan ausente que frecuenta tu mesa

Te presto mi voz para que hablés
en nombre de los niños borrados
y mencionés
si te parece
su desesperada esperanza

Te presto mi voz para que denunciés
la fría bayoneta de la muerte
invitada imprescindible de las guerras

Te presto lo que tengo y lo que no tengo
Lo que soy y lo que quisiera ser
Lo que el tiempo ha dejado de lo humano
lo que los dioses han perdido en el camino

Te presto estos poemas

SUMANDO MUERTES
Ante la muerte de la activista Susana Chávez

Susana Chávez cuánto dolor
ni una muerta más dijiste

Cuánto dolor Susana
Ahora sumando tu muerte
a la cifra oscura de todas esas muertes

Una muerta más
Susana Chávez violada
Su mano amputada en el horror

Cuánto dolor Susana Chávez
regando los desiertos de Chihuahua

Chihuahua marcada con cactus
donde florecen las espinas
una por cada mujer asesinada
siembra oscura que llora en tus desiertos

Una mujer más
a quién le importa
una mujer más asesinada
Susana Chavez desnuda
asfixiada violada

Quién responde Susana por tu muerte
Quién acompaña el dolor
Por todas las muertas de Chihuahua
Las muertas de Ciudad Juárez
Las muertas de Tijuana

Las muertas del mundo
Las muertas que rodean con sus manos
La cintura del dolor de tantas muertes

Quién responde Susana por sus vidas?
Quién lava la inclemencia de sus muertes?

NOTICIA II

Un muchacho muere 
de un balazo
Un muchacho muere
en el resplandor de una navaja
Un muchacho muere por la droga
Un muchacho muere partido por patadas

Mil muchachos mueren
enredados en miles de silencios

Nadie escucha
Nadie atiende

Mil madres lloran
mil muchachos muertos

EN LA CIUDAD DEL DESIERTO

En la ciudad del desierto
trocamos los pájaros

Ahora el cielo entintece
su desnuda claridad con los misiles

Ya no hay alas bordeando el horizonte

En la ciudad del desierto
anulamos los pájaros

Solo un resplandor de plata que encandila
solo el pulcro estallido de las bombas
usurpa el espacio de los pájaros

En la ciudad del desierto
con la misma golosa dedicación
sacrificamos pájaros
asesinamos niños y mujeres

Y nos desinfectamos las manos.

MATERNIDAD EN TIEMPOS DE GUERRA
Líbano

El frío
despedaza
a cuchilladas la mañana

Una madre
se mira en su silencio

Fuera
retumban
 voces de la guerra
una más

Una madre
entibia su esperanza

La paz
se escurre
por el cauce paralelo
de las  alcantarillas

Esa madre
intenta retenerla

Otro inútil intento

Esa madre
ahoga su esperanza

Esa madre
se pierde en su alarido
BELKYS SORBELLINI
(Santa Fe-Santa Fe-Argentina)

AZORADA

Azorada, me he parido muchas veces
sin mudar la piel
Escondiendo el dolor  y la muerte
de mi misma al renacer.

Porque como no sentir el duelo
en un sinfín de muertes.

Busco un  nuevo comienzo
que me invente un presente sin pasado.

Un borrador intermitente.

Aguerrida, solo siendo resiliente puedo nacer
una y otra vez sin haberme perdido
solo siendo  mujer.

ANDAR LAS CALLES

Oteo el subconsciente de una masa
singularmente compacta.

Me encuentro desolada.
Nadie detiene sus pasos y extiende al menos la mirada.
A veces el silencio, no mirar, no saludar
no sentir que el otro no está, no basta.
Porque el otro sí está.
Acaso no mirar sea un engaño
un intento de negación,
de no saber.


Pero es solo eso, un engaño.
Uno puede andar las calles sin sentir
pero finalmente la verdad se devela.
Y las manos extendidas siguen allí.

ANGUSTIA

Angustia...
pulsaciones desusadas, lágrimas.
Arterias corrompidas

Mis ojos, secos de tanto llanto.
Mi cuerpo mudo acusa tu silencio que lastima

Hace apenas un momento me dijiste que me amabas.
Hace apenas un momento tus golpes lastimaron mi piel.

Angustia
con mis arterias corrompidas.
Entre recuerdos conocidos que no quiero dejar escapar
pero que debo, no sirven ante tu dureza, no sirven
ante tu mirada torva, tu amenaza constante.

El miedo se instala en mí, más allá de mis sueños

Angustia
Pulsaciones desusadas, lágrimas
Arterias corrompidas.

ARRIBAR

Una rutina no deseada mató lentamente su alegría
la pasión se desdibuja  y espera agazapada.
Bulle en su interior.

¿Cuándo? -se pregunta
¿Cuándo lograré cruzar la frontera del abismo?

Cruzar
                    Lograr
Arribar a la sorpresa
y brillar.

EXORCIZAR

Dicen que para que el cuerpo sane
Se debe exorcizar el dolor y las heridas.

Escupo a cuentagotas las marcas
y parecen borrar algunas cicatrices.

Araño la piel de mi pasado
paso fugazmente por mi infancia
borro algunas secuencias que adolecen
para no anclar en el dolor por siempre.

Emerjo.
Aún no sano.
CARMEN JULIA HOLGUÍN-CHAPARRO
(Albuquerque-USA)

NADA QUE CELEBRAR

Después del Grito,
el grito
que te persigue
y lo alcanza
y nos golpea en la nuca
y la deja de pie
en medio del espanto.

Después del Grito
el rugido
continuado,
tenaz
infinito.

Inútil,
pero inevitable
incontrolado
desgarrador
roto.

Después del Grito
el aullido
solo
con su eco trasparente
líquido
púrpura espeso.

Estremecido
y expulsado
desde las entrañas
abatidas.

Después del grito
el Grito
de los sordos
de los impasibles
de los cómplices
de los indiferentes

del circo complacido
con el espectáculo de los leones.


CAROLINA SUÁREZ

(Maipú-Mendoza-Argentina)


Un café

Que ataque con furia

La existencia

De este monstruo

De esta ausencia

Un recreo

Que ponga risas

En esta marioneta

Un adiós

Que frene lo amargo
CES LE MHYTE
(Ciudad Autónoma-Buenos Aires-Argentina)


PARTIR EL HABLA 

Qué ganas de morder el aire
pero parece que está prohibido,
no se preocupa ella sonriente al instante
provocando las encías la pus de los dilemas.

Los derechos se embanderan
en un lienzo corroído de húmedas promesas,
como el patriota Peugeot
celeste por fuera por dentro desconocido
que acomoda a la infante
en sus precarias faldas
ennegrecidas por el humo Premium
flamante bautista de rostros
de la escuela sesenta y cinco incluso
prisión postmoderna más que colegio
si es que se digiere lo post
si es que no se borran las postales.

Sus hermanitos la alumbran de cerca
su madre acompasa los ritmos de lejos
con los pies enterrados en la simpleza
de saberse asolados por el hambre
con los carnosos labios del abandono
masticando ternura.

Un corral dentro de otro corral de corrales
hasta las calles adelgazan sus cinturas
desde el nombre se autoflagelan
los deseos de alcanzar las metas
entre conceptos se derrite
el sentido de la belleza.

Qué ganas tienes de morder el aire, niña,
para abandonar el playback de la vida y cantar su fruto
Qué ansias también yo de cultivarme en aire.
CLAUDIA AINCHIL
(Ciudad Autónoma-Buenos Aires-Argentina)

PROFUNDIDAD DE AULLIDO

Poema 
entre mis dedos un poema
escrito o casi sin escribir
ese aullido 
caen los techos adiestrados
uno a uno 
sin piedad
se tambalea el rito de la vida
como una visión que desploma
el bolsillo y termina en adoquines
cíclopes de agujeros negros
dinamitan rostros
es lágrima agotada
de ser lágrima…
Muchas quedan incrustadas
en la araña tenaz que las consume
hasta absorber su respiración…
Otras se convierten en alertas
mudan su embarcadero
a tiempo 
y destejen esa urdimbre.
Mujer viento, resiste
enseña tus dientes
aunque todo parezca noche 
el sol no parpadea lluvia
matas de jazmines silvestres
en una ofensiva de puntos cardinales
al verte sonreír
libre.

ENJAMBRES

No sé como el mundo
fue tiñéndose con los matices más sombríos
cuándo habrá ocurrido el primer enjambre
pegajoso, horrible
esa violencia del grito agudo
destrozando tímpanos hasta oscurecer
por qué motivo habrá continuado
la elaboración tenaz y sigilosa de otros enjambres
contagiosos, temibles
esa intimidación de quien se cree más fuerte
y golpea como un guerrero innoble
a los brotes que irrumpen
con el corazón como estandarte.
Tantos enjambres queriendo socavarnos
para que la auténtica voz no sea escuchada.
Alzaré cada centímetro de mundo
fomentaré sin pausa
un no definitivo a la violencia
un no al terror
un no a la angustia de todo aquel
que soporta sobresaltos.
CRISTINA VALCKE
(Cali-Colombia)

LA TORRE

Parado en una de las puntas de su estrella
con el gran monóculo en dirección al sitio más anodino del orbe humano
vio encenderse el cuerpo astral de la que sería la mamá.

La predestinada recibió el alumbramiento
en actitud de quien ha sido llamada a elegir.
Tiempo y espacio volvieron a ser uno
durante los meses que tardó en consumarse la encarnación.
Tratase de una amplia torre vista a través de un corte lateral
como un tejido de escaleras que a veces giran en caracol
otras se obstinan verticales por las paredes
otras se extienden hasta convertirse en riesgosos puentes colgantes.
En los extremos de cada una, sendas puertas arqueadas
de las que emerge una cavernosa oscuridad
o el resplandor de algún candil,
diríase que el edificio se encuentra en construcción
y por eso no hay más colores que el rojizo del adobe y la pálida argamasa.
A ella no parece importarle el estado inacabado del conjunto,
se afana sin descanso en la mudanza de objetos por esa intrincada telaraña,
el desfile es largo de inventariar, comenzó con un reloj de péndulo
de los que producen escalofríos a la media noche,
seguido de la silla mecedora y de una lámpara de siete soles,
luego han sido cortinas, mesas, libros, álbumes,
camas, hornillas, sus manos se multiplican
en las de inexpresivos ayudantes bajo su mando,
quizás es ella misma redoblada por cientos de espejos
porque el único gesto de recordación es el suyo
con la mirada concentrada en sí misma
y el ímpetu de quien sabe lo que hace.

Por fuera la arquitectura es un cilindro hermético,
a varios metros dos jambas de piedra sostienen el dintel
en el que una leona enseña sus fieros colmillos
mientras la camada se apertrecha en su cuerpo.

Bajo este portal los viandantes depositaron ofrendas.
DANIEL ARIAS
(Ciudad Autónoma-Buenos Aires-Argentina)

Esos ríos calientes de tinta diluviados sobre las cabezas del pueblo,
son mi tristeza.
Esos brillos rojos en las pantallas que crucifican los ojos del pueblo,
es mi casa extraviada.
Esas injurias de fiesta en la boca de los pequeños verdugos,
es mi sollozo en la oscuridad.
Señores del despojo,
cuando liberan sus bombas envejecidas
con esa rabia silenciosa sobre los niños del pueblo,
señores del destierro,
cuando destilan su óxido decadente en la cara de las madres del pueblo,
graban mi cuerpo con sombras.
Vuelvan a su naufragio y lleven lejos su pequeño dictador en polvo
y sus babas decrépitas detrás del mar,
detrás del viento,
detrás de mi desprecio.
Regresen por donde vinieron con sus mastines endiablados,
sus cadenas, sus tiempos derribados, sus amargos anillos,
sus incendios de azufre.
Dejen solo al pueblo, déjenme solo a mi con los huesos solos
de mis padres y los sueños rotos de mi hermano,
dejen el futuro de nuestros niños sobre los libros del pueblo
dejen la piedra y el acero sobre la fábrica obrera
dejen la palabra robada en su lugar, que se azule lejos de su mirada negra,
la palabra limpia, la palabra del canto, la palabra del poema y del pan,
de la estrella y del hermano, también de la lágrima sola,
esa que emerge como una planta en la vigilia tenue, desmesurada,
como un arco iris.

II

Los niños mueren sin sangre
mueren de muerte blanca
inmóviles sobre las piedras
negadas por las bombas de papel.
Las mujeres mueren invisibles
sobre cocinas y cacharros
y las comidas para los hijos
de las bombas transparentes.
Ahora todos pierden en el aire
del desierto quemado infinitas veces
por el fuego del odio y las bombas
que vuelan con las piedras
y los cuerpos sin sangre
que se pulverizan y vuelan
con el humo al espacio,
a la nada.
Toda la sangre y todas las lágrimas
se secan en soledad.

IV

Este invierno quieto inclina su cielo lentamente
como derramando agua.
Hay un hombre sentado sobre escombros
inclinado hacia la tierra el viento le quema los ojos
de los hombres mudos caen miradas de piedra
de las bombas silencios deshabitados
y el hombre se inclina mas hacia la tierra
como una hoja en invierno.
Su exigua respiración es para la tibia muerte
de un día como otro en sus espaldas
un imperceptible sueño lleno de vida
hacia el crepúsculo,
el hombre inclinado no llora, no habla,
no recuerda el nombre ni analogías,
intentos, una virtud ni un presagio.
La luz en la torre ha muerto con los pájaros
y la rueda del pasado y el futuro
huyeron del vértice de su lengua
como las palabras de amor,
queda una plegaria rodeada de humo
y el hombre sentado sobre piedras
solo.
EMILIA MARCANO QUIJADA
(Ciudad Ojeda-Zulia-Venezuela)

MUJER

Quien nos llama frágiles y locas 
jamás nos ha visto desnudas. 
Quien dice que nosotras las mujeres
somos un apócope de vasos rotos 
jamás se acostó a dormir ni mucho 
menos se atrevió a despertar 
con ninguna de nosotras. 
Quien piensa que ante el viento, las mareas, 
las sierras y gallos de plaza, 
hemos de doblegarnos 
como los juncos pantaneros, se equivoca. 
Quien nos mide con un preservativo 
podrá ver  
que no todo en la vida es un pene
y ya no es posible guardarnos 
en cofres o aparadores de cristal, 
en cajas, gavetas o camiones de basura. 
Quien nos subestima, no nos conoce. 
La mujer no es carne de pote. 
La mujer no es plato ni tenedor  
ni masajista de cabezas huecas. 
Ella es color, libertad, pluma vibrante, 
diario alimento del vivir, 
las notas de una canción, 
el beso que secretamente 
se niegan a olvidar.
La mujer es un paso más 
de lo que cualquiera podría calcular. 
Ella es la medida de sus sueños. 
Y lo han asegurado hasta las palomas: 
Más de uno se quedará solo 
por no saber comprender, ni valorar, 
ni acariciar, ni retener 
el maravilloso y duro barro 
del que estamos hechas.

DEMÁNDAME

Se me olvidaron los versos que recitabas 
cuando hacíamos el amor 
en casa de mis padres. 
Han exterminado la fitina, 
han quedado inconclusos crucigramas, dameros 
y sopas de letras.
 Lobotomía virtual, ataque de hipo 
por tantas frases de amor copiadas y pegadas 
en tus labios
desde algún libro de poemas 
de tu abuela. 
Han caído los puentes y los edificios
detrás del montón de pedestales 
donde alguna vez
te adoré hasta las canas. 
Han extirpado el hambre y el insomnio 
por esperar tanto tiempo que dejara de llover, 
con todas mis angustias 
en la lavadora 
y mi ropa arrugada en una maleta. 
Cuando me besaste por primera vez, 
fui una diosa. 
Cuando pasaron los años me llamaste gorda, 
y cuando me negué a tener sexo contigo 
me dijiste lesbiana. 
De tal manera que, 
ante esta inevitable encrucijada 
yo me decido por mí, 
y tú me demandas por sádica, 
demente y odiosa; 
por cruel y embustera. 
Tú me acusas de abandono 
y yo te lo reitero:
Demándame 
cuantas veces quieras. 

DESNUDAS AL SOL

Hemos defenestrado a la historia.
No es asunto de prepucios y 
erecciones precoces, 
es la toma de una identidad, 
estamos hartas de ser la mujer de, 
la señora de,
las piernas de, 
la cama de, 
la pera de boxeo de.

Hoy declaramos
que no somos abrevadero de nadie,
ni muro de contención 
de frustraciones ajenas. 
Hoy decidimos abandonar 
los cinturones de castidad, 
nos hemos tocado los pechos,
decidimos actuar 
y nos hemos declarado
ciudadanas de nuestras vidas.

Nosotras:
Las rojas… Las prietas, 
las que vamos desnudas al sol,
jamás dejaremos 
de remontar duras cuestas,
jamás dejaremos de ser
carne y crines, 
voz de hembra 
y jamás cerraremos por sumisión
nuestros ojos de lluvia.

EL RENACUAJO

Mientras espero, miro al renacuajo
en la charca.
El renacuajo es negro con líneas grises.
El suelo lastima, el tipo jadea,
una y otra vez, suda,
suda.
El renacuajo es beige con pintas marrones,
sus ojos son curiosos y brillantes.
El tipo muerde, empuja.
El renacuajo salta,
el tipo termina,
abre mi vientre a patadas, se va por el callejón.
Cierro los ojos.
El renacuajo es marrón con manchas negras.
ERNESTINA ELORRIAGA
(Córdoba-Córdoba-Argentina)

Niño sin cielo
El sol
en refucilos de fuego caía
sobre el cartón y el zinc
ajeno
ajeno al corazón del niño
que en un averno en una pieza de dos por dos
en un lugar sin nombre y sin orillas
en un lugar despiadado
en un lugar de la tierra donde el nylon se hace flor en el barro
y el agua jabonosa es un río maloliente
el niño crece un niño crece
mientras en el rostro de su padre
la sombra dibuja el espectro de los
caballos que murieron de sed en el diluvio
la sombra del miedo de la rosa
la sombra del pan
el niño ve
el niño ha visto a su padre
mirando el chaperío
los ojos desprendidos del cuerpo
buscando el cielo
el niño ha visto
por eso cuando su padre amaneció
con los ojos en blanco y un pétalo rojo le pintaba los labios
él supo que era tarde
que la pena guardada se iba hacia la nada
como un barquito de papel
cuando la lluvia cesa
después
vio que a las palomas
les crecían espinas en los ojos
tenía trece años estaba en la calle
mirando el cielo
la bolsita de pegamento apretada en la mano
como si fuera aún la taza de leche
tenía los ojos verdes
pero el desamor es un lobo con hambre.

POEMA 5

Quiero aullar
pero tengo en mi garganta
entrampada una paloma
intenta cruzar el muro de la noche
maniatado el vuelo
se hunde en mi corazón
anda por mis venas
¿de qué estoy hecha?
de vidrios incrustados
de esponjas marinas empapadas en ácidos
¿de qué urgencias?
¿de qué dolores, madre?
¿de qué me has hecho?
¿de corazón de iguanas?
¿cómo pegaste los restos de tu pena en mi orilla
y me pusiste a navegar
si el barco estaba cercado de miedos
a babor y a estribor miedo profundo como el océano de tus ojos
¿cómo huyo?
¿dónde está dibujada la puerta?
FABRICIO ESTRADA
(Tegucigalpa-Honduras)

CANTO DEL NIÑO

Vi a las mujeres hombro a hombro, muralla de rosas.

Las vi levantando su corazón rojo,
inmenso en medio de las balas.
Vi el llanto de todas las madres que dejaron a sus hijos en la montaña
y bajaron como alúd con su grito de barro,
inmutables, incansables,
las vi enfrentadas al bestia uniformado,
bola de humo, bala sangrienta.

Vi a la matria naciendo con sus guirnaldas pavorosas

(no hay furia más terrible que la de la mujer en armas)

la vi creciendo, aceleradamente,
sinuosas, humildes,
vi el amor perfecto, lo vi,
con su palma abierta
estrellándose
en el rostro hueco de los parias.

Nunca estuve más enamorado
y nunca
fui más niño
llorando un golpe a mi madre.


NIÑO

 niño
tus pies desnudos
desahuciados
van por la tierra maldecida
atravesados por las esquirlas del mundo
el ciego mundo donde no caben tus pies sobre la tierra
mi mano no puede salvarte y sin embargo
tu vuelo breve de niño sin cielo
es un aleteo fugaz sobre los ojos
tus pies
alas prematuras
huellas invisibles
andan en estos días por mi pecho
y yo que no puedo salvarte
veo tu camisa azul
sucia de polvo
de muerte
corres entre el gentío anunciando la guerra
que engendró a tu padre y secó la boca de tu madre
dejó  tus pies extraviados
cavó en tu vientre el fuego
donde la tregua
es el agua que no llega jamás a los labios
y en tu tierra
niño
Gaza es el dibujo inacabado
que se va borrando día a día
mientras dejas tus pies
brújula
punta de lanza
farol incandescente
trazar en cada día la esperanza
GABRIEL IMPAGLIONE
(Lanusei-Cerdeña-Italia)

LA MUERTE DE UN INFAME

Se murió el gran gusano el cretino la gran hiena
ahogado en su propia baba de bilis antropófaga
se murió el capitán de cloacas y lavabos el nefasto
ahogado en su mar de venenos en su gran ola de muertos.

Se murió el genitor de esmas el patrón de la mierda
el húmedo árbitro de vidas y vuelos de la muerte
se murió el palmípedo voraz el emplumado fósil
ahogado en la viscosidad de su saliva tóxica

una diarrea con moscas muertas se le agolpó en la boca
de comulgar y compraventa y le asfixió las órdenes
los dictados de tortura y bala de picana eléctrica

se murió la bolsa de basura el vejete extorsionador
relleno de soberbia pedazo de la bestia carnívora
ahogado de tanta sangre ajena de tanto festín
putas delirios de grandeza oh todopoderosa cría
del infierno! Se murió ahogado el decrépito rapaz
el violador el gran escupitajo del último círculo

se murió de un derrame infecto el verdugo
el desaparecedor el capo del espanto

en la cama de un hospital el muy secuestrador
tan cama pozo negro alabado por ratas
y malnacidos tan rodeado de un muro
de pura luzmemoria que le mordió los huesos.
GIOCONDA BELLI
(Managua-Nicaragua)

OCHO DE MARZO.

Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres,
¡Qué poco es un solo día, hermanas,
qué poco, para que el mundo acumule flores frente a nuestras casas!
De la cuna donde nacimos hasta la tumba donde dormiremos
-toda la atropellada ruta de nuestras vidas-
deberían pavimentar de flores para celebrarnos
(que no nos hagan como a la Princesa Diana que no vio, ni oyó
las floridas avenidas postradas de pena de Londres)
Nosotras queremos ver y oler las flores.
Queremos flores de los que no se alegraron cuando nacimos hembras
en vez de machos,
Queremos flores de los que nos cortaron el clítoris
Y de los que nos vendaron los pies
Queremos flores de quienes no nos mandaron al colegio para que cuidáramos a los hermanos y ayudáramos en la cocina
Flores del que se metió en la cama de noche y nos tapó la boca para violarnos mientras nuestra madre dormía
Queremos flores del que nos pagó menos por el trabajo más pesado
Y del que nos corrió cuando se dio cuenta que estábamos embarazadas
Queremos flores del que nos condenó a muerte forzándonos a parir
a riesgo de nuestras vidas
Queremos flores del que se protege del mal pensamiento
obligándonos al velo y a cubrirnos el cuerpo
Del que nos prohíbe salir a la calle sin un hombre que nos escolte
Queremos flores de los que nos quemaron por brujas
Y nos encerraron por locas
Flores del que nos pega, del que se emborracha
Del que se bebe irredento el pago de la comida del mes
Queremos flores de las que intrigan y levantan falsos
Flores de las que se ensañan contra sus hijas, sus madres y sus nueras
Y albergan ponzoña en su corazón para las de su mismo género

Tantas flores serían necesarias para secar los húmedos pantanos
donde el agua de nuestros ojos se hace lodo;
arenas movedizas tragándonos y escupiéndonos,
de las que tenaces, una a una, tendremos que surgir.

Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres.
Queremos flores hoy. Cuánto nos corresponde.
El jardín del que nos expulsaron.



CONSEJOS PARA LA MUJER FUERTE

Si eres una mujer fuerte
protégete de las alimañas que querrán
almorzar tu corazón.
Ellas usan todos los disfraces de los carnavales de la tierra:
se visten como culpas, como oportunidades, como precios que hay que pagar.
Te hurgan el alma; meten el barreno de sus miradas o sus llantos
hasta lo más profundo del magma de tu esencia
no para alumbrarse con tu fuego
sino para apagar la pasión
la erudición de tus fantasías.
Si eres una mujer fuerte
tienes que saber que el aire que te nutre
acarrea también parásitos, moscardones, 
menudos insectos que buscarán alojarse en tu sangre
y nutrirse de cuanto es sólido y grande en ti.
No pierdas la compasión, pero témele a cuanto conduzca
a negarte la palabra, a esconder quién eres,
lo que te obligue a ablandarte
y te prometa un reino terrestre a cambio 
de la sonrisa complaciente.
Si eres una mujer fuerte
prepárate para la batalla:
aprende a estar sola
a dormir en la más absoluta oscuridad sin miedo
a que nadie te tire sogas cuando ruja la tormenta
a nadar contra corriente.
Entrénate en los oficios de la reflexión y el intelecto
Lee, hazte el amor a ti misma, construye tu castillo 
rodealo de fosos profundos
pero hazle anchas puertas y ventanas
Es menester que cultives enormes amistades
que quienes te rodean y quieran sepan lo que eres
que te hagas un círculo de hogueras y enciendas en el centro de tu habitación
una estufa siempre ardiente donde se mantenga el hervor de tus sueños.
Si eres una mujer fuerte
protégete con palabras y árboles
e invoca la memoria de mujeres antiguas.

Haz de saber que eres un campo magnético
hacia el que viajarán aullando los clavos herrumbados
y el oxido mortal de todos los naufragios.
Ampara, pero ampárate primero 
Guarda las distancias
Constrúyete. Cuidate 
Atesora tu poder
Defiéndelo
Hazlo por ti
Te lo pido en nombre de todas nosotras.
HERNÁN TELLO GÓMEZ
(Puerto Berrío-Antioquia-Colombia)

TIGRE DE AMALFI

En Amalfi, en un muro del parque
hay un tigre pintado
adherido a su muerte
Sus cazadores aparecen en la celebración de su victoria
se retrataron
junto a las luces y los jaspes de su felpa
con el ademán despectivo
del que pisa la carne ya vencida.

El tigre de Amalfi
atroz, impredecible, artero
ingresó a la leyenda por un túnel de fuego
excavado
contra la lumbre de su pecho
la brasa de sus ojos
el fulgor de sus garras
son rescoldo, ceniza
de una callada metáfora del miedo.

Tú, que lo miras
tranquilízate
atrapado en su muro
adherido a su muerte
ya no asalta al viajero

Aún así
la escueta palabra que lo nombra
puede ser peligrosa
especialmente si te encuentras solo
evocando su brillo y su fiereza
y la tersura de su piel en tu rostro.

Cuídate
su dentellada
puede aún desgarrar esta página del verso.
HUGO FRANCISCO RIVELLA
(Rosario de la Frontera-Salta-Argentina)

LA NUBE

La nube es un suplicio sobre Sajaya y Zaitum,
sobre los niños que corren a ninguna parte o corren hacia la luz,
sin saber que la luz es un estruendo de pólvora quemante,
una lengua de fuego lamiendo lo que queda de esos niños
y mujeres que corren a ninguna parte.
La nube es un nudo gris,
impenetrable como el rostro de dios cuando solloza,
y es la flor un ángel calcinado en la sed del horror a tanta muerte.
La nube es el estallido de esa muerte,
sus enormes brazos polvorientos se abren en cruz sobre el silencio que sucede al estruendo, a ese charco de luz donde el espejo repite hasta el hartazgo los horrores y el miedo.
La nube es lana y alquitrán,
huesos de arena,
un colibrí de barro sobre la flor absurda del que muere.
Debajo de la nube titila este poema

ALIMENTO

Me alimento con el mendrugo de pan del hechicero,
sus pócimas, aletas de tiburón, raíz de gingseng y una pata de sapo con cenizas de mangle.
Me alimento con el barro que amasa el alfarero y la forma del viento tronando entre los dedos.
Me alimento con las garras del tigre cuando sueña la selva,
las ramas de mi sangre por sus árboles solos.
Mi alimento es la noche de borrachos y putas (salvavidas del náufrago si lo toca el abismo),
el rastro del caído porque le llora el alma y el corazón del monje porque le falta cielo.
Mi alimento es la rosa con sus pétalos ciegos de mirar en la lluvia una niebla de peces, el cisne en el espejo con la voz del otoño y el temblor amarillo del jaguar y sus ríos.
Me alimentan los toros de miura y las glicinas de las casonas viejas de Madrid, el sol de Cartagena,
el ritmo que tienen las mulatas y el contraciego giro de la luna en la playa.
Mi alimento es la muerte que arrastra las cadenas de un barco que se pierde más allá de la noche,
la oscura sed de piedra que tiñe los lamentos de la madre que busca la luz en los escombros de Hiroshima,
o se arranca los ojos en Bombay,
imagina el prostíbulo donde violan a Cristo
y los muros del búnker donde gime un poema.
Me alimentan los pasos del niño en el recuerdo, la lluvia en los cedros de la plaza del pueblo, las casas achatadas por el peso del cielo y el pájaro que vuela sus últimas campanas.
Mi alimento es el verso de Machado y Celaya,
Cardoza y Aragón en el ojo de un tigre, la carta deshuesada de Rilke a los poetas,
Garduño, la palabra que brota en su cabeza y la mínima copla de un cantor en los cerros.
Mi alimento es la Sombra, la vidala perdida que Espinosa persigue más allá de los vinos por las calles de Salta,
la campiña celeste del cielo en el Caribe y las ranas fantásticas del lago Tangañika.
Mi alimento es el cuerpo de la mujer que amo con los dientes y el fuego de una planta carnívora, su lengua interminable, sus gemidos, la trampa de sus brazos y piernas.
Me alimenta la brújula de un barco en alta mar y las velas henchidas por los vientos del trópico, el lobo que en la nieve desploma su destino y los copos que sueñan el vuelo del halcón.
Mi alimento es el hombre con sus huesos heridos,
su calavera, el torso,
las huellas de su sangre,
el ojo empecinado de escudriñar la jaula que encierra el alarido de su voz en la sombra, la música del alma cuando suelta sus pájaros y le quema dolida su niñez deslumbrada.
Me alimenta saber que yo soy mi alimento.

ALGO HUELE A PODRIDO EN DINAMARCA

Otra vez la bomba. Su boca desahuciada. La demencia en los ojos de dioses homicidas. Los cruzados terrestres del hambre y la mentira, otra vez perforando la mirada del Hombre.
Bombas sobre Libia.
Poderosas.
Murientes.
Como en Afganistán, 2001, los talibanes y Bin Laden sin rostro en las Torres del Aire.
O Irak, el 2003, contra Saddan Hussein, los negociados de la Halliburton y las armas de destrucción masivas que aún siguen buscando.
El mundo contrahecho.
Bombas como lágrimas de Dios cayendo hacia la tierra, y en la tierra los hombres, las mujeres, los niños, volviéndose de polvo y alarido.
Operativo Amanecer, casi vergüenza el nombre de amanecer en llamas, con la muerte y el miedo que en la garganta triza sus demonios sagrados.
Operativo Amanecer y Gran Bretaña y Estados Unidos y Francia llevan la luz a punta de misiles. Jinetes de caballos retorcidos.
Tres de los Cinco miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones han abierto sus fauces para mascar a Libia. Dos degluten lo que sueñan. Todos responsables de la muerte. Pretores del mundo. Piratas a escala universal. La Liga Árabe, la Unión Africana, Canadá mirando y asintiendo de reojo.
Cientos tomahawak, rafeles y mirages como sombras sin pausas sobre el pueblo y sus casas. Otra vez la bomba sacude la memoria.
¿Qué diría Sartre cayendo hacia delante?¿Otra vez Los condenados de la tierra con la sangre mordida por los perros de siempre?
No hablaré de Khadafi porque es sólo una excusa: Thierry Bruckhard se llena de dientes la palabra. Sarkozy balbucea y Obama vuelve a tener blanca la sonrisa (Recuerdo las palabras de Petrás: “Obama es solo un blanco que ha tomado sol”)
Khadafi no es mi sueño ni el que amenazaba ser; sólo quiero volver al punto cuando la Europa o EEUU canturreaban con él, “el oro negro”, los millones de euros en su cuenta bancaria, los leprosos, los náufragos y Silvio Berllusconi escudriñando la costa de un país que explotaba.
Zapatero en España con un ojo desviado en Libia, pero ciego en Marruecos donde sus intereses colisionan con los derechos humanos de civiles asesinados. Zapatero a tus zapatos me dan ganas de decir, más no lo digo.
Ahora el Tigre Libio no levanta sus tiendas en los Jardines de Versalles ni su excéntrica figura camina los senderos de Buckingham, ni Vladimir Putin lo cubre con su estola.
Las damas de la Unión Europea no perfuman ni lucen en sus cuellos diamantes ni rubíes del África. No pasean su piel desmenuzada.
Muammar Khadafi empieza a sentir la soledad de sus propios errores. También siente la muerte, y amenaza bombardear poblaciones en el mediterráneo. Ladra con el resto que tiene.
Bombas sobre Libia, allí donde la violencia se apodera de las palabras. Las diseca. Las obstruye. Las carcome.
Invadieron de pronto y refucilo como dice un poeta. Sin buscar otros modos de ayuda. Estrategias sin bombas. Infisionando de inteligencia lo que se derrumbaba.
Recuerdo el Unasur y Bolivia Ecuador y Colombia y la palabra entonces como un arma sagrada. La muerte en un rincón solloza todavía.
Hasta el cansancio habré de recordar que en nombre de la Libertad y la Democracia atacaron Malvinas, invadieron Afganistán, masacraron a Irak o estuvieron en la India o ¿Volverán los ojos sobre los monstruos de esta América Libre, Evo Morales, Chávez, Correa, cuando el agua, el petróleo agonice en sus pozos o el aire se oscurezca sin árboles ni pájaros?
¿En dónde debo estar con la Palabra y el cuerpo sino con el agredido?¿Con los sometidos de siempre? ¿Con los que rozan la luna con sus sueños?
La razón de ser de los imperios es el sometimiento. No levantan otras banderas. Tampoco toleran otras.
Los pueblos, sólo ellos, encuentran el camino de su liberación.
Sólo nosotros.
Algo huele a podrido en Dinamarca.

LA MUERTE. CUALQUIER MUERTE.

El colibrí en la sombra como una flor del aire. Los rostros, las espadas de un campo de batalla y las hienas del miedo con los ojos abiertos.
¿Quién mostrará los dientes royendo su esqueleto? ¿La danza de entre las ruinas de un espejo de sal? ¿Quién le sorberá el seso a su cadáver?
Ha muerto un hombre con la vida en las manos.
Cuando la Patria era un barco sin memoria desafió la tormenta, iba toda su sangre entre los desaparecidos.
La Madres, las Abuelas de todos los Mayos y de todos los tiempos pudieron ver los rostros de Videla, Menéndez, de Astiz, de Bussi…todos…sentados al banquillo de Dios y la Justicia, y en el suelo, los retratos caídos de tantos asesinos.
¿Quién me piensa en el barro que modela a esta América?
No fue Cristo, ni el Ché, ni Arnulfo Romero, ni Camilo Torres, ni Tupac, ni Azurduy.
No era boca de lobo ni las alas de un ángel. Fue arcilla y remolino entre tantos espasmos. Murió a pura vida entre rosas y espinas.
¿Cómo pueden reír sus enemigos? ¿Cómo pueden caer en el abismo donde la mierda espera besar sus cuerpos? ¿Cómo puedo ser un soplido o apenas una hoja en la hojarasca?
La muerte es la mentira del tiempo en el olvido.
Pero existe, me gritan, fantasmas y recuerdos.
Vuelve una niña sola, embarazada, el agua, la sed como un caballo de arena en el desierto, la página que escribo mientras sangran mis dedos y los ojos se llevan mi corazón al cielo.
Hoy no puedo reír, me va la vida detrás de esta muerte que no entiendo.
¿Qué dirán los del Campo, la Sociedad Rural, Grondona, Duhalde, Solá, Leuco, Magneto, Carrió, Bulrich, Eliaschev? ¿Será la Hipocresía reina y señora a izquierda y a derecha de su muerte?
Hay una cruz vacía al fondo del camino.
Yo soy eterno-dijo- en el patio sin ruidos.
Quizás tenía razón, más no quiso quedarse en un pueblo lejano, al lado de una lámpara con destellos ajenos, con un mate en la mano. Sonriendo a los vecinos. Mirando cómo crece en el huerto una orquídea salvaje.
Podría haber muerto así, en manga de camisa
Murió un militante popular y no lo he de encontrar en zonas de derrumbes.
¿Podrán gritar de nuevo Viva el cáncer? ¿América del sur será su tumba fresca? ¿La América Morena lo resucitará?
No puedo amar la vida si me alegra la muerte. Qué poco tengo adentro. ¿En qué lugar de mí muere dios hecho un trapo?
La muerte. Cualquier muerte.
El poema me sangra con todos los secretos, los caminos, el rumbo de una piedra en el aire y la letra del odio en la penumbra.
No puedo estar ciego entre tantas lágrimas, entre millones de hombres y mujeres con la luz en el piso. Aunque sólo sea por eso debo amar el silencio.
El silencio en el otro.
En la madre, en el pez, los caballos de bronce con sus héroes de barro. En la lluvia finísima del mar con sus piratas. En el piano de Estrella con la nieve en sus dedos. En los pobres que lloran para adentro su tristeza de escarcha pisoteada.
La muerte. Cualquier muerte me zozobra en el pecho.



MUJERES.

Mujeres en donde la eternidad es un pañuelo. Locas. Invencibles locas de la Plaza de Mayo. La ronda ya no es el obelisco, es el mundo, porque el mundo gira como un gran remolino, y cuando gira, ay, gira la vida., porque giran los peces y giran los helechos y giran los fantasmas y gira la palabra.
Aquellos pasos tímidos.
Esta victoria.
¿En qué lugar del corazón de Dios tiembla el Cachorro Menéndez o se arrodilla Astiz con su vergüenza rubia?
Desde aquella mentira a esta verdad.
Mujeres
-“Apártense, paso, paso, paso al General Díaz- decía el General Díaz delante de la manifestación que le cortaba el paso.
Lucía Belén Gutierrez de Mendoza, frente a las 300 mujeres anarquistas Las Hijas de Anahuac - le dice al generaL:
-Buscamos un patriota para que de respuestas a tanta muerte y a tanto desamparo, que no sea corrupto, ni cobarde y que nos sintamos cobijadas bajo el amparo de la ley y no sojuzgadas por los fusiles y por la tortura;
Lucía Belén Gutiérrez de Mendoza, mirándolo a los ojos continúa soberbia y majestuosa:
-Retírese usted señor general, ceda el paso que con nosotros va la Patria.
Y allí está el general humillado con su uniforme de guerrero torpe camino de Sonora, camino de la sombra, mientras Lucía Belén Gutiérrez de Mendoza se besa con la vida.
Mujeres
“Tengo a casi todo el mundo contra mío. Los hombres, porque pido la emancipación de la mujer, y los poderosos porque pido la emancipación de los hombres”
Flora Celestine Tristán no va sola por las calles de París. Flora Celestine Tristán mucho antes que Marx, luchaba por un frente de obreros y la mujer en él, en ese frente, al lado de los hombres. Con los hombres.
Flora Tristán me mira con los ojos mojados y se apiada de mí. De este esqueleto. De este hombre que ignora lo que ocurre en la piel de los sapos.
Que se ha puesto anteojeras para no espantarse del abismo.
Mujeres.
Arrojaron su cadáver al río. Los peces la llevaron mar adentro. Cuentan que los caballitos de mar la subieron a grupas, mientras pájaros marinos tejían con sus picos una cabellera de conchas y de perlas.
Rosa de Luxemburgo se niega a huir del país y cae asesinada junto con otros activistas. Atreverse a pensar no es sólo la posibilidad de reflexionar sobre las cosas, lo peor de pensar, es que el que piensa puede volar y volar es tocar la libertad.
Mujeres
“Por que vi que la mujer no era tenida en cuenta, ni en lo material ni en lo espiritual y porque advertí que la mujer era una reserva moral y espiritual, me puse al lado de todas las mujeres del país, no sólo por nuestra reivindicación, sino por la de nuestros hijos y de nuestros hombres”
Antes de morir. Pequeña y consumida como una llama obscura, con los ojos hundidos en su gente Eva Perón resistía en Villa Manuelita cuando los fogonazos de la Revolución Libertadora la perseguían con su odio sin fronteras.
Mujeres.
El Ejército de los Estados Unidos ha bombardeado Afganistán. Los talibanes cayeron y el gobierno ha cambiado de signo, pero nosotras las mujeres, escudo y botín del imperio, seguimos perseguidas. Todavía nos persiguen, nos palpan la ternura, nos roen el sexo los soldados con ropa de fajina.
Antes nos flagelaban, ahora nos violan.
La calle es insegura. El barrio es inseguro. Es inseguro el mundo bajo balas silbando y perforando el cielo como un techo de lana.
Mujeres.
Las Mujeres de Negro escapan del paisaje. América Latina es una nave de vuelos espaciales y en ella la memoria.
“El tesoro más grande que tengo en la vida es la capacidad de soñar. En los momentos más difíciles, más complejos, he sido capaz de soñar con momentos más hermosos” Rigoberta Menchú, mujer maya – quiché, en tu lengua todavía los pueblos develan su misterio y se agazapa para saltar de pronto hacia el futuro.
Mujeres.
Mujeres cotidianas.
Mujeres que despiertan al lado de nosotros y entre sus manos vuela toda la fantasía.
Mujer que en el poema me mira y se deshila como un tejido su cuerpo de secretos
Mujer que entre mis dedos se parece al aleteo del pájaro en la rama
Mujeres que destierran el cansancio para que el niño corra por su infancia lo mismo que si fuera un astronauta de colores.
Mujeres en los cortes de rutas con los puños alzados.
Mujeres en las fábricas
Mujeres en los trenes que vienen del pasado.
Mujeres en la lluvia que me moja.
Mujeres en las luchas campesinas
Mujeres en el mar y en la palabra.
Mujeres que en la rosa como un ángel se ha dejado caer en mi costado.
Mujeres para salvar al mundo.
Mujeres

MUJER Y ETERNIDAD

La mujer en la Cruz del Sur para mirar la tierra.
Para sentir que es tiempo lo que tiene en la manos y es pájaro y destino su corazón de siglos.
Helena, en la tragedia griega, escribió la palabra amor en las hojas de los árboles, para que en otoño, cuando las hojas caigan, el viento lleve el amor a todas partes. Penetre en el Amazonas con un destello de cañas y de pumas, o en la seda, que el gusano ha tejido camino del Poniente, sostenga en equilibrio la sed de la tormenta,
La mujer es el regreso del ángel.
La lluvia en el almendro.
El filo de la espada.
Que vengan la mujeres. Todas.
Que salgan a las calles, lo mismo que María, a secarle la frente al hombre dolorido
( Nadie sabe si el que pasa al lado nuestro como una sombra herida, es el hijo de Dios, la Estrella de David, El Elefante Azul, el espejo del viento volviéndose invisible)
Que vengan las mujeres que en las hilanderías que aún quedan en la tierra, bajo la luz tembleque de una lámpara, tejen con su ternura la historia de los días. Lo que importa saber, es que el imperio, que ha tomado los nombres para escribir tragedias, ha incendiado también la fábrica y ha cerrado las puertas, para que el fuego se alimente con su sangre llena de banderas.
Y que vengan entonces las mujeres, que en las tejedurías de Oriente, bajo el ojo serpiente del poder, sufrieron la amputación de sus dedos pulgares, para evitar de ese modo el manejo de la rueca en el telar y no pudieran competir con las Hilanderías de Manchester.
Y que vengan las niñas que se sumergen en el fondo del mar para buscar las monedas que arrojan los turistas en el Caribe mientras gira la música de un lejano país que se ha perdido.
250.000 niñas son prostituidas por año y Occidente se calla. Oculta su vergüenza, la tapa con un vidrio transparente, y nosotros miramos a otra parte, la dejamos pasar” como sombra de pájaro"
En las villas miserias, hay millones de niñas al acecho del diablo, del hombre derrotado, que avanza sobre el lodo de su propia baba, que lo que toca ensucia porque lo que tiene sucia es la mirada.
Y que vengan la mujeres violadas en noches sin regreso
¿Alguien ha olvidado a María Soledad y su risa quebrada en Catamarca?
¿La niña de un hotel por horas en Salta?
Las que ha violado el hambre en Tucumán
Las muchachas en las puertas de cualquier barrio parando automovilistas, caminando las calles con el peso de siglos delincuentes y nosotros que entramos a misa los domingos no la vemos, tenemos ojos para Dios, pero no tenemos ojos para los hijos de Dios. Andamos de anteojeras para evitar el sol.
Que vengan las mujeres. Todas.
Las abuelas de manos como lirios sobre la risa de su primer nieto. La que nos cuenta historias de fantasmas. La que en secreto nos justifica todo, apaña las bolitas, el video, el helado que daña la garganta, la que cocina como ninguna, la que siempre tiene cuando puede una moneda para darnos.
Las abuelas que aún buscan a los nietos que en la Noche pasada los secuestró la muerte porque en ellos vuelve el hijo igual que una bandera que no tiene horizontes.
Y que vengan Las Locas de la Plaza de Mayo con el pañuelo blanco en sus cabezas.
Y que vengan las madres de Altamira y que vengan las madres con sus hijos en llamas porque el país le quema el futuro como a una hoja seca
La mujer es la mitad de la vida y la contiene, porque es mujer la Tierra, y es mujer la Esperanza, y es mujer la Ternura. y es mujer la Libertad y es mujer la Poesía.
¿Si no fueran sus ojos que nos miran el alma, y los ojos aquellos por los que suspiramos?
¿Si no fueran sus cuerpos hecho con remolinos la silueta perfecta de la sombra en la cama?
¿Si no fueran sus manos, si no fuera su pecho, si no fuera en sus brazos” dónde poner entonces la cabeza"?
¿Dónde buscar refugio a tanta podredumbre? ¿A tanta indignidad?¿ A tanto sol caído?¿A tanta infancia herida?¿A tanta mierda?¿A tanto olvido?
¿Dónde encontrar entonces, el perfume del sándalo?
¿El brillo de la escama del pez?
¿La melodía más dulce?
¿Dónde encontrar la palabra serena? ¿La voz inteligente? ¿La que sostiene el río?
"Si no estás a mi lado mujer, el planeta no existe, y no existe la magia del vuelo de la reina y no existe la jungla del Borneo, y no existe la Bolsa de Comercio, y no existe la Puna de Atacama, ni el Mar de los Sargazos, ni el viento entre las uvas, ni tus ojos marrones"
Cuando hacemos el amor toda la tierra cabe en nuestros cuerpos.
Y cabe el niño de tu primer embarazo.
Y cabe la protesta al gritar la injusticia de no tener trabajo.
Y caben las maestras con sus sueños de blanco.
Y cabe el estudiante camino de la vida.
Y cabe la bandera de la Paz en la tierra.
Mujer, ayer, parado en una esquina, vi pasar a un séquito de tristes, pasaron 7 monjas, pasaron militantes de izquierda, pasaron un grupo de chef hacia una cena, pasaron los músicos rock hacia La Falda, pasaron dos chanchos con galera, pasó el Boeing de las nueve menos cuarto a Buenos Aires, pasaron los Piratas de Belgrano huyendo del descenso, pasó la inundación a tanta lluvia, pasó una manifestación de menonitas
y no pasaste vos
y no ha pasado nadie
La mujer está hecha de música y palabras, de Eternidad.
JENNY LONDOÑO
(Quito-Ecuador)

DERECHOS

Vengo desde el ayer desde el pasado oscuro y olvidado con las manos atadas por el tiempo con la boca sellada desde épocas remotas.
Vengo cargada de dolores antiguos, recogidos por siglos, arrastrando cadenas largas e indestructibles.
Vengo desde la oscuridad, del pozo del olvido con el silencio a cuestas, con el miedo ancestral que ha corroído mi alma desde el principio de los tiempos.
Vengo de ser esclava por milenios, esclava de maneras diferentes:
sometida al deseo de mi raptor en Persia, esclavizada en Grecia bajo el poder romano, convertida en vestal en las tierras de Egipto, ofrecida a los dioses en ritos milenarios vendida en el desierto o canjeada como una mercancía.
Vengo de ser apedreada por adúltera en las calles de Jerusalén por una turba de hipócritas, pecadores de todas las especies que clamaban al cielo mi castigo.
He sido mutilada en muchos pueblos para privar mi cuerpo de placeres y convertida en animal de carga, trabajadora y paridora de la especie.
Me han violado sin límite en todos los rincones del planeta sin que cuente mi edad madura o tierna o importe mi color o mi estatura.
De unos y de otros siempre esclava, de unos y de otros dependiente, menor de edad en todos los asuntos, invisible en la historia más lejana y olvidada en la historia más reciente.
Yo no tuve la luz del alfabeto, durante largos siglos aboné con mis lágrimas la tierra que debí cultivar desde mi infancia.
He recorrido todos los caminos he arañado paredes y ensayado silencios tratando de cumplir con el mandato de ser como ellos quieren mas no lo he conseguido.
Jamás se permitió que yo escogiera el rumbo de mi vida. He caminado siempre en una disyuntiva ser santa o prostituta.
Pero seguí viviendo, arando, cosechando, cosiendo, construyendo, cocinando, tejiendo, curando, protegiendo, pariendo, criando, amamantando, cuidando y sobre todo amando.
Después fui costurera, campesina, sirvienta, labradora, madre de muchos hijos miserables, vendedora ambulante, curandera, cuidadora de niños o de ancianos, artesana de manos prodigiosas, tejedora, bordadora, obrera, maestra, secretaria, enfermera.
Y un día me dolí de mis angustias un día me cansé de mis trajines, abandoné el desierto y el océano, bajé de la montaña, atravesé las selvas y confines y convertí mi voz dulce y tranquila, en bocina del viento en grito universal y enloquecido.
Y convoqué a la viuda, a la casada, a la mujer del pueblo, a la soltera, a la madre angustiada, a la fea, a la recién parida, a la violada, a la triste, a la callada, a la hermosa, a la pobre, a la afligida, a la ignorante, a la fiel, a la engañada, a la prostituida.
Y formamos con todas nuestras quejas un caudaloso río que empezó a recorrer el universo ahogando la injusticia y el olvido.
Las mujeres, por fin, lo descubrimos. ¡Somos tan poderosas como ellos y somos muchas más sobre la tierra! ¡Más que el silencio y más que el sufrimiento! ¡Más que la infamia y más que la miseria!
Que este canto resuene en las lejanas tierras de Indochina en las arenas cálidas del África, en Alaska y América Latina, llamando a la igualdad entre los géneros a construir un mundo solidario –distinto, horizontal, sin poderíos- a conjugar ternura, paz y vida, a beber de la ciencia sin distingos.
A derrotar el odio y los prejuicios, el poder de unos pocos, las mezquinas fronteras, a amasar con las manos de ambos sexos el pan de la existencia.

ESTIRANDO LOS HUESOS

Empezar a crecer con las alas heridas
desde el primer intento de elevarse del suelo.
Develar el sentido de palabras prohibidas,
el falso brillo, las miradas turbias.

Clasificar las máscaras de todos los actores,
desdoblando el sentido de lo dicho en escena.
Aguzar la mirada para escrutar las garras
que se esconden sutiles tras el puño impecable.

Crecer casi a mansalva, con la conciencia inédita,
sin atinar ni hallarle respuestas al absurdo,
sin saber por qué diablos yo me siento distinta,
robada o estafada por un poder que ignoro.

Crecer a rajatabla, tragando sin saliva,
aprendiendo a sablazos la cruenta diferencia,
mascullando en silencio las preguntas perdidas
con un dolor sin nombre encajado en los huesos,

Con la oculta sospecha de que hay algo escondido
que nadie me lo dice, pero todos murmuran,
que un silencio de siglos me prohibió la palabra,
que traigo un estatuto despreciable y proscrito.

Crecer con la certeza de que algo aquí no encaja
que estoy del otro lado, que vengo de otra orilla
que un sabor a vinagre me recorre la lengua,
marcándome la vida como una pesadilla.

MOLINOS DE VIENTO
Al inolvidable Ché guevara

Cuando entré de la mano de la razón al ruedo,
La vida dio un viraje, carambola violenta,
sentí el planeta a cuestas.

Fui descubriendo especies
de la miseria humana
y ajustando la vara de medir los deseos.

El hombre de mis sueños
llevaba boina y barba
y recorría América como un Quijote nuevo.

Su nombre estaba escrito en la vía láctea,
y su grito de guerra
se inoculó en la sangre de los parias.

Hallé sus pasos truncos en Bolivia,
donde mi amado paladín de sueños
se mudaba en estrella.

Sus manos amputadas fueron mi pesadilla,
cuando el luto vistió a Latinoamérica.

Mi caballero andante 
perdió la espada en su última pelea,
pero nacieron lanzas en todos los rincones
y  quedó su sonrisa, alumbrando los surcos.

SEPTIEMBRE  EN LA MEMORIA
A Víctor Jara

Década del setenta, agitada y terrible.
Chile encendió en el sur una fogata
que pronto fue una hoguera.

Víctor rasgaba cantos a la victoria
y América agitaba un pañuelo escarlata
para danzar la cueca.

El jolgorio fue corto.
En medio de la noche llegó la mano artera,
la que guarda los ases de bastos y de espadas.

Un once de septiembre
se hizo noche en América,
enterraron guitarras, bombos, quenas
y el canto fusilado, en el estadio.

LAZOS ANCESTRALES

No importan las distancias ni los largos caminos,
que separan tus sueños de mis amaneceres.

No importan las auroras ahora clausuradas
a la contemplación conjunta.

No importa si respiras los aromas australes,
si vives o transitas al filo del recuerdo
o al norte ineluctable del olvido.

No importan ni el color, ni la lengua, ni el tiempo
ni los dulces contrastes de nuestra geografía
telúrica e indómita.

Pero importan, lo sabes, el tamaño del hambre,
la brutal impotencia que se permea a veces
por las grietas del alma.

Pero importan la rabia, las ausencias, las voces.
Pero importan los lazos ancestrales y herméticos
que unen nuestros insomnios.

Importa la esperanza
de emerger desde el fondo de nuestra entraña cálida
de continente herido y ser nosotros mismos.

Importa sobre todo respirar Nuestra América
y palparla y sentirla como semen de fuego.

Importa conocernos, acercarnos, amarnos.
Importa que yo pueda volver sobre mis pasos
hasta el fin del principio y encontrarme en tus ojos.

VIVIR CON LA DERROTA

Y pensar que soñamos lo increíble.
Llevábamos al lomo la hipérbole del mundo
florecida en palabras
y a veces, por segundos,  tocamos lo inasible.

Trepábamos al cielo con la fuerza del grito
con corazones ávidos de cambios y revueltas.
Pero las consonantes, las vocales, los hiatos,
no podían ganar en esa guerra...
¿Balas contra poemas?
¿Flores contra cadenas?

Lo duro fue crecer,
Lo peor, aprender a vivir en la derrota.

ELIXIR AMARGO

Otra vez, las maletas llenándonos de vértigo,
crujiéndonos los huesos la noche de la víspera.
Los papeles en llamas,  los presagios rondando.
Solo lo indispensable se embarca con nosotros.

Otra vez la memoria registrando emociones,
derrumbando de un soplo los puentes levadizos,
el ojo de la dicha cerrando su gran párpado,
las lágrimas salando el vino del exilio.

Una serpiente enrosca su adiós en nuestro cuello:
zarpazos que nos rasgan la piel como leopardos
y rostros fugitivos de aquellos que marcaron
los signos del camino, dejándonos sus huellas.

Otra vez, recosiendo pedazos de agonía,
acariciando nombres que serán innombrables
y besando fantasmas que vagan por rincones.

Otra vez, las maletas...
y el corazón errante convertido en jirones.

EROS AUSENTE

Hoy me pesa el silencio de la noche,
de esta noche que es boca de lobo entre la bruma
de esta noche, que a fuerza de vigilia,
parece interminable,
de este frío que taladra mis huesos poco a poco,
de esta falta de todo,
de esta ausencia que me vuelve volátil,
del hambre de tu cuerpo que me duele en las ingles
y me abraza, cual llama inextinguible.

Como se enerva hasta mi último centímetro de piel
de no poder tocarte ahora.
Estás lejos, distante, parece que no existes
y, sin embargo, estás tan cerca,
que casi te presiento, te huelo, te presagio
y evoco uno a uno los poros de tu cuerpo
y recorro uno a uno todos los laberintos
de tu caprichosa superficie y lo disfruto.

Quiero seguir andando junto a tí.
No sé por cuánto tiempo. No interesa.
Es que el camino es duro
y necesito la magia de tu canto
y la fuerza vital de tu ternura.
Necesito que tengas la sensatez, el juicio,
que pudiera ponerle cerco a mi locura.

Y quiero que sigamos por siempre combatiendo,
para vestir de verde la esperanza,
para teñir de rojo la amargura,
para apedrear el hambre y la mentira,
para inventar el mundo nuevamente.

Marcharemos en huestes invencibles
para romper barrotes y cadenas
y clausurar la noche que no acaba
y ver al fin la luz del nuevo día
y mi cuerpo y tu cuerpo liberados,
reconstruyendo el mundo para todos
danzando juntos con las manos tomadas,
en una ronda de paz y de armonía.

PARA VIVIR

Para vencer mis sombras arañé las paredes,
pulvericé cristales, encendí candilejas.
Desterré los cardúmenes de sollozos y quejas
y estrangulé mis miedos.

Para crecer fui un árbol que doblegó sus ramas,
un río que en las rocas estrelló sus aletas,
Un pájaro que, errante, se trasquiló las plumas
y silenció gorjeos al filo de la aurora.

Para vivir, he roto las correas,
he abierto las ventanas, he cerrado los túneles.
Tiré los crucifijos que cargaba a la espalda,
reventé los candados que me ataban la savia
y liberé murmullos al sur de mi garganta

Para vivir he vuelto,
de aquella oscuridad que me cegaba,
de dogmas lapidarios, de torturas,
de aquelarres  y ritos que castraban.

Para vivir me entrego, sin guiones ni cadenas,
invento cada noche un sueño que perezca,
adulo a ese felino que ruge entre mis venas,
desentierro verdades sepultas tras la farsa.

Renazco a la esperanza, clausurando dolores.
Interrogo a los muertos, consulto a las estrellas
y me aferro a la simple palabra que me obsede,
fogonazo de luz burlando a las tinieblas.
JIMMY VALDEZ
(Nueva York-Estados Unidos)

I
La impotencia corroe y sofoca de tanto hartazgo, de tanta indignación, de sed. Nos pudren a palos, nos lanzan sus colmillos, nos abandonan a la suerte del fragor proscribiendo nuestra locura; hacen de la herida este volcarnos que surca el espacio para tocar con su ritmo la máquina de mis ojos. No más mortajas, no más, seremos soberanos de nuestros propios muros, la clausura ya no será la cueva sumisa donde manda el tirano. Recogeremos el mantel y haciendo un nudo por sus cuatro puntas lo arrojaremos por la ventana, sin voltear siquiera. Habremos vencido construyendo nuestro presente, toda moneda tiene sus dos caras, en la sala más conspicua de palacio, el miedo se reúne, mira hacia las calles, preguntan a sus perros.


II
El Alma es un burdel con fibra óptica, una legumbre de manchas infantiles, pecaminosa: tiene hijos noctámbulos, macilentos, tímidos hasta el derramarse en el vientre, encallando en lo amniótico. El Alma está poblada de charcas y renacuajos hendidos en el aire, en la inconciliable ranura por donde cabe un puño hasta plegarse en dirección opuesta al vértice de lo terrenal (ineludible como astillado fruto en las criptas de la boca). El Alma se llena de cuervos; respira la alelada mueca del reflejo (a duras penas puede sostener la indigente sombra de sus muros). El Alma es una niña turbada en los recintos del miedo: grita, araña, lanza objetos de manera absurda, se reconoce en el barro, en el vestidito manchado, en la sangre de lo roto tras el paso pestilente del primero de los muchos, los que pagan a la señora cuadrada que le amenaza con la calle, con el látigo, con el hambre. El Alma es un cuento malvado, nauseabundo, a la vuelta de la esquina (conocido por todos).


III
Ayer vinieron, derribaron la puerta y entraron con sus perros para revisarlo todo, incluso la desnudez en la que me encontraba. Llegaron a patearme, hurgaron con sus botas la menor provocación o disidencia. Me tomaron por el pelo, sentándome de un tirón en el sofá y me abrieron las piernas como si yo solo fuese una puta malparida, buscando a dedo el menor rastro de dignidad, cualquier apresto a defenderme, alguna cosa sospechosa. Se quedaron aquí por un buen rato, más de lo usual, vinieron a divertirse: me escupen, me ultrajan, llenan de excremento las paredes, fornican entre sí, me violan. Apagan sus cigarrillos en mis glúteos, se cansan de verme, entonces me encierran en el baño o en el closet y hasta han ensayado con fusilarme vendándome los ojos luego de lanzarme contra la pared o cualquier rincón. En realidad no sé qué buscan, ninguna cosa han encontrado más que la propia paranoia, la podredumbre tan asida al alma, solo ese miedo, esa cobardía tan atroz, tan siniestra que cuece sus noches, que les obliga a esconderse de las pesadillas con píldoras para el insomnio y una pistola como almohada. Pero igual amanece, igual siguen viniendo en hordas, los de un bando y el otro… Igual acusan, igual acosan, vigilan lo que sucede en tu calle mientras usan sus técnicas de castigo para asegurarse que lo que piensas pasa por el cedazo de la censura… Unos ocupan en día domingo, los otros regresan a la menor duda, sin que el ciclo jamás termine: siempre confesamos, juro que siempre lo hacemos. Aquí todos encubren algo. Todos tienen como baúl alguna parte del cuerpo. Un botón codificado, doblado como papel en alguna ranura de imperceptible escondrijo. Por eso nos velan, hay micrófonos cada dos pasos; la desnudez resulta la única opción posible a la hora de saltar a las calles. Somos la más amenazante de las bestias: bajo la túnica y el hijab podríamos ocultar la sonrisa asesina de un cinturón de explosivos.


IV
No entres a la habitación contigua, no mires o preguntes. Deja de escuchar, siléncialo todo, jamás voltees: siempre apunta al espinazo dormido de la calle. Camina y no prestes atención a las vocecillas en el aire, que el color azul en los ojos jamás atente contra los muros impenetrables de tus pasos. No hagas nada, no importa si apedrean con crueldad la violada paloma mensajera que traía recuerdos mientras se posaba en el marco de madera de la epidermis, único rincón para que llores. Qué no se te ocurra, aborta la pestilente sonrisa de quien maquina algún asalto. Eres joven aún, aún te falta mundo, te sobra mundo…. Vendrá a ti un hombre bueno, quiera Dios, un hombre que no te golpee, que te llene de hijos, un hombre que en la cintura traiga revolver para que jamás te ofendan, para que jamás pregunten los milicianos por qué no diste hijos a la causa, mártires con la boca llena de nidos, hambrientos de paraíso, los que serán enterrados bajo la inmensa tarja de la patria. Qué no se te ocurra: no entres a la habitación contigua, no hagas nada. Si alguien grita, pon un pedazo de palo entre tus dientes. 
JORGE LINEYA
(Santiago de Cali-Colombia)

NON SANCTA MARÍA.

María de siempre,
inquilina de la acera,
alambrista de la noche
y sus abismos.
Vienes todos los
días a darte
a los hombres
y a entregarte
las horas sin tiempo:
a cada hombre te entregas
como una moneda y como una
moneda a cada mano regresas,
tasada, devaluada,
y con un nuevo
precio.
Siempre llegas a
tu ineluctable cita con
la espera,
luciendo una nueva sonrisa
pintada en los labios
para alquilársela
a la alegría ajena,
en ese bullicioso
carnaval que se vuelca
sobre los andenes,
cuando la noche
abre impostergable
sus ávidos portales.
Qué buena eres María,
buena como el perdón
y el olvido,
puta de barrio,
ramerita de esquina,
samaritana de todos los días:
pan para los hambrientos,
agua para los sedientos,
sanación para los enfermos,
resurreción para los muertos,
luz para los perdidos y
salvación para los condenados.
María, como todas María:
Marilyn, Corine, Lulu,
Jacqueline,
tu cuerpo oscila en
la balanza del mercado, fiel
a las leyes de la oferta
y la demanda.
Non sancta María,
María del mundo,
territorio de nadie
mujer de sol a sol,
(fulana,madre,amiga,hija ,
hermana)
tu vida es un castillo
de aire y arena,
que el viento
sabrá arrasar
con sus alas,
cuando llegué el momento,
para no dejar ni
el eco de tu nombre
repitiéndose
en la inamisible
memoria de la calle.
Ante la amenaza de tu
cuerpo desnudo
los hombres dejan caer
el disfraz
de su epidermis:
te ofrecen sus heridas abiertas,
sus corazones destrozados ,
sus músculos exhaustos,
sus almas rotas,
sus filos de metal.
María oídos para escuchar,
María ojos para mirar.
María boca para comer,
María senos para beber,
María sexo para embriagar.
Dios te salve María, aunque no
seas la llena de gracia.
JOSÉ LUIS RUBIO
(Conil de la Frontera-Cadiz-España)

NO TENGAS MIEDO

Sigue la plaga.
Siguen las muertes.
No se acaba con la violencia.

Día tras día
los casos se suceden.
La sangre no salpica.
Algo falla.
La protección es insuficiente.

No tengas miedo, denuncia.
Mantente firme.
Llega hasta el final.

Cuando aprendamos
que nadie es dueño de nadie,
que todos somos libres
para hace lo que queramos
e ir con quien nos apetezca,
el problema de la violencia
de género se habrá acabado.

Y mientras esto no suceda
denuncia y estarás a salvo.
No hagas del miedo
la razón de tu vida.
LAURA PONCE
(Ciudad Autónoma-Buenos Aires-Argentina)

NO ANDAMOS

Las mujeres no andamos por ahí midiendo
quién la tiene más profunda

porque el dolor es inconmensurable
y alcanza para todas.

LINDA

Nunca lo supe
jamás me lo dijiste.

Durante años 
bailé con la más fea
la más jodida

de tus omisiones.

SECUENCIA

¿Cuál es la pérdida?
¿Dónde está la falta?

Pérdida
falta
regla

Todavía no sé
qué   debo

ni a quién
LIANA FRIEDRICH
(Rafaela-Santa Fe-Argentina)

TEOGONÍA LÚBRICA

El día en que domines el placer,
subyugarás también el dolor.  
Séneca

Marionetas en hoteles indecentes
disfrazan su agonía
con abrazos maquinales,
acorralando la sangre imperativa
entre rimas circulares,
eternamente repetidas,
dolorosamente abiertas
al llanto y a la  risa,
hasta empalidecer las sombras
y deslumbrar la prisa.

Feroces pirañas desbocadas
reniegan del frío confín
violentando la savia milenaria
bajo un cielo de impávidos espejos,
desgarrando con uñas de plegaria
 amargo dulzor, símil esperanza,
para darle la espalda simplemente
al insistente acoso de la parca.

Animales alucinados
lubrifican ríos de olvido
bajo un sol negro…
Clausuran las horas sin destino,
que atragantan recuerdos.
Sólo para sentirse vivos
 conjugan verdades y mentiras.
a puro carne y hueso,
a todo o nada…

Sin celulares ni ruidos de la calle,
simétrico y visceral tejido
los sume en única fisonomía agónica.
Consustancian fantasmas y espejismos
en cada contorno, en cada comisura,
desbordados, hirientes y raídos,
hasta desmigajar entre culpas
propias y ajenas, los sentidos.

Declinan las preguntas
entre fauces satisfechas.
Robándole minutos a las horas
ahorran palabras y promesas,
masticando, triturando, sangrando besos,
hasta exhumar sus miserias,
y endurecer la memoria…
Para que se detengan
los sueños definitivamente.
LILÍ MUÑOZ
(Neuquén-Neuquén-Argentina)

RONDA

Leña, leñita
fuego, fueguito
cenizas caen
quedan cenizas.

Lumbre,  lumbrita
tu corazón
late en mi cinta
celeste y blanca
sube los cerros
brotan piquetes
sobra basura
gime pandemia
viento de esquinas
brama la usura.

CARROÑA LA BUITRERA.

Habían comido
seguían triturando
querían más

Mañana de domingo
bebé lobo de mar
rozó la playa
decidió por la suya
mimetizó en argenta
celebró las restingas.

La buitrera
se quedará en las ganas
persevero de siglos
lobito mar adentro
su cuerpo lo decía
gambeteando la muerte
a lomo de marea
cabalgaba la vida
MARCELA GUTTILLA
(Mendoza-Mendoza-Argentina)

QUEJAS

Me miro en tus ojos
se me nubla la vista,
tus manos quebradizas
espejo de tu historia.
La Vida no fue buena
con tu presencia en ella,
el tiempo de enmendarla
se acaba, se congela...
Me quejo, y me duele
ser tan indiferente,
me quejo y la vida
encima se me viene.
Me quejo y no comprendo
la fuerza que sostiene
este pequeño cuerpo,
es Dios que me hace fuerte!
Me veo en tus ojos
y me reflejo en ellos,
veo mi vida, la tuya,
y Dios, poniendo su sello.
Te tomo de la mano,
te llevo en el camino,
y me convierto en puente
de vida en tu destino.

De nuevo me pregunto:
-Y yo, de qué me quejo?

EL CIELO ES TESTIGO

De alegrías y tristezas,
de mentiras y verdades,
de amores y desamores,
de compañías y soledades,
de encuentros y desencuentros,
de desgarrantes dolores, con que
pega la vida, y hacen regar los mares.

EL PECADO

Ciega la mente, dolida ante las dudas,
vacío el recuerdo de pasadas ataduras
aquel pozo que llama en constante acecho
y el alma que cae, irremediable, ciego.

La pura conciencia reclama en el fango,
ya no hay claridad en el pozo que atrapa,
un cambio de punto de vista en la vida
bastó para hundirse y no ver la salida.

Lo llaman pecado, oscuridad del alma,
allí donde mora el desecho escondido,
bañado de crudas mentiras y niebla
que empaña y ahoga el camino dormido.

Recuerdo la vida cuando antes vivía,
recuerdo el umbral de mis sueños más bellos.
Te tiendo la mano pidiéndote ayuda
mi pobre descuido me dejó cayendo.

Lo llaman pecado, no hallaba su nombre,
en su identidad he perdido la mía.
Pido redención esperando se borre
aquello que a mi alma ensució algún día.
MARÍA DEL ROSARIO ALARCÓN
(Santa Fe-Santa Fe-Argentina)

DE MUERTES DE UNA NOCHE

No hay caso, tu espada no corta.
No hay caso, tu espada ni hiere
ni marca
ni mata.
Tu espada,  el filo certero
revienta en mil gotas
la sangre que drena
Tu espada, afilada de luces
el arma mortal
deshace las penas.
Tu espada, ritual de maestrías
reduce el todo a nada
en una embestida.
No hay caso, tu espada no mata.
Tajea la noche.
Enciende la fragua.
Desarma la estancia.
Corta las almenas,
que miro lejana.
No hay caso tu espada no mata
Tu espada es profana.
Tu espada es blasfema.
Por eso,
tu espada-palabra,
despacio me quema.

ELLA

Ella.
Tiene tatuada la piel…
de  mariposas negras,
las del luto, heredado.
Las del útero
que la expelió como desgracia.
Las del amor que no fue.
O  fue olvido.
Ella
Tiene la voz del hijo de la cloaca
sonándole palabras robadas
de galanes trasnochados.
Y  dedos que adivinan los cuellos lacerados,
las sedas roídas por la mugre
y la plancha calentada.
Ella
Sabe de espacios suculentos
Y de espermas tirados…
vomitados pegajosos.
Conoce de memoria
los ritmos elocuentes
de los que nunca hablan…
y son su pan de escondidas
y apurados!
Ella
sabe que mas allá
del callejón
debe haber un dios
que no la busca…
para la inmediatez del
bocado atragantado.
Que solo vendrá a ella
cuando la paga,
no sea más
que el final
del desencuentro.
MARÍA ELENA SOLÓRZANO 
(Ciudad Delicias-Chihuahua-México)

ERES UN PEDAZO DE ESTRELLA

Si tú eres un pedazo de estrella,
no permitas que el odio
haga nido en tu corazón

Si tú eres un pedazo de estrella,
dirás que no a la guerra,
dirás que no a matar.

Masacras hermanos
y manchas caminos.
Dirás que no a la guerra,
dirás que no a matar.

Eres una estrella
que ha caído en un mar,
frío, tormenta, oscuridad,
pero eres una estrella
y al final brillarás más.

Volador de infinitos
por qué a veces te gusta,
envolverte en el cieno,
por qué opacas tu luz.

Eres una estrella,
dirás que no a la guerra,
dirás que no a matar.

Volador de infinitos,
por qué a veces te gusta
envolverte en el cieno,
por qué opacas tu luz.

TEJER PUENTES

Tejo puentes con palabras
para alumbrar al mundo,
llego en sonido llama,
las sílabas convergen como redes,
las encuentro en mi ventana de luz.

Desollemos palabras,
inventemos estrellas,
en otra dimensión estoy contigo.

La palabra es un puente que me lleva hasta ti,
en desafío desteje incomprensiones,
fragmenta al reptil del odio,
acorta los kilómetros de cielo,
madura las uvas en invierno,
viste de flor los pensamientos,
afruta la lengua de los viejos.

Las cosas  son porque existe la palabra.
Hoy, llegaré hasta ti hermano.
En Asia escribiré “amor” en un globo de papel.
En Africa bajo un árbol de seda y algodón
enhebraré vocales y las imantará tu sol.
En Europa entonaré canciones
frente al Mediterráneo.
En Australia serán mis versos girasoles
que vivifiquen sus llanuras.
En América sembraré en los abismos
las letras de tu nombre y de mi nombre.

Y cuando este diálogo termine,
doblaré el último folio de mi diario,
prenderé mis ojos a una lámpara votiva
y dormiré para siempre en esta tierra dulceinvis

LAS CARACOLAS SUEÑAN

Todos los hombres formaremos una larga fila
que abrace al mundo,
manos juntas en fraternal unión.

Volarán palomas y brotarán flores por doquier.

Lucharemos por la felicidad del hombre:
en la montaña, en la llanura de fértil arcilla,
en el litoral donde las caracolas sueñan,
en el desierto donde se calcinan las palmeras,
en los humedales donde el agua esconde sus secretos.

Se romperán las cadenas como si fueran de papel.
Gozaremos de nuestra madre tierra,
de su sabor a guanábana, a níspero sazón; 
de su calidez sin alambradas, sin muros, sin fusiles.
Amanecer de granada, atardecer de cobre
junto a los riscos rebosantes de algas y de sales.

Todos vestiremos de fiesta,
ya no habrá tortura,
a nadie le arrancarán los ojos,
la lengua o el corazón.

Brillará, otra vez, el sol;
ya no seremos
privados de su luz
ni de la flor del trigo
ni del agua bienhechora.

Se han abierto las puertas, sueña.

Puedes mirar todas las flores,
humedecer los labios en cantarino manantial,
inasibles turquesas rezuman en la playa.

En tiempo de paz
las almas emprenden grandes obras.
En tiempo de paz
fermenta la levadura del espíritu.
En tiempo de paz
brotan las campánulas azules.

Los niños corretean las mariposas de la felicidad
y construyen papalotes de suspiros
con caudas de letras que dicen: amor.

Los habitantes de esta hermosa nave verdi-azul,
reclamamos el derecho a vivir en paz.

SI CANTO…

Si dejo atrás la bestia,
si domeño mis instintos,
si canto ante tus prodigios.
señor de todo lo creado soy.

Me gozo con las aves que cruzan por el éter.
ante el arco iris de los peces,
ante el vuelo inesperado de las mariposas,
ante todos los seres que hacen trizas
los renglones del mar.

Se deleita mi pupila,
con la mirada puedo cautivar pegasos
y con mi mente dominar las crestas del mar.

HABÍA UNA ALONDRA       
Para Susana Chávez, activista y poeta asesinada en Cd. Juaréz, Chihuahua, México en el año de 2011.

Una alondra trinaba todas las mañanas
cuando el sol se pulveriza en el jade de las frondas.
Había una alondra que picoteaba granos
en los balcones donde todavía cuelgan murmullos
y se miran ojos de mujeres soñadoras.

Había una alondra que gemía
en todos los puentes de esta ciudad
donde el odio derrama su copa de veneno.

Un aciago día le arrancaron una a una las plumas de sus alas,
hundieron estiletes en su cuerpo,
rebanaron sus pezones y en lugar de leche
los vampiros succionaron dulce sangre.

Ya no juega con palabras ni atrapa el cobre del ocaso
ya no escucha el eco del mar en albos caracoles
ni bebe el vino de la diosa. Su lengua es ceniza.

El fuego de sus ojos se extinguió en negras oquedades.
Allí quedó en medio del camino con el cuerpo mutilado.
En su vulva, antes rosada caracola, se pudre el semen del verdugo.
Ya no clamará sobre las cruces de cal de sus hermanas:
¡Ni una muerta más!
MARIANA VACS 
(Rosario-Santa Fe-Argentina)

MUJER TRUNCA

Trunca la mujer
mutilada la espera
detenerse
casi viva
casi muerta.

Espacios descubiertos
ciego el beso derecho
muda la memoria
del deseo.

Incompleta de vacilar
hueco
como un mordisco
del recuerdo
se marchita el misterio.
MARIANELA PUEBLA
(Valparaíso-Chile)

ME HABLAN

Me hablan tus huesos mortificados de años
desde la profundidad  del tiempo.
Has permanecido sembrando suspiros en una tierra árida,
mensajes que sólo el viento  escucha,
como un cántico de pájaros fenecidos
en el fondo de un desconsuelo de pálidas arenas.

El desierto guarda sus secretos,  fosas cubiertas de ignominia,
infamia que aún deambula  sus espantos.
Las memorias yacen esparcidas sin hallar desahogo,
son parte de la mar deshabitada que devoró sus olas,
y no tienen tiempo.
Los huesos claman un llanto que los venere,
viven  los ayeres esfumados  a temprana edad,
persiguiendo  sueños inconclusos,
no tienen  una almohada  que los acoja.

Caminos ignotos se abren a la huella desconocida
incitando a la aventura de presagios siniestros.
Nadie osa cruzarlos, hay una negación en el espacio,
un grito que desde algún sitio pide ser escuchado.
Clamor que se queda  allí, junto a la mano asesina
repitiendo como un eco, mil veces, un grito de agonía. 

Ahora, la soledad lleva un murmullo de voces
que piden justicia,
justicia es una palabra que no existe en un mundo
dominado por el más fuerte, que tras paletadas echa al olvido
cualquier motivo de remordimiento.

El reloj marca la distancia y arrastra con paso cansado
un sufrimiento que no se ha ido,
yace enredado
en  los cabellos  del viento norte.

EL GRITO

El grito sale de la tierra, zigzaguea pidiendo auxilio,
marca la arena reseca y levanta una polvareda.
Lo han visto caminar enloquecido, azotar las paredes,
golpear puerta tras puerta
pero nadie escucha,
nadie abre los brazos para recibirlo,
consolarlo,
nadie abre la boca y denuncia.
Todos se asustan, ponen cerrojo,
clausuran las cortinas.
Tiene miedo, un miedo feroz.
La muerte es cosa seria, no se detiene a contemplar,
sólo arrasa,
devasta,
allana,
deja lágrimas de impotencia difícil de remediar.

El grito permanece titilando en los brazos del viento
que multiplica sus voces,
voces de mujeres,
voces sepultadas que afloran en desconsuelo,
voces que están allí, cerca, asesinadas,
en donde el tiempo se detuvo,
quedan abrazadas a una artesanal cruz de madera,
lo único que las identifica.

El grito se ausenta
agotado por tanta indiferencia.
Mañana volverá tal vez…
Tal vez alguien lo escuche…

MALTRATO

Quedó allí sobre la empapada alfombra.
Veinte puñaladas atravesaron la ternura de su pecho.
Se hizo trizas el amor, el fuego de algo se apagó
con un soplido malsano desaparece en el aire.
Los huérfanos corren alrededor de su cuerpo,
en su inocencia la despiertan, pero ya no puede volver,
no responde, sigue deslizándose en otro mundo
que la acoge sin dolor,
una calma la invade.

Los huérfanos llaman su nombre,
el eco de sus vocecillas recorren las  piezas,
se agolpan en las paredes como queriendo atravesarlas,
al final,
se estrellan sobre los cristales sin encontrar a su dueña.

En sus ojos  hay una súplica, una última mirada
al mundo que se aleja.
Aún no comprende por qué el amor de su vida
actuó de ese modo tan bestial, tan insólito.
¿Será de nuevo ella la culpable?
Se acostumbró a sentirse culpable, por eso los castigos,
por eso soportó lo irascible.

Cada minuto se aleja más, hasta mirarse desde arriba
y le cuesta reconocer a aquella que yace inerte.
¿Quién es ella,  no escucha esas voces pequeñas
que se  abrazan  y gimen nombrándola?

 ¿Y el asesino?,
cierra la puerta y sale de casa
blandiendo un puñal ensangrentado?
Él Bebe de  la botella y con infinita indiferencia
muestra una sonrisa de satisfacción,
de loco desquiciado,
mientras se aleja, se dice a sí mismo:
se lo merecía y  me encontró,
ahora soy libre de volver a empezar.

MUJER RESISTE

Estás en medio  de una gran batalla,
has dado el  paso decidido,
la primera mirada combativa, el grito
que dormía la placidez de los siglos,
la llamarada en la antorcha de la vida.

Contra las vicisitudes odiosas, resiste, llevas en ti
la voz ahogada que te impulsa a seguir caminos tortuosos,
llenos de pesares y dolores.
Pero tú estás hecha de coraje, junto a ti
corre un río caudaloso de fuerza que recorre
tu cuerpo, hecho de fibra extraordinaria
para resistir los embates de la incertidumbre.

Tú eres luz, fuego, la fuerza motora que impulsa
a tus hijos a seguir hacia delante,
a no desfallecer ante situaciones adversas
que les  empujan con una carga a cuestas
difícil de sobrellevar.

Resiste, tu corazón está hecho de granito
endurecido por los azotes del destino,
aunque flaqueen tus piernas a punto de derribarte,
sacas arrojo más allá del dolor
y continúas en la batalla.

Te declaras  adicta a la lucha,
a combatir la nebulosa del temor, el miedo ancestral
que circula en tu sangre.

Resiste, resiste,
eres mujer, eres más que un ser humano
convertido en lágrimas.
Llevas en ti la marca de los tiempos
que te han heredado el coraje,
como símbolo de tu karma.
Sostienen tus brazos el peso de la historia,
derramada en miles de hijos
que salen de tu  fecundo y amoroso vientre.

Sensible y protectora madre,
lo das todo sin importar la estatura.
Debes seguir resistiendo con fuerza de gigante,
pues  la  grandeza  que posees, no sólo cobija  a tus hijos,
también abarca la ilusión del planeta.

LLAMAS

Llamas mi nombre con graznidos obscenos
refunfuñando improperios que taladran la quietud de la noche.
Cada sonido, cada coraje nace  de un oscuro abismo
y recorre el espacio en busca de mi oído.
Atormentas a las polillas y mariposas nocturnas,
a los seres que deambulan sin explicación las huellas de la luna.

Tu voz no es amistosa, rehúsa un toque de sutileza,
espanta, lleva consigo enredado entre sus púas al insomnio
que roba toda reconciliación, convertido en pesadilla.

Mi nombre cae y se retuerce alcanzado por el vendaval
indecente de tus espasmos.
No hay escapatoria, escondite seguro, o pared inexpugnable
que lo aísle de tu llamado.
Desde lejos penetra mis oídos como una lengua insidiosa,
arrastra cada letra sin consideración por calles malditas,
sin descanso, es una obsesión repetida que agrede sin tregua
hasta ver mi nombre despedazado, sin conciencia,
con sus silabas separadas a lo largo de un interminable llamado.

Amanece, estoy juntando cada letra con delicadeza,
las uno cociéndolas como la mejor de las arañas.
Mi nombre se ha reanimado, 
tiene todo un día para olvidar y ser feliz.
MARITZA ÁLVAREZ VARGAS
(Valparaíso-Chile)

MANIFIESTO- DENUNCIA- HARTAZGO

Mueren los niños somalíes
y en cada latido que se aleja
perdimos la posibilidad de ser
perdimos la batalla
perdimos las fuerzas
y las armas morales
perdimos prestigio
honra, dones y talentos
todo lo que me fue dado:
dignidad de vida.

Oh, inteligencia aletargada
voluntad impoluta y sin sentido
acabamos de nacer y ya morimos
hicimos largo viaje
y nada aprendimos
nos caímos, lloramos, nos dolió
fuimos a la escuela, estudiamos
sacrificio nulo de nuestros padres
porque aún así, nada aprendimos
hicimos trayecto muerto
compramos pasajes marcados
con destino suicida
nadamos en líquido amniótico
y de nada sirvió.

Me duele el sentimiento
y me duele el cuerpo
me pesa la razón
y me carcomen los intereses personales.

Tanto que nutrió la placenta
y tanto que costó estar aquí
fuimos milagro de vida
en algún momento
que ya no recuerdo y ahora...
vida que se extingue
de nuestro centro
y al este de África.

Muero porque ellos ya no viven
muero en cada paso y visión que tengo
muero en la voluntad de ser
muero en cada mañana
que me empuja a nacer
muero, por fin, porque ellos mueren.

Vomitan los pueblos de lo suyo
cada cual con su linda bandera
y mueren los niños somalíes
y yo me inmolo tratando de vivir
arrastrando mis pies a unas letras
y de antemano sé que nada cambiarán.

Mueren los niños somalíes
pero esos ojos no los quiero ver...
no, no! no me los muestren
que mi capacidad de accionar es nula
me morí en el intento de ser racional
me perdí en el esquema de la distribución
me ahogué en riquezas superfluas

El que tenga ojos para leer, que lea
el que tenga equilibrio personal
que se equilibre ahora
porque mueren los niños somalíes
y nosotros junto con ellos.
MIRIAM CAIRO
(San Nicolás-Buenos Aires-Argentina)

CANCIÓN SIN EMPLEO

Me pregunto si los hombres del alto horno,
si las cosmetólogas,
si el muchacho de la tintorería,
si el médico pediatra,
tienen tiempo de pensar en todo lo que yo pienso
mientras llevo mi carta de presentación para pedir empleo.
Me pregunto si ellos escriben las imágenes
que construyen los miedos y las asombros.
Si tienen madrigueras,
o casilleros personales,
o taco calendario donde guardar metáforas.
Me pregunto con qué dos conceptos fundamentales
construirán sus pensamientos metonímicos.
Me pregunto cómo hacen los contadores nacionales,
los tesoreros,
para sofocar su generosidad.
Cómo harán las azafatas
para no apropiarse de los sueños ajenos
mientras vuelan.
Cómo harán las extraordinarias luminarias del fútbol
para sobreponerse al deseo de despojarse
de tan desaforadas fortunas,
cómo harán los editores
para no alzar la rosa contra la fría noche que se atreve.
Me pregunto si cada mañana el alcalde de la penitenciaría
tendrá que luchar contra sus tristes pensamientos.
Si el boxeador expulsará a golpes
la actividad constante de su conciencia.
Me pregunto cómo hacen para hablar los periodistas
y los locutores,
sin sucumbir ante el deseo de permanecer en silencio.
Me pregunto de dónde sacan ánimo los tenistas
para no vencerse a sí mismos.
Me pregunto cómo acomodan todos ellos sus pies en el mundo
y cuáles son las razones que los hacen sentirse parte de él.
Me pregunto a qué pruebas extremas se habrán sometido,
de qué interrogatorio despiadado habrán salido indemnes,
qué conocimientos superiores habrán desarrollado,
a qué horas tan tempranas abrirán los ojos
para merecer la recompensa de un puesto de trabajo.
Me pregunto cómo han hecho los farmacéuticos para vender
y no regalar remedios.
¿Reconocerá el operador de mercado
a los otros seres que habitan su pensamiento?
¿El computista estará en sintonía con sus misterios?
Me pregunto si los trabajadores
tienen que esperar la hora del refrigerio
para pensar que su estar en el mundo
no es un hecho meramente topográfico
ni productivo,
sino que es fundamentalmente
un estar humano.
¿Cómo harán para acallar sus asaltos cenestésicos
en medio de las tareas cotidianas?
¿Serán compatibles el pragmatismo
y la inanición del pensamiento continuo?
¿Sabrá el soldador que nunca está sólo en su pellejo?
Me pregunto si todos tienen un horario para ser ellos mismos
y un horario para ser lo que les indican otros.
¿Podrá el jefe de personal ser lo mejor de sí sin perder autoridad?
¿Podrá el estibador cargar la noche sobre los hombros?
¿Habrá un modo de hablar
que no se confunda con la dulce voz de las camelias?
¿Será posible ser una misma y ser otra y otra, bajo el mismo nombre,
sin que esto cause sospechas al empleador?
Me pregunto si hay tiempo de pensar qué diferencias separan
al hombre del hombre,
a la mujer de la mujer,
a la mujer del hombre,
y si ese tiempo de pensar es un trabajo,
y si ese trabajo puede dar de comer.

ES EL BAR

Todo lo dan los dioses infinitos a sus preferidos.
Todas las metáforas infinitas, todo el harem de ninfas infinitas, todo el insomnio infinito, todo un cuartel de dragones infinitos.
En la noche infinita los dioses lo dan todo, en forma total, a sus preferidos.
Es el bar.
Son ellos.
Son las palabras con los ojos abiertos.
López me pregunta por qué desperdicio tiempo en este libro. López está en la agonía astral de un hombre que necesita mujeres.
Pero López es mujer.
López no es mujer ni es hombre.
Sin embargo tengo entendido que ha dado a luz dos veces.
Por descuido.
Pasámelo en limpio, por favor.
Mi arte es corazonar, no revelar.
¿Pero López está en estado de corazonar?
No me hables así, hay plagiadores por todos lados, mejor preguntá apenas como alguien que me está preguntando.
Bueno, ¿López está en estado de corazonar?
López no existe.
Pero está.
López quiere hacerme mal volviendo público que a veces soy otro para que no pueda tener éxito con el libro.
López no sabe que no sabe.
Y qué querés. Pero anda por la vida como si.
Son ellos.
Quién podría dudarlo.
Sólo ellos hablan así dentro del círculo mágico.
López dice que no está probado que los dragones lloren o rían, o se agiten o frunzan el ceño, o vayan detrás de una forma, de un sabor, de un olor, de todo lo que constituya la sensibilidad.
López cree en Dios, pero no en los dragones.
La fe no es un territorio vasto.
El círculo impenetrable que se forma alrededor de la mesa no deja entrar al mozo del bar, quien mira desde la barra y a veces intenta acercarse, pero luego se desvía hacia mí o hacia sí mismo, depende.
Cuando se desvía hacia sí mismo lo hace despacio, como quien sale de un sueño.
Cuando se desvía hacia mí también lo hace despacio, como quien entra en otro sueño.
En el bar de siempre, los fantasmas de siempre.
La mujer que lee el diario del día anterior quiere escuchar la conversación pero no puede hacerlo porque no sólo no existe sino que tampoco está. A López esta situación le parecería confusa, pero me ha quedado claro que López no podría comprender todas las variaciones del estar y el existir.
En un momento se abre el círculo mágico y el mozo entra. No hace falta que yo intervenga. Piden lo que siempre piden los dos a esta hora en este bar.
Es increíble lo que puede pasarle a una mujer que existe. Ella dice esto apenas el mozo se va y él vuelve a cerrar el círculo mágico sin que yo tenga que agregar una sola palabra.
Dos dragones infinitos le vendan los ojos a la mujer que existe.
La mujer pronuncia un nombre infinito.
Un dragón le sostiene la cabeza y el nombre cae letra por letra en la vasija colmada oscuridad.
Los dragones existen.
Y están.
El dragón que estaba delante pasa para atrás, el que estaba atrás se pone delante.
La mujer queda en el medio del relato.
"Por fin, por fin estoy en mi sueño", dice la mujer que existe.
El mozo se acerca y se abre el círculo. Cuando se aleja, se vuelve a cerrar. A despecho de las dificultades de cualquier relato, los dos siguen narrando a dos bocas y cuatro manos, como si nunca hubieran sido interrumpidos por el mozo del bar que, como López, aunque no existe, está.
MIRTA GAZIANO
(Santa Fe-Santa Fe-Argentina)

Encono
guía mi espíritu hacia una reflexión rotunda
libera la palabra
la denuncia
abre un paréntesis sobre las cosas malas de este mundo.

Aquellas cosas que ocurren a mano de esos seres
que tienen ciega el alma
no saben de respeto
ignoran lo innegable,
el dolor que provocan
la tragedia.

Encono dirígeme hacia las reflexiones contundentes
en donde pueda culpar sin restricciones
en donde logre saciar mi dolor
liberarme de aquello que me hicieron
de las manos que ultrajaron mi inocencia.

Serás la herramienta justa
veraz y necesaria para canalizar la pena
restituir
confortarme para seguir
acusar a aquellos que no han comprendido
el designio natural del respeto por la vida.

DUELE

Tomo conciencia de la realidad que hoy me abruma
duele, el pensar que he creído.

Toda pérdida que acontece duele…
sobre todo cuando se trata de una vida entera
de siembra de simientes
de glaucas esperanzas.

Cuando se cree,
el creer te atribuye poder
certeza
y a la vez ceguera.

El brusco despertar retuerce el corazón y lo maltrata
darse cuenta,
 ¡¡¡que pena, darse cuenta!!!
Que todo ha sido una pobre ilusión que ahora naufraga.

Como se hace, para mirar de frente,
para seguir viviendo
con los pedazos de la ilusión perdida
que alguien me lo explique.
  
NO SE PUEDE

Nadie puede
constatar con certidumbre
la esmerada trama que encandila
la  multiplicidad del universo.

Nadie quiere revelar secretos
que neutralicen la ilusión, que la destruyan,
opaque los sueños
oculte la dicha
a pesar de conocer las causas.

Yo haré lo mismo
callaré
aunque un grito contenido
pretenda romper los cristales del silencio.

PESAR

Pesar apártate de mí
aligera  mi camino tumultuoso.

Pesar
quisiera respirar libre nuevamente.

Apártate, suelta, abandóname en busca de otra víctima.

Permite que olvide
que sane las heridas
me aleje del terror de las manos de ese hombre.

De esa mirada lasciva que corroe
del odioso calor del cuerpo que me asquea.

Piedad
ya no respondo
concédeme
aunque sea un momento de consuelo.

Un poco de paz
otórgame fuerzas para huir
que el temor no me frene
porque la bruma apenas deja ver.

Encontrar en medio de tanta desventura
un claro
Un hueco de libertad celeste
MÓNICA LAURENCENA BERRAZ
(Santa Fe-Santa Fe-Argentina)

POEMA POR LAS MUJERES...

Andarás cansada por tantos siglos de parir historias
renunciar por amores
olvidar los rencores
haber sido juzgada
por todos los credos...
¡Oh pecadora!
Bruja, blasfema amadora de felinos...
hechicera, sirena y libertaria ...
antiguo oficio de cuerpo y entregas

Gran vientre de madre
humilde tejedora de mieles y sentires
entrañable criadora de pequeños futuros líderes
o tal vez simples trabajadores ...
Amante eterna de las flores y de las telas...
Palaciega huérfana cortesana
esclava en las plantaciones
hermana auxiliadora en los hospicios
compañera muerta en las negras dictaduras

Amiga nora -- Madre nora ---
mujer de vientos y penas
mujeres de ojos verdes planetarias
mujer vestida de largos camisones
abuela contando cuentos
abuela cocinando canelones...

Mujeres de la amistad consagrada
mujer de la vida y la muerte perpetuada
acá y allí te nombro...por siempre:
te bendigo te puedo decir, como todas
las que pelean por su pan y su derecho
por su camino y su vertiente...
con su palabra y sus abrazos
plagados de caricias y dulces...
Hoy, mañana luego siempre
serás la que llama a la rueda
de la vida de la copa arbolada
en el fruto prodigioso ...
Maravillosa espera esperanzada
con las manos en tu ventral caudal
la mirada en una estrella
o el sol en los ojos de un pequeño que espera
seas historia de jardines árboles duendes y magos resucitada...

HUMANIDAD DESCARNADA

Banda de pibes
Ellos...
Códigos de supervivencia
Solitarios paco dolor
Mestizaje de América en horror...
Llovizna sobre la barriada
Los he visto olido sentido
Son la verdadera humanidad
descarnada hecha pájaros de desasiego.

TRAS LEVES ÁNGELES

El hombre es el lobo del hombre.
Cacería humana tras leves ángeles
en tristes urbanidades,
ya sin agua ni árboles.
Una bomba en medio de la vida.
Un rayo salido de la muerte.
Ay! simio erectus convertido en tu
propio instrumento de destrucción.
Los ingenuos, los buenos de corazón:
amparan huérfanos, rodean plazas,
salvan ballenas, sirven platos de comida calientes.

El lobo va aullando por sus presas;
en la terrible soledad del páramo.
La guerra es la lujuria de algunos
poderosos bañados en ríos de voluptuosa
sangre.
Nada tiene sentido frente al niño-muerto
y su madre seca sin lágrimas.
¿A quién reclamar por estas guerras
 Ucrania-Gazza-Israel?

El lobo se ha transformado
en un dolordesiglos.
una parte de la humanidad mira
y ruega por la paz;
la otra no mira y todo le es indiferente.
En el medio de ambas - un sigiloso emperador
rey de tinieblas del oro negro-
sigue enceguecido por los pasillos del planeta
sembrando odio y horror.

MANIATADA EN MEDIO DE LA NADA.

Te nombramos, hermana.
Te llevamos, muy adentro.
Vienes escapando del dolor
 y las acertadas marcas.
 Tu cuerpo es el árbol
 más lastimado  de la tierra.
 Las heridas quedan, nunca se van.
 Llevamos tu bandera.
 Tu voz aquietada anuncia el cansancio.
 Es  nuestra tarea liberar tus lágrimas,
 y que la eternidad las nutra de mieles,
 y que tu largo río de penas,
 sea vasija y cántico del universo.
 Estamos con vos, hermana.
 tu carne y tu piel, así como tu alma,
 no deben ser jamás nunca mansilladas.

 Te has convertido con la historia,
 en la razón de la existencia de muchas
 otras hermanas.

 Eres ángel, mujer, pez, mariposa, flor,
 piedra, camino, cadera de madre,
 cabellos de niños, manos centenarias
 cientos de voces y golpes de luces
 Renaciendo otra vez y una vez más,
 en un letal y definitivo amanecer.
NORMA SEGADES-MANIAS
(Santa Fe-Santa Fe-Argentina)

LA MUJER GOLPEADA.

“Ella habla del agua,  / del fuego y de la luz /
y pone a trabajar todos sus muertos / para quitar malezas y mordazas.” Nora Hall

Quiere huir de la noche. Evadir la deshonra.
Ausentarse del mundo.
Desertar de la hondura de este infierno
donde los golpes caen como cae la sombra. O cae la llovizna.
Maltratando los pómulos con zarpazos de afrenta desvelada.
Con ráfagas de cólera perversa exonerando puños.
Quiere dar testimonio de tanto desamparo inmolado al desprecio.
Cuando estallan los miedos rigurosos.
Cuando las orfandades
se ocultan bajo sayos de hostiles novilunios.

La voz vuelca promesas. Pero ya no las cree.
Aunque invoque crepúsculos.
La voz escancia pactos de rocío.
Empecina palabras. Restaura compromisos. Congrega juramentos.
Propaga los convenios en torrentes de frágiles vergüenzas.
Pero ella ya no encuentra la esperanza entre tanto perjurio.
Alguien llora a lo lejos con un llanto que eclipsa su nombre de derrota
hundido en el asombro de su propia agonía.
Pero ella ya no escucha
las sílabas ahogadas por coágulos desnudos.

Atraviesa relojes con su insomnio en hilachas.
Su demencia en mendrugos.
Cruza la estupefacta alevosía,
como el cauce de un río desbordado de pena. Naufragante y amarga.
Avasalla la ausencia con pies de dignidad empecinada.
Sobre esa latitud a contrasueño que orilla los sepulcros.
Y aunque rueden los besos sobre su piel sin luna, sobre su sed sin tregua.
Abdicó a la piedad de las mordazas.
Proscribió los silencios.
Desterró a la intemperie su ternura de musgo.

LA HAMBRIENTA.

“¿Qué será de la criatura entre la mañana y el silbido? Bella Ventura

Ella es un logaritmo, un índice en las sombras,
la cifra que no cierra.
Ella no es más que un gesto remendado
incrementando el censo de cucharas vacías y vacunas urgentes
con que el dedo asesino contabiliza cada pesadilla.
Cada cruento final de esos delitos que no admiten condena...
Hasta que los abismos se derramen por calles pulcramente sumisas,
clamando por su angustia silenciosa.
Aullando desde el fondo
con las voces del fuego crepitando tragedias.

Ella no vale nada ante el álgebra estricta.
Es sólo una molestia.
La piedra en el zapato de un ministro
que disimula todas las huellas del naufragio. Los rastros del mendrugo.
Con sus uñas pulidas. Con sus calculadoras implacables.
Con su intimidatorio veredicto de ilícita hipoteca.
Ella es un porcentaje inscripto en los tratados que fraccionan el agua,
devalúan la vida a pura fiebre,
subarriendan los sueños.
Mientras el mundo instaura murallas y compuertas.

Ella sólo es un número, el guarismo descalzo,
la estadística seca.
Ella sólo es un punto en el diagrama.
Nunca tuvo una hogaza de pan hospitalario que calmara el sollozo.
Ni un manantial de avena donde saciar el hambre combativa.
Ni un perfil de alfabeto sedicioso excavando trincheras.
Ni un horario prudente donde alzar barricadas ante tanto exterminio.
Ni un silbo señalándole el regreso
al refugio en andrajos
donde muerden su cuerpo las muertes verdaderas.

EL EJECUTADO.

“Y si usted no los conoció cuando niños / y si no se los imaginó danzando en la lluvia,/sólo la noticia en el periódico a la hora del arresto, / sólo la foto del muerto y su boca hueca de moscas, / no podrá comprender los compuestos del futuro.”Lourdes Vázquez 

¿Tuvo acaso futuro su pasado?
¿O sólo fue una pieza en el tablero antiguo donde juegan los dioses
con los sueños de un mundo que no encuentra las sendas del milagro?
¿Tuvo acaso un mañana su absoluta miseria,
su preciso destierro?
¿O siempre fue esta muerte
estas sienes vencidas embistiendo las hierbas.
Esta orfandad sujeta eternamente en un llanto enterrado.
Este dolor estricto que lo expulsó del alba. Que lo alojó en las sombras
y lo envolvió en los pliegues del silencio?

Junto a su herida, turbas de uniformes
acosan hendiduras con voces afiladas como secos puñales.
Y lámparas intrusas encandilan la calma de sus ojos.
Por mostrar la derrota, el corazón quebrado,
el naufragio certero.
Una vez fue el asombro.
Vestía de inocencia debajo de la lluvia.
Extendía hacia la misericordia sus manos pedigüeñas.
Cuando aún era posible provocar la ternura con sus mocos de escarcha.
Con sus gestos de duende callejero.

Alcanzó a duras penas la penumbra.
Alcanzó de rodillas las riberas abruptas de profundos abismos.
De esa angustia que estalla en infancias de hambruna inexplicable.
Espiralando aullidos gestados en la entraña.
En la matriz del miedo.
En la médula amarga
que desnuca su pulso por las alcantarillas.
Que entenebrece el borde de la luna con un halo de muerte.
En la quietud menguante donde cayó su olvido de pájaro sin nombre.
Sobre un regazo de terrones ciegos.

LA PROSTITUTA.

“Quiero mirar la noche oscura lamiendo la ventana y sus cristales.”
Etza Jara

El recuerdo de un hombre que es ausencia
se repite en los gestos. En el hambre obstinado del hijo que no duerme.
En mitad de esta noche que la aguarda detrás de los cristales.
Con su morro jadeante de animal al acecho.
Con su lengua lasciva.
Viene de una mañana
con aluvión de llantos y urgencias en las súplicas.
Viene de una mañana inexorable erizando intemperies.
Viene de andar descalza las dudosas asepsias de hospitales vacíos.
Esgrimiendo los filos de la vida.

Viene desde miradas espinosas.
Evitando las pieles que han sido mancilladas por el falo del viento
o espermas de crepúsculos que no engendran jazmines en la sangre.
Viene del veredicto de los ojos hostiles.
Viene de la desdicha.
Anduvo soledades
pariéndole los soles con sus vulvas de fuego.
En esta miserable travesía por antiguos prejuicios.
Donde todo parece lejano a los pecados del instinto insolente.
Donde todo parece cercano a la mentira.

¿Cómo cotizará sus felaciones
cuando cruce la puerta hacia esa telaraña de tinieblas viscosas?
¿A cuánto ha de venderse para cubrir los gastos de las fiebres?
¿Cuál ha de ser el precio, el trueque por su pubis,
por su sexo sin clímax.
Cuando la sombra avance
en alas de murciélagos hidrófobos, violentos,
reclamando la ofrenda de su vientre, sus diestros orificios.
Y ella atraviese calles de roncas desvergüenzas, de humillaciones largas,
de feroces combates y vigilias?

LOS PANDILLEROS.

“Ellos gritan y pasan / libando el níquel /como mariposas negras entre el tráfico.”Susana Reyes

Como un río de sangre que ya nada detiene.
Como un río de agravios.
Desbordan las riberas de una infamia
que aprisiona sin tregua las llagas dolorosas donde se gesta el odio.
Que enciende en las gargantas los duros sobrenombres del desprecio.
Que humilla con miradas en eclipse sus rotundos andrajos.
Como un río de lava devastando a su paso las fachadas solemnes.
Atravesando el tiempo de las súplicas.
Percutiendo aldabones
en el hueco amarillo donde nacen los pájaros.

Como un río de rabia carente de represas.
Como un río descalzo.
O un aluvión de mugre descontenta.
O un enjambre rebelde de oscuras mariposas estatuyendo el hambre.
Un río turbulento que no adhiere a los códigos del cauce.
Que proclama estridentes amenazas con su voz de zarpazo.
Mientras fluyen sus lunas decapitando sueños hasta la alevosía.
Y una urdimbre de nieblas miserables
les sirve de mortaja.
Cuando el mundo los quiebra a golpes de fracaso.

Su furia abofetea las mejillas del tiempo.
Su oleaje es despiadado.
Sólo rozan la plena indiferencia
con su cruel silabario de perversión oculta. De gruesas carcajadas. De desnudos eructos trepando desde el fondo de las vísceras.
Y un puñado de caries malolientes encrespando el calvario.
Sólo pasan poblando las crudas intemperies a paso de sentencia.
Sólo pasan cantando las oblicuas lloviznas.
Sólo gritan y pasan.
Incendiando el crepúsculo con sus silbos bastardos.

LOS NIÑOS JORNALEROS.

“Niños que se hacen hombres, hombres que nunca fueron niños.”
Regina Sant´Anna

Se parecen al gesto con que la noche funda sus guaridas.
O quizás a la sombra que proyecta una sombra.
Se parecen al vaho que lame los barrancos con sus lenguas obscenas.
O a un eclipse de luna
cobijando los pliegues del oprobio
con urdimbres de escarcha rigurosa.
O al olvido que cae
como ceniza insomne entre los intersticios de tantas orfandades.
Mientras ruedan las calles bajo las hojas secas
que la furia del viento desarraiga. Que el otoño desflora.

Caminan hacia el hombre sin detenerse a numerar suplicios.
Ni mendigar por treguas. Ni reclamar auroras.
Caminan hacia el hombre tropezando, cayendo, remontando el cansancio.
En busca de heredades.
Donde esporas de ocultos exterminios
fecundan hondos huecos de cebollas.
Y no les queda tiempo
para aquietar la vida en el cauce violento de su esperma apremiante.
Aunque ande la intemperie estatuyendo hambrunas.
Aunque el mundo inclemente los destierre a fundos de limosna.

Caminan hacia el hombre a pesar de los magros alfabetos
que resultan escasos para asumir derrotas.
Ineptos, sobre todo, para saciar ausencias de ternura y hogazas.
Que no son suficientes
para aplacar la sangre gravitando
con pesadez de dádiva espinosa.
Caminan hacia el hombre
desde la empalizada de esa oscura vergüenza que les negó el milagro.
Sabiendo que hay edades propicias al asombro
donde nunca fijaron residencia sus infancias anónimas.

LA VIOLADA.

“Cada día / desde el fondo de mí /una niña pregunta por usted.” Waldina Mejía

Donde la sombra anuda talismanes de insomnio que desgarran secretos.
Y se estampa en las frentes el rojo abecedario del pecado.
Señalando el destino de ser la malquerida.
Heredera de todos los vejámenes,
de todos los asedios.
Y se carga en el alma
la inflexible condena de sentirse
signada por los dioses para expiar la obediencia.
Expatriada hacia el este de la dicha. Al este del milagro.
Porque lleva tatuados los símbolos oscuros que nombran el incesto.

Ella ha visto a la muerte rondando sus angustias como si fuera un cuervo.
Ha visto a la tristeza escanciando su esencia en la llovizna.
Ha visto a la locura debajo de las sábanas,
franqueándole la entrada a los sigilos
que recorren su cuerpo...
Que la saliva es sucia.
Que la voz se desnuda hasta el jadeo.
Que los dedos exploran sus pieles agraviadas.
En tanto el mundo habita la inocencia de quien nunca fue ungido
con los óleos infames de esa amarga liturgia degradante de sueños.

Y asume el desamparo como quien bebe, a sorbos, su cuota de veneno.
Y hasta un roce menguado la abandona en huecos de intemperie.
Envuelta en su sudario de urdimbres amarillas.
Sin poder soportar esa vergüenza
nacida de su infierno.
Sola hasta el infortunio.
Mientras la madre anda fundando el alba
en busca de la harina que los salve del hambre.
Y el deseo escudriña los rincones con sus ojos voraces.
Y el amor es ausencia. Y la vida es infamia. Y la noche es silencio. 
ROQUE DALTON
(San Salvador-El Salvador)

POR QUÉ ESCRIBIMOS

Uno hace versos y ama
la extraña risa de los niños,
el subsuelo del hombre
que en las ciudades ácidas disfraza su leyenda,
la instauración de la alegría
que profetiza el humo de las fábricas.

Uno tiene en las manos un pequeño país,
horribles fechas,
muertos como cuchillos exigentes,
obispos venenosos,
inmensos jóvenes de pie
sin más edad que la esperanza,
rebeldes panaderas con más poder que un lirio,
sastres como la vida,
páginas, novias,
esporádico pan , hijos enfermos,
abogados traidores
nietos de la sentencia y lo que fueron,
bodas desperdiciadas de impotente varón,
madre, pupilas, puentes,
rotas fotografías y programas.
Uno se va a morir,
mañana,
un año,
un mes sin pétalos dormidos;
disperso va a quedar bajo la tierra
y vendrán nuevos hombres
pidiendo panoramas.
Preguntarán qué fuimos,
quienes con llamas puras les antecedieron,
a quienes maldecir con el recuerdo.
Bien.
Eso hacemos:
custodiamos para ellos el tiempo que nos toca.

ROSARIO MORALES VARGAS
(Utreras-Andalucía-España

EL MUNDO ME PARECE TAN ANÁLOGO

A brinco logro leer el pensamiento ajeno
Las noticias del mundo y aberraciones  me bloquean la mente
¡Con razón existe tanto miedo!..
Se vive atropellando vidas e intereses,  
-se vive, agredidos- en un bruñido de estabilidad incierto.

Si descontinuamos la confianza ¿Qué nos queda?
La vida duele, y duele para todos. Aunque nos trituren
seguimos fiel al respeto ¡Luchemos por lo que creamos!
Es difícil uniformar lo absoluto... uno a uno transferimos la marcha.
La dignidad es lo primero -en todos lados se hace camino-
y, en los caminos, senderos.
ROSINA VALCÁRCEL
(Lima-Perú)

ANGYE GAONA

El silbo de los pájaros gira en una rueda
Quién le enrosca el cuello a la poeta de Bucaramanga
El contracanto perverso danza
Angye Gaona se detiene en el grito
Su corazón palpita en el caos
Ella es nuestro punto de referencia
Estamos moviendo el mundo
Para vestir a la prisionera
Tú alzas las lágrimas escarlatas
Y liberas su cuerpo lleno de ramas
Y liberas la celda pintada de alas

MÉXICO

Cuando niños recogíamos dátiles en lo alto
           de las palmeras
Sin comprender totalmente la palabra patria
En el exilio, ¿te acuerdas,  Xavier?

El tío Juan Pablo sonriente conspiraba
           con los compañeros
La intermitente tempestad
           de los sueños escarlata.

RELOJ DE ARENA

El reloj que ayer alumbró hoy nos devora
Cae la Amazonía en crepúsculos plateados
Y mi cuerpo solitario como una balsa
La mañana no tiene el resplandor
De tus ojos cerca al Mayo
Aquel río rodeado de palmeras
Donde desembocaron
A 426 metros de altura

¿Para quién me visto en el portal
A quién espero loca como los pájaros?
El reloj de arena advierte la prosa del viento
Necio corazón esperas una inútil señal
Amarilla flor que limpie la suerte

En la calle: odio y violencia
Morbidez y miseria
La sombra negra como la muerte
Recorre las plazas / Mata
Y desaparece

La letanía se repite
El relincho azul
Simple karabana
El café de racumín
Y tu nombre es perseguido

HOSPITAL PSIQUIÁTRICO

Por qué ha caído
preguntan
Y el hijo del griego
suelta la espada
—Es la bestia que llevo dentro
el alcohol y el tabaco acallan su desventura
Mi sombra entre racimos se sonroja
y en su curva de guitarra
sólo el amor me derrota

Y entre ángeles de sal agacha la cabeza
—Es el fantasma que sigue mi huella
y serena su tedio con aguardiente
Mi rostro de niño empalidece
y en su alma de miel
a veces el amor me restituye

En el hospital
el hombre de 50 años
levanta los ojos
—Es el karma que arrastran mis pasos
llora mi mano pintando arcoíris
y en su tiempo de rosa
el amor me ilumina

GRAFFITI
a M. Escobedo

Murió Atenea
nadie les va a abrir la ventana
Qué hemos hecho de la sabiduría
rosas altivas al atardecer, alas de molino y nácar
Gioconda anduvo guiñando un ojo
en todos los museos
Sensuales, brujas y hechiceras
aletean el cielo y la noche
Crines esmeralda
Frágiles sombras calcinan  las manos azules
de los bebedores más puros
Este es un mito olvidado
las engañadas de siempre
Un abstracto desván de colores y recuerdos
(Muestro tu pecho Monsieur Freud)
Distante luna, aéreo grito, alga y sangre
vecina de ríos y huracanes
Nos atan los ojos taciturnos
irreverentes, descarados

Lilas, ateas, herejes, supersticiosas,
cartesianas, creyentes, postmodernas
Sienten agónicas las grietas
de nuestra bestial historia

¡Escuchen a Juana de Arco
en la hoguera de Ruan
alcen la página canonizada de su enagua!
¡Mujeres: sacerdotisas, ojos de lechuza
ombliguito de coral
escuchen!

Tomasa Tito Condemayta
andina trenza de obsidiana
¿leyenda solamente? No
cima de flores y heroínas
rojas provocando la revuelta
olla común, vasos de leche, Nicaragua
Cuba. Eco libertario que nos queda

Una habitación propia
 la mujer-pájara

Danza joven
afinando cien túneles
antiguos festejos
pergaminos y graffitis

Insulina pura
clavada en el corazón del prójimo.

NATURALEZA VIVA
A  Frida Kahlo 

En el barrio del Zócalo, estaba tu escuela
en el mero ojo de la ciudad.
Eras la novia maldita que se espantaba
de ver la vida ojerosa y abierta.
La volátil novia que llevó al amante gordo de divinas mañas 
a algún restaurante italiano.
Y las mesas tenían manteles blancos, y le echaban azúcar
para dibujar el rostro de Dios o el de aquella mendiga.
Algo añadía Diego, quizás un beso
o un poco de vino o pimienta.
Algo de Diego, algo de Dios.
El paisaje del amor no tenía precio ni horario.
Bajo el arcoíris de Tenochtitlán
el auténtico paisaje nacía de tus manos azules
y el silencio.
Tardes de primavera en el D.F.
y las fotos sepias de mis padres aúllan en algún rincón. 

¿QUIÉN DUERME AHORA?
a Gloria Mendoza Borda

La jauría anda allí, afuera, se siente su presencia malévola, tras el triste cantar de los grullos. Omar Amaya Armijo.

Cierto, no nos apocan la miseria ni la ceniza del desierto Mascamos la vigilia, nuestros ideales, el runrún de las parejas y el gruñir de las señales en el teclado Cómo negar la conspiración Hoy coreamos algo similar con este ayuno Sí, en este lado de la capital, arrullados entre libros y olas marinas somos fragmentos de generaciones de conspiradores insomnes, apremiados de claveles, amor, libertad y revolución Qué sentido tiene dormir  Si al margen de la orilla el país es un pálido animal decapitado ¿Puedes dormir? No. Anhelo pensar, escribir y cuidar el aura de las mujeres, hombres y jóvenes que dedicaron la existencia a custodiar sus mitos Como nosotros, esta medianoche, los compañeros y hermanas están velando otros amados rebeldes, desaparecidos, torturados, presos, muertos. Esta noche ya tiene siglos de haber principiado y nos punzan los ojos y perciben fatiga estos pálidos cuerpos. Sin embargo, ajados y enfermos aquí estamos Quién sueña hoy, quién podrá dormir Las hierbas secas musitan ¿Los traidores? Si dormitan es pueril su sueño Nuestro insomnio, es real, mas no vano Solo velamos la patria alegre que deseamos como herencia para los infantes anónimos de aldeas y pueblos remotos, para los niños que pasan y sonríen, para los que transitan y están mudos, para nuestros hijos y su prole. Nuestro insomnio, entonces, es utópico La cámara no miente Nuestro desvelo infringe Contra los que tienen la visión perversa  Contra los que están cavando su propia tumba extendemos el eco de nuestra guitarra al hombro.

BOMBARDEAN PALESTINA
leyendo a Nélida Martinelli

Lima, 6 de enero de 2009. Bombardean Palestina mientras un poeta moribundo recuerda el Corán bajo las rocas y un pintor dibuja flores y mujeres Las embajadas de Israel en el mundo están teñidas de sangre de hijos de Gaza Los juglares callan y los músicos silban sobre un carrusel herido Estamos de luto y vestimos de blanco El mapa y sus grandes ojos de azafrán están divididos una vez más Llanto oscuro de las madres extenuadas entre escombros gimen la agonía de las infantas Su fulgor y pureza Su luz y coraje Sus manos verdes y rojas Ira e impotencia Desconcierto y estrellas en la frente de nuestros niños asesinados Silencio en Argentina Silencio en Perú Silencio en la tierra Una ronda se escucha a lo lejos Una voz canta Isla Negra renace Gaza juega a la escuelita.

VIENTO
a Diana Ávila

Flota en el aire libre
Una mujer desnuda de espaldas al cielo
Sus ojos egipcios han vuelto
Al fértil árbol
A la tierra del trigo y uva
Al lago irisado

Los espejos oblicuos
Tu cuello capulí / el  rubor

Tu cabellera de orquídeas
Enigma, melodía
Donde el oboe vibra

Respiras al atardecer
Y nos fecunda el viento
El aroma del pino

Una taza humeante de café
Torrente de existencia
Abrimos las manos al mundo

Cerca a la playa La Punta
Hieren nuestros cuerpos silvestres
Somos libertad / alas de golondrina
Al fin, menos batalla
Brisa, refugio, esperanza

LA MISERIA
 
La miseria
toca mi puerta
todas las mañanas
Se cansa de ser exigente
y se retira
Vuelve en las tardes
cuando todos han salido
mas el perro de mi casa
la reconoce y le abre
De regreso por la noche
la encontramos sentada
en todas partes

 NIÑA 

Vi a una niña contemplando
la luna que nacía
la mamá estaba triste suspirando
la miseria que caía
el padre estaba callado mirando
a sus tesoros  secretos
una blanca otra negra como dos frutas
contemplando el astro que se iba
que se iba
que se
que
no me río de todo
no me río
no me
no
soy ajena / esclava
mortal / impura
el horizonte perforado
por dos balas
por dos
por
una botella de Campari
¿me río de la muerte?
¿me río de?
¿me río?
¿me?
voy ciega bajo la luz de los amantes
al borde del precipicio 

 DAGA
a  G. Ll.

Su mirada fue la estación de las perlas
Fuimos el propio lago donde flotamos
Lo oscuro desenterró nuestros pechos
Maldije  Su amenaza  Su chantaje  Su celo
El sentimiento de culpa que cargué

Aplasto lenta su pequeña joroba
Le tapo la boca con un pañuelo de seda
Le doy cortes con una daga filuda
Impía / condenada /sangrando
Morir a una hora en todos los rumbos
Y me amamanta
Mientras silba mi cítara

MUCHACHA DESNUDA EN CAJAMARCA
a Marilú Chuquilín Bazán

Una muchacha desnuda en Cajamarca
tiene el torso magullado y su corazón añil
Si en la aldea llueve granizo, rayos o un eclipse
le doy flores de retamas y busco a su par
en los extramuros de la ciudad
Las mujeres descalzas agonizan bajo la sombra
al pie de la hoguera sin un cura que las cobije
Pero los días domingos se encuentran
Las hembras observan al gallinazo
plantan un árbol / alzan la mano
dan gracias a sus ancestros / a la pachamama
Para los yatiris es una consagración
y para el varón un desvarío
Una mujer es misterio / rito / laberinto
La artesana en pollera levanta una ventana
talla un retablo, limpia la choza, espanta a los espíritus
Una mujer fragmentada canta
 y traga los ojos de la adversidad
RUBÉN VEDOVALDI
(Capitán Bermúdez-Santa Fe-Argentina)

ALTO, ¿QUIÉN GANA?

cuando la fuerza bruta de un hombre
logra violar sexualmente a una niña
mujer o niño
no gana el amor ni gana el placer
gana el odio que engendra el miedo
gana el miedo que engendra el odio

donde un hombre aplasta con una piedra
a otro hombre
no gana el hombre
gana el peso de muerte
la dureza pétrea del fratricidio

cuando entre gritos de madre e hijo
un hombre destroza a garrotazos
a otro
no gana el hombre

donde un hombre parte a otros con hacha
no abre camino

cuando un hombre quema vivo a otro en la hoguera
no alumbra a nadie

cuando acribilla
cuando hace estallar con granadas lo que vivía

cuando un hombre mata a hierro a otro
cuando parte a otro con espada
no gana la libertad
no gana el orden, el progreso

cuando la horca mata a un hombre
no gana la justicia

cuando la silla eléctrica
la inyección letal

cuando un hombre calcina a miles con bomba atómica
no gana nadie

cuando un hombre envenena el aire o el agua
cuando mata a miles con armas químicas
o bacteriológicas

cuando un hombre masacra a miles con su ciencia
con su tecnología
¿quién gana?

cuando hay que matar a alguien
no gana nadie

donde no hay que amar
amar, ama, amar toda la vida
todas las vidas,
gana la muerte.

LA MIRA Y EL PUNTO CIEGO

a esta hora exactamente
hay una niña en la mira
de un violador psicópata asesino

a esta hora
exactamente
hay un violador psicópata asesino
en la mira de la policía

a esta hora exactamente hay
ay ay ay
un jefe de policía y varios jueces en la mira
de un acaudalado
malparido hijodemilputas
corruptor de funcionarios públicos
en cualquier lugar del mundo

a esta hora exactamente
a cualquier hora
hay un gran delincuente económico
y otro más grande delincuente financiero
que no están en la mira de nadie

-nunca están en la mira de nadie-
porque créase o no
son lo suficientemente poderosos
como para ocultar a los ojos de todos
sus rostros
y sus  propósitos

AGONÍA TARAGUÍ

En árbol alto
hembra de carayá
despioja cría.

(Un macho mata
la cría de otro macho
por tener hembra.)

Aullar de monos
a lo lejos se escucha
con estridencia.

Gritar parecen
basta de sembrar soja
y envenenarnos.

Basta de caza.
Basta de pull de siembra.
Basta de tala.!

MONÓLOGO DEL GOLPEADOR
                                                                   
Porque te quiero te aporreo
-dijo el recio a su perra-
pero
         es al revés

te quiero porque te aporreo y
si me dejaras
mi amor mi odio
yegua perra hembra novia
trapo de piso esposa hermana
secretaria y esclava,
si me dejaras no podría vivir

es decir
-pero el reo no lo dice –
puedo
vivir sin amar
mi amor mi odio mi reina y felpudo

lo que no puedo es
vivir sin alguien
                              a quien aporrear.
RUTH ANA LÓPEZ CALDERÓN
(Sucre-Bolivia)

FLORECILLAS BLANCAS

El manto de la noche cubre la casa, 
gritos,
forcejeos, llanto
desesperado y la fuerza
maligna posa la mano
en carne
tierna

florecillas blancas manchadas
de
sangre
y las mariposas
coloridas se tornan
negras y vuelan
acompañando la inocencia
arrebatada que huye hacia el silencio, 
hacia la soledad
que acoge

mudo

alarido desgarra al alma

y el corazón
confundido, maltrecho, pregunta

-¿qué pasa?-

lágrimas tristes 
lágrimas agrias 

los juegos nunca serán los de antes.

UNA SALIDA

Los lentos días, las noches aún más lentas
las madrugadas interminables
vestidos de temor,
palabras filos como navajas
vuelan por todas partes

la guerra de un sólo frente
avasalla temblores plegados del velador
y cadavéricos encuentros
arrastran sus astillas por las alfombras

nada aplaca la ira de la boca

vano llanto trastocado del techo
moja las paredes,
 y la ventana vierte inútiles ruegos, herejes,
y el más absoluto silencio
exaspera, ¡sí!, ¡sí!, exaspera esa boca

a pocos metros

una salida vislumbra esperanza,

o me voy, o muero
RUTH PÉREZ AGUIRRE
(Mérida-Yucatán-México)

EL TREN
     
No soportando más sus penas
Huye en el primer tren que sale
Quiere cerrar sus heridas
Olvidar lo que la estrangula.
      Sentada al fondo del vagón 
En un rincón inmóvil queda
Los recuerdos de aquel hombre
Que la engatusó
Y prometió bajarle las estrellas
Aguardan por ella
      Aquel otro pensamiento
Cuando violada se miró
Entre la hojarasca de un árbol
Que por ella lloraba
     Inútiles recuerdos hirientes
Le cortaban el corazón
En finas lajas sangrantes
El llanto de un niño
Nacido de la traición y el engaño
       Doloroso recuerdo cuando
El hijo de sus entrañas
Arrebatado fue de sus brazos.
La vergüenza de ser echada
De la casa paterna
Que para siempre cerró tras ella
La puerta de entrada
     Con un lazo negro
Para que todos supieran
Que había muerto para ellos...
     La mujer descendió del tren
Comprendió su inútil huída
Los recuerdos adheridos a su piel
Bajaron en la siguiente parada con ella.
SANDRA GUDIÑO
(Santa Fe-Santa Fe-Argentina)

POBREZA

Con los ahora contados
al borde de la boca
agoniza la esperanza
de un tiempo sin cosecha.
Te tuerces te enroscas
 buscas  huesos en el pliegue
del alma envenenada de nada.

¿Con qué harapos debo
cubrir  los dardos de tus ojos
cansados de tanta desidia?

La opulencia ríe a carcajadas.

El pan tuyo de cada día es un mapa
que marca la confusión
de esta sociedad llena de todo.

MANITOS

Esperanza sucia
en pies descalzos,
sueños de papel
en uñas mordidas.

Con el hambre en el bolsillo
la ternura guiña un ala
y mastica chicle fucsia
en sonrisa desdentada.

Manitos que gritan
al borde de la avenida
en el pico y su hora.
Ojos grandes bien abiertos,
aprende a mirar el mundo
con la ausencia de los que
han emigrado a otras tierras.
Respira la velocidad
de la gente que la ignora
como respira las estrellas.

La ciudad le suelta la mano.

Aprende a descifrar
los signos cartográficos del peligro
en tiempos de soledades
doblando la esquina.

Cómo saber qué pájaro anida
en la pupila del dolor.
Cómo saber en qué asfalto
tendrá destino tu silencio.

¿Cómo saberlo?

MUJER-HAMBRE

Mujer
ya no reconoce
el rostro del espejo
los ojos no le brillan
no canta la voz
ni siquiera espera.
No le quedan
migas para lamer
ni podredumbre
para hurgar.

Mujer
duele llanto blanco
sobre una fatiga
que la contempla
en sagrada encarnación
del mediodía.
Escándalo de furia
en las entrañas
rebota en la piel
como llaga viva.

Latigazo de sal
que recorre
desde las horas
sin sueño.
Danza ácida hasta los labios,
batahola de vergüenza en ayunas
que crece tras la piel
sin merecerla.

Mujer
retortijones del mundo
confluyen en sus manos
donde una vez creció
el pan de la alabanza.
Ahora no sabe descifrar
signos epistolares
de la tierra coronando
resquicios en los dientes.

¡Ah! trino de vuelo
en las costillas.

Mujer
muerta de hambre
con hache muda,
muda por el hambre.


MUJER-HERIDA

¿A dónde va esa herida
con una muchacha bajo el brazo?

¿A dónde se esconde?
Herida misterio
¡Esa!
Si,
esa,
a la que toda muchacha
corre a refugiarse
luego de la palabra injusta,
del surco abierto en la carne,
del sabor metálico en la boca.

Toda muchacha sabe
dónde encontrarla.

¿Dónde reside?
Respuesta a una pregunta
sin coagular
desde el pecho.

La sombra del abismo
llega hasta la herida,
decanta dolor.
La soledad canta su himno
desde la ventana que da
al llanto en carne viva.

¡Esa!

Herida soledad
donde precipitarse:
descubre la audacia
de un nuevo amanecer
y respira paraíso
desde su boca mariposa.

Toda muchacha sabe.

MUJER-DESAPARECIDA

Adverbio sin conjugar
en la cara del verdugo,
fuga la inocencia sin misericordia
por el pasillo de tu noche
y te contempla caída.

Bóveda de huesos abandonada
el olvido trepa por las venas secas
y de la boca cae la sal
de una sola lágrima.
Descubres que es real
lo que ya no existe.

Rompecabezas sin piezas
para armar.

La piedad sin ira en el bolsillo
alimentó tus últimas gotas
de tiempo a contraluz.

Vagamente
guardan tus pestañas
la causa de tu causa vacía.
La libertad tiene sueño
en tu sueño dormido.

Poco queda de ti:
pelos, uñas,
un recuerdo hecho sombra
en la sombra de tu aliento,
hilachas de la piel, encanecidas,
nostalgias del rostro extraviado
en el rostro de rodillas frente al espejo.
Libélula sin nombre, entumecida.

Nada, o casi.

Los ojos de los hijos de tus hijos
recorrerán las calles,
buscándote.
Te reconocerás en el barro
de esa huella.

Señal.

Estigma de resurrección,
se alza desde la cadencia leve
de tus pasos alejándose
en la historia.

Poema del desgarro
al borde de mis labios.
Y tu sigues allí,
esperando por ti.

PUÑOS

Un delirio de puños
salta por los aires
en los primero días de verano.

Caen los pilares
que sostienen la estructura
de arriba abajo.
Más abajo.
Muy abajo.

Tajo limpio,
certero,
carne traspasada
por el filo de un cristal.

Desorientado.
Abierto.

Desgajado.
Silencio que grita
en medio de la confusión.

Uno a uno los golpes
llenaron tus bolsillos,
con el puño del alcohol
atravesado en todo el cuerpo
te crecen equimosis
desde los pulmones
y ríos de sangre
anegando las piernas.

Fuego que se expande
por debajo del vientre.

Herida.
Desgarrada.
Lastimada.
Llueve sin prisa
la sangre por las mejillas
abiertas a la amargura.
Tinta esmeralda
en la piel de durazno.
Sollozo azul
que escapa por los bordes
de una bocanada de náusea
y desolación.

Entre golpe y golpe
hay un espacio
donde crece soberbio el infinito.

Entre herida y herida
hay un vacío que refleja la sombra
de tu sombra en penumbras.

Entre ese espacio y ese vacío
un relámpago se adueña
de los castigos prohibidos
y de la voz que no pide perdón.

Llora un llanto de mujer
lo que no puede defender como hombre.

Con el oficio de hembra bajo el brazo
vuelve a ser la reina de los altares
subiendo desde el fondo del tiempo
como un sol equivocado,
perfecto,
feliz.

Porque la memoria del miedo
viene después.
SILVIA DELGADO FUENTES
(Sopelana-Bilbao-Euskal Herria)

POEMA AL PUEBLO QUE DESESPERA

Ataros al mástil, sólo se oyen cantos de sirenas,
fiaros del olfato que da ser siempre el oprimido,
las canciones que se oyen suenan dulces pero son traiciones.
No os soltéis del mástil,
veréis como después os ordenan
remar encadenados hacia ninguna parte.
Remar con hambre,
remar ,morir, morir, de sed, sin luz,
para que lleguen a buen puerto los vencedores.
Ataros al mástil, es tiempo de elecciones
taparos los oídos,
cambian los cantantes,
pero son las mismas canciones.
Después de nuevo a remar con hambre,
a remar, a morir, a morir de sed,
de sed,
de sed,
y otra vez
sonarà la música
aunque para vosotros,
nunca amaine.

LAS PIEDRAS

Derribemos los muros,
con piedras no,
las piedras solas no pueden.
Sola, la fuerza, no puede,
sola, la rabia, no puede.
No puede solo el dolor y la impotencia.
Armemos cada corazón con ideas.
Derribemos los muros,
no sólo los muros de piedra,
no sólo las vallas y las fronteras,
derribemos las rejas que encarcelan
cada cuerpo en su mansedumbre.
Derribemos los muros, las vallas, los yugos, las fronteras,
con ideas firmes,
con ideas puño,
con ideas que golpeen
el tuétano de la barbarie.
Solas, las pedradas, no pueden,
pueden si van armadas con ideas que nos hacen libres.

CADENA PERPETUA

Prisión permanente revisable es un eufemismo de cadena perpetua.
Y se quedan tan tranquilos asegurando que aseguran nuestra seguridad.
Y se dan la mano y se besan los mofletes.
Quieren convertir las calles en cárceles y las cárceles en cementerios.
Para dormir sosegados y que nadie ni nada les moleste.
Ni las ideas, ni las quejas.
Y si molestan…¡entre rejas!
Señores mandamáses, dejen de joder, dejen de ser cobardes, digan que lo que quieren es al pueblo con los labios cosidos, las rodillas bien clavadas en el suelo y el miedo susurrando en la nuca de quien disiente.

ESTOY CANSADA

Qué cansado es vivir
cuando los arañazos son audaces,
cuando la lógica de la vida es una trampa,
cuando los días envejecen
y las noches son inmensas travesías.
Qué cansado es vivir a pulmón,
en carne viva,
llevando a rastras oscuros tiempos de sepultura,
oscuros instantes donde todo fue posible:
el golpe, el insulto, la muerte a manos llenas.
Qué cansado es mirarse las raíces,
verse a una misma con el vértigo que dan los errores
y las caricias.
Que cansado es vivir con este lodo tan espeso,
con esta pena tan honda,
con este dolor insomne.
Qué cansado es vivir con la alegría hecha jirones.

MANO DURA

Alambre de espino, muros, fronteras,
celdas, cámaras, delatores, espías,
mordazas, leyes, multas, golpes.
Policía de paisano,
policía en pie de guerra,
policía.
Represión, tortura,
represión, silencio,
represión.
Que estén quietos ,
que estén quietos mientras les jodemos,
que estén quietos y en silencio…
Si se mueven, mano dura y a la cárcel,
si se quejan, mano dura y a la cárcel,
si se juntan, mano dura y a la cárcel.
A por ellos, a por todos,
a por ti, a por mí, a por nosotros
que las leyes se escriben pa
tenernos callados
mientras nos roban tiempo, destino, salario.
¡A por ellos, a por todos,
mano dura y al pesebre!

EL DELITO

Hasta mover los labios va a ser delito,
hasta morirse de hambre,
hasta dormir a la intemperie.
Va a ser delito  amarse con andrajos,
 reírse sin motivo,
enloquecer a todo trapo.
Va ser delito respirar aire limpio cuando todo está podrido,
señalar los lutos de los  están vivos,
arrimarse a banderas, a templos, a fronteras
que no sean las correctas,
arrancarse con rabia la pena de vivir este tiempo lento de utopías
lento,
lento,
lento.
Va a ser delito ponerse
de pie en un mundo que encarcela
los gestos, las palabras, las ideas, las quejas.

En nombre de la libertad
la justicia fabrica  cadenas
para ti, para mí,
para los que nos negamos a existir
en el bostezo y en la indiferencia.

LAS PREGUNTAS

Son demasiadas las carnicerías humanas edulcoradas con propaganda.
Con excusas patrióticas y humanitarias.
Con excusas democráticas.
Las palabras deben ser disparos que ejecuten  la barbarie.
Las preguntas deben caer como cae el plomo, como caen los cuerpos.
¿Quiénes  obtienen ganancia de un pueblo tiroteado?
¿Quién paga la cuenta de tanta violencia?
¿Quiénes son los beneficiarios?
¿Quiénes son los enemigos?
¿Cuál es la recompensa?
¿Quiénes diezman?
¿Quiénes nunca arriesgan?
¿Quiénes financian los cuchillos?
¿Quiénes derrotan los sueños, ahorcan soberanías, destruyen la vida?
¿Quiénes acorralan a los emputecidos?
¿Quiénes resucitan la peste de la cruz gamada?
¿Quiénes son?
Y nosotros ¿quiénes somos?
¿Acaso no estamos todos, mujeres, negros, poetas, en el mismo lado?
¿Acaso no trabajamos todos pa que esos pocos sean libres?
¿Acaso no morimos en selvas o en desiertos, en el tajo o hambreados pa que esos pocos sigan en su opulenta rueda?
Entonces, somos de Ucrania y de libia y de Palestina, somos trabajadora en una maquila o emigrante desgarrado en una valla o desahuciado o maestro de una escuela.

 ¿Por qué  creemos entonces lo que nos cuentan los que no son como nosotros?

EL ASOMBRO

No sé si sobreviviré a este asombro
de caminar pa atrás y con mordaza,
cansada de alzar la voz como si nada,
cansada de los silencios que acompañan
los cuerpos tan callados pudriéndose a deshora,
las casas arruinadas y vacías,
la vida a la deriva siglo a siglo.
No sé si sobreviviré a este asombro
de saber que el pasado se repite porque nos vemos distintos,
distintos del negro y del indígena,
distinto del tiroteado y del ahorcado,
distinta la mujer que limpia del hombre que se sindica.
Distintos entre los mismos hambreados.
No sé si sobreviviré a esta obstinada manía
de cerrar los ojos ante la evidencia de que
allende los mares, aquí cerca,
emigrantes o precarias,
somos todos pueblo explotado,
y sólo mirándonos como iguales
ganaremos el pulso a la barbarie.

UNA VEZ MÁS

Una y otra vez los derechos se tuercen,
las quejas se llenan de hambre,
los pueblos se vacían.
Una y otra vez se silencian los gritos,
se trasviste la verdad,
se apalea la razón con la maza y la balanza.
Una y otra vez
la historia se repite,
otra vez la amenaza contra quien quiere justicia,
otra vez sin pan porque su vida peligra,
otra vez la lenta espera para desafiar un regreso que lo condena a cadena perpetua.
Otra vez, Sàhara y su gente.
Otra vez dejarse morir para vivir dignamente.

LAS CALLES CALLAN

Miren ustedes, yo no sé nada, sólo soy poeta
y mi mundo sólo son las palabras
pero es que la calle, calla.
Calla el hambre y calla el frío,
calla el golpe y la mordaza,
calla el grito,
callan el coraje y las felonías.
Verán ustedes,
los trabajadores no trabajan,
los enfermos agonizan en las salas,
las guerras se suceden,
la riqueza vuela sin dejar huella
y las calles, callan.
Miren, sólo soy poeta, es decir, apenas nada,
pero nunca vi tanta miseria,
tan míseramente callada,
nunca vi tanto olvido,
ni tanta dignidad pisoteada.
¡Miren ustedes las calles¡
no hay rastro en ellas de rabia,
nadie agita sus cadenas,
nadie desea asaltar los palacios
para dar poder a los parias.
Miren, perdonen mi desconfianza,
solo soy poeta y sólo se de palabras,
pero es que las calles…callan
porque han sido sobornadas
con el voto y la esperanza.

ACÉRCATE

Acércate,
mira los portales,
no hay luz en ellos,
viven su orfandad a oscuras,
apenas hay calor,
apenas hay canciones,
esperan en tinieblas al perro que viene a desahuciarles.
Todo está quieto, sólo los lamentos se mueven por el aire.
Sólo el miedo a dormir, cansados, en la calle,
sólo la impotencia se arrastra pegajosa con las llaves.
La casa derruida de esperanza,
los niños callados y sin risa,
las mesas vacías y sin pan
y este amargo dolor sin crucifijos
que deja a la intemperie sus destinos.
Acércate,
mira de cerca,
eres tú y son los otros.
Son los mismos ojos,
es el mismo pueblo
y es el mismo objetivo:
robar las casas del pobre,
robarlas y dejarnos
bajo un cielo donde
deuda a deuda,
sin armisticio,
morimos sin abrigo.

POR NUESTRO BIEN

Parece que nos quieren quitar la palabra, como si no nos la hubieran arrancado. Como si no hubiera periódicos cerrados o gente en la cárcel sin delito y con largas condenas.
 Los mandamases  que hoy fueron a Paris, los que salen en la foto con cara de pocos amigos, son tejedores de mordazas dentro de sus fronteras.
La multitud va detrás de ellos, les sigue, espera gestos que le aseguren que ese enemigo que va a cortarles la garganta, no podrá pasar por encima de sus banderas.
Los mandamases se alegran.
Es el momento de amputar en nombre de la seguridad, la libertad.
Es por nuestro bien, por el de todos.
Es urgente acuchillar a quien disiente.
En nombre de la democracia, para salvaguardarla de las bestias.
Estamos en guerra, Occidente tiembla.
Y mientras, la multitud llora y camina y se estremece por las muertes habidas, y estrena nuevos odios contra nuevos símbolos, y pide castigo, cuchillas, cerrojos, vallas, policía, más policía, delatores, aprendices de guardianes, alguaciles de paisano.
Es preciso protegernos, enjaularlos, vigilarnos. Uno a uno, cuerpo a cuerpo, idea a idea.
La  libertad de masacrar países ajenos tiene una salud de hierro, la libertad individual es puro cuento.

LOS LAPICES

La libertad de expresión, dicen, está en juego y unos lápices dan la vuelta al mundo tras los asesinatos en París.
Pero ¿A quién pertenece esa libertad de expresión?, 
¿A todos?
¿ También  a los emputecidos?,
 ¿A los saharauis?, ¿a los ucranianos?¿a los palestinos, 
¿Qué clase del libertad de expresión se tambalea?,
 ¿La de occidente que da razón a la islamofobia?, 
¿La de los que desde sus púlpitos señalan el camino de las balas?, 
¿La que desde sus columnas indican el lugar donde son bendecidos los genocidios?
¿La libertad de expresión que fabrica a  los malos es la que está herida de muerte?
¿Qué es la libertad de expresión?
¿Acaso oímos todas las voces, todas, o sólo las de un lado, el lado de los emperadores y sus cortesanos?
¿Y esas voces que son silenciadas callan porque es su deseo callar  o callan porque no pueden hablar, porque no pueden decir, porque no nos llega su voz clara, porque les revientan la garganta?
¿Es la libertad de expresión un privilegio?
¿Es un derecho?
¿Qué es la libertad?
¿Existe?
Unos dibujantes han sido asesinados, cruel y gratuitamente.
¿Y los millones que mueren, cruel y gratuitamente, sin un sólo lápiz que los recuerde?

QUIERO

No quiero el pan que sobra.
No quiero la paz del fuego y de los cadáveres.
No quiero vivir dentro de una jaula.
No quiero ser mujer en esta tierra de tinieblas.
No quiero ser poeta en un mundo donde la palabra no llega.
No quiero fronteras como cuchillas,
comida que envenena,
muertos de hambre sobre cada mesa.
No quiero andrajos,
ni caridad,
ni compasión,
No quiero caries,
libros que no dicen nada,
mordazas.
No quiero que me manden a morir al trabajo,
que me manden matar mis ideas,
que me manden comer de un pesebre que no alimenta.
No quiero vivir cada día como si fuese una derrota.
Quiero vivir con los versos en alto,
con mis poemas libres.
Quiero vivir en un mundo donde volar sea imprescindible.

YO CANTO

yo sé cantar al amor
si es un amor que crece sobre las ruinas.
Yo canto al amor que nos obliga a no ser neutrales,
al que nos hace parar en seco los golpes,
al que aúlla en las noches de emboscada
cuando caen los cuerpos en otra parte,
al que escribe con las cenizas de los sueños,
al que se duele porque la vida nos envenena
con mansedumbre y pesebres.
Yo canto a ese amor en estos tiempos de còleras y masacres.
Los amorosos se tocan la piel, el sexo
pero los que aman de veras
se tocan las palabras, el desaliento ,
las caras gastadas, el hambre,
la vejez sin calor, las cruces, los látigos.
Se tocan y se tocan,
sin urgencia ni atajos.
Los que aman de veras
salen a defendernos
y yo les canto porque son humanos a tiempo completo.
en una tierra sembrada de tiranos.

LA OTRA MITAD

Soy la otra mitad,
la que es entera,
la que sufre más el salvaje egoísmo de la pobreza.

Sin ideas completas,
soy corazón y arterias,
soy llanto, voz,
hogaza, raís inmensa.
Soy piel, huesos, sementera
pero no soy amnesia.
No soy virgen, ni parturienta,
no soy costilla, ni sombra, ni bozal,
ni aprendiz de moralejas.
Soy mujer, sencillamente,
una mujer sencilla parida en la mitad de la violencia.
Una mujer poeta que lleva a rastras las semillas que ayudan a fecundar la tierra.
Una mujer grosera que mide la humanidad
si son decentes las caricias,
si son honrados los combates,
si son las conciencias limpias.

Soy una sencilla mujer
de palabra y verso al acecho
que no piensa bajar la guardia
hasta que hembras y machos canallas
tengan epitafio en sus lápidas.
SILVIA LOUSTAU
(Mar del Plata-Buenos Aires-Argentina)

Y A QUIÉN LE IMPORTA
a los compañeritos de Trelew

porque que importa que yo pueda caminar diciendo de la luna pensando que mañana quizá llueva que me pesa la espalda y siento el paso tenso que importa que pueda yo decir si el titular martilla que están velando los dieciséis cadáveres.

que interesa este gusto de pucho atragantado de café sorbido entre palabras de tantos tantos firuletes si ellos están allí. ya muertos.

a quien le importa un nudo en la garganta que existan manos tontas blandas inocentes. a quien le importa. a quién le importa si siguen sonando los teléfonos los lápices corren por las cuentas la secretaria se esmera soñando otro aumento mientras están allí los dieciséis cadáveres.

a quién le importa si la esposa del doctor me dijo hoy del té del vestido que se pondrá mañana y el abogado apura el expediente que creyó perdido y se charla del prode de la mina de los burros de no sé adónde vamos señora. mientras se enfrían los dieciséis cadáveres.

quien confunde el chirriar de los frenos con los gritos de aquella madrugada cunado sonó la metralleta y chau la vida. Quién piensa en ese sol en esa sopa en este aire que ya no ya nunca. los diciseies cadáveres. a quién le importa.

a quién le importa sino ver morbosamente sus caras en los diarios sin pensara que sumaban osamentas tan jóvenes. que al fin y al cabo eran poetas locos de violencia. amadores del hombre. quién le importa que quisieran derrumbar las rejas los silencios la tierra encadenada. a quién le importa.

de qué sirven ahora las palabras. los gritos. las corridas. si nadie tiembla señores si ustedes están cada día más arriba.son más fuertes. entonces el dolor a quién le importa. si ustedes lo disfrazan.lo ahogan. lo acogotan.

a quién le importa si mañana habrá que levantarse mirarse en el espejo y decirse buenos días después colgarse la sonrisa mientras entierran los dieciséis cadáveres.

a quien le importa si uno de esto días el dolor se cae en algún pozo y se borran los dieciséis cadáveres.

Pero comiencen a temblar señores. sabemos que ya nadie cree en fantasmas ni exorcismos. pero el a quién le importa puede convertirse en un grito gigantesco, y un ejército de cadáveres se levantará despacio desatando el trigo encadenado. aunque ahora me ahogo lentamente mientras velan los dieciséis cadáveres. y a quien le importa.

JUANAS DE ARCO
a todas las luchadoras, a mis compañeras, a ustedes mujeres

cortaban el pelo a nuestras juanas de arco
procreadores de un linaje de guerreros
aros de fuego bajo sus ropas
rehenes de la luz
eterna noche de escoria
adivinaban el borceguí
un ventanuco
parcos inviernos
los no nacidos de mujer
las abrían / como escarcha de lago
se enconaban
con nuestras juanas de arco
ellas
voz de hambre
cantaban días de abundancia
praderas y cebada
irradiaban espejos/ armonía
fecundaron la milpa

el mar trastabilla
borracho en su resaca/ acuna
a nuestras juanas de arco.

en noches de ávido silencio
escucharon risas de niños
nuestras juanas de arco
con fe ciega
recuentan los días que faltan
nuestras juanas de arco.

XXII  

ahora que levitás
niebla sobre el mar
o
el río
quién sabe.

ahora
me sentaré a esperar
o
a escuchar añejos  salmos
escritos en telas de bramante.
me sentaré
en el rincón
reservado  del silencio.
sonará
un violín
cortaré sus cuerdas
ahorcaré la ausencia .
mientras
aún
espero .

ALLÍ  ESTÁS 

escarbo
con una pequeña rama sobre el limo de la historia
por debajo del barro
donde se encuentran dos ojos limpios como niños
y allí estás
otra vez
gestual
enraizado.

quisieras la profundidad
hundirte dentro de ese abismo
pero todavía gotea
y los cauces que ha encontrado la lluvia
se ven por todas partes
entonces las vertientes de la montaña son una mano
presta a tomar la cumbre
crispada
guardando el sexo interior de la tierra.
SUSANA LAGE
(San Juan-San Juan-Argentina)

Se dedican a matar.
Y no otra cosa.
No siembran
No escriben
No pintan
No hacen el amor
en las  mañanas frescas
(¿viste qué lindas cuando ha llovido?
Hay un aroma tan verde
y tan celeste)

No miran por las ventanas a ver quién pasa,
Ni acarician los gatos
(¿viste cómo les gusta en la barbilla?
Ronronean y el mundo se enciende de luces)

No miran las flores
Qué lindas las flores cuando ha llovido.
No, no hacen eso, sólo matan.
Te matan, ay
Y duele como una brasa en la garganta.
Porque no saben, no ven, cuando ha llovido
qué bella es la vida.
Y entonces matan.
No tienen mucho más que hacer.
TERESA LEONARDI
(Salta-Salta-Argentina)

A SILVIA ARAMAYO (salteña)

“Esa memoria, concertadora de las personas, esa signadora del porvenir que espera con los brazos abiertos”Francisco Urondo

Nunca ausentes en las colinas del ayer
junto a los compañeros que hilaban el tapiz del mañana

No te equivoques no somos la mujer de Lot
aquella de la mirada vuelta hacia la pura destrucción

Tenaz nuestra memoria con su doble semilla:
un abierto pasado resuelto en levadura de la luz por venir

Me recuerdo de Silvia remolino con faldas ojos de corza
antorcha de su risa demoliendo los miedos
su ir y venir de alondra en la enramada azul de los 70
sin olvidar los besos y el deseo
porque “el amor también una pasión revolucionaria”

Aún la miro estirando cual tiento al breve día
y en la noche menguante su boca de Sherezade
contándonos las cartografías de los mundos posibles

Cómo se multiplicaba la compañera
y era el milagro de una muchacha leve haciéndose plural
en los preparativos de un país por llegar

Hoy no sabemos dónde tantos cuerpos robados
pero algo nos dice que la flecha del tiempo
su dirección y el blanco al que apunta
está hecha con la dulce médula de sus huesos

Cuánta certeza en esta Edad de Hielo
es su reunida e insurgente sangre

Oh ternuras oh brasas encendidas
estrellas en esta larga noche del adviento
memorias donde vive nuestra confianza que de súbito
sobre verdes colinas
los vagidos del mundo que soñaron

MASACRE EN PALOMITAS

Brillan con luz distinta en la noche de invierno
los dientes de los lobos que vomitó el infierno
y los rostros de los compañeros que entran en la muerte
Aquí cantó Celia la de los pechos llenos aún de leche
la última canción de cuna para el hijo arrancado de su seno
aquí esparció sus ojos claros Georgina que repartía
su risa y su salario entre los condenados de la tierra
en este campo Pablo con los huesos quebrados
hincó su pobre rodilla para siempre
y las alas de Luis adolescente aquí afirmaron su odio a las
cadenas
De tanto fuego permanece el fuego
ni con dientes ni con balas muere el fuego
ni con mares se apaga su fulgor que atraviesa la historia
Llama que va de mano en mano de pueblo en pueblo
de mártires en mártires de hombre en mujer pasando
y volverá ceniza el mundo viejo
el mundo de la usura del hambre y de la jaula
De la sangre vertida en Palomitas
nacen soles y banderas fraternas
nacen jóvenes bosques donde la ronda de los niños canta
¿Lobo estás? Y responde la vida con fervor de muchacha
¡Se ha ido para siempre!
WILMA BORCHERS CARRASCO
(Santiago de Chile-Chile)

NI SIQUIERA LO IMAGINES

Hoy me sostengo en los alambres de tender ropa,
Entre sábanas y toallas  refugio mis sollozos.

Me volví mala de un solo brinco:
Quiero romper tu piel de húsar,
Tu boca forajida mentira a flor de arenga,
Quiero fracturar los cristales de tu risa,
Asesinar o poner cerrojos en tu sangre.

Por sobre todo, deseo clavar los dientes
en el puño que escribió sentencias en mi pómulo,
(Este surco detestable donde cabe toda la sal del mundo)

No esperes que te perdone, ni siquiera lo imagines,
Los memoriales de mi cabeza rebotan contra el muro,
Peldaños abajo se siguen rompiendo mis huesos,
El relámpago dejó escritos cinco laberintos.

No esperes que te perdone, ni siquiera lo imagines,
Mientras fragmento pan y cebolla te apuñalo,
Te doy a beber en la jarra el cianuro de mi odio,
Barro tu suerte a mansalva y derramo tus pupilas.

Muero en la abominable estrategia de vencerte.

NO PODRÁN SOÑARME.

Las últimas imágenes dicen adiós sin apagarse.

No tengo espacio alguno,
Todo se cierra sobre sí mismo,
Desaparece sin volver el rostro.

Sé que ya no podrán soñarme otros ojos,
Que me despueblo ante tanto abandono,
Hablo sola en la plaza,
Vacía de flores y de pájaros,
Despojada de mis máscaras.

Grito tu nombre de ínsula,
Tu nombre de príncipe caído.                                                                   

Lloro colgada en la mitad de una frase,
Bajo el árbol florecido en monosílabos.

El tiempo se detiene, acumula lejanías,
Petrifica el instante de la trampa.

Hecha trizas me sostengo, díscola de tus parábolas,
De sus mezquinos ecos desdoblándose en las esquinas,
Sufragando a favor del disimulo,
Predicando anzuelos,  pretextos.

El arca de luz donde enjuagué tus mentiras,
Alza gemidos de cicuta.
Observo mi locura y para huir de mí,
Me transformo en otra y luego en otra y así sucesivamente.

Mírate las manos y observa mi naufragio,
Deshabitada, sin dioses, desprovista de sacristía,
Soy sólo un país circundado por el hambre.

Mírate las manos,
Devuélveme el barco que cada mañana
cruzaba por mi frente,
Devuélveme su carga de nenúfares,
Entrégame la piel que te llevaste.

Cada instante se hace nada para siempre.

Se abren las compuertas del sollozo
desvaneciendo el mapa de la república
donde antes se dictaminó ser felices y pródigos.

Mírate las manos
y observa en el mapa de tus palmas,
Hecha trizas, sin mí, la fugaz línea de tu vida.

LO QUE RESTA

Aquella que portó frutos y vació ánforas,
Materias, líquidos procedentes del agravio,
Se rehizo uniendo astillas de sus huesos:
En leyes donde dictaminó el terror,
Pavores de sentencias, atroces golpizas.

Ahora lavan su cuerpo,
Reordenan su frágil navío,
Sus cabellos,
Sus magulladuras,
Lo único que de ella subsiste.

NO INSISTAS

Silencios o palabras enfermas,
Hubo signos de mala muerte,
La crueldad fue encendiendo desquicios:

Jardines de espinas y pañuelos,
Ventanales señalando paisajes baldíos,
Pasadizos a involuntaria desmemoria,
Para desembocar en un río final de certeza infame.

Ahora no insistas, olvidé aguas pretéritas,
Tus tóxicos en los cauces de la dicha.

Hoy son otros los vocablos,
Son frutos de mieles y rocío.
Palabras preñadas de oro castizo,
Sólidas como galardones,
Enraizadas en la médula y el aliento.

Viajan sus cauces caderas adentro,
En busca del deleite que reclama
Entre murmullos y jadeos.
Besos donde la ira asestó su puño,
Ternura en los sitios indefensos.

Ahora no insistas:
Entre tú y yo
He instituido una torre de silencio.
YOLANDA AGUADO RUBIO
(Pachuca-Hidalgo-México)

LA NIÑA Y LA TORMENTA

Me estremece
el niño que se esconde al seno de la madre
espera la moneda
que no es arrojada.

Me destruye
la niña que va ofreciendo dulces
con sus tiernas palabras.

Me hiere
de anciana los gemidos
que está vendiendo lágrimas.

Me humilla
cuando el adulto-niño
con torpe mano busca dádiva.

Me conmueve
el rostro que en la calle
se pinta la sonrisa
para esconder su cara.

Padezco el desencanto
de los seres inválidos,
sombras que en la pared
están crucificadas.

Me ahoga
la mirada de aquellos que ignoran
que esta noche el invierno
se vestirá de alma

Ante esto
mis pies sangran
mi cuerpo es borrasca.

Desde mis manos
desde mi rostro hecho huecos..
¡El frío, la tormenta!

DE LA SOMBRA A LA LUZ

Muerda la lengua quien veneno vierta
que las palabras surjan abortadas.

Duela la boca al pronunciarlas
que espinas ya no salgan.

Quede el estruendo sin sonido
que el golpe no aparezca.

En el estanque infesto quede quieta
esa punzante llaga.

Los ojos de miradas de fuego
se queden apagadas.

Los gestos de sombras y cavernas
no hieran las distancias.

Quede sin fuerza el viento huracanado
las hojas queden quietas.

Que el día vierta su luz
sobre  el rocío de las praderas.

GRITO DE SAL

Grito de Sal
contra la roca
gris, indiferente.

Ha quedado en el viento
brisa que hecha día
es cálida caricia. 


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